José Geronimo Espejo Secretario General de la CGT entre
1947 y 1955
El primer peronismo, a la hora de respaldar su acción de gobierno, se respaldó en el sindicalismo (la columna vertebral…), priorizando su capacidad de movilización por sobre una movilizacion popular con base mas amplia. Así al irse burocratizando el sindicalismo y su dirigencia, resultó que sobre el fin de su ciclo no tenía un movimiento de masas que lo respaldara. Al fallar el puntal principal, el resto del peronismo no atinó a reaccionar y los poderes facticos encontraron la brecha para recuparar el gobierno.
Una característica de aquellos tiempos era la poca participación juvenil en el Movimiento Nacional y Popular. Talvez esa burocratizacion del movimiento, ya mas en función de gobierno, descuidó la formación de cuadros, o por ahí no era el momento aún. Como quiera que sea, el Peronismo en el poder gubernamental, sacó a la luz y consideracion pensadores e intelectuales del Movimiento, que habían permanecido fuera de la consideración de los que precisamente debían ser sus destinatarios.
Esto traería consecuencias posteriores, ya que a raiz de los cambios que se daban en el mundo, amanecían otras formas de pensar. Los ecos de los movimientos de descolonización, Viet-Nam, la Revolución Cubana, Mayo del ’68 llegaban, si bien atenuados por las agencias internacionales de noticias, no podían ocultar la participación de una nueva generación en ese hervidero. Perón, relevado de las responsabilidades de gobierno, tambien lo entendía así y consecuentemente filosofaba sobre el tema acentuando su aliento a la participación juvenil.
La conducción formal del Movimiento continuaba con su impronta burocrática heredada de la época anterior, y esto trajo una lucha entre la nueva generación que reclamaba su lugar, ya fuera en los sindicatos, o en las organizaciones de base. Ya no era un movimiento instintivo, era un movimiento que leía, que discutía, que aprendía y a la vez enseñaba. Fueron épocas de introspección, al margen de los tejes y manejes electorales a los que obligaba la proscripción del Peronismo.
Finalmente, tal como Roque Saenz Peña en 1912 ante Yrigoyen, el poder fáctico debió capitular ante Perón en 1973, permitiendo así que el Peronismo volviera a ganar las elecciones, tal como en 1946,con una construcción frentista, donde como dije antes, el Frejuli llevó a una fórmula integrada por un Peronista de neta raíz conservadora, Hector J. Cámpora (el «Tio») y un Conservador Popular, Vicente Solano Lima.
Estamos acostumbrados a asociar a los Conservadores colectivamente al liberalismo económico, pero, dentro del conservadorismo existieron vertientes nacionalistas, y tampoco hay que olvidar que los grandes instrumentos estatales del control de la Economía (como la Junta nacional de Granos, la de Carnes y otros similares) fueron obra de los Gobiernos conservadores de la decada del ’30. De este lado venía Cámpora, y unos cuantos Ministros de los primeros Gabinetes del Peronismo.
Despues la seguimos.
Antonio (el Mayolero)
1947 y 1955
El primer peronismo, a la hora de respaldar su acción de gobierno, se respaldó en el sindicalismo (la columna vertebral…), priorizando su capacidad de movilización por sobre una movilizacion popular con base mas amplia. Así al irse burocratizando el sindicalismo y su dirigencia, resultó que sobre el fin de su ciclo no tenía un movimiento de masas que lo respaldara. Al fallar el puntal principal, el resto del peronismo no atinó a reaccionar y los poderes facticos encontraron la brecha para recuparar el gobierno.
Una característica de aquellos tiempos era la poca participación juvenil en el Movimiento Nacional y Popular. Talvez esa burocratizacion del movimiento, ya mas en función de gobierno, descuidó la formación de cuadros, o por ahí no era el momento aún. Como quiera que sea, el Peronismo en el poder gubernamental, sacó a la luz y consideracion pensadores e intelectuales del Movimiento, que habían permanecido fuera de la consideración de los que precisamente debían ser sus destinatarios.
Esto traería consecuencias posteriores, ya que a raiz de los cambios que se daban en el mundo, amanecían otras formas de pensar. Los ecos de los movimientos de descolonización, Viet-Nam, la Revolución Cubana, Mayo del ’68 llegaban, si bien atenuados por las agencias internacionales de noticias, no podían ocultar la participación de una nueva generación en ese hervidero. Perón, relevado de las responsabilidades de gobierno, tambien lo entendía así y consecuentemente filosofaba sobre el tema acentuando su aliento a la participación juvenil.
La conducción formal del Movimiento continuaba con su impronta burocrática heredada de la época anterior, y esto trajo una lucha entre la nueva generación que reclamaba su lugar, ya fuera en los sindicatos, o en las organizaciones de base. Ya no era un movimiento instintivo, era un movimiento que leía, que discutía, que aprendía y a la vez enseñaba. Fueron épocas de introspección, al margen de los tejes y manejes electorales a los que obligaba la proscripción del Peronismo.
Finalmente, tal como Roque Saenz Peña en 1912 ante Yrigoyen, el poder fáctico debió capitular ante Perón en 1973, permitiendo así que el Peronismo volviera a ganar las elecciones, tal como en 1946,con una construcción frentista, donde como dije antes, el Frejuli llevó a una fórmula integrada por un Peronista de neta raíz conservadora, Hector J. Cámpora (el «Tio») y un Conservador Popular, Vicente Solano Lima.
Estamos acostumbrados a asociar a los Conservadores colectivamente al liberalismo económico, pero, dentro del conservadorismo existieron vertientes nacionalistas, y tampoco hay que olvidar que los grandes instrumentos estatales del control de la Economía (como la Junta nacional de Granos, la de Carnes y otros similares) fueron obra de los Gobiernos conservadores de la decada del ’30. De este lado venía Cámpora, y unos cuantos Ministros de los primeros Gabinetes del Peronismo.
Despues la seguimos.
Antonio (el Mayolero)