Economía Miércoles 3 de Septiembre de 2014
El economista del mes
En la tradicional entrega de El Economista del Mes, el análisis de la coyuntura y de las perspectivas para lo que resta del año estuvo a cargo de Orlando Ferreres, quien advierte que la única salida que tiene el Gobierno para terminar bien su mandato es arreglar con los bonistas y fondos buitre. De lo contrario, el escenario que se perfila, según el exviceministro de Economía, es una caída del Producto de más del 2% este año y otro tanto en 2015. No es sostenible una brecha cambiaria de más del 60%, advierte.
1 ¿La declaración de default afectó la economía?
Sí. En gran medida por la incertidumbre que generó no cumplir con un juicio de los tribunales de Nueva York, que se perdió hace dos años y medio en primera instancia, en segunda instancia se perdió después por unanimidad y la Corte Suprema de Estados Unidos no aceptó tratar el caso, por lo que éste quedó firme. Transcurridos los plazos legales de 30 días desde esta última instancia, al no cumplir con el resultado del juicio que indica que debemos pagar a los acreedores según este juicio y recién después a todos los demás, cosa que no hicimos, se incurrió en default y se dispararon los Credit Default Swaps (CDS) por unos u$s 1.000 millones entre privados. También se degradó toda la deuda de empresas argentinas a nivel de «CCC», default selectivo, salvo alguna excepción. No sólo computaron la situación como de default las principales agencias de calificación, sino que además lo hizo la agencia estatal China. No podemos volver al crédito voluntario internacional, y ahora lo necesitaríamos para cerrar bien las cuentas externas de 2015. Esto afectó la economía argentina, en especial a la inversión reproductiva y al consumo de bienes durables, que presentaron un escalón menor, más recesivo.
2 ¿Cómo son los pronósticos sobre la necesidad de dólares para lo que resta de 2014 y 2015?
Además del impacto causado por el fracaso de las negociaciones con los holdouts, desde el 30 de junio de este año se produjo un cambio de escenario en el precio de los commodities, especialmente en la soja y el maíz. El precio de la soja en Chicago, que estaba en u$s 530 la tonelada, ahora bajó a u$s 387 para la época de siembra nuestra, es decir, noviembre/diciembre de 2014. Es un precio muy bajo, que responde a la mayor oferta de shale gas en EE.UU., el que bajó de entre 9 y 10 dólares por millón de BTU a 2,50 dólares por dicha unidad. Esto hizo que no fuera rentable en EE.UU. la producción de maíz para fabricar energía (etanol) y el 40% del maíz que se destinaba a este fin se redujo fuertemente, con la correspondiente caída del precio del maíz. Por lo tanto, la relación precio de soja/maíz que estaba en 2 veces o menos se elevó a 3,2 veces. Y convino mucho más sembrar soja y esto provocó el aumento de su oferta y la caída del precio de este producto casi en u$s 150 la tonelada, cotizándose a u$s 387 para diciembre de este año. Estas caídas representan unos u$s 11.000 millones menos de exportaciones para 2015, lo que unido a las rigideces del comercio exterior, por ejemplo por la importación de combustibles, nos llevan a pronosticar un balance en cuenta corriente negativo, lo que es muy grave para ser el último año de la gestión económica y política de un Gobierno como el actual.
3 ¿Qué efecto puede tener un balance en cuenta corriente negativo?
Como la Argentina no tiene entrada de capitales, sino salida, la suma de una cuenta corriente de bienes y servicios negativa (hasta ahora siempre fue superavitaria) más una cuenta capital negativa puede afectar mucho a las reservas del Banco Central, que hacia fin de este año o marzo del próximo podrían quedar en una posición muy débil, es decir, que podrían requerir ajustes impostergables del tipo de cambio o de las tasas de interés de un tamaño importante si esa situación llegara a darse por no conseguir refuerzos para la posición de reservas internacionales mediante préstamos de uso efectivo. Ya la brecha entre el tipo de cambio paralelo y el tipo de cambio oficial está por encima del 60%, lo que es muy grave y requiere una rápida corrección.
4 ¿Cómo puede afectar esta situación a la actividad económica?
Dada la política económica del actual Gobierno, la única forma de ahorrar divisas dentro de ésta sería disminuir el nivel de vida de los argentinos, pues las otras opciones de poder colocar bonos de deuda soberana voluntariamente en el mercado de Nueva York u otros mercados le resultan muy difícil o imposible de lograr. Esto significa que no nos va a quedar más alternativa que impedir la concreción de una buena parte de las importaciones, lo que generaría una recesión de la actividad económica adicional a la actual, muy importante, con caída del empleo y del salario real, o una combinación de ambas caídas de manera más moderada. Ésta no sería la mejor manera de terminar un tercer mandato del Gobierno actual, pues la imagen que va a quedar de él en la población va a ser muy negativa. Para evitar esta evolución, la actual administración aún tiene la alternativa de recuperar la línea estratégica que venía desarrollando desde hace un tiempo de arreglar con el CIADI, con el Club de París, con Repsol por la expropiación de YPF, y sólo le faltaba un acuerdo con los holdouts o «fondos buitre» como despectivamente suelen llamar a esos fondos los políticos argentinos. De esta manera se podría volver al mercado financiero de deuda voluntaria hacia los primeros meses de 2015 y reforzar las reservas de una manera clara, lo que permitiría realizar una transición tranquila entre la actual administración y el Presidente que gane las elecciones en octubre de 2015. Ésta es la mejor opción, pero requiere arreglar con el 7% de los holdouts, cosa que es posible con el apoyo del mediador designado por el juez Thomas Griesa, para evitar la aplicación de la cláusula RUFO, sólo válida para nuevas ofertas voluntarias de deuda de parte nuestra, es decir, de nuevos bonos de parte de la Argentina. Dicha cláusula no aplica cuando se trata del cumplimiento de una sentencia judicial, de cumplimiento obligatorio como es el caso del juicio de Nueva York.
5 ¿Cuánto caerá el empleo y el salario real?
Si no encontramos algún «as en la manga» del Ministro de Economía, este año el salario real caería a diciembre de 2014 en un 5 por ciento respecto de diciembre de 2013 y la inflación llegaría al 39 por ciento entre esas fechas. El ritmo de actividad económica se reduciría en un 2,1 por ciento este año y algo similar ocurriría en 2015. Esto haría difícil mantener la recaudación de impuestos, por lo que habría que emitir mucho dinero para cubrir la creciente brecha entre gastos y recaudación de impuestos, con el consiguiente riesgo de aumentar mucho la inflación.
En definitiva, la caída del precio de nuestros principales productos de exportación, como la soja, unido a nuestra vocación de no llegar a un arreglo con los holdouts, nos ubica en una situación difícil, que podría ser rápidamente solucionada encontrando una estrategia adecuada para negociar con los holdouts y efectuar algunas correcciones a las variables macroeconómicas internas desaliñadas, como pueden ser los subsidios a los servicios públicos y otros niveles excesivos de importantes rubros del gasto público, para moderar la inflación y demás problemas de la economía argentina actual. Es muy posible hacerlo.
El economista del mes
En la tradicional entrega de El Economista del Mes, el análisis de la coyuntura y de las perspectivas para lo que resta del año estuvo a cargo de Orlando Ferreres, quien advierte que la única salida que tiene el Gobierno para terminar bien su mandato es arreglar con los bonistas y fondos buitre. De lo contrario, el escenario que se perfila, según el exviceministro de Economía, es una caída del Producto de más del 2% este año y otro tanto en 2015. No es sostenible una brecha cambiaria de más del 60%, advierte.
1 ¿La declaración de default afectó la economía?
Sí. En gran medida por la incertidumbre que generó no cumplir con un juicio de los tribunales de Nueva York, que se perdió hace dos años y medio en primera instancia, en segunda instancia se perdió después por unanimidad y la Corte Suprema de Estados Unidos no aceptó tratar el caso, por lo que éste quedó firme. Transcurridos los plazos legales de 30 días desde esta última instancia, al no cumplir con el resultado del juicio que indica que debemos pagar a los acreedores según este juicio y recién después a todos los demás, cosa que no hicimos, se incurrió en default y se dispararon los Credit Default Swaps (CDS) por unos u$s 1.000 millones entre privados. También se degradó toda la deuda de empresas argentinas a nivel de «CCC», default selectivo, salvo alguna excepción. No sólo computaron la situación como de default las principales agencias de calificación, sino que además lo hizo la agencia estatal China. No podemos volver al crédito voluntario internacional, y ahora lo necesitaríamos para cerrar bien las cuentas externas de 2015. Esto afectó la economía argentina, en especial a la inversión reproductiva y al consumo de bienes durables, que presentaron un escalón menor, más recesivo.
2 ¿Cómo son los pronósticos sobre la necesidad de dólares para lo que resta de 2014 y 2015?
Además del impacto causado por el fracaso de las negociaciones con los holdouts, desde el 30 de junio de este año se produjo un cambio de escenario en el precio de los commodities, especialmente en la soja y el maíz. El precio de la soja en Chicago, que estaba en u$s 530 la tonelada, ahora bajó a u$s 387 para la época de siembra nuestra, es decir, noviembre/diciembre de 2014. Es un precio muy bajo, que responde a la mayor oferta de shale gas en EE.UU., el que bajó de entre 9 y 10 dólares por millón de BTU a 2,50 dólares por dicha unidad. Esto hizo que no fuera rentable en EE.UU. la producción de maíz para fabricar energía (etanol) y el 40% del maíz que se destinaba a este fin se redujo fuertemente, con la correspondiente caída del precio del maíz. Por lo tanto, la relación precio de soja/maíz que estaba en 2 veces o menos se elevó a 3,2 veces. Y convino mucho más sembrar soja y esto provocó el aumento de su oferta y la caída del precio de este producto casi en u$s 150 la tonelada, cotizándose a u$s 387 para diciembre de este año. Estas caídas representan unos u$s 11.000 millones menos de exportaciones para 2015, lo que unido a las rigideces del comercio exterior, por ejemplo por la importación de combustibles, nos llevan a pronosticar un balance en cuenta corriente negativo, lo que es muy grave para ser el último año de la gestión económica y política de un Gobierno como el actual.
3 ¿Qué efecto puede tener un balance en cuenta corriente negativo?
Como la Argentina no tiene entrada de capitales, sino salida, la suma de una cuenta corriente de bienes y servicios negativa (hasta ahora siempre fue superavitaria) más una cuenta capital negativa puede afectar mucho a las reservas del Banco Central, que hacia fin de este año o marzo del próximo podrían quedar en una posición muy débil, es decir, que podrían requerir ajustes impostergables del tipo de cambio o de las tasas de interés de un tamaño importante si esa situación llegara a darse por no conseguir refuerzos para la posición de reservas internacionales mediante préstamos de uso efectivo. Ya la brecha entre el tipo de cambio paralelo y el tipo de cambio oficial está por encima del 60%, lo que es muy grave y requiere una rápida corrección.
4 ¿Cómo puede afectar esta situación a la actividad económica?
Dada la política económica del actual Gobierno, la única forma de ahorrar divisas dentro de ésta sería disminuir el nivel de vida de los argentinos, pues las otras opciones de poder colocar bonos de deuda soberana voluntariamente en el mercado de Nueva York u otros mercados le resultan muy difícil o imposible de lograr. Esto significa que no nos va a quedar más alternativa que impedir la concreción de una buena parte de las importaciones, lo que generaría una recesión de la actividad económica adicional a la actual, muy importante, con caída del empleo y del salario real, o una combinación de ambas caídas de manera más moderada. Ésta no sería la mejor manera de terminar un tercer mandato del Gobierno actual, pues la imagen que va a quedar de él en la población va a ser muy negativa. Para evitar esta evolución, la actual administración aún tiene la alternativa de recuperar la línea estratégica que venía desarrollando desde hace un tiempo de arreglar con el CIADI, con el Club de París, con Repsol por la expropiación de YPF, y sólo le faltaba un acuerdo con los holdouts o «fondos buitre» como despectivamente suelen llamar a esos fondos los políticos argentinos. De esta manera se podría volver al mercado financiero de deuda voluntaria hacia los primeros meses de 2015 y reforzar las reservas de una manera clara, lo que permitiría realizar una transición tranquila entre la actual administración y el Presidente que gane las elecciones en octubre de 2015. Ésta es la mejor opción, pero requiere arreglar con el 7% de los holdouts, cosa que es posible con el apoyo del mediador designado por el juez Thomas Griesa, para evitar la aplicación de la cláusula RUFO, sólo válida para nuevas ofertas voluntarias de deuda de parte nuestra, es decir, de nuevos bonos de parte de la Argentina. Dicha cláusula no aplica cuando se trata del cumplimiento de una sentencia judicial, de cumplimiento obligatorio como es el caso del juicio de Nueva York.
5 ¿Cuánto caerá el empleo y el salario real?
Si no encontramos algún «as en la manga» del Ministro de Economía, este año el salario real caería a diciembre de 2014 en un 5 por ciento respecto de diciembre de 2013 y la inflación llegaría al 39 por ciento entre esas fechas. El ritmo de actividad económica se reduciría en un 2,1 por ciento este año y algo similar ocurriría en 2015. Esto haría difícil mantener la recaudación de impuestos, por lo que habría que emitir mucho dinero para cubrir la creciente brecha entre gastos y recaudación de impuestos, con el consiguiente riesgo de aumentar mucho la inflación.
En definitiva, la caída del precio de nuestros principales productos de exportación, como la soja, unido a nuestra vocación de no llegar a un arreglo con los holdouts, nos ubica en una situación difícil, que podría ser rápidamente solucionada encontrando una estrategia adecuada para negociar con los holdouts y efectuar algunas correcciones a las variables macroeconómicas internas desaliñadas, como pueden ser los subsidios a los servicios públicos y otros niveles excesivos de importantes rubros del gasto público, para moderar la inflación y demás problemas de la economía argentina actual. Es muy posible hacerlo.