Snowden fue quizá el espía que en la historia reciente más daño le causó a la inteligencia de Estados Unidos. El ex analista del Consejo de Seguridad Nacional ha difundido miles de escuchas ilegales norteamericanas en todo el mundo, incluyendo a las potencias aliadas a Washington. Y el ex espía, asilado en la capital de Rusia, tiene todavía archivos muy peligrosos para la estrategia de EE.UU. Ahora se supo que Cristina Kirchner se entrevistó en su reciente visita a Moscú con el ex espía. Sin duda, el acceso de la Presidenta a Snowden fue facilitado por los rusos, que lo custodian. Se trata de un dato muy singular: la Presidenta, si quería establecer un vínculo directo con Snowden, no precisaba una reunión personal con el ex espía. Está claro, entonces, que su reunión -que iba a trascender más temprano que tarde- fue un desafío y un mensaje directo a la Casa Blanca. Se desconoce, hasta aquí, la utilidad de semejante gesto público y en qué medida el amateurismo de la Cancillería la alentó a dar ese paso, que seguramente habrá asombrado a la gris pero eficiente inteligencia rusa, que aceitó el contacto.
Se ha especulado con que Snowden podría radicarse en la Argentina, luego de conocerse la entrevista con Cristina, pero hay dudas de la existencia de ese proyecto. Otros subrayaron que habría sido el interés personal de la Presidenta de enseñarle a Obama su distanciamiento definitivo.
Se ha recordado ahora el gesto del canciller Timerman de abrir una valija secreta con códigos militares de Estados Unidos, en una actuación que fue también un mensaje a Teherán sobre la independencia del ministro respecto de la potencia que lo había acogido durante su virtual exilio. Ocurrió casi un mes después de la reunión secreta que Timerman había mantenido con el canciller iraní en la ciudad siria de Aleppo, que fue el prólogo de la negociación del Tratado con Irán sobre la AMIA. Si el alicate de Timerman había sido quizá un refuerzo para conseguir aquel tratado, hay quienes se preguntan si el único sentido que tuvo el diálogo de Cristina con Snowden en Moscú fue exhibir la mala relación con la Casa Blanca.
El embajador de EE.UU. en Buenos Aires, Noah Mamet, no tuvo todavía una reunión pública con la Presidenta. Mamet anduvo por los arrabales del despacho presidencial, dialogando con Aníbal Fernández. Se recuerda que apenas llegó al país se reunió con Daniel Scioli.
Scioli tiene decidido ir como candidato del oficialismo a Moscú y Beijing, pero también se aseguró de ser bien recibido en Washington.
Se ha especulado con que Snowden podría radicarse en la Argentina, luego de conocerse la entrevista con Cristina, pero hay dudas de la existencia de ese proyecto. Otros subrayaron que habría sido el interés personal de la Presidenta de enseñarle a Obama su distanciamiento definitivo.
Se ha recordado ahora el gesto del canciller Timerman de abrir una valija secreta con códigos militares de Estados Unidos, en una actuación que fue también un mensaje a Teherán sobre la independencia del ministro respecto de la potencia que lo había acogido durante su virtual exilio. Ocurrió casi un mes después de la reunión secreta que Timerman había mantenido con el canciller iraní en la ciudad siria de Aleppo, que fue el prólogo de la negociación del Tratado con Irán sobre la AMIA. Si el alicate de Timerman había sido quizá un refuerzo para conseguir aquel tratado, hay quienes se preguntan si el único sentido que tuvo el diálogo de Cristina con Snowden en Moscú fue exhibir la mala relación con la Casa Blanca.
El embajador de EE.UU. en Buenos Aires, Noah Mamet, no tuvo todavía una reunión pública con la Presidenta. Mamet anduvo por los arrabales del despacho presidencial, dialogando con Aníbal Fernández. Se recuerda que apenas llegó al país se reunió con Daniel Scioli.
Scioli tiene decidido ir como candidato del oficialismo a Moscú y Beijing, pero también se aseguró de ser bien recibido en Washington.