Argentina empezó este mes a imprimir billetes de 50 pesos con el mapa de las Islas Malvinas. Por su circulación masiva, fueron diseñados para recordar a los ciudadanos del continuo reclamo de Argentina por el territorio dependiente del Reino Unido que sin éxito invadió en 1982.
Pero la larga disputa diplomática que mantienen Gran Bretaña y Argentina no impidió que varias compañías petroleras chicas insistan con las ambiciones de bombear petróleo y gas aguas adentro a la altura de las Islas Malvinas.
La mayor parte del dinero que se está invirtiendo en estos meses –para perforar seis pozos a un costo de u$s 400 millones– lo aportan Premier Oil, que cotiza en Londres, y Noble Energy de Estados Unidos. Entre los socios chicos se encuentran la británica Rockhopper Exploration y Falkland Oil & Gas.
La primera vez que se descubrió petróleo offshore en Las Malvinas fue en 2010 en un yacimiento llamado Sea Lion ubicado al norte de las islas. El hallazgo, que lo hizo Rockhopper, era demasiado modesto en tamaño para atraer interés de grandes grupos energéticos, pero los ingresos fiscales asociados al crudo podrían todavía hacer una diferencia para la escasa población de las islas. Había esperanzas de que la producción del yacimiento Sea Lion pudiera empezar en 2017, pero la preocupación por los desafíos que implican operar en el océano Atlántico Sur, y las demoras para conseguir respaldo financiero, alargaron los tiempos. La caída de 50% en los precios del petróleo podría provocar aún más retrasos.
Sin embargo, Sam Moody, CEO de Rockhopper, insiste en que con un plan a menor escala para el yacimiento Sea Lion, que implica un gasto de capital inicial de u$s 1.800 millones o menos, se podría garantizar una inicio de producción antes de 2020. «Confiamos en que [Sea Lion] será aprobado», aseguró Moody.
Moody también insiste en que el yacimiento Sea Lion será desarrollado tenga o no éxito la campaña de exploración de este año en otras zonas de Las Malvinas. «Estamos hablando de cerca de 400 millones de barriles de petróleo recuperable. No recuerdo la última vez que se descubrió esa cantidad en el Mar del Norte británico»
La decisión del visto bueno definitivo para el yacimiento Sea Lion depende de Premier Oil, compañía del FTSE 250 que compró una parte mayoritaria del proyecto, y asumió como operador en 2012.
En enero Tony Durrant, CEO de Premier, admitió que la compañía podrá solo respaldar el yacimiento si se recuperan significativamente los precios del crudo Brent a más de u$s 50 el barril. El miércoles, cotizaba a u$s 53,05.
Cualquier compromiso firme de Premier con el desarrollo del yacimiento también dependerá del equilibrio entre las suposiciones realistas sobre los precios futuros del petróleo y las condiciones fiscales que ofrece el gobierno de Las Malvinas.
Las autoridades de Puerto Argentino esperan recibir el 9% de la explotación del petróleo en concepto de royalties según se propuso hace tiempo a los exploradores de petróleo. No obstante, los desarrolladores exitosos también pagarán un impuesto de 26% sobre las ganancias de las compañías.
Stephen Luxton, director de recursos minerales para el gobierno de Las Malvinas, defiende las condiciones que se ofrecen a los desarrolladores, consideradas entre las más generosas del mundo. «Es un importante principio para mantener la estabilidad fiscal porque las compañías estudian invertir en proyectos a 15 y hasta 25 años», aseguró. «Las compañías necesitan un buen retorno por trabajar acá, en una zona tan remota».
Luxton no quiere hablar sobre cuánto dinero podría entrar en las arcas del gobierno de las islas en el caso de que el yacimiento Sea Lion continúe con el desarrollo, aunque afirma que podría hacer a una gran diferencia. Las islas, donde viven menos de 3.000 personas, genera un PBI anual de 100 millones de libras, o menos de 30.000 per cápita. La economía de las islas tradicionalmente se basó en la cría de ovejas, si bien gran parte de los ingresos del gobierno ahora provienen de las exportaciones de calamares congelados. Todo eso podría cambiar si se avanza con el yacimiento Sea Lion. La primera etapa de su desarrollo podría proporcionar 60.000 barriles de crudo diarios y el gobierno podría recibir u$s 2.500 millones en impuestos petroleros durante 15 años.
Pero la larga disputa diplomática que mantienen Gran Bretaña y Argentina no impidió que varias compañías petroleras chicas insistan con las ambiciones de bombear petróleo y gas aguas adentro a la altura de las Islas Malvinas.
La mayor parte del dinero que se está invirtiendo en estos meses –para perforar seis pozos a un costo de u$s 400 millones– lo aportan Premier Oil, que cotiza en Londres, y Noble Energy de Estados Unidos. Entre los socios chicos se encuentran la británica Rockhopper Exploration y Falkland Oil & Gas.
La primera vez que se descubrió petróleo offshore en Las Malvinas fue en 2010 en un yacimiento llamado Sea Lion ubicado al norte de las islas. El hallazgo, que lo hizo Rockhopper, era demasiado modesto en tamaño para atraer interés de grandes grupos energéticos, pero los ingresos fiscales asociados al crudo podrían todavía hacer una diferencia para la escasa población de las islas. Había esperanzas de que la producción del yacimiento Sea Lion pudiera empezar en 2017, pero la preocupación por los desafíos que implican operar en el océano Atlántico Sur, y las demoras para conseguir respaldo financiero, alargaron los tiempos. La caída de 50% en los precios del petróleo podría provocar aún más retrasos.
Sin embargo, Sam Moody, CEO de Rockhopper, insiste en que con un plan a menor escala para el yacimiento Sea Lion, que implica un gasto de capital inicial de u$s 1.800 millones o menos, se podría garantizar una inicio de producción antes de 2020. «Confiamos en que [Sea Lion] será aprobado», aseguró Moody.
Moody también insiste en que el yacimiento Sea Lion será desarrollado tenga o no éxito la campaña de exploración de este año en otras zonas de Las Malvinas. «Estamos hablando de cerca de 400 millones de barriles de petróleo recuperable. No recuerdo la última vez que se descubrió esa cantidad en el Mar del Norte británico»
La decisión del visto bueno definitivo para el yacimiento Sea Lion depende de Premier Oil, compañía del FTSE 250 que compró una parte mayoritaria del proyecto, y asumió como operador en 2012.
En enero Tony Durrant, CEO de Premier, admitió que la compañía podrá solo respaldar el yacimiento si se recuperan significativamente los precios del crudo Brent a más de u$s 50 el barril. El miércoles, cotizaba a u$s 53,05.
Cualquier compromiso firme de Premier con el desarrollo del yacimiento también dependerá del equilibrio entre las suposiciones realistas sobre los precios futuros del petróleo y las condiciones fiscales que ofrece el gobierno de Las Malvinas.
Las autoridades de Puerto Argentino esperan recibir el 9% de la explotación del petróleo en concepto de royalties según se propuso hace tiempo a los exploradores de petróleo. No obstante, los desarrolladores exitosos también pagarán un impuesto de 26% sobre las ganancias de las compañías.
Stephen Luxton, director de recursos minerales para el gobierno de Las Malvinas, defiende las condiciones que se ofrecen a los desarrolladores, consideradas entre las más generosas del mundo. «Es un importante principio para mantener la estabilidad fiscal porque las compañías estudian invertir en proyectos a 15 y hasta 25 años», aseguró. «Las compañías necesitan un buen retorno por trabajar acá, en una zona tan remota».
Luxton no quiere hablar sobre cuánto dinero podría entrar en las arcas del gobierno de las islas en el caso de que el yacimiento Sea Lion continúe con el desarrollo, aunque afirma que podría hacer a una gran diferencia. Las islas, donde viven menos de 3.000 personas, genera un PBI anual de 100 millones de libras, o menos de 30.000 per cápita. La economía de las islas tradicionalmente se basó en la cría de ovejas, si bien gran parte de los ingresos del gobierno ahora provienen de las exportaciones de calamares congelados. Todo eso podría cambiar si se avanza con el yacimiento Sea Lion. La primera etapa de su desarrollo podría proporcionar 60.000 barriles de crudo diarios y el gobierno podría recibir u$s 2.500 millones en impuestos petroleros durante 15 años.