EL PAIS › MEJORAS EN LOS LABORATORIOS QUE CONTROLAN ALIMENTOS
La Presidenta presentó la remodelación del laboratorio Carrillo, que controla la calidad de los alimentos industriales. La inversión en equipamiento fue de más de 20 millones de pesos.
En coincidencia con el Día Mundial de la Salud, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) acompañó este año con el lema “La inocuidad de los alimentos”, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner presentó el remodelado laboratorio Doctor Ramón Carrillo, que controla la calidad de los alimentos industrializados que se consumen en el país. En la remodelación, el gobierno nacional invirtió en total más de 20 millones de pesos, destinados a la creación de cinco salas de trabajo y a la adquisición de equipamiento.
“Es un posicionamiento del laboratorio público en el área de la salud nacional y regional; estas tareas antes estaban destinadas a los estudios privados. Con esta nueva tecnología de última generación se podrán obtener resultados con la mayor validez científica para el cuidado de la salud”, dijo a Página/12 María Lucía Cacciutti, integrante del Asesoramiento Técnico a la Administración de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat). Desde la Casa del Bicentenario, y en videoconferencia, Fernández de Kirchner destacó que el Ramón Carrillo es “un laboratorio de los más importantes para controlar la calidad de los alimentos”. La remodelación y la modernización se enmarcan en las políticas destinadas a garantizar una alimentación saludable, que incluyen a los programas de Detección y Control de la Enfermedad Celíaca y de Control de Enfermedades Zoonóticas, así como también las iniciativas “Menos sal, más vida” y “Argentina libre de grasas trans”.
El control de los alimentos en el país se establece por medio de la articulación entre los organismos sanitarios del nivel nacional, provincial y por su intermedio municipal, a través del Programa Federal de Control de Alimentos (PFCA), que comenzó en 2009. La Anmat, a través del Instituto Nacional de Alimentos (INAL), ejerce la rectoría del PFCA, favoreciendo la implementación en el territorio nacional del Código Alimentario Argentino, la norma fundamental en materia alimentaria. A excepción de la ciudad de Buenos Aires, todas las jurisdicciones locales adhieren. A lo largo del país, existen 21 laboratorios que dependen de órbitas municipales o provinciales. Entre sus anuncios, la mandataria destacó también la inauguración de uno nuevo en la provincia de La Pampa.
“Acá se invirtieron más de 20 millones de pesos, una parte en infraestructura y otra parte en tecnología”, sostuvo la Presidenta, en referencia al Ramón Carrillo, ubicado en la calle Estados Unidos 25, de San Telmo. De ese presupuesto que el Estado nacional invirtió en la remodelación del laboratorio, 20 millones fueron destinados a equipamiento de última generación.
Cacciutti indicó a este diario que, entre las adquisiciones, “se destacan equipos especiales que refuerzan tres líneas de acción: la medición de las proporciones de sodio de los alimentos, en el marco de la ley 26.905; de los niveles de grasas trans, a partir de la incorporación del artículo 155 en el Código Alimentario Argentino, y la detección de gluten en los alimentos, con su fuerte regulación desde el año pasado”. Los equipamientos fueron importados de Estados Unidos y Japón.
El ministro de Salud, Daniel Gollan, sostuvo en diálogo con la Presidenta que el laboratorio tiene “equipamiento que no existe en otras partes del mundo, no sólo de la región”. Destacó, además, que esto busca “cuidar la salud de los argentinos y del mundo” ya que, al ser Argentina un exportador de alimentos, “los países que los reciben exigen mayores niveles de controles”.
“Acá se controla la sal de los alimentos; hemos logrado acuerdos con nueve mil panaderos y grandes cadenas de supermercado y en dos años bajamos el consumo de sal en dos gramos. Esto representa cuatro mil muertes menos por causas cardiovasculares y renales y 40 mil episodios menos de cardiovasculares serios que terminan con secuelas”, ejemplificó el funcionario. “En relación con los alimentos libres de gluten, tenemos la infraestructura para medir 10 partes por millón, cuando el Código Alimentario nos pide 20. Estamos mejor que los estándares que se exigen a nivel mundial”, agregó.
Cacciutti reflexionó que el acceso a “alimentos sanos y nutritivos” en cantidad y calidad “es un derecho humano para fomentar la salud, y el Estado debe ser el principal garante. Estas mejoras están destinadas a ello”.
La Presidenta presentó la remodelación del laboratorio Carrillo, que controla la calidad de los alimentos industriales. La inversión en equipamiento fue de más de 20 millones de pesos.
En coincidencia con el Día Mundial de la Salud, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) acompañó este año con el lema “La inocuidad de los alimentos”, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner presentó el remodelado laboratorio Doctor Ramón Carrillo, que controla la calidad de los alimentos industrializados que se consumen en el país. En la remodelación, el gobierno nacional invirtió en total más de 20 millones de pesos, destinados a la creación de cinco salas de trabajo y a la adquisición de equipamiento.
“Es un posicionamiento del laboratorio público en el área de la salud nacional y regional; estas tareas antes estaban destinadas a los estudios privados. Con esta nueva tecnología de última generación se podrán obtener resultados con la mayor validez científica para el cuidado de la salud”, dijo a Página/12 María Lucía Cacciutti, integrante del Asesoramiento Técnico a la Administración de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat). Desde la Casa del Bicentenario, y en videoconferencia, Fernández de Kirchner destacó que el Ramón Carrillo es “un laboratorio de los más importantes para controlar la calidad de los alimentos”. La remodelación y la modernización se enmarcan en las políticas destinadas a garantizar una alimentación saludable, que incluyen a los programas de Detección y Control de la Enfermedad Celíaca y de Control de Enfermedades Zoonóticas, así como también las iniciativas “Menos sal, más vida” y “Argentina libre de grasas trans”.
El control de los alimentos en el país se establece por medio de la articulación entre los organismos sanitarios del nivel nacional, provincial y por su intermedio municipal, a través del Programa Federal de Control de Alimentos (PFCA), que comenzó en 2009. La Anmat, a través del Instituto Nacional de Alimentos (INAL), ejerce la rectoría del PFCA, favoreciendo la implementación en el territorio nacional del Código Alimentario Argentino, la norma fundamental en materia alimentaria. A excepción de la ciudad de Buenos Aires, todas las jurisdicciones locales adhieren. A lo largo del país, existen 21 laboratorios que dependen de órbitas municipales o provinciales. Entre sus anuncios, la mandataria destacó también la inauguración de uno nuevo en la provincia de La Pampa.
“Acá se invirtieron más de 20 millones de pesos, una parte en infraestructura y otra parte en tecnología”, sostuvo la Presidenta, en referencia al Ramón Carrillo, ubicado en la calle Estados Unidos 25, de San Telmo. De ese presupuesto que el Estado nacional invirtió en la remodelación del laboratorio, 20 millones fueron destinados a equipamiento de última generación.
Cacciutti indicó a este diario que, entre las adquisiciones, “se destacan equipos especiales que refuerzan tres líneas de acción: la medición de las proporciones de sodio de los alimentos, en el marco de la ley 26.905; de los niveles de grasas trans, a partir de la incorporación del artículo 155 en el Código Alimentario Argentino, y la detección de gluten en los alimentos, con su fuerte regulación desde el año pasado”. Los equipamientos fueron importados de Estados Unidos y Japón.
El ministro de Salud, Daniel Gollan, sostuvo en diálogo con la Presidenta que el laboratorio tiene “equipamiento que no existe en otras partes del mundo, no sólo de la región”. Destacó, además, que esto busca “cuidar la salud de los argentinos y del mundo” ya que, al ser Argentina un exportador de alimentos, “los países que los reciben exigen mayores niveles de controles”.
“Acá se controla la sal de los alimentos; hemos logrado acuerdos con nueve mil panaderos y grandes cadenas de supermercado y en dos años bajamos el consumo de sal en dos gramos. Esto representa cuatro mil muertes menos por causas cardiovasculares y renales y 40 mil episodios menos de cardiovasculares serios que terminan con secuelas”, ejemplificó el funcionario. “En relación con los alimentos libres de gluten, tenemos la infraestructura para medir 10 partes por millón, cuando el Código Alimentario nos pide 20. Estamos mejor que los estándares que se exigen a nivel mundial”, agregó.
Cacciutti reflexionó que el acceso a “alimentos sanos y nutritivos” en cantidad y calidad “es un derecho humano para fomentar la salud, y el Estado debe ser el principal garante. Estas mejoras están destinadas a ello”.