El juez del del caso Bankia, Fernando Andreu, ha impuesto a Miguel Blesa y Rodrigo Rato una fianza de 19 millones por responsabilidad civil, en relación con los gastos que los ex consejeros de estas entidades hicieron «de forma presuntamente ilícita» al utilizar sus tarjetas B de Caja Madrid, informaron fuentes jurídicas. El ex presidentes de Caja Madrid tendrá que depositar 16 millones de euros mientras que a Rato le corresponden 3 millones.
Cada uno de ellos deberá responder de forma proporcional por el dinero que se gastó con dichas tarjetas durante el periodo que estuvo al frente de la entidad, más un 25% añadido como indica la ley.
Con esta decisión el juez Andreu ha aceptado la petición de fianza realizada por la Fiscalía Anticorrupción y a la que se ha sumado el Frob, máximo accionista de Bankia.
En el auto, el magistrado les acusa de «consentir, aceptar y propiciar» el uno indebido de fondos de la entidad mediante la atribución y uso en provecho propio de ‘tarjetas B’, que entregaron además a consejeros y directivos sin haber controlado la justificación de los gastos ni existir un sustento contractual para ello. informa Europa Press.
El instructor asegura que ambos presidentes utilizaron «en provecho propio» las tarjetas y las entregaron a miembros del Consejo de Administración, de la Comisión de Control, consejeros ejecutivos y directivos, lo que «supuso la percepción por parte de estas personas de cantidades en concepto distinto del retributivo».
Una práctica que conllevó a que 86 personas percibieran bajo sus respectivas presidencias cantidades «en concepto distinto del retributivo, no justificadas ni contractual ni funcionalmente, sin que existiera precepto estatutario o reglamentario, disposición contractual o acuerdo alguno formalizado» al respecto.
Tampoco existen órdenes o decisiones por parte de directivos ni documentación alguna que justifiquen «la existencia, la entrega y la operativa de dichas tarjetas», ni elementos que demuestren que los dos máximos mandatarios de la caja realizaran algún control o supervisión de los gastos que generaron.
Uso personal
Tanto Blesa como Rato han defendido ante el juez que las tarjetas opacas eran «de uso personal» y han eludido cualquier responsabilidad respecto a su emisión, según han confirmado fuentes presentes en la declaración.
Ambos han calificado las cantidades que gastaron con sus tarjetas como una «retribución» concedida por su entidad. En concreto, Blesa ha precisado que se trataba de un «complemento retributivo de libre disposición» mientras que Rato ha concretado que el dinero gastado era una cantidad retributiva que debía descontarse de su salario.
A este respecto Blesa ha aportado actas de la comisión de control que se remontan a mayo de 1988 y en las que se aprueba este medio de pago como una «compensación de gastos para el ejercicio del consejero». «Se trataba de una práctica institucionalizada y totalmente legal», ha dicho.
Rato, por su parte, ha asegurado que «conocía» la existencia de las tarjetas antes de llegar a la presidencia y ha precisado que a él le fue entregada por el ex director general de Caja Madrid y Bankia, Ildefonso Sánchez Barcoj.
El ex presidente ha precisado que después de 2011, este instrumento de pago dejó de utilizarse entre los miembros del consejo «con el objetivo de homogeneizar la situación de BFA».
Tres ejecutivos, todos procedentes de Caja Madrid, mantuvieron tarjeta en 2012, a la espera de definir un futuro modelo retributivo homogéneo para toda la entidad puesto que las peculiaridades retributivas de las cajas de origen se mantenían todavía, en esos momentos, ha precisado, según informa Europa Press.
Rato también ha concretado durante el interrogatorio, que las tarjetas «no existían en las otras cajas» que configuraron Bankia.
Los gastos de los dos ex presidentes de la caja
Miguel Blesa gastó 436.700 euros con cargo a su tarjeta B de Caja Madrid. En concreto, entre 2003 y 2010 sacó del cajero un total de 86.195 euros en efectivo y llegó a cargar 9.000 euros en un solo día en el Hotel Ritz de Madrid. También utilizó su plástico B para abonar un viaje por valor de 12.597,27 euros, joyas de lujo por un importe superior a los 6.000 ó 1.000 más en la compra en una zapatería.
Por su parte, Rodrigo Rato, que cargó 44.200 euros a Caja Madrid y 54.837 euros a Bankia, importe éste último que reingresó a la entidad. El que fuera máximo directivo de Bankia sacó un total de 16.300 euros del cajero durante los tres últimos meses que permaneció al frente de la entidad; y en febrero de 2011, coincidiendo con la fusión de la entidad y el nombramiento de sus directivos, gastó 1.849,23 euros en cuatro noches consecutivas con la referencia ‘clubs, salas de fiestas, pubs, discotecas y bares’.
Cada uno de ellos deberá responder de forma proporcional por el dinero que se gastó con dichas tarjetas durante el periodo que estuvo al frente de la entidad, más un 25% añadido como indica la ley.
Con esta decisión el juez Andreu ha aceptado la petición de fianza realizada por la Fiscalía Anticorrupción y a la que se ha sumado el Frob, máximo accionista de Bankia.
En el auto, el magistrado les acusa de «consentir, aceptar y propiciar» el uno indebido de fondos de la entidad mediante la atribución y uso en provecho propio de ‘tarjetas B’, que entregaron además a consejeros y directivos sin haber controlado la justificación de los gastos ni existir un sustento contractual para ello. informa Europa Press.
El instructor asegura que ambos presidentes utilizaron «en provecho propio» las tarjetas y las entregaron a miembros del Consejo de Administración, de la Comisión de Control, consejeros ejecutivos y directivos, lo que «supuso la percepción por parte de estas personas de cantidades en concepto distinto del retributivo».
Una práctica que conllevó a que 86 personas percibieran bajo sus respectivas presidencias cantidades «en concepto distinto del retributivo, no justificadas ni contractual ni funcionalmente, sin que existiera precepto estatutario o reglamentario, disposición contractual o acuerdo alguno formalizado» al respecto.
Tampoco existen órdenes o decisiones por parte de directivos ni documentación alguna que justifiquen «la existencia, la entrega y la operativa de dichas tarjetas», ni elementos que demuestren que los dos máximos mandatarios de la caja realizaran algún control o supervisión de los gastos que generaron.
Uso personal
Tanto Blesa como Rato han defendido ante el juez que las tarjetas opacas eran «de uso personal» y han eludido cualquier responsabilidad respecto a su emisión, según han confirmado fuentes presentes en la declaración.
Ambos han calificado las cantidades que gastaron con sus tarjetas como una «retribución» concedida por su entidad. En concreto, Blesa ha precisado que se trataba de un «complemento retributivo de libre disposición» mientras que Rato ha concretado que el dinero gastado era una cantidad retributiva que debía descontarse de su salario.
A este respecto Blesa ha aportado actas de la comisión de control que se remontan a mayo de 1988 y en las que se aprueba este medio de pago como una «compensación de gastos para el ejercicio del consejero». «Se trataba de una práctica institucionalizada y totalmente legal», ha dicho.
Rato, por su parte, ha asegurado que «conocía» la existencia de las tarjetas antes de llegar a la presidencia y ha precisado que a él le fue entregada por el ex director general de Caja Madrid y Bankia, Ildefonso Sánchez Barcoj.
El ex presidente ha precisado que después de 2011, este instrumento de pago dejó de utilizarse entre los miembros del consejo «con el objetivo de homogeneizar la situación de BFA».
Tres ejecutivos, todos procedentes de Caja Madrid, mantuvieron tarjeta en 2012, a la espera de definir un futuro modelo retributivo homogéneo para toda la entidad puesto que las peculiaridades retributivas de las cajas de origen se mantenían todavía, en esos momentos, ha precisado, según informa Europa Press.
Rato también ha concretado durante el interrogatorio, que las tarjetas «no existían en las otras cajas» que configuraron Bankia.
Los gastos de los dos ex presidentes de la caja
Miguel Blesa gastó 436.700 euros con cargo a su tarjeta B de Caja Madrid. En concreto, entre 2003 y 2010 sacó del cajero un total de 86.195 euros en efectivo y llegó a cargar 9.000 euros en un solo día en el Hotel Ritz de Madrid. También utilizó su plástico B para abonar un viaje por valor de 12.597,27 euros, joyas de lujo por un importe superior a los 6.000 ó 1.000 más en la compra en una zapatería.
Por su parte, Rodrigo Rato, que cargó 44.200 euros a Caja Madrid y 54.837 euros a Bankia, importe éste último que reingresó a la entidad. El que fuera máximo directivo de Bankia sacó un total de 16.300 euros del cajero durante los tres últimos meses que permaneció al frente de la entidad; y en febrero de 2011, coincidiendo con la fusión de la entidad y el nombramiento de sus directivos, gastó 1.849,23 euros en cuatro noches consecutivas con la referencia ‘clubs, salas de fiestas, pubs, discotecas y bares’.