La aprobación del proyecto antidespidos dejó al descubierto un malestar interno
Senado de la Nación. Foto: Archivo
Luces de alarma se han encendido en el tablero de comando de Cambiemos en el Senado, donde la aprobación del proyecto de ley para prohibir los despidos dejó al desnudo una serie de cortocircuitos que se mantienen en sordina, pero que complican la relación entre la Casa Rosada y las bancadas oficialistas de Pro y de la UCR.
El gobierno de Mauricio Macri tomó nota de la situación y movilizó al jefe de Gabinete, Marcos Peña, para tratar de reparar la situación.
De su despacho salió la orden para establecer un cepo que proteja a los ministros del Poder Ejecutivo de los insistentes reclamos de comparecencia ante las comisiones de los senadores del FPV.
El control de daños iniciado por Peña tiene como telón de fondo un sinfín de rumores y quejas cruzadas entre radicales y macristas por el desempeño de algunos de los principales referentes de Cambiemos en la Cámara alta.
El malestar se extiende a algunos funcionarios del cuerpo que asumieron sus cargos el 10 de diciembre, junto a la vicepresidenta Gabriela Michetti.
En Pro se escuchan duras quejas contra el secretario parlamentario, el radical Juan Tunessi, al que responsabilizan por la facilidad con la que el FPV logró avanzar con la sanción del proyecto de ley antidespidos.
El problema radica en que el proyecto impulsado por el peronismo, que sumó el apoyo de casi todos los bloques opositores, tuvo un único giro a la Comisión de Trabajo, cuando el resto de las iniciativas de características similares habían sido derivadas, además, a la de Presupuesto y Hacienda.
Los macristas también le reprochan a Tunessi haberse «dormido» y no haber objetado la maniobra que realizó la oposición para avanzar con su ofensiva. La reunión en la que se emitió dictamen había sido convocada como un plenario de dos comisiones. Pero como el FPV no alcanzó el quórum en Presupuesto y Hacienda, decidió tratar el proyecto que sólo tenía giro a la Comisión de Trabajo, que sí había alcanzado el número reglamentario para dictaminar.
Si bien en el seno de Pro cargan las tintas en el secretario parlamentario, lo cierto es que la maniobra no fue objetada por ninguno de los senadores de Cambiemos presentes, entre ellos el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y el jefe del interbloque, Ángel Rozas (UCR-Chaco).
Críticas desde la UCR
Los radicales, por su parte, vienen acumulando bronca desde diciembre último, cuando descubrieron que gran parte de los despedidos por Michetti en sus primeros días al frente del Senado eran nombramientos que habían sido pedidos por la bancada. Desde ese momento, el blanco preferido de las críticas de la UCR es el secretario administrativo, Helio Rebot.
Pero también hay cuestiones menos prosaicas y más políticas. Muchos legisladores del centenario partido sienten que el Gobierno los ningunea y que los deja afuera de la toma de decisiones, muchas de las cuales ni siquiera comparten.
En ese sentido, fue notoria la deserción de algunos pocos radicales en la sesión en la que se aprobó el proyecto antidespidos.
Si bien no comparten el diagnóstico del kirchnerismo sobre un incremento descontrolado del desempleo, son muchos los radicales que consideran que las medidas económicas tomadas por el gobierno de Macri en sus primeros meses de gestión no hacen más que impactar en el bolsillo de los sectores más humildes. Y, además, entienden que las pocas medidas populares adoptadas por la Casa Rosada han sido mal comunicadas.
En este escenario, el oficialismo deberá enfrentar su próximo desafío en el Senado con más incertidumbres que certezas.
Se trata de los pliegos que nominan a Horacio Rosatti y a Carlos Rosenkrantz como jueces de la Corte Suprema de Justicia. Fueron propuestos por el presidente Macri para cubrir las vacantes que dejaron Eugenio Zaffaroni y Carlos Fayt.
Ambos pliegos obtuvieron dictamen en la Comisión de Acuerdos hace más de 45 días. En Pro aseguran que mayo es el mes en el que serán aprobados. En los últimos meses se habían reactivado en el justicialismo las presiones al macrismo para promover la ampliación del número de miembros de la Corte, con el fin de generar nuevas vacantes que, llegado el caso, podrían ser negociadas con la oposición.
Uno de los impulsores de la iniciativa es el senador Adolfo Rodríguez Saá (PJ de San Luis), quien sin embargo negó que su propuesta estuviera supeditada a la aprobación de los pliegos de Rosatti y Rosenkrantz. «Son debates paralelos», afirmó.
Sin embargo, la relación del Gobierno con las provincias gobernadas por el peronismo no termina de encarrilarse. Y sin los votos que aportan los caciques peronistas del interior, es imposible que ambos candidatos se conviertan en jueces.
Luces amarillas en el comando del oficialismo
Malestar
En el seno de Pro endilgan responsabilidades al secretario parlamentario, el radical Juan Tunessi, por la facilidad con que el FPV logró avanzar con la ley antidespidos
Despidos
La UCR está disconforme con la vicepresidenta Gabriela Michetti, al advertir que gran parte de los empleados despedidos en diciembre eran nombramientos pedidos por el bloque radical
Resultado
Fue notoria la deserción de algunos senadores radicales en la sesión en la que se aprobó el proyecto antidespidos, impulsado por la oposición
Senado de la Nación. Foto: Archivo
Luces de alarma se han encendido en el tablero de comando de Cambiemos en el Senado, donde la aprobación del proyecto de ley para prohibir los despidos dejó al desnudo una serie de cortocircuitos que se mantienen en sordina, pero que complican la relación entre la Casa Rosada y las bancadas oficialistas de Pro y de la UCR.
El gobierno de Mauricio Macri tomó nota de la situación y movilizó al jefe de Gabinete, Marcos Peña, para tratar de reparar la situación.
De su despacho salió la orden para establecer un cepo que proteja a los ministros del Poder Ejecutivo de los insistentes reclamos de comparecencia ante las comisiones de los senadores del FPV.
El control de daños iniciado por Peña tiene como telón de fondo un sinfín de rumores y quejas cruzadas entre radicales y macristas por el desempeño de algunos de los principales referentes de Cambiemos en la Cámara alta.
El malestar se extiende a algunos funcionarios del cuerpo que asumieron sus cargos el 10 de diciembre, junto a la vicepresidenta Gabriela Michetti.
En Pro se escuchan duras quejas contra el secretario parlamentario, el radical Juan Tunessi, al que responsabilizan por la facilidad con la que el FPV logró avanzar con la sanción del proyecto de ley antidespidos.
El problema radica en que el proyecto impulsado por el peronismo, que sumó el apoyo de casi todos los bloques opositores, tuvo un único giro a la Comisión de Trabajo, cuando el resto de las iniciativas de características similares habían sido derivadas, además, a la de Presupuesto y Hacienda.
Los macristas también le reprochan a Tunessi haberse «dormido» y no haber objetado la maniobra que realizó la oposición para avanzar con su ofensiva. La reunión en la que se emitió dictamen había sido convocada como un plenario de dos comisiones. Pero como el FPV no alcanzó el quórum en Presupuesto y Hacienda, decidió tratar el proyecto que sólo tenía giro a la Comisión de Trabajo, que sí había alcanzado el número reglamentario para dictaminar.
Si bien en el seno de Pro cargan las tintas en el secretario parlamentario, lo cierto es que la maniobra no fue objetada por ninguno de los senadores de Cambiemos presentes, entre ellos el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y el jefe del interbloque, Ángel Rozas (UCR-Chaco).
Críticas desde la UCR
Los radicales, por su parte, vienen acumulando bronca desde diciembre último, cuando descubrieron que gran parte de los despedidos por Michetti en sus primeros días al frente del Senado eran nombramientos que habían sido pedidos por la bancada. Desde ese momento, el blanco preferido de las críticas de la UCR es el secretario administrativo, Helio Rebot.
Pero también hay cuestiones menos prosaicas y más políticas. Muchos legisladores del centenario partido sienten que el Gobierno los ningunea y que los deja afuera de la toma de decisiones, muchas de las cuales ni siquiera comparten.
En ese sentido, fue notoria la deserción de algunos pocos radicales en la sesión en la que se aprobó el proyecto antidespidos.
Si bien no comparten el diagnóstico del kirchnerismo sobre un incremento descontrolado del desempleo, son muchos los radicales que consideran que las medidas económicas tomadas por el gobierno de Macri en sus primeros meses de gestión no hacen más que impactar en el bolsillo de los sectores más humildes. Y, además, entienden que las pocas medidas populares adoptadas por la Casa Rosada han sido mal comunicadas.
En este escenario, el oficialismo deberá enfrentar su próximo desafío en el Senado con más incertidumbres que certezas.
Se trata de los pliegos que nominan a Horacio Rosatti y a Carlos Rosenkrantz como jueces de la Corte Suprema de Justicia. Fueron propuestos por el presidente Macri para cubrir las vacantes que dejaron Eugenio Zaffaroni y Carlos Fayt.
Ambos pliegos obtuvieron dictamen en la Comisión de Acuerdos hace más de 45 días. En Pro aseguran que mayo es el mes en el que serán aprobados. En los últimos meses se habían reactivado en el justicialismo las presiones al macrismo para promover la ampliación del número de miembros de la Corte, con el fin de generar nuevas vacantes que, llegado el caso, podrían ser negociadas con la oposición.
Uno de los impulsores de la iniciativa es el senador Adolfo Rodríguez Saá (PJ de San Luis), quien sin embargo negó que su propuesta estuviera supeditada a la aprobación de los pliegos de Rosatti y Rosenkrantz. «Son debates paralelos», afirmó.
Sin embargo, la relación del Gobierno con las provincias gobernadas por el peronismo no termina de encarrilarse. Y sin los votos que aportan los caciques peronistas del interior, es imposible que ambos candidatos se conviertan en jueces.
Luces amarillas en el comando del oficialismo
Malestar
En el seno de Pro endilgan responsabilidades al secretario parlamentario, el radical Juan Tunessi, por la facilidad con que el FPV logró avanzar con la ley antidespidos
Despidos
La UCR está disconforme con la vicepresidenta Gabriela Michetti, al advertir que gran parte de los empleados despedidos en diciembre eran nombramientos pedidos por el bloque radical
Resultado
Fue notoria la deserción de algunos senadores radicales en la sesión en la que se aprobó el proyecto antidespidos, impulsado por la oposición