Y dicen que llueve. Leemos en El Cronista Comercial una entrevista al capo di tutti capi (mal llamado CEO) del exclusivo Club Med, nuestro amigo personal Tiago Varalli: «-¿Cómo está el negocio en la Argentina? (pregunta sagaz el periodista)
-–Los argentinos y Med ya tenemos una historia de 30 años. En abril cerramos la temporada de verano con un crecimiento de 10% en relación al año anterior. La expectativa para el invierno es también mantener ese incremento, cerrando el año con una facturación de u$s 20 millones. Pensamos seguir creciendo, aunque sé que no va a ser fácil porque es un año importante para Argentina, pero somos optimistas. El país está en el puesto 12 como consumidor del Club Med, y si quitamos a los países que tienen resorts, queda en el top tres.
-¿Por qué creció la demanda este año?
-–Los argentinos aman viajar. Tienen por costumbre hacer cuatro o cinco viajes por año y ahora hacen dos y, por suerte, y con mucho trabajo del equipo, estamos entre los dos o tres primeros destinos a elegir como producto. Además, cuando empezamos a promocionar en los últimos años otros destinos como los de nieve, exclusivos de Europa, y los de Asia, eso generó curiosidad en la Argentina, y nos tienen como opción.»
Para que quede claro, Tiago dice que venden 10% mas que hace un año (no un siglo) y que los argentinos viajan mucho. Tengo un amigo ingles, familiares nativos de Boston y, al menos, un conocido famoso aleman (no es Hitler) que se quieren extirpar las gonadas. Ellos viajan lejos, si tienen suerte, dos veces en la vida. Un viaje barato de juventud y uno de jubilados mas sofisticado.
Para colmo de males cae en nuestras manos la revista del domingo del diario La Nación y leemos: «…Tengo entendido que hay una gran crisis en la Argentina, pero por las calles de SoHo no paro de oír argentinos caminando con las manos llenas de bolsas, poco preocupados por el dólar blue. Incontables veces me llegan e-mails de amigos (y de desconocidos) pidiendo recomendaciones en la ciudad, dónde quedarse, qué hacer, qué ver, qué comprar, qué no perderse. Muchos quieren los clásicos, el restaurante de las películas, los locales de ropa accesible, los edificios emblemáticos, pero yo prefiero recomendar lo que para mí hace a esta ciudad tan especial, lo alternativo, lo diferente, lo que no hace falta comprar para disfrutar, lo que yo como local vivo como único.»
Nuestras fuentes nos indican no descartar que la autora en la ciudad de la diagonal (¿Que otra cosa es Broadway?) sea miembro de La Campora New York.
-–Los argentinos y Med ya tenemos una historia de 30 años. En abril cerramos la temporada de verano con un crecimiento de 10% en relación al año anterior. La expectativa para el invierno es también mantener ese incremento, cerrando el año con una facturación de u$s 20 millones. Pensamos seguir creciendo, aunque sé que no va a ser fácil porque es un año importante para Argentina, pero somos optimistas. El país está en el puesto 12 como consumidor del Club Med, y si quitamos a los países que tienen resorts, queda en el top tres.
-¿Por qué creció la demanda este año?
-–Los argentinos aman viajar. Tienen por costumbre hacer cuatro o cinco viajes por año y ahora hacen dos y, por suerte, y con mucho trabajo del equipo, estamos entre los dos o tres primeros destinos a elegir como producto. Además, cuando empezamos a promocionar en los últimos años otros destinos como los de nieve, exclusivos de Europa, y los de Asia, eso generó curiosidad en la Argentina, y nos tienen como opción.»
Para que quede claro, Tiago dice que venden 10% mas que hace un año (no un siglo) y que los argentinos viajan mucho. Tengo un amigo ingles, familiares nativos de Boston y, al menos, un conocido famoso aleman (no es Hitler) que se quieren extirpar las gonadas. Ellos viajan lejos, si tienen suerte, dos veces en la vida. Un viaje barato de juventud y uno de jubilados mas sofisticado.
Para colmo de males cae en nuestras manos la revista del domingo del diario La Nación y leemos: «…Tengo entendido que hay una gran crisis en la Argentina, pero por las calles de SoHo no paro de oír argentinos caminando con las manos llenas de bolsas, poco preocupados por el dólar blue. Incontables veces me llegan e-mails de amigos (y de desconocidos) pidiendo recomendaciones en la ciudad, dónde quedarse, qué hacer, qué ver, qué comprar, qué no perderse. Muchos quieren los clásicos, el restaurante de las películas, los locales de ropa accesible, los edificios emblemáticos, pero yo prefiero recomendar lo que para mí hace a esta ciudad tan especial, lo alternativo, lo diferente, lo que no hace falta comprar para disfrutar, lo que yo como local vivo como único.»
Nuestras fuentes nos indican no descartar que la autora en la ciudad de la diagonal (¿Que otra cosa es Broadway?) sea miembro de La Campora New York.