El primer trimestre de su gestión, Macri insistió con tres ejes: pobreza cero, combate del narcotráfico y la unión de los argentinos. El Gobierno de Cambiemos descartó tres compromisos asumidos durante la campaña y se apresta a honrar otros 14, según el Macrímetro.
Una fotografía con gobernadores de todos los colores. La recuperación del debate del federalismo fiscal (coparticipación). Los anuncios diarios y, a veces, más de uno por jornada. La eliminación del Tango 01 y de las cadenas nacionales, y la implementación de las ruedas de prensa con preguntas. Modificaciones en la estructura del Estado. El repaso y la crítica de la herencia kirchnerista. Las manifestaciones y protocolo antipiquetes. Un paro de estatales. El levantamiento de las restricciones cambiarias. La inflación desatada. Los tropiezos. Las actualizaciones tarifarias de los servicios públicos. El reproche a Venezuela y los gestos de acercamientos al mundo. El acuerdo con los tenedores de bonos no reestructurados. La negociación en el Congreso y la promoción de ciertos opositores. La persecución y captura espectacular -con desinteligencias incluidas- de tres presos emblemáticos como Martín y Christian Lanatta, y Víctor Schillaci. Y un discurso apoyado sobre un trípode de anhelos: pobreza cero, combate al narcotráfico y la unión de los argentinos.
Los primeros 100 días de Mauricio Macri (Cambiemos) al frente de la Casa Rosada transcurrieron vertiginosamente. Para dimensionarlo vale recordar que el Presidente firmó cinco decretos de necesidad y urgencia entre el 10 de diciembre y el 5 de enero: la mitad de los DNU que rubricó Raúl Alfonsín (UCR) durante todo su mandato, según la ONG Chequeado. Pero la actividad del Gobierno de Cambiemos también puede -y debe- ser medida en términos de promesas electorales honradas. La iniciativa digital Macrímetro (macrimetro.com) afirma que ya fueron cumplidos siete de los 265 compromisos contraídos durante la campaña electoral.
El proyecto de monitoreo de Federico Retyk, ingeniero en Informática, y Martín Canosa, licenciado en Economía, indica que, a esta altura del partido presidencial, Macri dejó de lado tres promesas e intenta concretar otras 14, como la reforma política (unificación de las elecciones nacionales y provinciales; aplicación de la boleta electrónica y “despolitización” de la Dirección Nacional Electoral), y las obras de reforma de los aeropuertos de Iguazú, Resistencia, Salta y Tucumán. Este registro más que interesante muestra que por delante quedan 241 propuestas pendientes de realización, entre ellas, la construcción de más de 3.000 salas y jardines en todo el país, y la inversión de U$S 10.000 millones en el norte (ayer hubo avances al respecto -ver nota en esta edición-).
Dos polos: Irán y ganancias
A poco de asumir, el Presidente cumplió el compromiso de eliminar las retenciones a la soja en forma gradual y, de inmediato, todas las demás. Otra medida relacionada con el campo aunque menos rimbombante que la anterior fue el restablecimiento del formato original del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (Renatre), que había sido intervenido en 2012 por orden de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. “Había sido confiscado injustamente. Se hizo justicia”, opinó en su momento Gerónimo “Momo” Venegas, secretario general del gremio de los peones rurales.
A mediados del mes pasado, Macri concretó otro punto del “contrato” electoral, y reformó la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar). La disposición implicó el traspaso del control de la circulación de precursores químicos, que es la materia prima que habilita la producción de drogas, a la Secretaría de Lucha contra el Narcotráfico del Ministerio de Seguridad a cargo de Patricia Bullrich. En este mismo ámbito, Macri honró el compromiso de declarar la emergencia en seguridad en todo el país, que incluyó la puesta en marcha del “Operativo Fronteras” destinado a reforzar la vigilancia en las áreas limítrofes.
Quizá el levantamiento del llamado “cepo” cambiario haya sido la promesa cumplida que más ruido hizo -y expectativas generó-. El 16 de diciembre pasado, seis días después de jurar en el cargo, Macri dejó sin efecto las restricciones que había fijado el kirchnerismo para comprar divisas. “Levantamos en menos de una semana el mecanismo que ahogó la economía durante cuatro años”, se jactó Alfonso Prat-Gay, ministro de Hacienda y Finanzas Públicas.
Otra decisión anticipada durante la prolongada campaña presidencia fue la supresión del Memorándum de Entendimiento con Irán. En diciembre, el Gobierno de Macri retiró el recurso que había interpuesto la administración anterior contra la sentencia que había declarado la inconstitucionalidad del acuerdo relativo a la investigación del atentado de la AMIA. Como consecuencia de este “memo”, Alberto Nisman, fiscal fallecido en circunstancias dudosas, denunció penalmente a Fernández de Kirchner, al ex canciller Héctor Timerman y a otros dirigentes de la gestión anterior.
Macri concretó su promesa número siete al traspasar parte de la Policía Federal a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El 5 de enero, Horacio Rodríguez Larreta (Cambiemos), jefe de Gobierno de la capital, se hizo cargo del personal desplegado en las 54 comisarías porteñas, y en la Policía Montada, Bomberos y la Guardia de Infantería. Esos agentes se unieron a los 6.300 efectivos de la Policía Metropolitana.
Si bien el Poder Ejecutivo Nacional anunció este año la remodelación del programa Procrear, la iniciativa Macrímetro considera incumplida la promesa de generar el mismo 10 de diciembre un millón de créditos hipotecarios con cuota mensual semejante a un alquiler. El dólar a menos de $ 15 es otro compromiso dejado de lado, aunque la cotización fluctúa y hubo jornadas en las que la moneda estadounidense cerró a la baja. Pero sin duda la mayor decepción está relacionada con el impuesto a las ganancias: los cambios impresos en el mínimo no imponible (pasó a $ 30.000) no fueron suficientes para evitar que los trabajadores pagaran el tributo, como había prometido el Presidente antes de las elecciones.
Una fotografía con gobernadores de todos los colores. La recuperación del debate del federalismo fiscal (coparticipación). Los anuncios diarios y, a veces, más de uno por jornada. La eliminación del Tango 01 y de las cadenas nacionales, y la implementación de las ruedas de prensa con preguntas. Modificaciones en la estructura del Estado. El repaso y la crítica de la herencia kirchnerista. Las manifestaciones y protocolo antipiquetes. Un paro de estatales. El levantamiento de las restricciones cambiarias. La inflación desatada. Los tropiezos. Las actualizaciones tarifarias de los servicios públicos. El reproche a Venezuela y los gestos de acercamientos al mundo. El acuerdo con los tenedores de bonos no reestructurados. La negociación en el Congreso y la promoción de ciertos opositores. La persecución y captura espectacular -con desinteligencias incluidas- de tres presos emblemáticos como Martín y Christian Lanatta, y Víctor Schillaci. Y un discurso apoyado sobre un trípode de anhelos: pobreza cero, combate al narcotráfico y la unión de los argentinos.
Los primeros 100 días de Mauricio Macri (Cambiemos) al frente de la Casa Rosada transcurrieron vertiginosamente. Para dimensionarlo vale recordar que el Presidente firmó cinco decretos de necesidad y urgencia entre el 10 de diciembre y el 5 de enero: la mitad de los DNU que rubricó Raúl Alfonsín (UCR) durante todo su mandato, según la ONG Chequeado. Pero la actividad del Gobierno de Cambiemos también puede -y debe- ser medida en términos de promesas electorales honradas. La iniciativa digital Macrímetro (macrimetro.com) afirma que ya fueron cumplidos siete de los 265 compromisos contraídos durante la campaña electoral.
El proyecto de monitoreo de Federico Retyk, ingeniero en Informática, y Martín Canosa, licenciado en Economía, indica que, a esta altura del partido presidencial, Macri dejó de lado tres promesas e intenta concretar otras 14, como la reforma política (unificación de las elecciones nacionales y provinciales; aplicación de la boleta electrónica y “despolitización” de la Dirección Nacional Electoral), y las obras de reforma de los aeropuertos de Iguazú, Resistencia, Salta y Tucumán. Este registro más que interesante muestra que por delante quedan 241 propuestas pendientes de realización, entre ellas, la construcción de más de 3.000 salas y jardines en todo el país, y la inversión de U$S 10.000 millones en el norte (ayer hubo avances al respecto -ver nota en esta edición-).
Dos polos: Irán y ganancias
A poco de asumir, el Presidente cumplió el compromiso de eliminar las retenciones a la soja en forma gradual y, de inmediato, todas las demás. Otra medida relacionada con el campo aunque menos rimbombante que la anterior fue el restablecimiento del formato original del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (Renatre), que había sido intervenido en 2012 por orden de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. “Había sido confiscado injustamente. Se hizo justicia”, opinó en su momento Gerónimo “Momo” Venegas, secretario general del gremio de los peones rurales.
A mediados del mes pasado, Macri concretó otro punto del “contrato” electoral, y reformó la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar). La disposición implicó el traspaso del control de la circulación de precursores químicos, que es la materia prima que habilita la producción de drogas, a la Secretaría de Lucha contra el Narcotráfico del Ministerio de Seguridad a cargo de Patricia Bullrich. En este mismo ámbito, Macri honró el compromiso de declarar la emergencia en seguridad en todo el país, que incluyó la puesta en marcha del “Operativo Fronteras” destinado a reforzar la vigilancia en las áreas limítrofes.
Quizá el levantamiento del llamado “cepo” cambiario haya sido la promesa cumplida que más ruido hizo -y expectativas generó-. El 16 de diciembre pasado, seis días después de jurar en el cargo, Macri dejó sin efecto las restricciones que había fijado el kirchnerismo para comprar divisas. “Levantamos en menos de una semana el mecanismo que ahogó la economía durante cuatro años”, se jactó Alfonso Prat-Gay, ministro de Hacienda y Finanzas Públicas.
Otra decisión anticipada durante la prolongada campaña presidencia fue la supresión del Memorándum de Entendimiento con Irán. En diciembre, el Gobierno de Macri retiró el recurso que había interpuesto la administración anterior contra la sentencia que había declarado la inconstitucionalidad del acuerdo relativo a la investigación del atentado de la AMIA. Como consecuencia de este “memo”, Alberto Nisman, fiscal fallecido en circunstancias dudosas, denunció penalmente a Fernández de Kirchner, al ex canciller Héctor Timerman y a otros dirigentes de la gestión anterior.
Macri concretó su promesa número siete al traspasar parte de la Policía Federal a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El 5 de enero, Horacio Rodríguez Larreta (Cambiemos), jefe de Gobierno de la capital, se hizo cargo del personal desplegado en las 54 comisarías porteñas, y en la Policía Montada, Bomberos y la Guardia de Infantería. Esos agentes se unieron a los 6.300 efectivos de la Policía Metropolitana.
Si bien el Poder Ejecutivo Nacional anunció este año la remodelación del programa Procrear, la iniciativa Macrímetro considera incumplida la promesa de generar el mismo 10 de diciembre un millón de créditos hipotecarios con cuota mensual semejante a un alquiler. El dólar a menos de $ 15 es otro compromiso dejado de lado, aunque la cotización fluctúa y hubo jornadas en las que la moneda estadounidense cerró a la baja. Pero sin duda la mayor decepción está relacionada con el impuesto a las ganancias: los cambios impresos en el mínimo no imponible (pasó a $ 30.000) no fueron suficientes para evitar que los trabajadores pagaran el tributo, como había prometido el Presidente antes de las elecciones.