“Es un poder sin control”, afirma Gerardo Conte Grand cuando se le pregunta por el espía Antonio Stiuso, alias Jaime. Su aseveración se asienta en la década que lleva enfrentado a Stiuso en la Justicia, luego de que el agente denunciara al ex ministro Gustavo Beliz por exhibirlo públicamente en un programa de televisión. Conte Grand defendió a Beliz como abogado tras acompañarlo como viceministro y ejercer como subsecretario de Exterior de la Secretaría de Exterior de la Secretaría de Inteligencia entre 1990 y 1992.
–¿Cómo fue la pelea judicial?
–Hubo una injusta persecución a Beliz por el delito de supuesta violación de secreto en relación con Antonio Stiuso, hubo publicaciones falsas en pasquines, falsas denuncias contra fiscales y jueces probos para apartarlos de la causa en base a infamias fabricadas, sentencia absolutoria justa recurrida ante la Cámara de Casación, insólita participación de Stiuso en la causa sin ser parte, fallo arbitrario de la Cámara declarando nula la absolución y actual intervención de la Corte. Connivencias, complicidades, temores, pecados que ocultar, extorsiones –en los tres poderes– pérdida de la capacidad para poner límites a los agentes de inteligencia luego de haberles ordenado o facultado cometer actos ilícitos. Quien permite que un dependiente delinca por su orden o con su conocimiento queda preso de su subordinado. Todo esto está en juego en el calamitoso funcionamiento de los servicios de inteligencia y en el de los tres poderes del Estado. También están en juego las luchas mafiosas de facciones por espacios de poder en los servicios de inteligencia, y la constitución de grupos de tareas autónomos como unidades delictivas, que subsisten al estilo de los grupos de tareas de la última dictadura, y que degradan el funcionamiento de la república y la democracia.
–El Gobierno sostiene que Stiuso puede haber inducido o forzado a Nisman para regresar al país y adelantar su denuncia. ¿Cuál es su opinión?
–Esa sospecha debe estar fundada en haber trabajado juntos en la causa AMIA durante diez años, por disposición de Kirchner y ratificación de la actual Presidenta. Esas manifestaciones públicas lo convierten en un testigo necesario, y debería ser citado con urgencia a declarar en la causa sobre tales hechos.
–¿Qué piensa de la separación de Stiuso de la Secretaría de Inteligencia?
–Que es tardía e interesada. Durante once años el actual gobierno utilizó los servicios del funcionario con mayor cantidad de imputaciones formuladas por periodistas responsables, sobre posibles delitos cometidos por Stiuso, incluidas las de Horacio Verbitsky, el periodista pro Gobierno de mayor renombre, haciendo caso omiso de todas ellas. Recién lo separaron cuando dejó de serles funcional. Hacerse ahora los distraídos, o hablar del mismo como si no hubiesesn sabido qui´+en era y qué hacia es un acto de cinismo sin límites.
–¿Quién es Stiuso?
–Es un poder sin control. Cuando uno le encomienda a un funcuionario desarorollar actos al filo de la legalidad o traspasando la olegalidad, es muy dificil despues reclamarle que opere con legalidad. Y son ampliamente conocidos en el fuero federal penal los estrechos vínculos con la mayor parte de los jueces y los fiscales.
–¿Cómo fue la pelea judicial?
–Hubo una injusta persecución a Beliz por el delito de supuesta violación de secreto en relación con Antonio Stiuso, hubo publicaciones falsas en pasquines, falsas denuncias contra fiscales y jueces probos para apartarlos de la causa en base a infamias fabricadas, sentencia absolutoria justa recurrida ante la Cámara de Casación, insólita participación de Stiuso en la causa sin ser parte, fallo arbitrario de la Cámara declarando nula la absolución y actual intervención de la Corte. Connivencias, complicidades, temores, pecados que ocultar, extorsiones –en los tres poderes– pérdida de la capacidad para poner límites a los agentes de inteligencia luego de haberles ordenado o facultado cometer actos ilícitos. Quien permite que un dependiente delinca por su orden o con su conocimiento queda preso de su subordinado. Todo esto está en juego en el calamitoso funcionamiento de los servicios de inteligencia y en el de los tres poderes del Estado. También están en juego las luchas mafiosas de facciones por espacios de poder en los servicios de inteligencia, y la constitución de grupos de tareas autónomos como unidades delictivas, que subsisten al estilo de los grupos de tareas de la última dictadura, y que degradan el funcionamiento de la república y la democracia.
–El Gobierno sostiene que Stiuso puede haber inducido o forzado a Nisman para regresar al país y adelantar su denuncia. ¿Cuál es su opinión?
–Esa sospecha debe estar fundada en haber trabajado juntos en la causa AMIA durante diez años, por disposición de Kirchner y ratificación de la actual Presidenta. Esas manifestaciones públicas lo convierten en un testigo necesario, y debería ser citado con urgencia a declarar en la causa sobre tales hechos.
–¿Qué piensa de la separación de Stiuso de la Secretaría de Inteligencia?
–Que es tardía e interesada. Durante once años el actual gobierno utilizó los servicios del funcionario con mayor cantidad de imputaciones formuladas por periodistas responsables, sobre posibles delitos cometidos por Stiuso, incluidas las de Horacio Verbitsky, el periodista pro Gobierno de mayor renombre, haciendo caso omiso de todas ellas. Recién lo separaron cuando dejó de serles funcional. Hacerse ahora los distraídos, o hablar del mismo como si no hubiesesn sabido qui´+en era y qué hacia es un acto de cinismo sin límites.
–¿Quién es Stiuso?
–Es un poder sin control. Cuando uno le encomienda a un funcuionario desarorollar actos al filo de la legalidad o traspasando la olegalidad, es muy dificil despues reclamarle que opere con legalidad. Y son ampliamente conocidos en el fuero federal penal los estrechos vínculos con la mayor parte de los jueces y los fiscales.