Susana Malcorra. Foto: Archivo
Los debates de la alta diplomacia mundial dieron lugar a las especulaciones de la política interna en la Argentina: en forma simultánea a la decisión de Mauricio Macri de avalar la idea de postular a Susana Malcorra como candidata para presidir la ONU, ya comenzaron a rodar nombres y especulaciones en la Casa Rosada sobre el próximo canciller.
La discusión resulta temprana y demasiado antojadiza si se tiene en cuenta que a Malcorra le espera un camino vidrioso y complejo para llegar a la cúspide de la ONU. No obstante, faltan ocho días para que cada país presente formalmente su candidato para suceder al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon y ya hay apuestas de nombres en danza para suceder a Malcorra.
Cerca de Marcos Peña especulan que el jefe de Gabinete sería un «canciller ideal» porque conoce el pensamiento directo del Presidente y tiene aceitados contactos con la diplomacia. Algo similar sostiene uno de sus funcionarios, el secretario de Asuntos Estratégicos de la Jefatura de Gabinete, Fulvio Pompeo. Buena parte del gabinete apuesta a este funcionario para ocupar el Palacio San Martín aunque el bajo perfil que Pompeo cultivó siempre no coincide con una figura muy expuesta como la de un canciller.
También se menciona en los corrillos empresariales el nombre del ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, como posible sucesor de Malcorra. Al jefe de la economía argentina le agrada la idea y siempre coqueteó con la diplomacia y las relaciones económicas internacionales. Es de los que piensa que para la Argentina que se viene, que requerirá captar fuertemente inversiones externas, se necesitará de un canciller con perfil muy económico.
Desde el plano político estrictamente hablando se mencionó en los últimos días al radical Ernesto Sanz como un «numero puesto» en el lugar de Malcorra. Se sabe que Sanz no cortó lazos con Macri y que dos veces por semana pasa por la Casa Rosada. El frente Cambiemos le debe muchos favores a Sanz, que nunca aceptó el cargo de ministro de Justicia que le habían ofrecido.
Susana Malcorra junto a Mauricio Macri. Foto: Archivo
Por otra parte, los que especulan con nombres de la política partidaria imponen el nombre del presidente provisional del Senado, Federico Pinedo. Este macrista de pura cepa tiene asiduos contactos con el mundo diplomático y mucha llegada con embajadores de peso en el mapa mundial. «Federico sería ideal como canciller porque entiende de política, conoce bien a Macri y se ganó el respeto de los diplomáticos de adentro y de afuera», dijo a LA NACION un encumbrado ministro de Macri.
No faltan en la lista de potables sucesores de Malcorra extrapartidarios y ajenos a la coyuntura política. Es el caso de Adalberto Rodríguez Giavarini, el ex canciller de Fernando de la Rúa y actual presidente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales.También se mencionó en los últimos días a Virginia Gamba, que es una experta en estrategias de seguridad y que desde 2013 se desempeña como directora de Desarme en las Naciones Unidas. Pro mantiene asiduos contactos con esta referente de la política exterior en temas de seguridad.
De cualquier manera, más allá de la danza de nombres y especulaciones, Malcorra tendrá un complejo camino si es candidata a presidir la ONU. Debe sortear primero la postulación de ocho candidatos entre los que se encuentran los postulantes de Europa del Este que tienen prioridad y luego tendrá que eludir un eventual veto de Gran Bretaña en el Consejo de Seguridad de la ONU. Es que en virtud de la Carta de las Naciones Unidas, el secretario general es elegido por la Asamblea General por recomendación del Consejo de Seguridad de 15 miembros.
Malcorra cuenta en su favor que fue jefa de gabinete de Ban Ki-moon y la conoce muy bien la alta diplomacia. Quizá por esas características es que el optimismo argentino hace que la pelea por su sucesor empiece a correr antes de tiempo y que las elecciones de la ONU previstas para octubre aparezcan como cercanas.
Los debates de la alta diplomacia mundial dieron lugar a las especulaciones de la política interna en la Argentina: en forma simultánea a la decisión de Mauricio Macri de avalar la idea de postular a Susana Malcorra como candidata para presidir la ONU, ya comenzaron a rodar nombres y especulaciones en la Casa Rosada sobre el próximo canciller.
La discusión resulta temprana y demasiado antojadiza si se tiene en cuenta que a Malcorra le espera un camino vidrioso y complejo para llegar a la cúspide de la ONU. No obstante, faltan ocho días para que cada país presente formalmente su candidato para suceder al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon y ya hay apuestas de nombres en danza para suceder a Malcorra.
Cerca de Marcos Peña especulan que el jefe de Gabinete sería un «canciller ideal» porque conoce el pensamiento directo del Presidente y tiene aceitados contactos con la diplomacia. Algo similar sostiene uno de sus funcionarios, el secretario de Asuntos Estratégicos de la Jefatura de Gabinete, Fulvio Pompeo. Buena parte del gabinete apuesta a este funcionario para ocupar el Palacio San Martín aunque el bajo perfil que Pompeo cultivó siempre no coincide con una figura muy expuesta como la de un canciller.
También se menciona en los corrillos empresariales el nombre del ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, como posible sucesor de Malcorra. Al jefe de la economía argentina le agrada la idea y siempre coqueteó con la diplomacia y las relaciones económicas internacionales. Es de los que piensa que para la Argentina que se viene, que requerirá captar fuertemente inversiones externas, se necesitará de un canciller con perfil muy económico.
Desde el plano político estrictamente hablando se mencionó en los últimos días al radical Ernesto Sanz como un «numero puesto» en el lugar de Malcorra. Se sabe que Sanz no cortó lazos con Macri y que dos veces por semana pasa por la Casa Rosada. El frente Cambiemos le debe muchos favores a Sanz, que nunca aceptó el cargo de ministro de Justicia que le habían ofrecido.
Susana Malcorra junto a Mauricio Macri. Foto: Archivo
Por otra parte, los que especulan con nombres de la política partidaria imponen el nombre del presidente provisional del Senado, Federico Pinedo. Este macrista de pura cepa tiene asiduos contactos con el mundo diplomático y mucha llegada con embajadores de peso en el mapa mundial. «Federico sería ideal como canciller porque entiende de política, conoce bien a Macri y se ganó el respeto de los diplomáticos de adentro y de afuera», dijo a LA NACION un encumbrado ministro de Macri.
No faltan en la lista de potables sucesores de Malcorra extrapartidarios y ajenos a la coyuntura política. Es el caso de Adalberto Rodríguez Giavarini, el ex canciller de Fernando de la Rúa y actual presidente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales.También se mencionó en los últimos días a Virginia Gamba, que es una experta en estrategias de seguridad y que desde 2013 se desempeña como directora de Desarme en las Naciones Unidas. Pro mantiene asiduos contactos con esta referente de la política exterior en temas de seguridad.
De cualquier manera, más allá de la danza de nombres y especulaciones, Malcorra tendrá un complejo camino si es candidata a presidir la ONU. Debe sortear primero la postulación de ocho candidatos entre los que se encuentran los postulantes de Europa del Este que tienen prioridad y luego tendrá que eludir un eventual veto de Gran Bretaña en el Consejo de Seguridad de la ONU. Es que en virtud de la Carta de las Naciones Unidas, el secretario general es elegido por la Asamblea General por recomendación del Consejo de Seguridad de 15 miembros.
Malcorra cuenta en su favor que fue jefa de gabinete de Ban Ki-moon y la conoce muy bien la alta diplomacia. Quizá por esas características es que el optimismo argentino hace que la pelea por su sucesor empiece a correr antes de tiempo y que las elecciones de la ONU previstas para octubre aparezcan como cercanas.