Evo Morales es consciente de que puede ser el único superviviente de una generación de líderes de la izquierda latinoamericana. Mientras a su alrededor algunos han muerto —Chávez y Néstor Kirchner— otros se fueron o se van —Lula, Cristina Kirchner— y otros sufren un enorme desgaste que pone en riesgo su futuro —Maduro, Dilma, Bachelet, Correa— él promueve ahora un cambio constitucional para permitir una nueva reelección y habla incluso de seguir en el poder hasta 2030. En la entrevista, realizada en Buenos Aires, donde acudió para apoyar al candidato peronista Daniel Scioli, reconoce que le cuesta imaginarse sin ser presidente.
Pregunta. ¿La izquierda latinoamericana ha entrado en una crisis al acabarse la bonanza económica?
Respuesta. Cada país tiene su particularidad, pero en Bolivia para nada. Afecta, pero esta crisis del sistema capitalista no decide la economía boliviana, vamos a demostrarlo. Antes de que yo fuera presidente la inversión pública era de 600 millones de dólares, este año hemos programado 7.200 millones de dólares. Con la bajada del precio del petróleo vamos a perder unos 3.000 millones de dólares pero la inversión pública se va a mantener. Todo depende de cómo se gestione el mercado regional, ese es nuestro debate en el continente.
P. ¿Teme quedarse solo como único referente de la izquierda latinoamericana?
R. Cada país tiene sus debilidades. Nosotros soportamos una agresión política en 2008. Argentina ha soportado la agresión económica de los fondos buitre. Venezuela ha soportado una agresión incluso militar. Cuando los países se liberan y dejan de someterse al imperio de EE UU y al FMI, ahí empiezan las provocaciones. Ayer (este miércoles) por unanimidad la central obrera boliviana decidió pedir la modificación de la Constitución para otra repostulación. E inmediatamente sale que Evo estaría metido en el narcotráfico, que la DEA lo investiga. La semana pasada, yo no podía abrocharme mi calzado y un oficial con mucho cariño me ayuda y se armó todo un escándalo. Y eso no es nada frente a los problemas que yo soporté antes. Cuando era dirigente sindical me dijeron que era asesino, que era el Bin Laden andino. Es parte de la guerra sucia que abren.
P. ¿Por qué la reelección? ¿Se considera insustituible?
R. Hay muchos líderes. Yo no tengo formación, no sé de administrar empresas. Pero sé tomar decisiones escuchando al pueblo. Evo no es insustituible, pero genera consenso, amistad, confianza. Más que liderazgo es confianza. Yo he aprendido que en América Latina no habrá patria con capitalismo. No habrá Estado con neoliberalismo. Hay menos soberanía con el imperialismo. Si no estamos convencidos de esto nos estamos equivocando. Antes EE UU nos dominaba política y económicamente. En 2008, aunque gané con más del 50%, me llevaron al revocatorio. Y me ratificaron con el 67%. No hay por qué tener miedo al pueblo. Si el pueblo dice que se modifique la Constitución para la reelección se hará, si no, no. Es lo más democrático. Algún jerarca de la Iglesia católica boliviana dice que es importante la alternancia. ¿Y acaso hay alternancia para el hermano Papa Francisco?
P. ¿El poder es tan atractivo que cuesta dejarlo?
R. No es el poder, sino el servicio. A veces me pregunto, el día que lo deje, ¿con qué tema voy a madrugar o acostarme a la una de la mañana? Ya me acostumbré. Antes me encantaba ir a actos cívicos. Ahora lo que me gusta es entregar nuevas obras. Anoche entregamos la mejor escuela de toda Santa Cruz. Es como un vicio, ver a la gente feliz. Dejar eso, sí, creo que cuesta. Antes el pueblo era esclavo del Gobierno, ahora yo me siento esclavo del pueblo, pero me encanta. No tengo poder, lo tiene el pueblo. No es Evo el que está autoproclamándose para ser reelegido, ha habido una petición por unanimidad de la central obrera. Eso nunca se vio en Bolivia. Entiendo que los sindicalistas se sienten orgullosos de mí.
P. ¿La reelección sería también para el vicepresidente García Linera?
R. Si, esa es la propuesta que están haciendo las organizaciones. Los movimientos sociales piden que continúe también el vicepresidente.
P. ¿Qué se imagina haciendo cuando deje de ser presidente?
R. Yo voy a ir a Chapare, a mi chaco. Les invito a ustedes, ya van a ser viejitos, con sus nietos, vengan a visitarme.
P. ¿O sea que quedan muchísimos años para eso? ¿Habrá reelección indefinida?
R. No se está hablando de reelección indefinida sino de que yo cumpla la agenda patriótica en 2025. Algunos dicen 2030 pero no hay una propuesta definida. Yo estoy feliz cumpliendo mi gestión. Yo vi de cerca cómo era la dominación imperial, con la DEA, y empecé mi lucha. Rechacé la candidatura durante los primeros años, después acepté obligado. Aquí están los resultados. Los pobres, juntos a los pueblos originarios, los obreros, hemos salvado a Bolivia.
P. ¿Está preocupado con la situación en Venezuela? ¿Ve bien encarcelar a opositores?
R. Los presidentes no encarcelan a opositores, no es nuestra atribución. Yo no quiero meterme en la justicia venezolana. Entiendo que en Venezuela hay un problema económico. Nosotros también lo tuvimos, faltaba azúcar, faltaba trigo. Cristina Kirchner por ejemplo nos ayudó mucho. Antes donaba EEUU y cuando llegué al Gobierno dejó de donarnos. Llamé a Cristina y le dije “tiene que venderme”. Y lo resolvimos.
P. ¿Pero no le inquieta que se detenga a opositores? Es algo único en América. ¿Ha intentado mediar con Maduro?
R. Este es un problema de la justicia venezolana. Yo estaba escuchando la situación de Leopoldo López. Cuando él estaba encabezando las marchas hubo 50 muertos. Desde que lo detuvieron no hubo más. ¿Qué estaba haciendo? Con el compañero Maduro no hablamos de estas cosas, sino de la gestión de compartir empresas, de cómo resolver la situación social. Esto está en manos de la justicia.
P. ¿Qué va a hacer Bolivia si hay un fallo en contra de La Haya sobre su salida al mar?
R. Primero mi solidaridad con Chile por el terremoto, a la presidenta y a todo el pueblo. Bolivia es un país de paz. Estamos convencidos de que La Haya nos dará la razón. Sabe el mundo entero que en 1879 fuimos invadidos. Estamos preparados, si La Haya lo rechaza tenemos otros mecanismos. Nosotros proponemos un diálogo con el Papa Francisco como garante.
P. ¿Puede el papa convertirse en el gran referente político de la izquierda latinoamericana que falta?
R. En vez de que el papa ore por Evo, yo tengo que orar por el Papa. Temo mucho por la vida del hermano papa Francisco porque está arriesgando mucho. Mi madre a mí me enseñó a ser católico, pero la iglesia me decepcionó por el comportamiento de algunos jerarcas. Pero ahora Francisco nos alienta bastante.
P. En España está Podemos, que se ha inspirado también en Bolivia. ¿Qué espera de ellos?
R. El término Podemos en Bolivia suena mal, porque es la derecha, la dictadura [se ríe]. Siento que en Europa hay movimientos políticos con muchos valores que están creciendo. Tenemos amistad con muchos jóvenes políticos europeos. Ellos también plantean que los servicios básicos deben ser un derecho humano. Creo que hay otro imperio europeo que está sometiendo a sus pueblos. ¿Qué pasa en Siria? Todos los problemas vienen por someterse al imperio de EE UU.
Pregunta. ¿La izquierda latinoamericana ha entrado en una crisis al acabarse la bonanza económica?
Respuesta. Cada país tiene su particularidad, pero en Bolivia para nada. Afecta, pero esta crisis del sistema capitalista no decide la economía boliviana, vamos a demostrarlo. Antes de que yo fuera presidente la inversión pública era de 600 millones de dólares, este año hemos programado 7.200 millones de dólares. Con la bajada del precio del petróleo vamos a perder unos 3.000 millones de dólares pero la inversión pública se va a mantener. Todo depende de cómo se gestione el mercado regional, ese es nuestro debate en el continente.
P. ¿Teme quedarse solo como único referente de la izquierda latinoamericana?
R. Cada país tiene sus debilidades. Nosotros soportamos una agresión política en 2008. Argentina ha soportado la agresión económica de los fondos buitre. Venezuela ha soportado una agresión incluso militar. Cuando los países se liberan y dejan de someterse al imperio de EE UU y al FMI, ahí empiezan las provocaciones. Ayer (este miércoles) por unanimidad la central obrera boliviana decidió pedir la modificación de la Constitución para otra repostulación. E inmediatamente sale que Evo estaría metido en el narcotráfico, que la DEA lo investiga. La semana pasada, yo no podía abrocharme mi calzado y un oficial con mucho cariño me ayuda y se armó todo un escándalo. Y eso no es nada frente a los problemas que yo soporté antes. Cuando era dirigente sindical me dijeron que era asesino, que era el Bin Laden andino. Es parte de la guerra sucia que abren.
P. ¿Por qué la reelección? ¿Se considera insustituible?
R. Hay muchos líderes. Yo no tengo formación, no sé de administrar empresas. Pero sé tomar decisiones escuchando al pueblo. Evo no es insustituible, pero genera consenso, amistad, confianza. Más que liderazgo es confianza. Yo he aprendido que en América Latina no habrá patria con capitalismo. No habrá Estado con neoliberalismo. Hay menos soberanía con el imperialismo. Si no estamos convencidos de esto nos estamos equivocando. Antes EE UU nos dominaba política y económicamente. En 2008, aunque gané con más del 50%, me llevaron al revocatorio. Y me ratificaron con el 67%. No hay por qué tener miedo al pueblo. Si el pueblo dice que se modifique la Constitución para la reelección se hará, si no, no. Es lo más democrático. Algún jerarca de la Iglesia católica boliviana dice que es importante la alternancia. ¿Y acaso hay alternancia para el hermano Papa Francisco?
P. ¿El poder es tan atractivo que cuesta dejarlo?
R. No es el poder, sino el servicio. A veces me pregunto, el día que lo deje, ¿con qué tema voy a madrugar o acostarme a la una de la mañana? Ya me acostumbré. Antes me encantaba ir a actos cívicos. Ahora lo que me gusta es entregar nuevas obras. Anoche entregamos la mejor escuela de toda Santa Cruz. Es como un vicio, ver a la gente feliz. Dejar eso, sí, creo que cuesta. Antes el pueblo era esclavo del Gobierno, ahora yo me siento esclavo del pueblo, pero me encanta. No tengo poder, lo tiene el pueblo. No es Evo el que está autoproclamándose para ser reelegido, ha habido una petición por unanimidad de la central obrera. Eso nunca se vio en Bolivia. Entiendo que los sindicalistas se sienten orgullosos de mí.
P. ¿La reelección sería también para el vicepresidente García Linera?
R. Si, esa es la propuesta que están haciendo las organizaciones. Los movimientos sociales piden que continúe también el vicepresidente.
P. ¿Qué se imagina haciendo cuando deje de ser presidente?
R. Yo voy a ir a Chapare, a mi chaco. Les invito a ustedes, ya van a ser viejitos, con sus nietos, vengan a visitarme.
P. ¿O sea que quedan muchísimos años para eso? ¿Habrá reelección indefinida?
R. No se está hablando de reelección indefinida sino de que yo cumpla la agenda patriótica en 2025. Algunos dicen 2030 pero no hay una propuesta definida. Yo estoy feliz cumpliendo mi gestión. Yo vi de cerca cómo era la dominación imperial, con la DEA, y empecé mi lucha. Rechacé la candidatura durante los primeros años, después acepté obligado. Aquí están los resultados. Los pobres, juntos a los pueblos originarios, los obreros, hemos salvado a Bolivia.
P. ¿Está preocupado con la situación en Venezuela? ¿Ve bien encarcelar a opositores?
R. Los presidentes no encarcelan a opositores, no es nuestra atribución. Yo no quiero meterme en la justicia venezolana. Entiendo que en Venezuela hay un problema económico. Nosotros también lo tuvimos, faltaba azúcar, faltaba trigo. Cristina Kirchner por ejemplo nos ayudó mucho. Antes donaba EEUU y cuando llegué al Gobierno dejó de donarnos. Llamé a Cristina y le dije “tiene que venderme”. Y lo resolvimos.
P. ¿Pero no le inquieta que se detenga a opositores? Es algo único en América. ¿Ha intentado mediar con Maduro?
R. Este es un problema de la justicia venezolana. Yo estaba escuchando la situación de Leopoldo López. Cuando él estaba encabezando las marchas hubo 50 muertos. Desde que lo detuvieron no hubo más. ¿Qué estaba haciendo? Con el compañero Maduro no hablamos de estas cosas, sino de la gestión de compartir empresas, de cómo resolver la situación social. Esto está en manos de la justicia.
P. ¿Qué va a hacer Bolivia si hay un fallo en contra de La Haya sobre su salida al mar?
R. Primero mi solidaridad con Chile por el terremoto, a la presidenta y a todo el pueblo. Bolivia es un país de paz. Estamos convencidos de que La Haya nos dará la razón. Sabe el mundo entero que en 1879 fuimos invadidos. Estamos preparados, si La Haya lo rechaza tenemos otros mecanismos. Nosotros proponemos un diálogo con el Papa Francisco como garante.
P. ¿Puede el papa convertirse en el gran referente político de la izquierda latinoamericana que falta?
R. En vez de que el papa ore por Evo, yo tengo que orar por el Papa. Temo mucho por la vida del hermano papa Francisco porque está arriesgando mucho. Mi madre a mí me enseñó a ser católico, pero la iglesia me decepcionó por el comportamiento de algunos jerarcas. Pero ahora Francisco nos alienta bastante.
P. En España está Podemos, que se ha inspirado también en Bolivia. ¿Qué espera de ellos?
R. El término Podemos en Bolivia suena mal, porque es la derecha, la dictadura [se ríe]. Siento que en Europa hay movimientos políticos con muchos valores que están creciendo. Tenemos amistad con muchos jóvenes políticos europeos. Ellos también plantean que los servicios básicos deben ser un derecho humano. Creo que hay otro imperio europeo que está sometiendo a sus pueblos. ¿Qué pasa en Siria? Todos los problemas vienen por someterse al imperio de EE UU.
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