Cuando su editor la insulta y la despide del Washington Herald, la periodista Zoe Barnes, de la serie House of Cards, le responde: “En estos tiempos, cuando le hablas a una persona, le estás hablando a miles”. Y frente a él, cuenta sobre el incidente a todos sus seguidores de Twitter.
La escena es un ejemplo del debate sobre el rol, los límites y las posibilidades de las redes sociales en los medios. ¿A quién le pertenecen las cuentas personales de los periodistas? ¿Son personales o deben ir en línea con el medio para el que trabajan?
En Argentina, el diario La Nación destapó un debate que cruza las redacciones de los grandes medios en los que se generan no pocas tensiones por las primicias o anticipos que los periodistas dan en sus cuentas personales antes incluso que lo publiquen sus empresas. Una de las preguntas que dispara esto es: ¿De quién son las primicias, la información que manejan, de los periodistas o de los medios en los que trabajan?
La Nación comenzó recientemente un proceso de “convergencia” entre las cuentas de Twitter de sus periodistas al pedirle a la red social su “verificación”. Se trata de la validación de los usuarios como personas o medios reales, es decir, que no sean impostores haciéndose pasar por alguien que no es.
En definitiva, la “verificación” de un usuario sólo implica el agregado de un “tick” azul al lado del nombre de usuario de Twitter, pero tiene un gran significado simbólico, ya que otorga importancia a la cuenta y, de alguna manera, la “institucionaliza”.
Esto es especialmente importante para las cuentas personales de periodistas, donde se suelen revelar primicias o noticias que están sucediendo en vivo. Y son justamente la frescura y la originalidad con la que se suelen reflejar las noticias a través de Twitter lo que atrae al público a estos usuarios.
Un debate espinoso
Ahí surge la disyuntiva sobre el nivel de control que debe tener el medio sobre la cuenta: ¿trabajar en un medio implica tener que restringirse al tuitear, para no chocar contra el estilo o la línea editorial del medio?
En diálogo con LPO, el editor de tecnología de La Nación, Ariel Torres, confirmó que la verificación de sus periodistas es una política del diario, pero negó que haya un control sobre los contenidos que los empleados reflejen en sus cuentas de Twitter. De todos modos, admitió que separa su vida y opiniones personales del trabajo en el medio.
“No creo en las cuentas personales cuando sos una persona semipública. El costo que pagás al poner tu cara y tu firma en una nota ya supone una pérdida de privacidad”, explica Torres. “Yo separo mi identidad digital, que es una mezcla de información del diario con opiniones propias, de mi vida privada”, agregó.
Según el periodista de La Nación, la pregunta que hay que hacerse en el debate es: “¿Puede divorciarse la relación entre trabajo y vida privada cuando uno es un periodista expuesto al público?”
El manejo en los medios del mundo
Las nuevas tecnologías plantean debates sobre qué hacer, por ejemplo, cuando el periodista presencia una noticia en vivo: ¿es correcto que lo adelante en su cuenta personal en vez de un canal tradicional?
En definitiva, el periodista trabaja para el medio, pero esperar a publicar la nota podría significar una demora de horas en un mundo en que la información viaja cada vez más rápido y podría garantizar que otro medio se adelante a la primicia.
Así lo entendió el New York Times, que creó una comunidad entre sus periodistas y los canales oficiales del diario. Si bien el medio no realizó una verificación sistemática de sus periodistas, la cuenta principal de Twitter retuitea a sus empleados cuando ellos publican una primicia. Pero los periodistas también se replican sus tuits entre sí, lo que genera un beneficioso “ruido” en la red social.
De ahí en más, los periodistas tienen libertad en cuanto a cómo usar sus cuentas, pero ninguno publica tuits con opiniones excesivamente personales. Este hábito de los usuarios de Twitter la diferencia de Facebook, una red social con una impronta más personal, donde la faceta laboral de sus usuarios casi nunca se ve reflejada.
El medio inglés Financial Times sigue una estrategia similar al NYT, pero sólo retuitea a sus periodistas cuando se encuentran en una situación de “breaking news”, es decir, presencian una noticia en vivo. El resto de los tuits que la cuenta principal replica son aquellos de la enorme red de cuentas alternativas y blogs que pertenecen al grupo mediático.
Tanto el New Tork Times como el medio francés Le Monde tienen en sus filas a una gran cantidad de periodistas con cuentas verificadas, pero en estos casos no responde a una política de los diario, sino a que sus empleados son usuarios prominentes de Twitter por su trabajo.
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