La Web da para todo. Hasta para un minimanual del buen militante que describe y recomienda métodos de resistencia contra el macrismo.
Son técnicas bastante infantiles presentadas como el prospecto de un medicamento sin contraindicaciones o efectos secundarios. Una versión de machete escolar con lo que puede y debe hacer cada activista para enfrentar al “nuevo gobierno de corte neoliberal”.
Básicamente aconseja a los militantes kirchneristas salir a la calle y nunca identificarse claramente como opositor.
Las acciones son para todos los gustos. Pegar cartelitos en postes y paradas de colectivos. Escribir mensajes en los ejemplares de Clarín que se leen en bares y pedir que cambien de canal si están viendo Canal 13 o TN. Y si no cambian, irse del lugar.
Eso sí: todo con respeto y sin insultar. Para Facebook sugieren aceptar la amistad de los que piensan diferente. Un gran avance. También piden que participen de foros de Internet y que compren una vez por semana Página 12 ahora que el diario perdió el sponsoreo oficial.
Otra propuesta, la número diez, mezcla política y psicoanálisis: plantea montar escenas de teatro callejero en bares, supermercados y colectivos a las que llaman “miniactings concientizadores”. Pueden ser divertidos y pueden ser peligrosos si la gente se enoja. Entre paréntesis: no observaron lo imperialista que es eso de actings.
A todo el paquete lo llaman “permanecer activos en nuestra resistencia”. Lo contrario, dicen, es “perder tiempo y energía frente al monitor consumiendo noticias deprimentes”. Sabrán por qué.
Es una guía para pibes y quien la escribió y la publicó, joven o grande, cree que así puede boicotear al gobierno.
No merecería prestarle demasiada atención si no fuese porque el libreto, que se viralizó rápidamente, revela el intento de seguir manipulando las ideas y los sentimientos de los pibes.
La buena fe, el idealismo, el rechazo por las injusticias son el combustible. ¿Qué más justo que pelear contra el imperialismo, los buitres, los medios concentrados y los CEO de las corporaciones que se han adueñado del Estado? Eso es lo que quieren hacer creer. Lo que quieren ocultar es la herencia de corrupción, pobreza, inflación, autoritarismo y desigualdad que el kirchnerismo ha dejado.
La palabra Resistencia tiene una historia de gloria en el peronismo. Ha mostrado capacidad de movilizar. La épica desplegada por el enorme aparato de propaganda da un giro hacia la micropolítica. El nuevo relato es tan elemental que parece caricaturesco. Pero es lo que va quedando: solo y puro relato.
Son técnicas bastante infantiles presentadas como el prospecto de un medicamento sin contraindicaciones o efectos secundarios. Una versión de machete escolar con lo que puede y debe hacer cada activista para enfrentar al “nuevo gobierno de corte neoliberal”.
Básicamente aconseja a los militantes kirchneristas salir a la calle y nunca identificarse claramente como opositor.
Las acciones son para todos los gustos. Pegar cartelitos en postes y paradas de colectivos. Escribir mensajes en los ejemplares de Clarín que se leen en bares y pedir que cambien de canal si están viendo Canal 13 o TN. Y si no cambian, irse del lugar.
Eso sí: todo con respeto y sin insultar. Para Facebook sugieren aceptar la amistad de los que piensan diferente. Un gran avance. También piden que participen de foros de Internet y que compren una vez por semana Página 12 ahora que el diario perdió el sponsoreo oficial.
Otra propuesta, la número diez, mezcla política y psicoanálisis: plantea montar escenas de teatro callejero en bares, supermercados y colectivos a las que llaman “miniactings concientizadores”. Pueden ser divertidos y pueden ser peligrosos si la gente se enoja. Entre paréntesis: no observaron lo imperialista que es eso de actings.
A todo el paquete lo llaman “permanecer activos en nuestra resistencia”. Lo contrario, dicen, es “perder tiempo y energía frente al monitor consumiendo noticias deprimentes”. Sabrán por qué.
Es una guía para pibes y quien la escribió y la publicó, joven o grande, cree que así puede boicotear al gobierno.
No merecería prestarle demasiada atención si no fuese porque el libreto, que se viralizó rápidamente, revela el intento de seguir manipulando las ideas y los sentimientos de los pibes.
La buena fe, el idealismo, el rechazo por las injusticias son el combustible. ¿Qué más justo que pelear contra el imperialismo, los buitres, los medios concentrados y los CEO de las corporaciones que se han adueñado del Estado? Eso es lo que quieren hacer creer. Lo que quieren ocultar es la herencia de corrupción, pobreza, inflación, autoritarismo y desigualdad que el kirchnerismo ha dejado.
La palabra Resistencia tiene una historia de gloria en el peronismo. Ha mostrado capacidad de movilizar. La épica desplegada por el enorme aparato de propaganda da un giro hacia la micropolítica. El nuevo relato es tan elemental que parece caricaturesco. Pero es lo que va quedando: solo y puro relato.
