Economía Lunes 29 de Diciembre de 2014
Por Mariano Martín.-
Axel Kicillof
El sendero de tranquilidad en los números de fin de año entusiasmó al ministro de Economía, Axel Kicillof, quien se animó a trazar un pronóstico para 2015 con un alza en el costo de vida inferior al 15 por ciento. Esa previsión, esbozada a emisarios sindicales, tiene como correlato una pauta salarial teórica con aumentos menores al 20 por ciento, menos de la mitad de lo que algunos dirigentes gremiales anticiparon que pedirán para compensar la pérdida de poder adquisitivo como consecuencia de la inflación.
Los topes forman parte de un esquema económico más amigable hacia los mercados, según le confió el ministro a un economista ligado a los sindicatos tradicionales. El propósito, en esa línea, será atraer inversiones en el último año de gestión de Cristina de Kirchner. A la luz de ese objetivo debe interpretarse que el Gobierno minimizara la posibilidad de una reforma de la ley de contrato de trabajo -con una orientación favorable a los asalariados- pocas horas después de que el Ministerio de Trabajo la dejase trascender.
La planificación de Kicillof es una secuencia lógica de la mirada del Ejecutivo sobre la economía doméstica de fin de año. El secretario de Comercio, Augusto Costa, había asegurado días atrás que 2014 terminaría con una inflación no superior al 24 por ciento, y que para el año que viene la previsión era inferior al 20 por ciento.
Hasta ahora los gremios no le dieron demasiado crédito al optimismo oficial. Mientras el grueso de los dirigentes anticipa desde marzo pedidos de aumentos salariales en torno del 40%, el jefe del sindicato de colectiveros (UTA), Roberto Fernández, llegó a pronosticar una demanda del 50 por ciento.
Esos pedidos tienen como ejes una pauta inflacionaria para el año próximo muy por encima de la enunciada por los funcionarios. Y además, la necesidad alegada por los gremialistas de recuperar entre seis y doce puntos porcentuales de supuesta pérdida de poder adquisitivo de los salarios regidos por convenios colectivos como consecuencia de la suba de precios y de la falta de actualización del Impuesto a las Ganancias. Por caso, la UTA es de los gremios que fueron impactados por la inflación y también por el gravamen.
La convocatoria de Kicillof a los emisarios también tuvo como propósito que su mensaje llegara de manera directa a los dirigentes. Dentro de su esquema de números más moderados de inflación y paritarias incluyó hasta la posibilidad de rebajas tarifarias, y puso como ejemplo la reducción en el precio de los combustibles que regirá a partir de enero.
El ministro volvió una y otra vez sobre lo que, admitió, será el eje de sus desvelos a partir de enero: atenuar la suba de los precios por todas las vías posibles. Y en un esquema de acumulación de reservas por parte del Banco Central y de atracción de inversiones, desde el Gobierno desinflaron la posibilidad de impulsar al menos en los primeros meses la reforma de la legislación laboral que alentaban el ministro Carlos Tomada y el diputado oficialista Héctor Recalde, que aspiraba a abordar temas pendientes como las licencias por paternidad.
