«Para prevenir femicidios, hay que igualar las oportunidades de las mujeres», advierte Fabiana Túñez, flamante titular del Consejo Nacional de las Mujeres. Estuvo más de 20 años del otro lado del asunto: en las calles, en las protestas, en los reclamos por mejorar la situación de mujeres víctimas de violencia machista. Desde la ONG La Casa del Encuentro, fue la única en el país que se ocupó de difundir estadísticas de femicidios en los últimos años y se convirtió, hace unos meses, en una de las primeras en promover la movilización masiva al Congreso bajo la consigna «Ni una menos». Con el cambio de gobierno, recibió la propuesta de hacerse cargo de liderar el espacio estatal que se ocupa de esta problemática y decidió aceptar. Su pareja, Ada Beatriz Rico, quedó al mando de la asociación y, desde el 11 de diciembre, Túñez está dedicada a lleno a la gestión estatal.
Dice que avanzan en la adhesión de todas las provincias a la ley nacional, que la Argentina tiene la mejor normativa de la región, y que ahora su tarea está concentrada en elaborar un plan nacional, histórico pedido de las organizaciones. Pide tiempo, aunque asegura que se está haciendo un trabajo arduo, y se anima a hacer algunas críticas a quienes la precedieron: «Encontré un Consejo muy deslucido, opacado».
-¿Cuál es su objetivo en el Consejo?
– Estamos tratando de rearmarlo. Tenemos una concepción de un Consejo de puertas abiertas al diálogo, a la circulación, a la generación de política pública, que en los últimos años había dejado el lugar que históricamente había tenido. En eso estamos. En la reconstrucción, junto con los trabajadores y trabajadores, que son un equipo de profesionales maravilloso y comprometido. Estamos trabajando muy arduamente en la línea 144, a la cual le hemos anexado un equipo de seguimiento de cada uno de los datos que ingresan. Estamos trabajando en la elaboración del plan nacional para la erradicación de la violencia de género, algo que yo reclamaba desde mi lugar en la sociedad civil como una deuda muy importante desde el año 2010. A partir del mes que viene lo vamos a trabajar de forma interministerial para poder tener, lo más rápido que podamos, el mejor plan posible para que, desde un abordaje transversal, integral, interdisciplinario, y fundamentalmente federal, se pueda aplicar a lo largo y ancho del país.
-¿Eso es lo más urgente?
-Es el primer escalón de la escalera. Tenemos una escalera, que es la Ley 26.485, a la cual le faltaba el primer escalón. Y este es un escalón indispensable para que haya igualdad de oportunidades para una mujer víctima de violencia de género. En las capitales de las provincias es una cosa, y en el interior de esas provincias es otra. Para salir de esta violencia, para prevenir los femicidios, tenemos que dar igualdad de oportunidades a todas las mujeres: acceso a la información, a la prevención, al cuidado, un montón de cuestiones que se tienen que dar en materia de políticas públicas. Todavía es una asignatura pendiente.
-¿Van a pedir un aumento de presupuesto, algo tan reclamado por las organizaciones?
-El presupuesto fue el que se acordó el año pasado y no puede tener modificaciones porque fue girado por el Poder Ejecutivo anterior al Congreso de la Nación. Obviamente vamos a trabajar muy fuerte para que el año que viene el presupuesto sea mayor. Pero eso no nos inhabilita para generar políticas públicas, como por ejemplo el plan nacional, que es indispensable y que va a necesitar más recursos. Después le pediremos al Congreso que pueda adecuar la norma para cumplimentarlo.
-¿No hay manera de modificar antes el tema presupuestario?
-Hay que esperar. Para poder pedir más presupuesto tengo que generar una norma que lo justifique y creo que el diseño del plan nacional, que es algo que fue pedido en el «Ni un amenos», que lo veníamos pidiendo desde el movimiento de mujeres, es el puntapié. No es solamente pedir ley de emergencia económica para violencia de género, sino pedir una ampliación de presupuesto para poder tener más hogares refugio, botones antipánico en todo el país, un montón de políticas públicas que sí lo ameritan. Pero hay que diseñarlo primero, sino es muy desordenado. Creo que el plan nacional va a habilitar para que haya el presupuesto necesario.
-¿Cómo van a trabajar con las provincias que todavía no adhirieron a la ley nacional (San Juan, Salta, Misiones y Córdoba)?
– Estamos trabajando en eso. Hubo reuniones con la gente de Córdoba
-¿Cuál es el argumento para no adherir?
– Es el desconocimiento. Estamos hablando en profundidad de la necesidad de unificar criterios a nivel de política pública y de lo que significa una ley al nivel de la violencia familiar. Me parece que lo que faltó fue un trabajo de concientización, de debate, acerca de la importancia de la mejor ley, creo yo, de América Latina en materia de violencia de género. Y por eso es necesaria. Con un poquito de trabajo, debate, articulación y generar confianza, seguramente vamos a poder implementarla en todo el país.
-Hace unos días hubo organizaciones preocupadas por el riesgo de que se termine el Programa de Salud Sexual y Reproductiva. ¿Puede pasar?
-Hubo muchas versiones y una fue que se desarmaba el comité de trata y eso no era cierto. Con respecto al programa de salud, hubo una reunión con parte del movimiento de mujeres y tampoco se cierra. Cambian las autoridades, obviamente, porque hay un cambio de gestión pero todo lo que hay dentro continúa de la misma forma. También hubo versiones de que desaparecía el programa Ellas Hacen y todo lo contrario, de hecho el Consejo Nacional de las Mujeres está trabajando en profundizar el Ellas Hacen y que haya mayor profundidad en el fortalecimiento de las mujeres para generar ámbitos laborales genuinos, que les permitan lograr su autonomía económica. En materia de políticas de género, siempre tenemos que estar atentas. Pero hay muchas cosas que circularon que no eran ciertas. «
Dice que avanzan en la adhesión de todas las provincias a la ley nacional, que la Argentina tiene la mejor normativa de la región, y que ahora su tarea está concentrada en elaborar un plan nacional, histórico pedido de las organizaciones. Pide tiempo, aunque asegura que se está haciendo un trabajo arduo, y se anima a hacer algunas críticas a quienes la precedieron: «Encontré un Consejo muy deslucido, opacado».
-¿Cuál es su objetivo en el Consejo?
– Estamos tratando de rearmarlo. Tenemos una concepción de un Consejo de puertas abiertas al diálogo, a la circulación, a la generación de política pública, que en los últimos años había dejado el lugar que históricamente había tenido. En eso estamos. En la reconstrucción, junto con los trabajadores y trabajadores, que son un equipo de profesionales maravilloso y comprometido. Estamos trabajando muy arduamente en la línea 144, a la cual le hemos anexado un equipo de seguimiento de cada uno de los datos que ingresan. Estamos trabajando en la elaboración del plan nacional para la erradicación de la violencia de género, algo que yo reclamaba desde mi lugar en la sociedad civil como una deuda muy importante desde el año 2010. A partir del mes que viene lo vamos a trabajar de forma interministerial para poder tener, lo más rápido que podamos, el mejor plan posible para que, desde un abordaje transversal, integral, interdisciplinario, y fundamentalmente federal, se pueda aplicar a lo largo y ancho del país.
-¿Eso es lo más urgente?
-Es el primer escalón de la escalera. Tenemos una escalera, que es la Ley 26.485, a la cual le faltaba el primer escalón. Y este es un escalón indispensable para que haya igualdad de oportunidades para una mujer víctima de violencia de género. En las capitales de las provincias es una cosa, y en el interior de esas provincias es otra. Para salir de esta violencia, para prevenir los femicidios, tenemos que dar igualdad de oportunidades a todas las mujeres: acceso a la información, a la prevención, al cuidado, un montón de cuestiones que se tienen que dar en materia de políticas públicas. Todavía es una asignatura pendiente.
-¿Van a pedir un aumento de presupuesto, algo tan reclamado por las organizaciones?
-El presupuesto fue el que se acordó el año pasado y no puede tener modificaciones porque fue girado por el Poder Ejecutivo anterior al Congreso de la Nación. Obviamente vamos a trabajar muy fuerte para que el año que viene el presupuesto sea mayor. Pero eso no nos inhabilita para generar políticas públicas, como por ejemplo el plan nacional, que es indispensable y que va a necesitar más recursos. Después le pediremos al Congreso que pueda adecuar la norma para cumplimentarlo.
-¿No hay manera de modificar antes el tema presupuestario?
-Hay que esperar. Para poder pedir más presupuesto tengo que generar una norma que lo justifique y creo que el diseño del plan nacional, que es algo que fue pedido en el «Ni un amenos», que lo veníamos pidiendo desde el movimiento de mujeres, es el puntapié. No es solamente pedir ley de emergencia económica para violencia de género, sino pedir una ampliación de presupuesto para poder tener más hogares refugio, botones antipánico en todo el país, un montón de políticas públicas que sí lo ameritan. Pero hay que diseñarlo primero, sino es muy desordenado. Creo que el plan nacional va a habilitar para que haya el presupuesto necesario.
-¿Cómo van a trabajar con las provincias que todavía no adhirieron a la ley nacional (San Juan, Salta, Misiones y Córdoba)?
– Estamos trabajando en eso. Hubo reuniones con la gente de Córdoba
-¿Cuál es el argumento para no adherir?
– Es el desconocimiento. Estamos hablando en profundidad de la necesidad de unificar criterios a nivel de política pública y de lo que significa una ley al nivel de la violencia familiar. Me parece que lo que faltó fue un trabajo de concientización, de debate, acerca de la importancia de la mejor ley, creo yo, de América Latina en materia de violencia de género. Y por eso es necesaria. Con un poquito de trabajo, debate, articulación y generar confianza, seguramente vamos a poder implementarla en todo el país.
-Hace unos días hubo organizaciones preocupadas por el riesgo de que se termine el Programa de Salud Sexual y Reproductiva. ¿Puede pasar?
-Hubo muchas versiones y una fue que se desarmaba el comité de trata y eso no era cierto. Con respecto al programa de salud, hubo una reunión con parte del movimiento de mujeres y tampoco se cierra. Cambian las autoridades, obviamente, porque hay un cambio de gestión pero todo lo que hay dentro continúa de la misma forma. También hubo versiones de que desaparecía el programa Ellas Hacen y todo lo contrario, de hecho el Consejo Nacional de las Mujeres está trabajando en profundizar el Ellas Hacen y que haya mayor profundidad en el fortalecimiento de las mujeres para generar ámbitos laborales genuinos, que les permitan lograr su autonomía económica. En materia de políticas de género, siempre tenemos que estar atentas. Pero hay muchas cosas que circularon que no eran ciertas. «