El acuerdo explícito alcanzado por el candidato presidencial oficialista, Daniel Scioli, con el gobernador, Alberto Weretilneck, quien venía profesando un provincialismo a secas, se enmarca, en rigor, en un contexto amplio, que contrapone su estilo amigable con el del kirchnerismo, a todas luces confrontador.
Con los huevos en varias canastas (de hecho, aglutinó al peronismo ortodoxo y a los sectores juveniles apegados al modelo K), Scioli fomentará la relación institucional con otros mandatarios electos, refractarios a la administración de Cristina Fernández: Juan Schiaretti, de Córdoba; Miguel Lifschitz, de Santa Fe y Alfredo Cornejo, de Mendoza.
«Se abordarán todos los temas pendientes, con buen diálogo y espíritu productivo. Scioli y Schiaretti, se van a entender rápidamente», anticipó Alberto Pérez, secretario general del gobierno bonaerense.
La declaración es más que llamativa, pues Schiaretti, apoya hoy la postulación a la Rosada de José Manuel de la Sota, quien este domingo puede quedar fuera de carrera cuando enfrente a Sergio Massa, en las PASO del Frente Renovador.
El socialista Lifschitz juega todo por la postulación a senador por Santa Fe de Hermes Binner y tiene un compromiso en la general con Margarita Stolbizer, pero dadas las escasas chances de la dirigente del GEN, también explora por estas horas un acercamiento con Scioli.
Cornejo, el electo de Mendoza, ha manifestado simpatía por la nominación de Mauricio Macri, aunque también es permeable al sciolismo, que le presentó un plan específico para desarrollar la economía viñatera.
Mantendrá programas
«Los programas que Scioli expuso ante (Miguel) Pichetto, (Omar) Perotti, (Adolfo) Bermejo y (Eduardo) Accastello, los mantendrá vigentes si gana la elección, con Weretilneck, Lifschitz, Cornejo y Schiaretti. Lo hará porque será el presidente del conjunto de los argentinos y tiene decidido trabajar intensa y respetuosamente con todos los mandatarios, sean del signo que sean», explicó a este diario un vocero que intervino en el entendimiento con Río Negro y que ahora aguarda el resultado de las internas del próximo 9 de agosto.
Con los huevos en varias canastas (de hecho, aglutinó al peronismo ortodoxo y a los sectores juveniles apegados al modelo K), Scioli fomentará la relación institucional con otros mandatarios electos, refractarios a la administración de Cristina Fernández: Juan Schiaretti, de Córdoba; Miguel Lifschitz, de Santa Fe y Alfredo Cornejo, de Mendoza.
«Se abordarán todos los temas pendientes, con buen diálogo y espíritu productivo. Scioli y Schiaretti, se van a entender rápidamente», anticipó Alberto Pérez, secretario general del gobierno bonaerense.
La declaración es más que llamativa, pues Schiaretti, apoya hoy la postulación a la Rosada de José Manuel de la Sota, quien este domingo puede quedar fuera de carrera cuando enfrente a Sergio Massa, en las PASO del Frente Renovador.
El socialista Lifschitz juega todo por la postulación a senador por Santa Fe de Hermes Binner y tiene un compromiso en la general con Margarita Stolbizer, pero dadas las escasas chances de la dirigente del GEN, también explora por estas horas un acercamiento con Scioli.
Cornejo, el electo de Mendoza, ha manifestado simpatía por la nominación de Mauricio Macri, aunque también es permeable al sciolismo, que le presentó un plan específico para desarrollar la economía viñatera.
Mantendrá programas
«Los programas que Scioli expuso ante (Miguel) Pichetto, (Omar) Perotti, (Adolfo) Bermejo y (Eduardo) Accastello, los mantendrá vigentes si gana la elección, con Weretilneck, Lifschitz, Cornejo y Schiaretti. Lo hará porque será el presidente del conjunto de los argentinos y tiene decidido trabajar intensa y respetuosamente con todos los mandatarios, sean del signo que sean», explicó a este diario un vocero que intervino en el entendimiento con Río Negro y que ahora aguarda el resultado de las internas del próximo 9 de agosto.
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