Martín Lousteau elige café a secas, agua, evita la sacarina y pide azúcar. Acompañado por Fernando Sánchez –que sería su compañero de fórmula si le gana las PASO a Graciela Ocaña, su competidora en ECO (Energía Ciudadana Organizada)– y Roy Cortina, primer precandidato a legislador, los nombra para apoyarse en un par de respuestas, aunque ellos no intervienen durante los 48 minutos de entrevista. El ex ministro de Economía de Cristina se muestra con “mucha confianza” en llegar al balotaje y se hamaca entre elogios puntuales y críticas fuertes –también puntuales- al gobierno de Mauricio Macri.
“En la Ciudad tenemos dos veces más plata por habitante que en las gestiones anteriores. Con el pasado, la comparación es mejor. O con el Gobierno nacional. Si me preguntás quién planifica mejor y termina en tiempo las obras, ¿De Vido o Macri? La verdad, Macri. Ahora, nosotros creemos que gestionar bien es llevar las cosas a cabo con las prioridades correctas. El wi-fi en la calle Florida para mí no es una prioridad”, dice el actual diputado nacional, y consultado por sus prioridades elige una: “En la Ciudad subió la mortalidad infantil, en el período con más plata de la historia. ¿Por qué? Porque la salud es un desastre. Hay que descentralizar la atención, hacer centros de atención primaria. Vean los centros de Rosario y los de acá: no tienen nada, sobre todo en el Sur donde la mortalidad infantil es el doble que en el Norte”.
El manejo de la publicidad es otro punto que cuestiona con tono subido. “Desde el inicio hasta hoy el PRO subió en términos reales $ 600 millones la publicidad anual. Son casi dos millones más por día. La Ciudad tiene un problema con los jardines maternales, Santa Fe hizo jardines modelo que cuestan $10 millones. Cada cinco días se puede hacer uno”, dio como ejemplo, y consideró “una vergüenza el despliegue de recursos del Estado para montar las mesas de campaña del PRO”. También calculó en $ 33 mil por año por familia la presión tributaria en la Ciudad y en $ 2.600 millones el gasto político por la creación del Ministerio de Gobierno y los cargos en la planta de la Jefatura de Gabinete.
Su soltura para desarrollar los déficits de la gestión del PRO y sus propuestas, para referirse tanto a los números de la Ciudad como a la macroeconomía, encuentra un obstáculo cuando busca argumentar que no le genera contradicciones el acuerdo de sus socios radicales y la Coalición Cívica con Macri para las presidenciales. “No veo una contradicción porque a nivel nacional hay mucha gente que quiere una alternativa al kirchnerismo. En la Ciudad, el kirchnerismo no puede ganar”, intenta diferenciar, y dice que en las PASO presidenciales votará a uno de los candidatos de los tres espacios nacionales que lo apoyan: Ernesto Sanz, Elisa Carrió o Margarita Stolbizer.
De su currículum destaca la presidencia del Banco Provincia por encima de ministro de Economía, y aprovecha para remarcar: “¿Qué experiencia de gestión pública tenía Macri cuando arrancó? ¿Boca?”. Al contrastar los recorridos, dice que en el PRO “lo de nueva política es un marketing precioso, pero ¿qué quiere decir?”. Y sigue: “Yo fui cuatro meses ministro kirchnerista. Uno de los candidatos del PRO era secretario de Desarrollo Social con Menem, intervino el PAMI con la Alianza, estuvo en Previsión Social con Ruckauf? Perfecto. ¿La nueva política es acordar con el juego, usar el Estado para construir candidaturas? Eso no es nueva política, ni vieja. Es mala política”.
Se ubica por encima del kirchnerismo, incluso en el rol de oposición: “Estamos convencidos de que somos mejor oposición y mejor gobierno. El FPV no tiene posibilidad de ser alternancia y se pone de acuerdo con el PRO en negocios inmobiliarios, o el juego. Nosotros en cosas importantes apoyamos, como la unidad de evaluación educativa, y no en los negocios”.
Se ve ganador de ECO en las primarias, dice que le “da lo mismo” Michetti o Rodríguez Larreta para la general y relativiza guiños al electorado kirchnerista en un eventual balotaje, aunque en un momento dice que “el Gobierno nacional es mejor que el de la Ciudad en darte los derechos de segunda generación, que no exigen gestión, como el matrimonio igualitario”. En caso de llegar a la segunda vuelta adelanta un discurso abarcativo para buscar seducir a todos los sectores, incluido el FPV, la izquierda y votantes del PRO: “Vamos a dar todos los debates, para discutir qué tipo de sociedad queremos construir los porteños. No nos basta con ser modernos si excluimos una parte, no nos basta con ser iguales si no somos prósperos. Se puede modernizar para generar una prosperidad integral y para tener una sociedad más igualitaria”.
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“En la Ciudad tenemos dos veces más plata por habitante que en las gestiones anteriores. Con el pasado, la comparación es mejor. O con el Gobierno nacional. Si me preguntás quién planifica mejor y termina en tiempo las obras, ¿De Vido o Macri? La verdad, Macri. Ahora, nosotros creemos que gestionar bien es llevar las cosas a cabo con las prioridades correctas. El wi-fi en la calle Florida para mí no es una prioridad”, dice el actual diputado nacional, y consultado por sus prioridades elige una: “En la Ciudad subió la mortalidad infantil, en el período con más plata de la historia. ¿Por qué? Porque la salud es un desastre. Hay que descentralizar la atención, hacer centros de atención primaria. Vean los centros de Rosario y los de acá: no tienen nada, sobre todo en el Sur donde la mortalidad infantil es el doble que en el Norte”.
El manejo de la publicidad es otro punto que cuestiona con tono subido. “Desde el inicio hasta hoy el PRO subió en términos reales $ 600 millones la publicidad anual. Son casi dos millones más por día. La Ciudad tiene un problema con los jardines maternales, Santa Fe hizo jardines modelo que cuestan $10 millones. Cada cinco días se puede hacer uno”, dio como ejemplo, y consideró “una vergüenza el despliegue de recursos del Estado para montar las mesas de campaña del PRO”. También calculó en $ 33 mil por año por familia la presión tributaria en la Ciudad y en $ 2.600 millones el gasto político por la creación del Ministerio de Gobierno y los cargos en la planta de la Jefatura de Gabinete.
Su soltura para desarrollar los déficits de la gestión del PRO y sus propuestas, para referirse tanto a los números de la Ciudad como a la macroeconomía, encuentra un obstáculo cuando busca argumentar que no le genera contradicciones el acuerdo de sus socios radicales y la Coalición Cívica con Macri para las presidenciales. “No veo una contradicción porque a nivel nacional hay mucha gente que quiere una alternativa al kirchnerismo. En la Ciudad, el kirchnerismo no puede ganar”, intenta diferenciar, y dice que en las PASO presidenciales votará a uno de los candidatos de los tres espacios nacionales que lo apoyan: Ernesto Sanz, Elisa Carrió o Margarita Stolbizer.
De su currículum destaca la presidencia del Banco Provincia por encima de ministro de Economía, y aprovecha para remarcar: “¿Qué experiencia de gestión pública tenía Macri cuando arrancó? ¿Boca?”. Al contrastar los recorridos, dice que en el PRO “lo de nueva política es un marketing precioso, pero ¿qué quiere decir?”. Y sigue: “Yo fui cuatro meses ministro kirchnerista. Uno de los candidatos del PRO era secretario de Desarrollo Social con Menem, intervino el PAMI con la Alianza, estuvo en Previsión Social con Ruckauf? Perfecto. ¿La nueva política es acordar con el juego, usar el Estado para construir candidaturas? Eso no es nueva política, ni vieja. Es mala política”.
Se ubica por encima del kirchnerismo, incluso en el rol de oposición: “Estamos convencidos de que somos mejor oposición y mejor gobierno. El FPV no tiene posibilidad de ser alternancia y se pone de acuerdo con el PRO en negocios inmobiliarios, o el juego. Nosotros en cosas importantes apoyamos, como la unidad de evaluación educativa, y no en los negocios”.
Se ve ganador de ECO en las primarias, dice que le “da lo mismo” Michetti o Rodríguez Larreta para la general y relativiza guiños al electorado kirchnerista en un eventual balotaje, aunque en un momento dice que “el Gobierno nacional es mejor que el de la Ciudad en darte los derechos de segunda generación, que no exigen gestión, como el matrimonio igualitario”. En caso de llegar a la segunda vuelta adelanta un discurso abarcativo para buscar seducir a todos los sectores, incluido el FPV, la izquierda y votantes del PRO: “Vamos a dar todos los debates, para discutir qué tipo de sociedad queremos construir los porteños. No nos basta con ser modernos si excluimos una parte, no nos basta con ser iguales si no somos prósperos. Se puede modernizar para generar una prosperidad integral y para tener una sociedad más igualitaria”.
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