Por Luis Autalán
La construcción política que se propuso una parte del sindicalismo agrupado en el Movimiento de Acción Sindical (Masa) que se referencia en el líder de la Confederación General del Trabajo y titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) Antonio Caló, avanza hacia la “resistencia” al neoliberalismo que consideran acecha con riesgo letal a los trabajadores.
Con ese énfasis unieron lanzas con la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) de Hugo Yasky, quién elogió el camino programático al mismo tiempo que eligió hacer a un lado por el momento históricas y severas diferencias con sus “primos” gremiales.
A la vez que se ramificó hacia la poderosa Asociación Bancaria de Sergio Palazzo y ahora teje estructura dentro del justicialismo. Desde esa consigna varios referentes del caloísmo, “que no significa personalismo de Antonio sino valorar su prédica de labor en equipo y libertad de conciencia para disentir”, aclaran sus hombres de confianza, los que por otra parte son los que “motorizan política” en los últimos días.
Retorno
La metáfora es “volver a Perón” y la práctica se cristaliza, por ejemplo en el encuentro con 25 diputados peronistas, “no solo del Frente para la Victoria” remarcan, y la relación con el ex titular de la Cámara baja Julián Domínguez, que viene desde hace años, incluso de primaveras más prósperas de optimismo político.
La semana que viene, será ocasión de que uno de los aspirantes a la presidencia que le dejaron paso en su momento a Daniel Scioli para representar en exclusiva al FpV, sea el protagonista de otra conversación sobre “la realidad de hoy y el futuro inmediato”, aseguran. Además de Caló, que por estas horas divide su atención entre la propia negociación de una suma adicional para la UOM con el sector empresario y la coyuntura urgente de otros sindicatos, como la crisis de Aerolínea Sol, “pilotean” esta movida el taxista Omar Viviani, el jefe de la Unión Ferroviaria Sergio Sasia, Oscar Romero de Smata, Horacio Ghilini (Sadop) y entre varios “fogoneros” de alta consideración se encuentran Norberto Di Próspero (Apl), Pablo Biró (Apla), Héctor Amichetti (Gráficos), Osvaldo Iadarola (Foetra) y la cúpula de la Juventud Sindical Peronista.
Ni quietos ni mansos
Si para muestras de la autocritica puertas adentro se los consulta aseveran que el taxista Viviani es ejemplo. “Asimiló su lugar no privilegiado en la lista de candidatos a legisladores porteños, la sangría de gremios del Transporte que se habían alineado con Caló y volvieron con Moyano (Hugo) y aún así no se despechó y es columna incansable del Masa”, reveló uno de los jefes de la mesa chica del agrupamiento de gremios productivos.
Saben que las conclusiones deben ser urgentes, “porque no es que estemos callados, sino que lo de Cambiemos en el poder supera nuestra peor hipótesis”, se confesó otro dirigente del Masa, sabiendo que no alcanzaba a compensar la “cámara lenta” con la que se están afrontando despidos e intentos de “disciplina forzosa” sobre el sindicalismo peronista.
Este paso a paso del Masa, apunta a que las más de 62 organizaciones gremiales actúen como lo que le falta en estos momentos a todas las centrales obreras, “un brazo político” dinámico.
Se juramentaron a lograrlo y por ese camino infieren que llegarán más novedades de fondo para los próximos días. “Sin un laburo de este tono, le guste a quien le guste, hablar de unidad de la CGT es pensar nada más que en una foto. La derecha y la infantería de los CEOs vienen por todo, no nos encontrarán quietos ni mansos”, resumen.
La construcción política que se propuso una parte del sindicalismo agrupado en el Movimiento de Acción Sindical (Masa) que se referencia en el líder de la Confederación General del Trabajo y titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) Antonio Caló, avanza hacia la “resistencia” al neoliberalismo que consideran acecha con riesgo letal a los trabajadores.
Con ese énfasis unieron lanzas con la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) de Hugo Yasky, quién elogió el camino programático al mismo tiempo que eligió hacer a un lado por el momento históricas y severas diferencias con sus “primos” gremiales.
A la vez que se ramificó hacia la poderosa Asociación Bancaria de Sergio Palazzo y ahora teje estructura dentro del justicialismo. Desde esa consigna varios referentes del caloísmo, “que no significa personalismo de Antonio sino valorar su prédica de labor en equipo y libertad de conciencia para disentir”, aclaran sus hombres de confianza, los que por otra parte son los que “motorizan política” en los últimos días.
Retorno
La metáfora es “volver a Perón” y la práctica se cristaliza, por ejemplo en el encuentro con 25 diputados peronistas, “no solo del Frente para la Victoria” remarcan, y la relación con el ex titular de la Cámara baja Julián Domínguez, que viene desde hace años, incluso de primaveras más prósperas de optimismo político.
La semana que viene, será ocasión de que uno de los aspirantes a la presidencia que le dejaron paso en su momento a Daniel Scioli para representar en exclusiva al FpV, sea el protagonista de otra conversación sobre “la realidad de hoy y el futuro inmediato”, aseguran. Además de Caló, que por estas horas divide su atención entre la propia negociación de una suma adicional para la UOM con el sector empresario y la coyuntura urgente de otros sindicatos, como la crisis de Aerolínea Sol, “pilotean” esta movida el taxista Omar Viviani, el jefe de la Unión Ferroviaria Sergio Sasia, Oscar Romero de Smata, Horacio Ghilini (Sadop) y entre varios “fogoneros” de alta consideración se encuentran Norberto Di Próspero (Apl), Pablo Biró (Apla), Héctor Amichetti (Gráficos), Osvaldo Iadarola (Foetra) y la cúpula de la Juventud Sindical Peronista.
Ni quietos ni mansos
Si para muestras de la autocritica puertas adentro se los consulta aseveran que el taxista Viviani es ejemplo. “Asimiló su lugar no privilegiado en la lista de candidatos a legisladores porteños, la sangría de gremios del Transporte que se habían alineado con Caló y volvieron con Moyano (Hugo) y aún así no se despechó y es columna incansable del Masa”, reveló uno de los jefes de la mesa chica del agrupamiento de gremios productivos.
Saben que las conclusiones deben ser urgentes, “porque no es que estemos callados, sino que lo de Cambiemos en el poder supera nuestra peor hipótesis”, se confesó otro dirigente del Masa, sabiendo que no alcanzaba a compensar la “cámara lenta” con la que se están afrontando despidos e intentos de “disciplina forzosa” sobre el sindicalismo peronista.
Este paso a paso del Masa, apunta a que las más de 62 organizaciones gremiales actúen como lo que le falta en estos momentos a todas las centrales obreras, “un brazo político” dinámico.
Se juramentaron a lograrlo y por ese camino infieren que llegarán más novedades de fondo para los próximos días. “Sin un laburo de este tono, le guste a quien le guste, hablar de unidad de la CGT es pensar nada más que en una foto. La derecha y la infantería de los CEOs vienen por todo, no nos encontrarán quietos ni mansos”, resumen.
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