EUROPA PRESS
Con casi cinco años de retraso, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha tomado este jueves una decisión trascendental: ha puesto en marcha un programa de compra masiva de bonos de deuda pública y de activos privados durante un año y medio —desde marzo de 2015 hasta septiembre de 2016— por un valor de .
En total, algo más de un billón de euros (1,08 billones) entre activos públicos y privados para esquivar el riesgo de deflación en la eurozona y contribuir a reactivar la economía del euro, que en los últimos meses se ha caracterizado por un persistente estancamiento.
Además, según anunció Mario Draghi, el BCE también mantiene los tipos de interés del euro en el mínimo histórico del 0,05%. Según la nota de prensa del BCE, el mantenimiento de los tipos de interés tiene el objetivo de apoyar la coyuntura económica y evitar una recesión.
«El Consejo de Gobierno del BCE ha decidido lanzar un programa de compra de activos ampliado por importe de 60.000 millones de euros mensuales y que estará en vigor al menos hasta septiembre de 2016», anunció el presidente en la habitual rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno del BCE.
El presidente del BCE calificó la medida de «necesaria» y la justificó por el «persistente» nivel de baja inflación, muy por debajo del objetivo aspirado por su entidad que, recordó, debería situarse «cerca y levemente por debajo del 2 %». Y es que Draghi subrayó que este programa de adquisición de activos públicos y privados se mantendrá en todo caso hasta que se aprecie un ritmo sostenido en la inflación
El programa no incluye la compra de deuda griega
Draghi cree que la inflación interanual continuará siendo «muy baja o negativa» durante los próximos meses y sólo repuntará «gradualmente» entre 2015 y 2016.
Pero nada sale gratis. En primer lugar, El BCE adquirirá sólo bonos de grado de inversión en el mercado secundario con su programa de compra de deuda anunciado hoy, lo que excluye por el momento la deuda griega.
En segundo lugar, el presidente del BCE quiso dejar claro que que la política monetaria debe ir acompañada «con rapidez» de reformas estructurales y recordó a «varios países» la necesidad de reformar el mercado laboral y de facilitar la actividad y las inversiones empresariales. Es crucial que las reformas estructurales se apliquen con rapidez», dijo.
A su juicio, estas reformas deben ponerse en marcha «de manera creíble y eficaz» tanto para garantizar un crecimiento sostenido en la eurozona en el futuro, como para que crezcan las expectativas de mayores ingresos y se aliente a las empresas a relanzar sus inversiones ahora, adelantándose a la recuperación.
Draghi recordó que incrementar las inversiones, impulsar la creación de puestos de trabajo y hacer crecer la productividad exigen adoptar medidas adicionales
El objetivo de la política monetaria, explicó, es mantener la estabilidad de los precios a largo plazo y contribuir así a la actividad económica, pero, recalcó, incrementar las inversiones, impulsar la creación de puestos de trabajo y hacer crecer la productividad exigen adoptar medidas adicionales.
Pese a alabar las bondades del plan, Draghi confesó a los periodistas que no hubo unanimidad en el consejo de Gobierno, pero sí una gran mayoría, sobre la necesidad de lanzar ahora el programa de compra de bonos soberanos.
Por último, la tasa de riesgo compartido del programa de compra de bonos soberanos del BCE será del 20%, con lo que el 80% del riesgo de impago lo asumirá en solitario el banco central que lo adquiera.
La primera reunión de política monetaria de 2015 ha sido la más importante en mucho tiempo: los mercados daban por descontado que la institución presidida por Mario Draghi iba a anunciar su esperado programa de compra de deuda pública.
La primera reunión de política monetaria de 2014 es la más importante en mucho tiempo
Los analistas afirmaban que Draghi no quería decepcionar a los mercados y que iba a aprobar un importante programa de alivio cuantitativo, conocido como QE, una medida que no gusta mucho a algunos países, entre ellos Alemania.
Otro de los aspectos a destacar de la reunión es que el BCE estrenó el nuevo sistema de rotación de votos en el Consejo de Gobierno como consecuencia de la entrada de Lituania en el euro y que hará que el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, no tenga derecho a voto en la primera reunión de política monetaria de 2015.