Un excelente movimiento le permitió a la derecha en Brasil forzar una segunda vuelta electoral posicionando a su candidato en ella.
El escenario electoral presidencial en los días previos al “accidente” aéreo, que le costo la vida al candidato socialista Eduardo Campos, era el de una muy posible victoria de Dilma en primera vuelta.
Accidente altamente sospechoso donde se encontró la caja negra del avión sin ninguna información, y donde ademas testigos presenciales afirman que la nave venia con fuego a bordo antes de precipitarse a tierra. Lo cual indicaría que algo ocurrió en vuelo que no fue registrado.
Hasta ese momento, según encuestas, Campos contaba con una expectativa de voto del 9 %, Aécio llegaba a un 32-34 % y Dilma podía alcanzar alrededor de un 50%. Existía una posibilidad real de que el PT se alzara con el cuarto periodo de gobierno en primera vuelta.
El gobierno de Dilma se había recuperado, en gran medida, de las protestas de mediados de 2013 y de la campaña mediática en contra del mundial de fútbol.
Luego de algunas deliberaciones internas el partido socialista designa nueva candidata a Marina Silva, ex candidata a vice del malogrado Campos.
Marina ex ministra de medio ambiente de Lula, de extracción popular, es de inmediato encumbrada por la derecha como la candidata a disputar la presidencia con Dilma.
Por un momento, según encuestas tendenciosas, Marina llego a sacar varios puntos de ventaja a la candidata del PT.
La derecha astuta mente lograba que la campaña electoral se desarrolle alrededor de estas dos candidatas, mientras su verdadero candidato parecía quedar fuera de juego.
En los últimos días el discurso de Marina entro en contradicciones y su expectativa de voto en un tobogán lubricado.
Pero la gran jugada, vistos los resultados de ayer , fue lograr que Marina sustraiga ese 12 % , que median entre la expectativa de voto de Campos y lo logrado por ella, al PT.
En definitiva la candidatura de Marina Silva le permitió a la derecha neo liberal llegar a la segunda vuelta, preservando las posibilidades de Aécio y su sueño de volver a conducir los destinos del país, para beneficio de unos pocos.
De todas maneras el PT tiene todas las herramientas para volver a triunfar. Debe sí movilizar el conjunto de sus fuerzas, destacar lo logrado en estos últimos 11 años, su política a favor de los sectores mas vulnerables y sobre todo construir un discurso que le de continuidad y profundidad al camino emprendido.
El PT debe reconstruir alianzas debilitadas y volver a enamorar a sectores medios, que en estos procesos regionales, mejoraron en gran medida su calidad de vida pero a veces son flojitos de memoria.
Los pueblos de nuestra América esperan que el próximo 26 de octubre, el movimiento de su par brasilero, con blancas, sea un nuevo jaque al negro neo liberalismo.
Ruben Dario Guzzetti
Miembro de I.A.D.E.G.