Los giros de utilidades de empresas extranjeras que el Banco Central (BCRA) posterga pueden llegar a superar los u$s 13.000 millones a fines de este año, según los cálculos de máxima que hacen diferentes analistas. Para apuntalar el nivel de reservas, la entidad que conduce Alejandro Vanoli sostiene un cierre casi total a estas remesas de utilidades y el stock que se acumule supondrá una importante salida de divisas muy difícil de administrar si se pretende eliminar el cepo cambiario.
El debate respecto a una posible salida del cepo encendió alertas respecto al día después. Tanto analistas independientes como asociados a candidatos que competirán por la presidencia en las elecciones de octubre coincidieron en identificar como una de las herencias más sensibles que dejarán cuatro años de férreos controles para quien intente retrotraerlos a su estado previo a octubre de 2011 las utilidades devengadas no giradas de empresas multinacionales.
Imposibilitadas de acceder al mercado cambiario para cambiar las ganancias obtenidas en pesos en el mercado interno por divisas para remesar a sus casas matrices, en los primeros años de cepo las firmas reaccionaron reinvirtiendo buena parte de sus utilidades dentro del país. La compra de oficinas y sedes corporativas con pesos, además de otros bienes de capital, fueron la opción inicial. Pero el tiempo fue pasando y los pedidos de esas empresas para girar ese dinero al exterior se hicieron más intensos.
Así como se calcula que mediante la administración de los pagos al exterior el BCRA pateó para adelante cerca de u$s 3.500 millones de importaciones que entraron al país pero no fueron canceladas, la cuenta de giro de utilidades también ha ido creciendo y generando un stock que ronda un tercio de las reservas actuales.
«La cifra de utilidades bloqueadas es de alrededor de u$s 10.000 millones», dijo Luciano Cohan, economista de Elypsis a este diario. «Parte de eso posiblemente se haya reinvertido, pero eso es lo que se puede estimar viendo el informe del mercado único y libre de cambios y el balance de pagos», agregó.
Elypsis, además, proyecta que en un año en el que las trabas se mantendrán intensas, otros u$s 3.000 millones se sumarán de aquí a diciembre. Exactamente el mismo número que prevé el último informe mensual de Bein & Asociados.
Las trabas no fueron estables, variaron su intensidad en los tres años de cepo. «En 2012 y 2013 las utilidades devengadas promediaron unos u$s 8.300 millones y las giradas fueron unos u$s 900 millones. Cuando ves el año pasado, las devengadas fueron u$s 8.175 millones, mientras que las giradas u$s 1.316 millones, un poco más que en los dos años anteriores, pero se concentró todo en el primer semestre, con lo cual en el segundo se intensificó la barrera», dijo Juan Manuel Pazos, del Estudio Broda. Pazos calculo que a fin de año el stock de utilidades no giradas estará algo más abajo, en u$s 10.000 millones. Pero más allá de que los números varíen, y que dependan también de las decisiones regulatorias en lo que queda del año, la conclusión es la misma. Ese atraso genera una salida futura de divisas que habrá que administrar. «Una cosa es liberar el flujo (nuevas utilidades) y otra el stock (las atrasadas), que no se puede liberar de un día para el otro. Podés licuarlos -desdoblándolos y haciéndolos salir como contado con liqui, por ejemplo, o con un impuesto- o sacarles liquidez -por ejemplo, cambiarlo por un bono soberano», dijo Cohan.
El debate respecto a una posible salida del cepo encendió alertas respecto al día después. Tanto analistas independientes como asociados a candidatos que competirán por la presidencia en las elecciones de octubre coincidieron en identificar como una de las herencias más sensibles que dejarán cuatro años de férreos controles para quien intente retrotraerlos a su estado previo a octubre de 2011 las utilidades devengadas no giradas de empresas multinacionales.
Imposibilitadas de acceder al mercado cambiario para cambiar las ganancias obtenidas en pesos en el mercado interno por divisas para remesar a sus casas matrices, en los primeros años de cepo las firmas reaccionaron reinvirtiendo buena parte de sus utilidades dentro del país. La compra de oficinas y sedes corporativas con pesos, además de otros bienes de capital, fueron la opción inicial. Pero el tiempo fue pasando y los pedidos de esas empresas para girar ese dinero al exterior se hicieron más intensos.
Así como se calcula que mediante la administración de los pagos al exterior el BCRA pateó para adelante cerca de u$s 3.500 millones de importaciones que entraron al país pero no fueron canceladas, la cuenta de giro de utilidades también ha ido creciendo y generando un stock que ronda un tercio de las reservas actuales.
«La cifra de utilidades bloqueadas es de alrededor de u$s 10.000 millones», dijo Luciano Cohan, economista de Elypsis a este diario. «Parte de eso posiblemente se haya reinvertido, pero eso es lo que se puede estimar viendo el informe del mercado único y libre de cambios y el balance de pagos», agregó.
Elypsis, además, proyecta que en un año en el que las trabas se mantendrán intensas, otros u$s 3.000 millones se sumarán de aquí a diciembre. Exactamente el mismo número que prevé el último informe mensual de Bein & Asociados.
Las trabas no fueron estables, variaron su intensidad en los tres años de cepo. «En 2012 y 2013 las utilidades devengadas promediaron unos u$s 8.300 millones y las giradas fueron unos u$s 900 millones. Cuando ves el año pasado, las devengadas fueron u$s 8.175 millones, mientras que las giradas u$s 1.316 millones, un poco más que en los dos años anteriores, pero se concentró todo en el primer semestre, con lo cual en el segundo se intensificó la barrera», dijo Juan Manuel Pazos, del Estudio Broda. Pazos calculo que a fin de año el stock de utilidades no giradas estará algo más abajo, en u$s 10.000 millones. Pero más allá de que los números varíen, y que dependan también de las decisiones regulatorias en lo que queda del año, la conclusión es la misma. Ese atraso genera una salida futura de divisas que habrá que administrar. «Una cosa es liberar el flujo (nuevas utilidades) y otra el stock (las atrasadas), que no se puede liberar de un día para el otro. Podés licuarlos -desdoblándolos y haciéndolos salir como contado con liqui, por ejemplo, o con un impuesto- o sacarles liquidez -por ejemplo, cambiarlo por un bono soberano», dijo Cohan.