Tomas de rehenes, entraderas, asaltos con víctimas en la línea de fuego, allanamientos: en un contexto social con violencia creciente, cada vez son más frecuentes las situaciones críticas a las que se enfrenta un policía en ejercicio. Las decisiones deben tomarse en milésimas de segundos, y un paso en falso o un descuido pueden terminar en desenlaces fatales.
Para enseñar –y evaluar– a los agentes en este tipo de circunstancias, el entrenamiento de tiro tradicional ya no resulta suficiente. Por eso, los policías de la Ciudad entrenan en un polígono de tiro virtual, cuyas instalaciones se encuentran en el Bajo Flores. Este espacio es el único de su tipo en el país, y uno de los primeros de la región: hay uno en Santo Domingo, República Dominicana, y a fines del año pasado la Escuela Nacional de Policías de Montevideo montó uno en sus dependencias.
Más que apuntar. El Instituto Superior de Seguridad Pública de la Ciudad, del que depende la Academia de la Policía Metropolitana, instaló el polígono virtual en 2012. Es un sistema electrónico de video que reproduce diferentes situaciones de crisis que deben ser resueltas de la mejor manera posible. El ejercicio lo realizan tanto los 650 cadetes que cada año estudian en esa fuerza como sus 5.500 efectivos en actividad: es obligatorio que se sometan a una evaluación anual para ver cómo resuelven las crisis, más allá de sus habilidades de tiro.
Además de las opciones que ofrece el equipo, el software permite que se sumen nuevos escenarios, según explican a PERFIL los instructores de tiro de la escuela, y ver, sobre todo, qué habilidades cognitivas ponen en juego los agentes a la hora de evitar riesgos. Además, dicen, es una cuestión de costos: el sistema virtual minimiza los gastos –entre ellos, el uso de municiones– de formación de quienes usan armas de fuego.
“Nuestro objetivo apunta al uso racional del arma por parte del agente metropolitano. A partir de los diferentes escenarios que presenta el simulador, el efectivo aprende a analizar el contexto que rodea a la situación de riesgo existente. Si bien la puntería es importante, para nosotros es fundamental la decisión de tiro que toma el uniformado”, señala Marcela De Langhe, directora del ISSP.
El equipo está compuesto por una pantalla de tres metros de alto por dos de ancho, una computadora y un par de pistolas 9 mm originales que fueron adaptadas para funcionar a nivel virtual: se les colocó un láser en la punta del cañón que, una vez activado, permite medir la efectividad del tirador a la hora de resolver la crisis que enfrenta. Estas armas posibilitan, además, familiarizarse desde un primer momento con el peso y los movimientos que produce un arma real cuando es disparada. Todo el procedimiento se realiza bajo la atenta mirada de dos instructores de tiro de la escuela. “El sistema complementa al polígono tradicional. Es una instancia intermedia entre la teoría y el fuego real”, agrega De Langhe.
Entrenamiento compartido. El polígono virtual también es utilizado por la Policía Federal, el Ejército y la Gendarmería, pero no sólo lo usan fuerzas locales: agencias de seguridad extranjeras también llegan hasta el Bajo Flores para “afinar” su puntería. “Una vez por año los agentes del FBI que están en la Embajada de Estados Unidos hacen prácticas de tiro en nuestro simulador”, cuenta De Langhe. Desde 2012, además, el FBI tiene un acuerdo con la Metropolitana, por el cual sus instructores de tiro participan en las prácticas de los cadetes y agentes.
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Para enseñar –y evaluar– a los agentes en este tipo de circunstancias, el entrenamiento de tiro tradicional ya no resulta suficiente. Por eso, los policías de la Ciudad entrenan en un polígono de tiro virtual, cuyas instalaciones se encuentran en el Bajo Flores. Este espacio es el único de su tipo en el país, y uno de los primeros de la región: hay uno en Santo Domingo, República Dominicana, y a fines del año pasado la Escuela Nacional de Policías de Montevideo montó uno en sus dependencias.
Más que apuntar. El Instituto Superior de Seguridad Pública de la Ciudad, del que depende la Academia de la Policía Metropolitana, instaló el polígono virtual en 2012. Es un sistema electrónico de video que reproduce diferentes situaciones de crisis que deben ser resueltas de la mejor manera posible. El ejercicio lo realizan tanto los 650 cadetes que cada año estudian en esa fuerza como sus 5.500 efectivos en actividad: es obligatorio que se sometan a una evaluación anual para ver cómo resuelven las crisis, más allá de sus habilidades de tiro.
Además de las opciones que ofrece el equipo, el software permite que se sumen nuevos escenarios, según explican a PERFIL los instructores de tiro de la escuela, y ver, sobre todo, qué habilidades cognitivas ponen en juego los agentes a la hora de evitar riesgos. Además, dicen, es una cuestión de costos: el sistema virtual minimiza los gastos –entre ellos, el uso de municiones– de formación de quienes usan armas de fuego.
“Nuestro objetivo apunta al uso racional del arma por parte del agente metropolitano. A partir de los diferentes escenarios que presenta el simulador, el efectivo aprende a analizar el contexto que rodea a la situación de riesgo existente. Si bien la puntería es importante, para nosotros es fundamental la decisión de tiro que toma el uniformado”, señala Marcela De Langhe, directora del ISSP.
El equipo está compuesto por una pantalla de tres metros de alto por dos de ancho, una computadora y un par de pistolas 9 mm originales que fueron adaptadas para funcionar a nivel virtual: se les colocó un láser en la punta del cañón que, una vez activado, permite medir la efectividad del tirador a la hora de resolver la crisis que enfrenta. Estas armas posibilitan, además, familiarizarse desde un primer momento con el peso y los movimientos que produce un arma real cuando es disparada. Todo el procedimiento se realiza bajo la atenta mirada de dos instructores de tiro de la escuela. “El sistema complementa al polígono tradicional. Es una instancia intermedia entre la teoría y el fuego real”, agrega De Langhe.
Entrenamiento compartido. El polígono virtual también es utilizado por la Policía Federal, el Ejército y la Gendarmería, pero no sólo lo usan fuerzas locales: agencias de seguridad extranjeras también llegan hasta el Bajo Flores para “afinar” su puntería. “Una vez por año los agentes del FBI que están en la Embajada de Estados Unidos hacen prácticas de tiro en nuestro simulador”, cuenta De Langhe. Desde 2012, además, el FBI tiene un acuerdo con la Metropolitana, por el cual sus instructores de tiro participan en las prácticas de los cadetes y agentes.
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