La deuda de los productores de granos en Salta se asemeja a una bola de nieve. El año pasado, las obligaciones con las entidades bancarias y financieras rondaba los 3.500 millones de pesos. Ahora, de acuerdo a datos de la entidad salteña Prograno, el monto está por arriba de los 5.000 millones de pesos. El salto en un año fue de 1.500 millones de pesos.
Inflación, impagables tasas de interés -por encima del 30 por ciento- y nuevos compromisos hicieron que se acrecentara el pasivo de los complejos agropecuarios. Por ello, los productores piden que se pueda aplicar una reestructuración, con tasas mucho más accesibles que las actuales.
La producción de soja, maíz y poroto, por cierto, acarrean cuatro campañas críticas por dos sequías, desacertadas políticas nacionales, bajos precios y un fuerte proceso inflacionario. Aunque en algunos casos esta campaña muestra indicadores de una leve recuperación, tuvo un fuerte impacto el aumento del combustible.
El gasoil tiene un sensible peso en la estructura del costo productivo, sobre todo en los complejos agropecuarios más alejados de los puertos centrales. Hasta ahora, por cierto, el Gobierno nacional sigue sin conceder compensación por el flete. Este es un reclamo histórico del sector productivo.
Ezequiel Vedoya, nuevo presidente de Prograno, dijo que se buscan alternativas para lograr una reestructuración de las deudas. Ven como una alternativa la apertura que empezó a tener el Banco Nación con los empresarios de la producción. Esperan acceder a líneas crediticias, aunque con intereses más moderados, que les permitan liquidar sus obligaciones y volver a empezar.
«Tenemos que solucionar esto de manera urgente. Es necesario restablecer la confianza», manifestó Vedoya, quien asumió el lunes la presidencia de Prograno por dos años. El productor reemplaza a Ignacio Pisani.
Algunas de las deudas provienen de las sequías de hace tres años. El año pasado, con protestas que se multiplicaron en las rutas bajo la consigna «no maten al campo», el sector clamaba por la eliminación de las retenciones y la reestructuración de las obligaciones con los bancos.
Uno de los requerimientos recién se dio con los cambios en la Casa Rosada. El macrismo puso en cero las retenciones al maíz y a productos de la economía regional, y redujo de 35 a 30 puntos los aranceles a la exportación de soja. No obstante, los ruralistas sostienen que la producción de soja sigue con baja rentabilidad. El aumento del combustible, que ya lleva más de un 30 por ciento este año, erosionó el beneficio.
Hector Guerrero se dedica a la actividad inmobiliaria rural y describe que poco ha cambiado el escenario para los productores.
«Estamos muy lejos de los arriendos de otros años», agregó. Sostuvo que los intereses bancarios ahogan las posibilidades de los ruralistas de salir adelante.
Entre los paliativos que lanzó la Provincia el año pasado ante las protestas del campo, se acordó con un banco una línea de crédito de capital de trabajo por $150 millones, con una tasa subsidiada. Además, se prorrogaron los vencimientos de los préstamos otorgados por la emergencia agropecuaria de 2013.
Este año, por cierto, los productores esperan que la Dirección General de Rentas de la Provincia (DGR) vuelva a eximir el pago del impuesto a las actividades económicas a la mera compra.
Ese beneficio se dio el año pasado, pero aún no se oficializó para este período.
El pago de otras obligaciones fiscales solo se trasladaron para fines del 2015, como el impuesto inmobiliario rural. La AFIP, en tanto, dio una prorroga de tributos por 180 días.
Ayudaron a comprar ganado
Días atrás se realizó en la localidad de Joaquín V. González un remate ganadero de más de 600 animales.
Desde el Ministerio de Ambiente y Producción Sustentable de la Provincia difundieron que los pequeños productores se vieron beneficiados con una línea de financiamiento que les permitió comprar animales y pagar recién a los 120 días.
«Se trata de una modalidad que se viene aplicando desde hace bastante tiempo y que funciona muy bien, ya que le permite a los productores no tener que disponer del efectivo en forma inmediata. Se trata además de una herramienta enfocada en los más pequeños, que son los que verdaderamente necesitan el acompañamiento y el apoyo del Estado», expresó el director de Ganadería, Ignacio Chavarría.
Inflación, impagables tasas de interés -por encima del 30 por ciento- y nuevos compromisos hicieron que se acrecentara el pasivo de los complejos agropecuarios. Por ello, los productores piden que se pueda aplicar una reestructuración, con tasas mucho más accesibles que las actuales.
La producción de soja, maíz y poroto, por cierto, acarrean cuatro campañas críticas por dos sequías, desacertadas políticas nacionales, bajos precios y un fuerte proceso inflacionario. Aunque en algunos casos esta campaña muestra indicadores de una leve recuperación, tuvo un fuerte impacto el aumento del combustible.
El gasoil tiene un sensible peso en la estructura del costo productivo, sobre todo en los complejos agropecuarios más alejados de los puertos centrales. Hasta ahora, por cierto, el Gobierno nacional sigue sin conceder compensación por el flete. Este es un reclamo histórico del sector productivo.
Ezequiel Vedoya, nuevo presidente de Prograno, dijo que se buscan alternativas para lograr una reestructuración de las deudas. Ven como una alternativa la apertura que empezó a tener el Banco Nación con los empresarios de la producción. Esperan acceder a líneas crediticias, aunque con intereses más moderados, que les permitan liquidar sus obligaciones y volver a empezar.
«Tenemos que solucionar esto de manera urgente. Es necesario restablecer la confianza», manifestó Vedoya, quien asumió el lunes la presidencia de Prograno por dos años. El productor reemplaza a Ignacio Pisani.
Algunas de las deudas provienen de las sequías de hace tres años. El año pasado, con protestas que se multiplicaron en las rutas bajo la consigna «no maten al campo», el sector clamaba por la eliminación de las retenciones y la reestructuración de las obligaciones con los bancos.
Uno de los requerimientos recién se dio con los cambios en la Casa Rosada. El macrismo puso en cero las retenciones al maíz y a productos de la economía regional, y redujo de 35 a 30 puntos los aranceles a la exportación de soja. No obstante, los ruralistas sostienen que la producción de soja sigue con baja rentabilidad. El aumento del combustible, que ya lleva más de un 30 por ciento este año, erosionó el beneficio.
Hector Guerrero se dedica a la actividad inmobiliaria rural y describe que poco ha cambiado el escenario para los productores.
«Estamos muy lejos de los arriendos de otros años», agregó. Sostuvo que los intereses bancarios ahogan las posibilidades de los ruralistas de salir adelante.
Entre los paliativos que lanzó la Provincia el año pasado ante las protestas del campo, se acordó con un banco una línea de crédito de capital de trabajo por $150 millones, con una tasa subsidiada. Además, se prorrogaron los vencimientos de los préstamos otorgados por la emergencia agropecuaria de 2013.
Este año, por cierto, los productores esperan que la Dirección General de Rentas de la Provincia (DGR) vuelva a eximir el pago del impuesto a las actividades económicas a la mera compra.
Ese beneficio se dio el año pasado, pero aún no se oficializó para este período.
El pago de otras obligaciones fiscales solo se trasladaron para fines del 2015, como el impuesto inmobiliario rural. La AFIP, en tanto, dio una prorroga de tributos por 180 días.
Ayudaron a comprar ganado
Días atrás se realizó en la localidad de Joaquín V. González un remate ganadero de más de 600 animales.
Desde el Ministerio de Ambiente y Producción Sustentable de la Provincia difundieron que los pequeños productores se vieron beneficiados con una línea de financiamiento que les permitió comprar animales y pagar recién a los 120 días.
«Se trata de una modalidad que se viene aplicando desde hace bastante tiempo y que funciona muy bien, ya que le permite a los productores no tener que disponer del efectivo en forma inmediata. Se trata además de una herramienta enfocada en los más pequeños, que son los que verdaderamente necesitan el acompañamiento y el apoyo del Estado», expresó el director de Ganadería, Ignacio Chavarría.