Trepa 27% medida en dólares y ya superó el 21% que creció en todo 2014. Se suma la expectativa del final de ciclo con las flamantes alianzas electorales y las versiones de un levantamiento del cepo ni bien asuma la nueva gestión. La amenaza del juez Griesa parece no tener influencia en la apuesta de los inversores que ven que el próximo gobierno podría negociar una salida
El mercado bursátil argentino parece haber despertado de su letargo. La suba de ayer (ver aparte) que va hilvanando una semana para el recuerdo parece respetar el misterioso bombeo de optimismo al ritmo que marca el calendario electoral, la sístole y diástole de una plaza accionaria que le ha dado impulso al valor de mercado de las principales empresas que cotizan en bolsa. Se juega mucho, si se tiene en cuenta que la expectativa de un cambio político cotiza en alza en el circuito que dibujan bancos, energéticas, metalúrgicas, petroleras y compañías de materiales básicos (ver pág. 2). El dato es relevante: en lo que va del año, el Merval es el mercado de acciones que, medido en dólares, resulta en el de mayor crecimiento en el mundo. Hablamos de un 27%, todo un logro para una bolsa que en 2014 sólo pudo condensar una suba de 21% en 12 meses.
En opinión de los analistas, son varios los argumentos y sectores que merecen análisis. Pero a los fines de aquellos que siguen el minuto a minuto el mercado para capitalizar las oportunidades, los últimos días lucen desconcertantes: es que prácticamente todos los sectores (y todos los papeles) han registrado una evolución positiva y el riesgo país retrocede a niveles que hacía tiempo que no se veían. La posición del juez Thomas Griesa con Argentina parece no haber amedrentado el flujo de fondos hacia activos locales: inversores del exterior, pero también los locales buscan beneficiarse del efecto «Chau Cristina», como lo llaman en la City. Como consecuencia, el riesgo país entre Argentina y Brasil ya se redujo casi a la mitad desde principios de año. A fines de 2014, el sobrecosto que pagaba Brasil sobre la tasa de los bonos del Tesoro era de 261 puntos versus los 719 de Argentina. Esa brecha se redujo: Brasil trepa a 344 pb., pero Argentina baja a 584 puntos. «La tendencia está firme y existe gran interés en activos en dólares de la Argentina», sostienen en el banco de inversión Puente. Ayer, los activos locales pasaron a terreno positivo al compás de las plazas regionales, tras anuncios esclarecedores de la Reserva Federal (ver pág. 3 de F&M). El cambio de gobierno no es lo único que entusiasma a los inversores: el optimismo también se alimenta de la expectativa a que una nueva gestión solucione el conflicto con los holdouts y quite las restricciones cambiarias vigentes.
Desde el Estudio Broda señalan que «a diferencia del resto del mundo emergente, en la Argentina mejoran los precios de los activos locales y entran capitales financieros ante la expectativa de cambio de gobierno».
En la City señalan que «hay ansiedad», pero es el factor tiempo el que mayor vigilancia merece, sobre todo del inversor minorista, siempre expuesto a los cambios en el reparto bipolar del sube-baja bursátil. Se sabe que el argentino es un mercado de acciones pequeno, acostumbrado a los grandes sacudones.
El mercado bursátil argentino parece haber despertado de su letargo. La suba de ayer (ver aparte) que va hilvanando una semana para el recuerdo parece respetar el misterioso bombeo de optimismo al ritmo que marca el calendario electoral, la sístole y diástole de una plaza accionaria que le ha dado impulso al valor de mercado de las principales empresas que cotizan en bolsa. Se juega mucho, si se tiene en cuenta que la expectativa de un cambio político cotiza en alza en el circuito que dibujan bancos, energéticas, metalúrgicas, petroleras y compañías de materiales básicos (ver pág. 2). El dato es relevante: en lo que va del año, el Merval es el mercado de acciones que, medido en dólares, resulta en el de mayor crecimiento en el mundo. Hablamos de un 27%, todo un logro para una bolsa que en 2014 sólo pudo condensar una suba de 21% en 12 meses.
En opinión de los analistas, son varios los argumentos y sectores que merecen análisis. Pero a los fines de aquellos que siguen el minuto a minuto el mercado para capitalizar las oportunidades, los últimos días lucen desconcertantes: es que prácticamente todos los sectores (y todos los papeles) han registrado una evolución positiva y el riesgo país retrocede a niveles que hacía tiempo que no se veían. La posición del juez Thomas Griesa con Argentina parece no haber amedrentado el flujo de fondos hacia activos locales: inversores del exterior, pero también los locales buscan beneficiarse del efecto «Chau Cristina», como lo llaman en la City. Como consecuencia, el riesgo país entre Argentina y Brasil ya se redujo casi a la mitad desde principios de año. A fines de 2014, el sobrecosto que pagaba Brasil sobre la tasa de los bonos del Tesoro era de 261 puntos versus los 719 de Argentina. Esa brecha se redujo: Brasil trepa a 344 pb., pero Argentina baja a 584 puntos. «La tendencia está firme y existe gran interés en activos en dólares de la Argentina», sostienen en el banco de inversión Puente. Ayer, los activos locales pasaron a terreno positivo al compás de las plazas regionales, tras anuncios esclarecedores de la Reserva Federal (ver pág. 3 de F&M). El cambio de gobierno no es lo único que entusiasma a los inversores: el optimismo también se alimenta de la expectativa a que una nueva gestión solucione el conflicto con los holdouts y quite las restricciones cambiarias vigentes.
Desde el Estudio Broda señalan que «a diferencia del resto del mundo emergente, en la Argentina mejoran los precios de los activos locales y entran capitales financieros ante la expectativa de cambio de gobierno».
En la City señalan que «hay ansiedad», pero es el factor tiempo el que mayor vigilancia merece, sobre todo del inversor minorista, siempre expuesto a los cambios en el reparto bipolar del sube-baja bursátil. Se sabe que el argentino es un mercado de acciones pequeno, acostumbrado a los grandes sacudones.