Luego de las correcciones profundas que impulsó el Gobierno sobre las reglas para la exportación (quita de retenciones y sensible mejora del tipo de cambio por vía de la devaluación), todos se ilusionaron con un repunte fuerte de los embarques. Pero habrá que esperar, porque al cabo del primer bimestre de 2016 y tras cien días de gestión macrista, las ventas de carne vacuna y lácteos al exterior se han desplomado. Literalmente.
Los datos corresponden al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que controla este tipo de cargas. Muestran que el complejo bovino no levanta cabeza a pesar de las medidas a favor en el plano de la macroeconomía. Y sugieren que hará falta hacer bastante más, pues cada uno de los sectores enfrenta sus propias complejidades.
Lo cierto es que, según esta estadística, en el primer bimestre de 2016 las exportaciones de carnes frescas argentinas retrocedieron 19%, ya que sumaron 14.875 toneladas frente a las 18.389 toneladas de igual tramo del año pasado. Los cotizados cortes de la Cuota Hilton tampoco ayudaron, pues cayeron 8%, a 3.350 toneladas.
Desde hace años que las exportaciones de carnes termoprocesadas son casi inexistentes. En el rubro Menudencias y Vísceras tampoco hubo buenas noticias, pues los envíos al extranjero bajaron 6%, a 17.911toneladas.
¿Por qué siguen cayendo las exportaciones de los frigoríficos si objetivamente su competitividad ha mejorado mucho luego de las medidas de diciembre? Las razones, según fuentes del sector, hay que buscarlas en la falta de una oferta adecuada de ganado, en especial de novillos pesados que son los que reclaman los mercados externos. El stock bovino sigue estancado en torno a 51,4 millones de cabezas y llevará mucho tiempo la recuperación. También parece que resultará difícil remontar el descrédito que se ganó la Argentina luego del abrupto cierre de sus exportaciones de carne, diez años atrás, en marzo de 2006.
Mucho peor es el escenario que enfrentan los lácteos, donde a nivel global se registra una grave crisis por la sobreoferta de este tipo de productos. La Argentina ya había achicado cerca del 25% de sus exportaciones en 2015 y en el primer bimestre de 2016 registra un nuevo desplome. En leche en polvo se vendieron solamente 10.764 toneladas, un 60% menos que las 27.015 toneladas que se colocaron fuera del país entre enero y febrero de 2015. En quesos, las exportaciones retrocedieron 41%, de 7.321 a 4.322 toneladas. Y en el rubro «Otros lácteos» el achique llegó al 49%, pues los envíos bajaron de 15.977 a sólo 8.107 toneladas.
Para otros ítems del reino animal que producen mercaderías para la exportación, el primer bimestre de 2016 tampoco trajo buenas noticias. Las exportaciones de la pesca retrocedieron 20%, de 34.201 a 27.510 toneladas. Las del complejo produtor de pollos lo hicieron 34%, pasando de 42.623 toneladas en el primer bimestre de 2015 a 28.331 toneladas ahora. Y los embarques de miel se derrumbaron 33%, de 6.382 a 4.278 toneladas.
Los datos corresponden al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que controla este tipo de cargas. Muestran que el complejo bovino no levanta cabeza a pesar de las medidas a favor en el plano de la macroeconomía. Y sugieren que hará falta hacer bastante más, pues cada uno de los sectores enfrenta sus propias complejidades.
Lo cierto es que, según esta estadística, en el primer bimestre de 2016 las exportaciones de carnes frescas argentinas retrocedieron 19%, ya que sumaron 14.875 toneladas frente a las 18.389 toneladas de igual tramo del año pasado. Los cotizados cortes de la Cuota Hilton tampoco ayudaron, pues cayeron 8%, a 3.350 toneladas.
Desde hace años que las exportaciones de carnes termoprocesadas son casi inexistentes. En el rubro Menudencias y Vísceras tampoco hubo buenas noticias, pues los envíos al extranjero bajaron 6%, a 17.911toneladas.
¿Por qué siguen cayendo las exportaciones de los frigoríficos si objetivamente su competitividad ha mejorado mucho luego de las medidas de diciembre? Las razones, según fuentes del sector, hay que buscarlas en la falta de una oferta adecuada de ganado, en especial de novillos pesados que son los que reclaman los mercados externos. El stock bovino sigue estancado en torno a 51,4 millones de cabezas y llevará mucho tiempo la recuperación. También parece que resultará difícil remontar el descrédito que se ganó la Argentina luego del abrupto cierre de sus exportaciones de carne, diez años atrás, en marzo de 2006.
Mucho peor es el escenario que enfrentan los lácteos, donde a nivel global se registra una grave crisis por la sobreoferta de este tipo de productos. La Argentina ya había achicado cerca del 25% de sus exportaciones en 2015 y en el primer bimestre de 2016 registra un nuevo desplome. En leche en polvo se vendieron solamente 10.764 toneladas, un 60% menos que las 27.015 toneladas que se colocaron fuera del país entre enero y febrero de 2015. En quesos, las exportaciones retrocedieron 41%, de 7.321 a 4.322 toneladas. Y en el rubro «Otros lácteos» el achique llegó al 49%, pues los envíos bajaron de 15.977 a sólo 8.107 toneladas.
Para otros ítems del reino animal que producen mercaderías para la exportación, el primer bimestre de 2016 tampoco trajo buenas noticias. Las exportaciones de la pesca retrocedieron 20%, de 34.201 a 27.510 toneladas. Las del complejo produtor de pollos lo hicieron 34%, pasando de 42.623 toneladas en el primer bimestre de 2015 a 28.331 toneladas ahora. Y los embarques de miel se derrumbaron 33%, de 6.382 a 4.278 toneladas.