La muerte del fiscal Alberto Nisman causó conmoción en la sociedad y en la vida política del país. A la hora de evaluar su impacto en la vida económica, se estima que será irrelevante en una economía ya deteriorada. El efecto, en realidad, está asociado a una mejora en la probabilidad que los candidatos que representan un cambio de política económica en el próximo gobierno ganen las elecciones presidenciales.
Una primera lectura de esta crisis política que seguirá desarrollándose deja a los inversores contentos. Perciben que el costo político será pagado por el kirchnerismo, lo que beneficiará a los candidatos que impulsan una nueva manera de manejar la economía.
Mauricio Macri (Pro) es el candidato que representaría un cambio, y por lo tanto, el más beneficiado, según la óptica del mercado. Porque Sergio Massa (Frente Renovador) refleja una posición intermedia entre cambio y continuidad. Y Daniel Scioli (Frente para la Victoria), la de un candidato más cercano a las políticas kirchneristas pero que aplicaría algunos cambios.
«Los inversores preguntan si va a ser un tema que dure en el tiempo. O si se resolverá rápidamente. Si se incrementa la chance de que (la presidente) Cristina Kirchner no termine su mandato. Y cómo a fecta a los candidatos en la campaña electoral», contaron en un banco de inversión europeo, bajo la condición de anonimato.
«Es un acontecimiento muy serio y trágico y claramente negativo para el gobierno. Los socios del gobierno son los que probablemente más sufrirán en este contexto», agregó el analista, quien entiende que Massa podría beneficiarse por su enfoque en temas de seguridad. «Macri ofrece el mayor cambio en una nueva dirección, aparece como el más atractivo», dijo.
Un análisis de Sebastián Vargas, director de Barclays, recomendó a los inversores enfocarse en cuatro potenciales escenarios:
Uno en el cual la situación se mantiene manejable y donde la erosión del poder político de Cristina Kirchner no es suficiente para limitar su capacidad para gobernar en 2015. «Este escenario sería positivo para el mercado ya que no sería un cambio respecto de la situación pre-Nisman», indicó, en el cual recomendaba comprar bonos Discount, Par, Global 17 y a los títulos de la provincia de Buenos Aires a 2015 y 2018.
En un segundo, el daño político a la Presidente es alto y Scioli no puede diferenciarse suficientemente a medida que las preferencia del público se balancea hacia el «cambio», representado por Macri, Massa o Ernesto Sanz (UCR). «Las políticas propuestas por los candidatos que representan el cambio son amigables para el mercado. Hasta el momento, sin embargo, cerca de dos tercios de la población quiere continuidad, no cambio», advirtió.
En otro, la crisis de gobernabilidad fuerza a la Presidente a adelantar las elecciones. Y un presidente interino conduciría el país hasta que el Congreso elija un nuevo presidente para completar el mandato. «Scioli podría ser el presidente interino, dadas las mayorías peronistas en el Congreso, a pesar de que pensamos que eludiría esta situación, ya que preferiría ser más libre para diseñar su agenda política sin la señora Kirchner en el poder». Este escenario se tornaría más volátil para los inversores. Pero una presidencia de Scioli terminaría siendo amigable para ellos, estimó.
Finalmente, prevé que Cristina Kirchner podría buscar apoyo en el partido peronista aumentando las chances de Scioli. Un «pacto de gobernabilidad» con el peronismo, dada la proximidad de las elecciones, probablemente significaría un cambio de facto en el liderazgo. «Sería positivo para el mercado, dado que aseguraría una transición sin problemas a las elecciones presidenciales y aumentarían las posibilidades de Scioli en las elecciones», dijo.
Sin reacción
Los cuatro escenarios que planteó Vargas terminan siendo market friendly, pero entiende que el mercado no sobrereaccionó porque «aun la situación es fluida y es muy difícil de cuadrar» y «existen legítimos temores que en un escenario hipotético de crisis de gobernabilidad los fundamentos de la economía se deterioren». De hecho, el riesgo país bajó 14 puntos la semana pasada, a 717 puntos básicos, pero apoyado mayormente en el contexto global.
Los inversores de títulos nacionales, los fondos distress, que tratan de beneficiarse de la suba posterior al acuerdo con los holdouts, dejaron de comprar deuda argentina desde el mes pasado para no agregar riesgo a las carteras golpeadas por la caída del petróleo. Ante este nuevo panorama no venden sus tenencias, pero están atentos a cuán larga y profunda será esta nueva crisis política, según contaron los bancos de inversión consultados. Y el ruido que genera este escándalo no atrae a nuevos inversores. «La situación económica está determinada. Y la falta de interés de los inversores extranjeros por Argentina está definida por otros temas globales, por eso el mercado no reacciona. En el margen hay esperanza de que esta crisis ayude a mejorar las instituciones», dijo Gustavo Cañonero, jefe de Research para Mercados Emergentes en Deutsche Bank. En la economía de todos los días, los expertos coincidieron en que la actividad seguirá estancada, que continuará el cepo cambiario, que el gobierno seguirá aumentando el déficit fiscal, que no resolverá el litigio con los holdouts.
Es más, aunque políticamente el gobierno quede un poco más arrinconado y la economía, con más desafíos, conocen la predisposición de Cristina Kirchner a redoblar la apuesta. «Este gobierno bajo presión actúa en forma más radical y tiene tendencia a la hostilidad. No se esperan cambios significativos», dijeron en el banco europeo.
Una primera lectura de esta crisis política que seguirá desarrollándose deja a los inversores contentos. Perciben que el costo político será pagado por el kirchnerismo, lo que beneficiará a los candidatos que impulsan una nueva manera de manejar la economía.
Mauricio Macri (Pro) es el candidato que representaría un cambio, y por lo tanto, el más beneficiado, según la óptica del mercado. Porque Sergio Massa (Frente Renovador) refleja una posición intermedia entre cambio y continuidad. Y Daniel Scioli (Frente para la Victoria), la de un candidato más cercano a las políticas kirchneristas pero que aplicaría algunos cambios.
«Los inversores preguntan si va a ser un tema que dure en el tiempo. O si se resolverá rápidamente. Si se incrementa la chance de que (la presidente) Cristina Kirchner no termine su mandato. Y cómo a fecta a los candidatos en la campaña electoral», contaron en un banco de inversión europeo, bajo la condición de anonimato.
«Es un acontecimiento muy serio y trágico y claramente negativo para el gobierno. Los socios del gobierno son los que probablemente más sufrirán en este contexto», agregó el analista, quien entiende que Massa podría beneficiarse por su enfoque en temas de seguridad. «Macri ofrece el mayor cambio en una nueva dirección, aparece como el más atractivo», dijo.
Un análisis de Sebastián Vargas, director de Barclays, recomendó a los inversores enfocarse en cuatro potenciales escenarios:
Uno en el cual la situación se mantiene manejable y donde la erosión del poder político de Cristina Kirchner no es suficiente para limitar su capacidad para gobernar en 2015. «Este escenario sería positivo para el mercado ya que no sería un cambio respecto de la situación pre-Nisman», indicó, en el cual recomendaba comprar bonos Discount, Par, Global 17 y a los títulos de la provincia de Buenos Aires a 2015 y 2018.
En un segundo, el daño político a la Presidente es alto y Scioli no puede diferenciarse suficientemente a medida que las preferencia del público se balancea hacia el «cambio», representado por Macri, Massa o Ernesto Sanz (UCR). «Las políticas propuestas por los candidatos que representan el cambio son amigables para el mercado. Hasta el momento, sin embargo, cerca de dos tercios de la población quiere continuidad, no cambio», advirtió.
En otro, la crisis de gobernabilidad fuerza a la Presidente a adelantar las elecciones. Y un presidente interino conduciría el país hasta que el Congreso elija un nuevo presidente para completar el mandato. «Scioli podría ser el presidente interino, dadas las mayorías peronistas en el Congreso, a pesar de que pensamos que eludiría esta situación, ya que preferiría ser más libre para diseñar su agenda política sin la señora Kirchner en el poder». Este escenario se tornaría más volátil para los inversores. Pero una presidencia de Scioli terminaría siendo amigable para ellos, estimó.
Finalmente, prevé que Cristina Kirchner podría buscar apoyo en el partido peronista aumentando las chances de Scioli. Un «pacto de gobernabilidad» con el peronismo, dada la proximidad de las elecciones, probablemente significaría un cambio de facto en el liderazgo. «Sería positivo para el mercado, dado que aseguraría una transición sin problemas a las elecciones presidenciales y aumentarían las posibilidades de Scioli en las elecciones», dijo.
Sin reacción
Los cuatro escenarios que planteó Vargas terminan siendo market friendly, pero entiende que el mercado no sobrereaccionó porque «aun la situación es fluida y es muy difícil de cuadrar» y «existen legítimos temores que en un escenario hipotético de crisis de gobernabilidad los fundamentos de la economía se deterioren». De hecho, el riesgo país bajó 14 puntos la semana pasada, a 717 puntos básicos, pero apoyado mayormente en el contexto global.
Los inversores de títulos nacionales, los fondos distress, que tratan de beneficiarse de la suba posterior al acuerdo con los holdouts, dejaron de comprar deuda argentina desde el mes pasado para no agregar riesgo a las carteras golpeadas por la caída del petróleo. Ante este nuevo panorama no venden sus tenencias, pero están atentos a cuán larga y profunda será esta nueva crisis política, según contaron los bancos de inversión consultados. Y el ruido que genera este escándalo no atrae a nuevos inversores. «La situación económica está determinada. Y la falta de interés de los inversores extranjeros por Argentina está definida por otros temas globales, por eso el mercado no reacciona. En el margen hay esperanza de que esta crisis ayude a mejorar las instituciones», dijo Gustavo Cañonero, jefe de Research para Mercados Emergentes en Deutsche Bank. En la economía de todos los días, los expertos coincidieron en que la actividad seguirá estancada, que continuará el cepo cambiario, que el gobierno seguirá aumentando el déficit fiscal, que no resolverá el litigio con los holdouts.
Es más, aunque políticamente el gobierno quede un poco más arrinconado y la economía, con más desafíos, conocen la predisposición de Cristina Kirchner a redoblar la apuesta. «Este gobierno bajo presión actúa en forma más radical y tiene tendencia a la hostilidad. No se esperan cambios significativos», dijeron en el banco europeo.