Elecciones 2015
«¿Es maquiavélico? No, es acercarse a la gente», dijo el gurú de Pro, que puso como justificación la alta imagen de Scioli; comparó al jefe de gobierno porteño con Chávez, Evo Morales y Correa
No hubiese sido fácil para Pericles, el primer ciudadano de Atenas, comprender la escena: un local nocturno en un subsuelo de San Telmo, que lleva ese nombre en su honor y que está decorado con imágenes de musculosos hombres de la Antigua Grecia, pero iluminado en plan de intimidad, albergó el jueves por la noche al grupo Manifiesto. Una usina intelectual de Pro que se define como la antítesis de Carta Abierta, por su vocación de diálogo. El orador: Jaime Durán Barba.
El estratega político de Mauricio Macri teorizó durante dos horas. Darwinismo, sexualidad, comunicación, tecnología y otros conceptos compartieron lugar con el barro del conurbano, el aparato clientelar y el rol de los punteros en una charla privada a la que accedió LA NACION. Durán Barba interpretó en una conversación íntima el «optimismo» de los argentinos con el gobierno de Cristina Kirchner, admitió la buena imagen pública de Daniel Scioli y justificó el cambio discursivo de Macri.
El asesor ecuatoriano escuchó con atención una crítica hacia la política de alianzas de Pro. Se acomodó en el sillón gris de pana y con total naturalidad recitó una clase de pragmatismo: «Nosotros tenemos que entender a la gente. Si la gente cree que Scioli es un buen gobernador -el 65% lo piensa-, pues Scioli es un buen gobernador. ¿Es maquiavélico? No, es acercarse a la gente. Si la gente cree que la Virgen de Guadalupe es una atorranta, pues lo será hasta que se demuestre lo contrario».
A su lado, un escritor y un académico degustaban un vino tinto. Silencio. Unos 50 invitados, entre simpatizantes, intelectuales y escritores escuchaban las argumentaciones filosóficas del ecuatoriano mientras comían pizza sobre unos sillones bajos. Otros se acomodaron en una especie de reservados.
Aunque el diálogo generó matices más conceptuales que políticos, el estratega de Pro justificó el cambio de discurso que Macri puso en práctica esta semana. «Esto de Aerolíneas y demás? la idea es ir hacia una Argentina que se expande, que sea distinta. Para mí, fue muy difícil de entenderlo hasta hace una semana, porque hay muchos prejuicios que yo también tenía», reconoció. Hasta Macri admitió ayer que su cambio de discurso generó sorpresa.
Una rubia platinada cortó el clima en Pericles Bar. Tomó el micrófono, levantó la voz, acusó a los votantes del conurbano de ignorantes y calificó su voto de «estomacal». Con modales de diplomático, Durán Barba apeló al nuevo libreto. «Tenemos que comprender que las realidades son distintas. Cuando le preguntamos a esa gente cómo está el país, cómo está su familia, notamos que el optimismo ha crecido brutalmente en el conurbano en los últimos meses. Podemos decir que son unos idiotas o mostrarles que un cambio les puede mejorar la vida», reflexionó.
El grupo Manifiesto ya había invitado a sus charlas al funcionario Marcos Peña y al filósofo Tomás Abraham. «La idea es invitar a una nueva generación de pensadores formados en democracia», dijo el legislador Iván Petrella, uno de los anfitriones. Cuando LA NACION preguntó por qué eligieron ese bar, otro organizador se justificó: «Nos lo prestan. El lugar es raro, pero bueno, es gratis». Según pudo saber este medio, Pericles Bar suele ser utilizado por un grupo de funcionarios de Pro cercanos al jefe de gobierno porteño para celebrar distintos eventos.
Después de enumerar los cambios que enfrentará la humanidad en este siglo, Durán Barba se embarró con la política bonaerense. «Me da mucha bronca que la Argentina sea el último país del mundo que tiene esta boleta idiota. Con esta boleta tenemos que pactar con otros partidos para que nos den los punteros que necesitamos para robarles las boletas a los otros. Mandemos al diablo eso y tengamos voto electrónico», pidió.
El ecuatoriano se guardó para el final una polémica ideológica: comparó a Macri con Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales: «Son iguales, porque representan el antisistema. Ellos demostraron que los cambios no se hacen con las viejas estructuras partidarias»..
«¿Es maquiavélico? No, es acercarse a la gente», dijo el gurú de Pro, que puso como justificación la alta imagen de Scioli; comparó al jefe de gobierno porteño con Chávez, Evo Morales y Correa
No hubiese sido fácil para Pericles, el primer ciudadano de Atenas, comprender la escena: un local nocturno en un subsuelo de San Telmo, que lleva ese nombre en su honor y que está decorado con imágenes de musculosos hombres de la Antigua Grecia, pero iluminado en plan de intimidad, albergó el jueves por la noche al grupo Manifiesto. Una usina intelectual de Pro que se define como la antítesis de Carta Abierta, por su vocación de diálogo. El orador: Jaime Durán Barba.
El estratega político de Mauricio Macri teorizó durante dos horas. Darwinismo, sexualidad, comunicación, tecnología y otros conceptos compartieron lugar con el barro del conurbano, el aparato clientelar y el rol de los punteros en una charla privada a la que accedió LA NACION. Durán Barba interpretó en una conversación íntima el «optimismo» de los argentinos con el gobierno de Cristina Kirchner, admitió la buena imagen pública de Daniel Scioli y justificó el cambio discursivo de Macri.
El asesor ecuatoriano escuchó con atención una crítica hacia la política de alianzas de Pro. Se acomodó en el sillón gris de pana y con total naturalidad recitó una clase de pragmatismo: «Nosotros tenemos que entender a la gente. Si la gente cree que Scioli es un buen gobernador -el 65% lo piensa-, pues Scioli es un buen gobernador. ¿Es maquiavélico? No, es acercarse a la gente. Si la gente cree que la Virgen de Guadalupe es una atorranta, pues lo será hasta que se demuestre lo contrario».
A su lado, un escritor y un académico degustaban un vino tinto. Silencio. Unos 50 invitados, entre simpatizantes, intelectuales y escritores escuchaban las argumentaciones filosóficas del ecuatoriano mientras comían pizza sobre unos sillones bajos. Otros se acomodaron en una especie de reservados.
Aunque el diálogo generó matices más conceptuales que políticos, el estratega de Pro justificó el cambio de discurso que Macri puso en práctica esta semana. «Esto de Aerolíneas y demás? la idea es ir hacia una Argentina que se expande, que sea distinta. Para mí, fue muy difícil de entenderlo hasta hace una semana, porque hay muchos prejuicios que yo también tenía», reconoció. Hasta Macri admitió ayer que su cambio de discurso generó sorpresa.
Una rubia platinada cortó el clima en Pericles Bar. Tomó el micrófono, levantó la voz, acusó a los votantes del conurbano de ignorantes y calificó su voto de «estomacal». Con modales de diplomático, Durán Barba apeló al nuevo libreto. «Tenemos que comprender que las realidades son distintas. Cuando le preguntamos a esa gente cómo está el país, cómo está su familia, notamos que el optimismo ha crecido brutalmente en el conurbano en los últimos meses. Podemos decir que son unos idiotas o mostrarles que un cambio les puede mejorar la vida», reflexionó.
El grupo Manifiesto ya había invitado a sus charlas al funcionario Marcos Peña y al filósofo Tomás Abraham. «La idea es invitar a una nueva generación de pensadores formados en democracia», dijo el legislador Iván Petrella, uno de los anfitriones. Cuando LA NACION preguntó por qué eligieron ese bar, otro organizador se justificó: «Nos lo prestan. El lugar es raro, pero bueno, es gratis». Según pudo saber este medio, Pericles Bar suele ser utilizado por un grupo de funcionarios de Pro cercanos al jefe de gobierno porteño para celebrar distintos eventos.
Después de enumerar los cambios que enfrentará la humanidad en este siglo, Durán Barba se embarró con la política bonaerense. «Me da mucha bronca que la Argentina sea el último país del mundo que tiene esta boleta idiota. Con esta boleta tenemos que pactar con otros partidos para que nos den los punteros que necesitamos para robarles las boletas a los otros. Mandemos al diablo eso y tengamos voto electrónico», pidió.
El ecuatoriano se guardó para el final una polémica ideológica: comparó a Macri con Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales: «Son iguales, porque representan el antisistema. Ellos demostraron que los cambios no se hacen con las viejas estructuras partidarias»..