Por teléfono, en un alto en el día intenso en el que se enteró que sería candidata a vicepresidenta, Gabriela Michetti contestó las preguntas de Clarín.
–¿Por qué antes rechazó la candidatura y ahora la aceptó?
–Yo tenía vocación de ir por la jefatura de Gobierno y estaba convencida de que era lo mejor que podía hacer. Sentía que la manera de colaborar con la estrategia nacional era ganando la Ciudad. Como estaba tan convencida y no tengo manera de hacer lo que no siento, le dije a Mauricio que iba a hacer uso de las PASO. Para mí fue fantástico: la gente tuvo la oportunidad de elegir pero lamentablemente no me eligió. Ahora tengo la posibilidad de aportar desde otro rol y como Mauricio me volvió a ofrecer la candidatura, yo también siento que puedo aportar desde este lugar.
–Usted sostenía que su rechazo también ayudaba a abrir el espacio. ¿No es limitante la fórmula pura?
–Sí, es pura. Cuando se dio la discusión dentro del PRO yo fui de las que claramente apoyó la idea de una fórmula que fuera abierta. Luego ganó la postura de que hiciéramos una interna con otros partidos para que la apertura se diera de esa manera. Se decidió que fuera la gente la que eligiera qué fórmula va a conducir este gran espacio alternativo al Gobierno actual. Y me parece bien.
–¿Tampoco limita que usted y Macri sean dirigentes porteños?
–Hay mucha gente del interior que ha gobernado el país y ha sido centralista y arbitraria con los recursos nacionales. Es una cuestión de mentalidad y de convicción.
–¿Cuándo fue la primera vez que volvió a escuchar que podía ser candidata? ¿Y cuándo se convenció de esa posibilidad?
–Me enteré por los diarios cuando volví de mis vacaciones en Chile. A principios de junio me reuní con Mauricio y le expliqué que yo no había tenido nada que ver con esas versiones. El me explicó que las razones por las que me había ofrecido el cargo seguían estando vigentes e incluso aún más, porque las encuestas me daban los mismos números que antes de la interna porteña. Me dijo que había mucha gente que pensaba que podía ser candidata y me pidió mi opinión. Ese día me di cuenta de que podía darse que me volviera a ofrecer el tema como una posibilidad real.
–¿Cómo es su relación con los otros nombres que sonaban para la vicepresidencia?
–Tenemos todos una buena relación. Por sus cualidades también podrían haber sido candidatos.
–¿Al PRO le “conviene” una fórmula como la de Scioli–Zannini?
–Creo que sí. Me parece muy bien que quede claro que del otro lado hay una fórmula que expresa el kirchnerismo y la idea de continuidad. Que no intenten disimular lo que en realidad es. Más allá de que valoro a Daniel Scioli como persona y tengo mucha empatía con él por nuestra condición física, es el gobernador más leal que tuvo el kirchnerismo. Nadie lo puede negar. Y Zannini es el asesor que le propone todas las políticas que Cristina Kirchner va marcando día a día. Hay una idea de cambio en nosotros y de continuidad en ellos. Pero primero tenemos que ganar la interna. Y yo soy muy respetuosa.
–¿Cómo imagina su eventual gestión como vicepresidenta?
–Tengo que encontrar el lugar para tener la oportunidad de hacer algo bien constructivo y potente desde la presidencia del Senado. Pero también voy a acompañar a Mauricio en la presidencia y en el Gobierno en general.
–¿Por qué antes rechazó la candidatura y ahora la aceptó?
–Yo tenía vocación de ir por la jefatura de Gobierno y estaba convencida de que era lo mejor que podía hacer. Sentía que la manera de colaborar con la estrategia nacional era ganando la Ciudad. Como estaba tan convencida y no tengo manera de hacer lo que no siento, le dije a Mauricio que iba a hacer uso de las PASO. Para mí fue fantástico: la gente tuvo la oportunidad de elegir pero lamentablemente no me eligió. Ahora tengo la posibilidad de aportar desde otro rol y como Mauricio me volvió a ofrecer la candidatura, yo también siento que puedo aportar desde este lugar.
–Usted sostenía que su rechazo también ayudaba a abrir el espacio. ¿No es limitante la fórmula pura?
–Sí, es pura. Cuando se dio la discusión dentro del PRO yo fui de las que claramente apoyó la idea de una fórmula que fuera abierta. Luego ganó la postura de que hiciéramos una interna con otros partidos para que la apertura se diera de esa manera. Se decidió que fuera la gente la que eligiera qué fórmula va a conducir este gran espacio alternativo al Gobierno actual. Y me parece bien.
–¿Tampoco limita que usted y Macri sean dirigentes porteños?
–Hay mucha gente del interior que ha gobernado el país y ha sido centralista y arbitraria con los recursos nacionales. Es una cuestión de mentalidad y de convicción.
–¿Cuándo fue la primera vez que volvió a escuchar que podía ser candidata? ¿Y cuándo se convenció de esa posibilidad?
–Me enteré por los diarios cuando volví de mis vacaciones en Chile. A principios de junio me reuní con Mauricio y le expliqué que yo no había tenido nada que ver con esas versiones. El me explicó que las razones por las que me había ofrecido el cargo seguían estando vigentes e incluso aún más, porque las encuestas me daban los mismos números que antes de la interna porteña. Me dijo que había mucha gente que pensaba que podía ser candidata y me pidió mi opinión. Ese día me di cuenta de que podía darse que me volviera a ofrecer el tema como una posibilidad real.
–¿Cómo es su relación con los otros nombres que sonaban para la vicepresidencia?
–Tenemos todos una buena relación. Por sus cualidades también podrían haber sido candidatos.
–¿Al PRO le “conviene” una fórmula como la de Scioli–Zannini?
–Creo que sí. Me parece muy bien que quede claro que del otro lado hay una fórmula que expresa el kirchnerismo y la idea de continuidad. Que no intenten disimular lo que en realidad es. Más allá de que valoro a Daniel Scioli como persona y tengo mucha empatía con él por nuestra condición física, es el gobernador más leal que tuvo el kirchnerismo. Nadie lo puede negar. Y Zannini es el asesor que le propone todas las políticas que Cristina Kirchner va marcando día a día. Hay una idea de cambio en nosotros y de continuidad en ellos. Pero primero tenemos que ganar la interna. Y yo soy muy respetuosa.
–¿Cómo imagina su eventual gestión como vicepresidenta?
–Tengo que encontrar el lugar para tener la oportunidad de hacer algo bien constructivo y potente desde la presidencia del Senado. Pero también voy a acompañar a Mauricio en la presidencia y en el Gobierno en general.
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