Pablo Iglesias afronta la campaña del 26-J como el líder político que sufre un mayor desgaste de imagen entre sus potenciales votantes, según Metroscopia. Es una de las consecuencias de la alianza entre Podemos e IU. Si esta coalición está en condiciones de superar al PSOE, la imagen de su máximo dirigente está afectada ahora por su menor popularidad en la federación de izquierdas. La estrategia de su equipo se ha centrado en acercarle de nuevo a las bases tras meses de bloqueo parlamentario.
Podemos encaró las generales del 20-D con unas perspectivas peores que los próximos comicios, según indicaban entonces todos los sondeos. Pero esta campaña, en la que el partido aspira a superar a los socialistas, depara otros obstáculos. Al intento de compaginar su discurso con el de IU y comunicar un proyecto coherente, se suma la gestión de la figura de Pablo Iglesias, que suspende en valoración global al igual que Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, y ahora también Albert Rivera.
El desgaste que incluso perciben sus simpatizantes, mayor al de los otros líderes, tiene, según el análisis de José Pablo Ferrándiz, investigador principal de Metroscopia, una explicación coyuntural: “Tiene que ver, sin duda, con el hecho de que entre los actuales potenciales votantes de la coalición que ahora lidera están incluidos una parte importante de anteriores votantes de IU-Unidad Popular”. Se trata de un electorado de izquierdas que en los últimos cuatro meses ha observado, en buena medida, con dudas y recelo la actuación de Iglesias en el Congreso.
El equipo de colaboradores del dirigente de Podemos lleva desde las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2015 esforzándose en suavizar periódicamente su perfil público. Lo hicieron en la llamada ruta del cambio, el pasado verano, tratando de identificarle con la imagen de una sonrisa. En esta precampaña, tras meses de choques parlamentarios, sobreactuaciones, tensiones internas y bloqueo, han procurado acercarle de nuevo a las bases con un formato de acto de relativa proximidad, en el que los simpatizantes pueden formular preguntas e interactuar.
La llamada gira de Los Pablos, en la que le acompaña una figura muy popular entre la militancia, Pablo Echenique, tiene además el objetivo de relanzar este tándem tras el distanciamiento con Íñigo Errejón y la crisis interna. El número dos de la formación seguirá siendo el principal estratega de la campaña de la coalición Unidos Podemos, aunque buscará mantener también un perfil propio en los actos públicos como segunda cabeza visible del partido. La alianza con IU proyecta, además, una nueva figura que, según las encuestas, suele ganar a Iglesias en imagen pública: Alberto Garzón. Metroscopia señala que es “el único que reduce su saldo negativo, aunque ligeramente, con respecto al de octubre del año pasado”. Garzón está mejor valorado que Iglesias entre los potenciales votantes de la coalición, pero su puntuación es algo inferior a la que tenía en octubre entre los simpatizantes de IU.
En el entorno de Iglesias minimizaban esta circunstancia antes de la disolución de las Cortes y lo hacen ahora. Dirigentes de todos los sectores, incluso Errejón, destacan la importancia del “mensaje de coherencia” que, en su opinión, al final prevalece frente a las subidas de tono como el episodio de la cal viva.
Monedero: “Sin contradicciones”
El cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero, uno de los compañeros de filas que mejor conoce a Iglesias, se muestra convencido de que será capaz de transmitir sus convicciones. “La fuerza de Pablo descansa en que coincide su diagnóstico con lo que hay que hacer, de manera que no hay contradicciones, a diferencia de los demás partidos que tienen que entregar a expertos en marketingla campaña”, señala a EL PAÍS. “Lo ha tenido claro desde el principio: Gobierno de cambio, sin etiquetas. Lo que estamos haciendo coincide con lo que llevamos una década escribiendo”, enfatiza el politólogo. En su opinión, el perfil de Iglesias es el único que puede ampliar las opciones de la izquierda.
“El espacio de la izquierda tuvo en España 11 millones de votos”, recuerda, incluyendo a los del PSOE. “Por eso hay que reinventar ese espacio y ensancharlo. La madre de Pablo es abogada laboralista defensora de trabajadores. Pablo tiene esa identidad grabada desde pequeño”, recalca. La polarización entre el PP y Podemos dibuja una campaña en la que Iglesias tratará de presentarse precisamente como el principal líder de la izquierda.
Podemos encaró las generales del 20-D con unas perspectivas peores que los próximos comicios, según indicaban entonces todos los sondeos. Pero esta campaña, en la que el partido aspira a superar a los socialistas, depara otros obstáculos. Al intento de compaginar su discurso con el de IU y comunicar un proyecto coherente, se suma la gestión de la figura de Pablo Iglesias, que suspende en valoración global al igual que Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, y ahora también Albert Rivera.
El desgaste que incluso perciben sus simpatizantes, mayor al de los otros líderes, tiene, según el análisis de José Pablo Ferrándiz, investigador principal de Metroscopia, una explicación coyuntural: “Tiene que ver, sin duda, con el hecho de que entre los actuales potenciales votantes de la coalición que ahora lidera están incluidos una parte importante de anteriores votantes de IU-Unidad Popular”. Se trata de un electorado de izquierdas que en los últimos cuatro meses ha observado, en buena medida, con dudas y recelo la actuación de Iglesias en el Congreso.
El equipo de colaboradores del dirigente de Podemos lleva desde las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2015 esforzándose en suavizar periódicamente su perfil público. Lo hicieron en la llamada ruta del cambio, el pasado verano, tratando de identificarle con la imagen de una sonrisa. En esta precampaña, tras meses de choques parlamentarios, sobreactuaciones, tensiones internas y bloqueo, han procurado acercarle de nuevo a las bases con un formato de acto de relativa proximidad, en el que los simpatizantes pueden formular preguntas e interactuar.
La llamada gira de Los Pablos, en la que le acompaña una figura muy popular entre la militancia, Pablo Echenique, tiene además el objetivo de relanzar este tándem tras el distanciamiento con Íñigo Errejón y la crisis interna. El número dos de la formación seguirá siendo el principal estratega de la campaña de la coalición Unidos Podemos, aunque buscará mantener también un perfil propio en los actos públicos como segunda cabeza visible del partido. La alianza con IU proyecta, además, una nueva figura que, según las encuestas, suele ganar a Iglesias en imagen pública: Alberto Garzón. Metroscopia señala que es “el único que reduce su saldo negativo, aunque ligeramente, con respecto al de octubre del año pasado”. Garzón está mejor valorado que Iglesias entre los potenciales votantes de la coalición, pero su puntuación es algo inferior a la que tenía en octubre entre los simpatizantes de IU.
En el entorno de Iglesias minimizaban esta circunstancia antes de la disolución de las Cortes y lo hacen ahora. Dirigentes de todos los sectores, incluso Errejón, destacan la importancia del “mensaje de coherencia” que, en su opinión, al final prevalece frente a las subidas de tono como el episodio de la cal viva.
Monedero: “Sin contradicciones”
El cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero, uno de los compañeros de filas que mejor conoce a Iglesias, se muestra convencido de que será capaz de transmitir sus convicciones. “La fuerza de Pablo descansa en que coincide su diagnóstico con lo que hay que hacer, de manera que no hay contradicciones, a diferencia de los demás partidos que tienen que entregar a expertos en marketingla campaña”, señala a EL PAÍS. “Lo ha tenido claro desde el principio: Gobierno de cambio, sin etiquetas. Lo que estamos haciendo coincide con lo que llevamos una década escribiendo”, enfatiza el politólogo. En su opinión, el perfil de Iglesias es el único que puede ampliar las opciones de la izquierda.
“El espacio de la izquierda tuvo en España 11 millones de votos”, recuerda, incluyendo a los del PSOE. “Por eso hay que reinventar ese espacio y ensancharlo. La madre de Pablo es abogada laboralista defensora de trabajadores. Pablo tiene esa identidad grabada desde pequeño”, recalca. La polarización entre el PP y Podemos dibuja una campaña en la que Iglesias tratará de presentarse precisamente como el principal líder de la izquierda.