Por Gabriela Vulcano
El mascrismo quedó encerrado dentro de los límites de la Ciudad de Buenos Aires. Pese a que el líder de PRO, Mauricio Macri, se perfila como el principal rival al kirchnerismo en las elecciones presidenciales; los candidatos de su espacio político perdieron en Salta, Santa Fe y Tierra del Fuego. La principal apuesta es ganar en primera vuelta en los comicios porteños del domingo próximo y capitalizar los eventuales triunfos de sus aliados radicales.
La principal dificultad de Macri para competir en las elecciones presidenciales de 2011 fue la falta de un armado político a nivel nacional. Esta vez, logró que su figura y parte de su gestión trascendieran la avenida General Paz, pero no fue suficiente para que su postulante a gobernador de Santa Fe, Miguel Del Sel, se impusiera al socialista Miguel Lifschitz. En el macrismo esperaban que el resultado de esas elecciones abriera el camino a PRO en el resto del país y sirviera para dar impulso al sueño presidencial del mandatario porteño. Hasta el momento, ninguna de las dos cosas fue posible.
Antes que la derrota de Santa Fe, Macri tuvo que disimular que su candidato a intendente de Salta capital, Guillermo Durand Cornejo, perdió ante el postulante del Frente Renovador, Gustavo Sáenz, en las PASO provinciales. El apoyo no sólo había sido de palabra, sino que el líder de PRO viajó hasta esa provincia para sacarse una foto con quien aparecía como el ganador en las encuestas, algo similar a lo que sucedió con Del Sel.
El último domingo llegó otra mala noticia. En Ushuaia, el actual concejal del Frente para la Victoria y militante de La Cámpora Walter Vuoto se impuso al candidato macrista, Héctor Stefani, en las elecciones a intendente.
El primer y casi único festejo fue gracias a sus aliados de la UCR. Aunque con más discreción que el postulante a presidente del radicalismo, Ernesto Sanz; Macri tomó como propio el triunfo del electo gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo. “Estoy contento del triunfo de la UCR que hemos apoyado. Cornejo va a ser un gran gobernador”, señaló el jefe porteño el 21 de junio pasado en plena celebración.
Sin embargo, al macrismo no le fue tan bien en Chaco con la radical Aída Ayala, que perdió por más de 20 puntos ante el kirchnerismo en las PASO chaqueñas; ni en la ciudad cordobesa de Carlos Paz, donde el vecinalista Esteban Avilés consiguió ser reelecto como intendente por una diferencia de casi 50 puntos con el candidato de la UCR y PRO, Carlos Felpeto.
En PRO algunos ya se pasan facturas por no haber cerrado un acuerdo más amplio que incluyera a parte del peronismo, incluso al propio Sergio Massa; mientras que desde otro sector sostienen que Macri logrará capitalizar todos los triunfos del radicalismo, sobre todo “luego de las PASO cuando el mandatario porteño quede como el único candidato del Frente Cambiemos”, subrayó una fuente macrista. La gran incógnita es qué sucederá en Santa Cruz, con Eduardo Costa; en Tucumán, con José Cano; y en Jujuy, con Gerardo Morales; todos dirigentes radicales que apuestan a ser cabeza de una coalición opositora en cada una de esas provincias.
Aunque las últimas encuestas indican que habrá balotaje en la Ciudad, en la sede gubernamental de Parque Patricios no descartan que Horacio Rodríguez Larreta logre ganar en primera vuelta el domingo próximo, algo que no consiguió Macri en ninguna de sus dos elecciones porteñas. En caso de que el jefe de Gabinete consiguiera imponerse, el macrismo podría exhibir un “triunfo mayor” -según señala un funcionario porteño- y revitalizar la campaña presidencial.
El mascrismo quedó encerrado dentro de los límites de la Ciudad de Buenos Aires. Pese a que el líder de PRO, Mauricio Macri, se perfila como el principal rival al kirchnerismo en las elecciones presidenciales; los candidatos de su espacio político perdieron en Salta, Santa Fe y Tierra del Fuego. La principal apuesta es ganar en primera vuelta en los comicios porteños del domingo próximo y capitalizar los eventuales triunfos de sus aliados radicales.
La principal dificultad de Macri para competir en las elecciones presidenciales de 2011 fue la falta de un armado político a nivel nacional. Esta vez, logró que su figura y parte de su gestión trascendieran la avenida General Paz, pero no fue suficiente para que su postulante a gobernador de Santa Fe, Miguel Del Sel, se impusiera al socialista Miguel Lifschitz. En el macrismo esperaban que el resultado de esas elecciones abriera el camino a PRO en el resto del país y sirviera para dar impulso al sueño presidencial del mandatario porteño. Hasta el momento, ninguna de las dos cosas fue posible.
Antes que la derrota de Santa Fe, Macri tuvo que disimular que su candidato a intendente de Salta capital, Guillermo Durand Cornejo, perdió ante el postulante del Frente Renovador, Gustavo Sáenz, en las PASO provinciales. El apoyo no sólo había sido de palabra, sino que el líder de PRO viajó hasta esa provincia para sacarse una foto con quien aparecía como el ganador en las encuestas, algo similar a lo que sucedió con Del Sel.
El último domingo llegó otra mala noticia. En Ushuaia, el actual concejal del Frente para la Victoria y militante de La Cámpora Walter Vuoto se impuso al candidato macrista, Héctor Stefani, en las elecciones a intendente.
El primer y casi único festejo fue gracias a sus aliados de la UCR. Aunque con más discreción que el postulante a presidente del radicalismo, Ernesto Sanz; Macri tomó como propio el triunfo del electo gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo. “Estoy contento del triunfo de la UCR que hemos apoyado. Cornejo va a ser un gran gobernador”, señaló el jefe porteño el 21 de junio pasado en plena celebración.
Sin embargo, al macrismo no le fue tan bien en Chaco con la radical Aída Ayala, que perdió por más de 20 puntos ante el kirchnerismo en las PASO chaqueñas; ni en la ciudad cordobesa de Carlos Paz, donde el vecinalista Esteban Avilés consiguió ser reelecto como intendente por una diferencia de casi 50 puntos con el candidato de la UCR y PRO, Carlos Felpeto.
En PRO algunos ya se pasan facturas por no haber cerrado un acuerdo más amplio que incluyera a parte del peronismo, incluso al propio Sergio Massa; mientras que desde otro sector sostienen que Macri logrará capitalizar todos los triunfos del radicalismo, sobre todo “luego de las PASO cuando el mandatario porteño quede como el único candidato del Frente Cambiemos”, subrayó una fuente macrista. La gran incógnita es qué sucederá en Santa Cruz, con Eduardo Costa; en Tucumán, con José Cano; y en Jujuy, con Gerardo Morales; todos dirigentes radicales que apuestan a ser cabeza de una coalición opositora en cada una de esas provincias.
Aunque las últimas encuestas indican que habrá balotaje en la Ciudad, en la sede gubernamental de Parque Patricios no descartan que Horacio Rodríguez Larreta logre ganar en primera vuelta el domingo próximo, algo que no consiguió Macri en ninguna de sus dos elecciones porteñas. En caso de que el jefe de Gabinete consiguiera imponerse, el macrismo podría exhibir un “triunfo mayor” -según señala un funcionario porteño- y revitalizar la campaña presidencial.
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