“El País”, diario madrileño que responde a los intereses de las élites noratlánticas, publicó hace unos días uno más de los cientos de burdos artículos con los que cada año promueven el desprestigio de los movimientos emancipatorios sudamericanos.
El artículo sería tan irrelevante como lo es casi todo artículo de la prensa del gran capital, si no fuera porque, como a veces sucede con las plumas a sueldo de los grandes poderes, ofrece un par de datos relevantes.
Por un lado, avisa: “mientras América (Latina) no tiene referentes, se prepara la vuelta del Imperio”.
Por otro, el señor que escribe proyecta sus valores (y los de sus jefes y, seguramente, de sus amigos), para, sin una pizca de inseguridad, afirmar: “Venezuela se ha convertido en una vergüenza, justo cuando en el siglo XXI el ser humano ha perdido la capacidad de conmoverse frente a la muerte”.
¿El ser humano ha perdido la capacidad de conmoverse frente a la muerte?
Lo que sí está claro es que desde hace décadas, pero más aun desde el 11 de Septiembre de 2001, el sistema propagandístico hollywoodense y la gran “prensa” financiada por el capital insensibilizan y así preparan a los pueblos del Norte para no conmoverse frente a la muerte. O más bien, y en vista de la sangrienta historia de los países más poderosos, habría que decir: para volver a no conmoverse con las matanzas masivas de pueblos propios y ajenos.
Y a todo esto, parió la abuela.