“Me gusta fumar en dónde no puedo y si hay un semáforo de noche pasarlo en rojo. Me gusta tirar papeles por la ventanilla del auto. También decir boludeces en el programa de radio y pensar si van a venir los del AFSCA a romperme el culo”, desafía Jorge Rizzo casi orgulloso del escaso apego que demuestra por algunas normas.“No hay temor a la ley, porque la ley está hecha por hombres. Y los que la aplican están más preocupados en mantener privilegios que en hacer Justicia”, dispara.
Su oficina parece más una tienda de souvenirs de Independiente que el despacho de la Presidencia del Colegio de Abogados. Pero a no confundirse, Rizzo es un hincha atípico. Mucho más que a Racing Club , detesta (sic) a Boca Juniors. Sin embargo, ese fanatismo no lo aplica a la política: hace dos meses llevó al titular de su adversario favorito, Daniel Angelici, como vice en la lista de Gente de Derecho. “El Gordo” no se amilan a ante el omnipotente operador macrista, “¿Quién manda? Averiguá cuántas veces vino Angelici desde que asumió”, chicanea. “No me asusta el poder, lo combato. Soy el antisistema, siempre lo he sido”, saca pecho una vez más.
Ubicado a pasos de Tribunales, el Colegio es la institución que les permite (o no) trabajar a los abogados. Lo de “permite” hay que interpretarlo de forma literal, o si no que lo diga Eugenio Zaffaroni que, después de 11 años ejerciendo el más alto cargo jurídico al que puede aspirar cualquier abogado, no puede trabajar como abogado en la Ciudad. El Colegio le suspendió la matrícula por volver a la actividad privada antes de lo debido. “¿Viste que piden la justicia independiente pero nadie la quiere? Acá tratamos de practicarla: yo no tuve nada que ver. El Tribunal de Disciplina es un órgano independiente del Colegio que lo sancionó sin consultarme”, jura Rizzo a quien quiera creerle. Es más, asegura que a Zaffaroni lo considera “un tipo exquisito”.
No consume café, como tampoco otro tipo de bebidas.“Hace 30 años que no tomo alcohol. El sábado pasado se me ocurrió tomar una copa de vino ‘per codere’ y se me cayó arriba de la notebook. Tengo que cambiar el teclado”, suspira Rizzo mientras sostiene uno de los 60 Benson&Hedges que fuma en cualquier momento y lugar en una jornada promedio.
De pequeño Jorge Rizzo quería ser periodista y abogado, pero terminó siendo abogado y periodista. “En 1980 ya estaba haciendo alguna cosita en radio. Y al año siguiente agarré el micrófono. Primero fútbol de ascenso con Miguel de Renzis y después con Ricardo Podestá y Oscar Blanco que irresponsablemente me dejaron hacer micrófono”, relata. La pasión por el Rojo nació en Villa Ortúzar, el barrio de su niñez. “Me hice de Independiente con la barra del barrio. Todos los años ganábamos la Copa, era imposible no ser hincha de Independiente”, recuerda sobre los años más gloriosos del equipo de Avellaneda. A pesar de ello sus primeras transmisiones radiales estuvieron centradas en las campañas de Lanús y Excursionistas en las categorías menores del fútbol argentino.
–¿Cuál fue el jugador de Racing que más puteó?
Yo no tengo problemas con Racing, en eso soy casi de River. Yo detesto a Boca, los detesto. Racing siempre fue un equipo simpático, imagínate que en los 50 años que tengo viendo fútbol Independiente le ganó siempre a Racing. Si me ofrecés perder los dos partidos con Racing y ganarle los dos a Boca te pregunto a dónde hay que firmar.
–¿Es mejor periodista o abogado?
–Todos dicen que soy mejor abogado, aunque a mí me gustaría que me dijeran que soy mejor periodista. Si me calificara yo, creo que soy mejor periodista, porque hago periodismo desde la abogacía. Si leés un comunicado mío, son periodísticos. Lo que pasa es que las circunstancias me han puesto entre los mejores cinco abogados de la Argentina, o eso creé la gente al menos. Porque creen que los que salimos en la tele somos los buenos. Ojo que no soy mediático, soy amigo de muchos de ellos igual.
–Llega a un pueblo perdido y lo acusan penalmente. El único abogado disponible es Zaffaroni, ¿lo contrata?
–No tengo ninguna duda, Zaffaroni es uno de los número 1 de la Argentina, de hecho tengo una excelentísima relación con él. No tuve nada que ver con la suspensión de su matrícula: el Tribunal de Disciplina es un órgano independiente del Colegio que lo sancionó sin consultarme. Yo fui una de las personas que más lo defendió a Zaffaroni, pero yo no puedo cuestionar la sentencia porque no es mi problema. Yo manejo otro órgano del Colegio. Mantengo mi opinión sobre Zaffaroni, es un tipo exquisito y me encanta sentarme a tomar café con él. ¿Viste que piden la justicia independiente pero nadie la quiere? Acá tratamos de practicarla. Fue hasta gracioso porque me llamó un periodista para preguntarme y le respondí que era una pelotudez, que no lo habíamos sancionado. Yo estaba más en bolas que Adán en el paraíso.
«Yo fui una de las personas que más lo defendió a Zaffaroni, pero yo no puedo cuestionar la sentencia porque no es mi problema»
–¿Independiente campeón del mundo u Oyarbide preso?
–Independiente campeón del mundo, sin dudas. Además hay muchas más chances de que Independiente gane la Copa que posibilidades de que Oyarbide vaya en cana. Además yo no sé si cometió un delito, ser un pésimo juez no es un delito. Pero si es por mí no tiene que sentarse nunca más en la judicatura. Oyarbide no era K, sino que como la mayoría de los jueces federales, es oficialista. Fue lacayo de Menem , de De la Rúa , de Duhalde , de Kirchner y de Cristina. Y si lo hubieran dejado, andaría pintado de amarillo. Entiendo que los jueces sean así, pero lo aborrezco. Hace poco los magistrados sacaron un comunicado porque dije que Justicia Legítima y la Asociación de Magistrados eran dos bandas en vez de dos bandos. Julio Blanck dijo lo mismo un día después, pero no le mandaron ninguna carta porque es de Clarín.
–¿Hay acomodo en la Justicia?
–Sí, claro. En todos lados hay acomodo, hasta para jugar al fútbol en los clubes. Es algo intrínseco a la naturaleza humana. Pero el tema de la Justicia debería ser de otra forma, hace falta una reforma de la Constitución.
–¿Cómo cuáles?
–Que alguien para ser juez tenga que tener 20 años de experiencia como abogado. Y no que por un acomodo político a los 30 años puedas ser juez porque sos “amigo de” o “amante de”.
–¿Conoce muchos jueces federales que no sean millonarios?
–No, poquitos. Tampoco me consta que sean millonarios, pero a algunos les ha ido muy bien ejerciendo la profesión de adoradores del dios tarasca. Algo raro pasó, yo no sé cómo hacen. Yo mi última propiedad la compré en 2006, me dieron la escritura una semana antes de asumir mi primera presidencia en el Colegio. Después no pude comprarme más ninguna, lo único que cambié fue el auto.
«A algunos jueces les ha ido muy bien ejerciendo la profesión de adoradores del dios tarasca»
–¿Está de acuerdo con que jueces y fiscales no paguen ganancias?
–Los fiscales no tienen por qué no pagar. Los jueces tienen una norma que dice que ninguna retribución que perciban puede estar sujeta a retenciones. Una vez hicimos una conferencia de la que participó una jueza del Tribunal Superior de la Ciudad. Ella explicó que los jueces tenían que pagar ganancias que pum, que pam. Cuando llegó mi turno dije que si los jueces pasan por la AFIP y depositan lo que les corresponde por el impuesto a las ganancias, nadie se los va a devolver ni se va a ofender. No pagan porque no quieren. Constitucionalmente no corresponde que paguen, pero si quisieran ser solidarios podrían ir y depositar. Lo que hay una gran hipocresía y un doble mensaje, porque los mismos que te sancionan por no pagar impuestos, tampoco los pagan. Igual que el Estado con el empleo no registrado: el principal generador del empleo en negro es el Estado.
–¿Se puede hacer un ranking de los mejores jueces?
–Cuando digo que los jueces son horribles me refiero mayormente a los jueces federales. Nadie mea agua bendita, pero hay dos que son algo muy parecido a lo que uno espera: uno es Luis Herrero , de la Cámara de Seguridad Social, perseguido mucho tiempo po r fallar contra el Estado y a favor de los jubilados con justa razón. Otra con la que hay que sacarse el sombrero es Servini de Cubría, a pesar de tantos año s en la Justicia sigue siendo la número 1.
–Tiene varios muertos en el placard…
–Cuarenta años de jueza y un par de muertos. Acá hay gente como Daniel Rafecas que está hace un par de años y ya tiene como 60 muertos. Nombro uno que ya no está, pero que es el mejor de todos y es Carlos Fayt.
–¿Estaba en condiciones de seguir en la Corte?
–Mientras estuviera Oyarbide podía seguir Fayt perfectamente. ¿Al lado de Casanello sabés lo que es Fayt? Un fórmula 1.
–¿Por qué lo cuestionaban entonces?
–Porque tenía una posición crítica al gobierno. No molestaba la edad de Fayt, sino la silla de Fayt. Fue como en boxeo, me sacaron el banquito y me dejaron sólo en la defensa de Fayt. Después todos decían que eran los salvadores de Fayt, escuché por lo menos a cuatro políticos diciendo eso. Yo nunca dije “Yo salvé a Fayt”, simplemente lo representé y dije lo que tenía que decir. La gente sabe quién se la jugó y quién no.
–¿Por qué lo eligió Fayt como su abogado?
–Porque sabe que cuando yo juego, juego hasta el final. Y no me asusta el poder, lo combato. Soy el antisistema, siempre lo he sido.
«Cuando yo juego, juego hasta el final. Y no me asusta el poder, lo combato. Soy el antisistema, siempre lo he sido»
–Hace unos años cerró un acuerdo con el kirchnerismo para el Consejo de la Magistratura, ¿por qué rompió con el FPV?
–En un momento se habían puesto todos en contra nuestro. Radicales, PRO, Clarín y La Nación, todos en contra. Por eso hicimos un acuerdo para esa elección.
–¿Por qué se peleó entonces?
–No me peleé. Si observás la lista de Gente de Derecho para la última elección, Ricardo Nissen que fue abogado del Estado en la causa Papel Prensa, es parte del Consejo de Disciplina por mi lista. Narciso Puentes, un militante del kirchnerismo también está en el Colegio. Gente de Derecho es un movimiento amplio y hay de todo. Está Marcelo Parrilli y está también Angelici. Es la biblia y el calefón. Me preguntaba el periodista Néstor Espósito si esto era un movimiento amplio o la Armada Brancaleone. Yo no le sé a esta altura, pero soy la garantía de que acá hay pluralismo.
–¿El Colegio lo maneja usted o lo maneja Angelici?
–Lo maneja Angelici, yo soy un empleado de él. Googleame a ver si alguien puede manejarme. Averiguá cuántas veces vino Angelici desde que asumió.
«Googleame a ver si alguien puede manejarme. Averiguá cuántas veces vino Angelici desde que asumió»
–¿Cuál era entonces el interés de Angelici en participar de las elecciones?
–No lo sé. Yo tengo un acuerdo macro con el PRO y ellos decidieron que su representante fuera Angelici. La elección anterior fue Daniel Lipovetsky y si el acuerdo continúa tal vez el representante sea Pablo Clusellas, eso escapa de mis posibilidades. Pero en el Colegio mando yo, hasta cuando no soy presidente.
–¿En qué estado se encontraba el Colegio cuando asumió?
–Estaba casi en quiebra, perdiendo un millón de dólares por año. Hoy el Colegio debe tener U$S 2,5 millones guardados en cuentas y otro tanto en plata contante y sonante porque el gasto es alto, casi $200 millones por año. El Colegio tiene 400 empleados, es mucho.
–¿Cómo es su relación con el Colegio de Abogados de la Ciudad?
–El único colegio que hay en la Capital Federal es este. El otro es una asociación civil que se llama colegio, pero si querés te inscribís y si no querés no te inscribís. Si querés inscribirte antes te pasan por un control de calidad a ver si te aceptan. A mi no me aceptarían porque mi apellido tiene dos zetas.
«En el Colegio mando yo, hasta cuando no soy presidente»
–¿Son los “chetos”?
–Es la gente más acomodada. La contra de ellos siempre fue la Asociación de Abogados, en donde Fayt fue presidente dos veces, ahí uno pude anotarse sin ningún tipo de limitación. Yo soy socio desde 1989. Me he peleado varias veces con ellos pero seguimos ahí. El Colegio de Abogados nunca me ofreció ser socio, jamás. Se ve que no les guste que use un pin que diga “Gente de derecho”, o que diga guarradas por la radio.
–¿Lorenzetti hizo bien en apurar su reelección?
–No sé si hizo bien o si hizo mal. En todo caso no hizo ni más ni menos de lo que hace mucha gente en la Argentina. El que esté a favor de Lorenzetti te va a decir que es un maestro que hizo lo que tenía que hacer y el que esté en contra que Lorenzetti es un sinvergüenza porque adelantó. ¿Era legal? Sí, era legal. Lo que pasa es que a veces lo legal no está moralmente bien visto. Es un dato menor. A mi no me importa quién preside la Corte. Acá hay algunos problemas porque existe gente que es adoradora de los cargos, los sillones y las chapitas. Cuando armé Gente de Derecho, planteé que nosotros nos cagamos en los cargos. No necesito ser presidente del Colegio para dar mi opinión sobre qué hay que hacer sobre un determinado tema.
–Pero el presidente maneja el presupuesto.
–No, necesita la firma de los demás. Tenés otras potestades, como nombrar gente, sos quién lleva las reuniones, a quién más invitan a los medios.
–¿Qué piensa del nombramiento por decreto de HoracioRosatti y Carlos Rosenkrantz?
–Nosotros pedimos que se cumpliera con la Constitución. Dije que era inconstitucional y me dejaron solo otra vez. El único que me hizo la gamba fue Andrés Gil Domínguez. Lo que pasa es que había pasado menos de una semana de la asunción de Macri, parecía que yo era un loco. Pero me escucharon y pusieron en marcha los procedimientos que marca el decreto 222/03. Es un decreto de Kirchner sobre el que nadie está en contra, salvo algún gorila recalcitrante que me dijo que había que derogarlo. Tuve muchas conversaciones con el Gobierno y con gente de la Corte.
–Sin embargo los candidatos aceptaron asumir por decreto.
–Esas son cuestiones políticas. A mi lo que me importaba era el procedimiento, si no era una caja de Pandora. Porque si el presidente puede nombrar dos jueces por decreto, puede nombrar a todo el poder judicial por decreto. Nunca sabremos si Macri quería nombrarlos en serio o instalar estos dos nombres. Si fue lo segundo estamos frente a una maniobra política muy inteligente.
«Si el presidente puede nombrar dos jueces por decreto, puede nombrar a todo el poder judicial por decreto»
–¿No les quita legitimidad la forma en que aceptaron ser nombrados?
–Hoy asumieron con total legitimidad. Si en el FPV no estuvieran de acuerdo no lo habrían votado. De todas formas si Macri no hubiera tenido un guiño de la Corte, no los hubiera nombrado. Lo que no se imaginaron era que iba a salir yo con los tapones de punta. ¿Me iban a acusar de kirchnerista? Si yo paré la reforma judicial.
–¿Aspira a ser juez de la Corte?
–Ni muerto. Yo soy abogado, nunca voy a ser juez.
–¿Estaría de acuerdo con una elección directa de los magistrados?
–Se podría probar, pero amerita una reforma constitucional. Que a ningún afiebrado se le ocurra seguir los pasos del gobierno anterior con la democratización de la Justicia, porque el Congreso no tiene potestades para resolver esto. Lo que yo haría es una prueba. Mandaría a los fiscales a elecciones, porque el fiscal es más representativo del gobierno que el juez. En Estados Unidos el fiscal se vota, incluso algunos jueces en algunos estados. A mi no me desagrada la idea de que los jueces sean elegidos por la votación de la gente, pero primero tendrían que darse algunas condiciones como el juicio oral para que la gente vea cómo actúan los jueces.
–¿A quién no defendería?
–A un montón de gente, por eso no soy penalista. Filosóficamente: no defendería a los genocidas, no defendería a los violadores. Por ninguna plata del mundo lo haría. No soy como Stinfale. Una vez le preguntaron si defendería a un violador de niños y respondió que no lo haría por ninguna plata del mundo. “¿Y por un millón de dólares?”, le preguntó Majul. “No preguntes estupideces”, contestó Stinfale. Yo por un palo verde tampoco lo haría. No defendería al Padre Julio Grassi, tampoco a Videla o a Galtieri ni a Camps. Tampoco cuestiono a quienes lo defienden, porque es trabajo. Después está el que tiene estómago y el que no. Siempre recuerdo que al doctor Tabárez le tocó defender a Videla. Como era el defensor oficial no pudo excusarse. Yo no sé si lo quería a Videla o si le daba bronca o asco. Pero lo tuvo que hacer, porque alguien tiene que hacerlo. Yo no y menos ahora que no lo necesito, tal vez hace 20 años si no tenía ninguna moneda en el bolsillo lo hubiera hecho, no lo sé. Periodísticamente te digo que le hago una nota a cualquiera. Me conseguís a Hitler, sentalo y le hacemos una nota, ahí sí que no le hago asco a nada. Porque para mi el periodismo es otra cosa, más todavía porque no lucro con el periodismo. Mi lema, aunque ahora me lo haya choreado la TV Pública es “Todas las voces”. Ya Macri me había choreado “Hacer posible lo imposible”.
–¿Qué es un operador?
–Son las personas que le van a decir al ejecutivo qué quieren los jueces.
–¿Angelici es un operador?
–No me consta, dicen que sí. Pero en caso de que no lo fuera, habría otros.
–¿Está bien que existan?
–No debieran existir, pero tampoco los jueces federales deberían pedirle cosas al Ejecutivo
«Los operadores judiciales no debieran existir, pero tampoco los jueces federales deberían pedirle cosas al Ejecutivo»
–¿Qué le piden?
–Más presupuesto, más personal. El Ejecutivo tampoco debería pedirle cosas a los jueces. ¿Qué cosas? Qué no le procese a este, qué no le cajoneé alguna causa… Alguien se los tiene que decir, porque te imaginás que por teléfono esas cosas no se pueden hablar.
–¿Son buenos los abogados mediáticos?
–Ni buenos ni malos, son un fenómeno que la gente consume. Miguel Pierri es un muy buen abogado, Fernando Burlando también. Después hay mucha chantada, gente que paga para ir a un programa de televisión. Y la gente confunde estar en televisión con ser un buen profesional. Yo lo cargaba mucho a Pierri con lo de Mangeri. “¿Cuántas horas de televisión hiciste, pedazo de cornudo?”, lo jodía, es amigo Miguel. Pero cuando estoy en la tele me explota el Twitter. Y hay gente que paga por estar. A nosotros nos ofrecieron para estar en algún programa.
–¿Y qué hizo?
–Yo para almorzar solamente pago en un restaurante (risas).
–¿Qué le recomendaría a José López si lo contrata? ¿Qué le diría?
–Qué se joda por boludo, no se me ocurre otra cosa. ¿Cómo va a dejar la guita ahí? Se tiene que declarar culpable, ir a un abreviado y tratar de zafar por la menor cantidad de tiempo. ¿Qué va decir? ¿No fui? Además eso es una parte de lo que tiene. No va a tener sólo $50 mil. Hay mucha más plata ahí. Y que De Vido no se haga más el boludo, no puede ser que López tuviera toda esa plata y De Vido no saber nada. Con Schiavi no sabía, con Jaime no sabía, ahora dice que co n López no sabía. Si algo me queda claro es que De Vido no es ningún boludo.
«A José López le diría que se joda por boludo»
–Si pudiera elegir dos candidatos para la Corte, ¿quiénes serían?
–Pablo Hirschman, mano derecha del doctor Fayt en la vocalía durante los últimos 10 años. Y Aída Kemelmajer de Carlucci o en su defecto Liliana Negre de Alonso.
–Es un poco conservadora la señora…
–Sí, pero del otro lado no encuentro nadie que esté preparado para la Corte. Yo era muy amigo de Carmen Argibay y tengo buena relación con Eugenio Zaffaroni. Siempre ponderé el equilibrio que había en la Corte, de un lado ellos que provenían de la izquierda. Por el otro Maqueda que es de un peronismo más de derecha y por el medio Fayt y Lorenzetti que eran los que equilibraban. Hoy es muy difícil, porque la izquierda no está aportando pensadores, lo digo yo que los he votado muchas veces. No encuentro recambio generacional, siguen siendo los mismos, Marcelo Parrilli, Szmukler, Luis Zamora, son personas que pasaron los 60 años o los 80. No hubo renovación. Desde que se enfermó Patricio Etchegaray no veo tan brillante en el PC como era él. Se está dando una transmutación de la sociedad en donde no existe más la vieja izquierda. Es casi folklórica y te da risa. Tengo una muy buena relación con Jorge Altamira, me parece un tipo intelectualmente superior, pero Jorge debe tener más de 70. Me asusta, parece que vamos a la derecha o derecha. Y los K no eran de izquierda, aplicaban alguna receta de izquierda, pero no eran de izquierda.
–¿Eran peronistas?
–No soy peronista, así que no sé. Eran K. Lo que no hay dudas es que arruinaron una buena posibilidad en cuanto a la idea de tener una Argentina produciendo, soberana, libre, con empresas estatales, con ferrocarriles. Cosas por las que uno bregó tantos años para que vuelvan. Yo jugué fuerte a pedido del entonces jefe de gabinete, Sergio Massa, pero a pedido de la presidente Cristina Kirchner, para que la jubilación estatal volviera a ser monopólica en Argentina, por eso decían que era K. Hoy sigo pensando lo mismo. Lamento profundamente que hoy todo eso sea mala palabra porque la gente ha visto lo que no tenía que ver, por ejemplo con López. Le da la razón a los que decían que eran todos ladrones. Yo me cansé de decir que era un idiota el que decía que Cristina había hecho todo bien, y era igual de idiota el que decía que estaba todo mal. Lo mismo pasa con el que dice que Macri hace todo bien o hace todo mal. Todos han hecho algo bien, incluso Menem
–¿Qué hizo bien?
–No sé, algo bien seguro que hizo. De la Rúa hizo algo bien… subirse al helicóptero. Yo no creo que cuando alguien es presidente quiera hacer las cosas mal. Te pueden salir las cosas bien o te pueden salir las cosas mal, podés tener más o menos huevos. Esta gente arruinó la idea de muchos que creemos en la producción, que creemos en la soberanía, en que Argentina tiene otros tipos de salida. Ya son demasiados los hechos de corrupción.
«De la Rúa hizo algo bien… subirse al helicóptero»
–¿Creé que el mundo sería más feliz sin abogados?
–Seguramente sí, pero los abogados son imprescindibles. Antes de que aparezca el primer abogado Caín mató a Abel y alguien tenía que defenderlo. No lo podés evitar, somos más viejos los abogados que los médicos, porque lo mató, no se enfermó (risas).
–¿Cuántas ilegalidades comete un ser humano por día?
–Un ser humano no sé, pero yo un montón. Me gusta fumar en dónde no puedo, si hay un semáforo de noche pasarlo en rojo. Me gusta tirar papeles por la ventanilla del auto, decir boludeces en el programa de radio y pensar si van a venir los del AFSCA a romperme el culo. Tenemos la cultura de que no pasa nada, eso demuestra quiénes somos nosotros. No hay temor a la ley, ¿sabés por qué? Porque la ley está hecha por hombres. Y los que la aplican están más preocupados en mantener privilegios que en hacer Justicia.
«Me gusta fumar en dónde no puedo, si hay un semáforo de noche pasarlo en rojo. Me gusta tirar papeles por la ventanilla del auto, decir boludeces en el programa de radio y pensar si van a venir los del AFSCA a romperme el culo.»
Su oficina parece más una tienda de souvenirs de Independiente que el despacho de la Presidencia del Colegio de Abogados. Pero a no confundirse, Rizzo es un hincha atípico. Mucho más que a Racing Club , detesta (sic) a Boca Juniors. Sin embargo, ese fanatismo no lo aplica a la política: hace dos meses llevó al titular de su adversario favorito, Daniel Angelici, como vice en la lista de Gente de Derecho. “El Gordo” no se amilan a ante el omnipotente operador macrista, “¿Quién manda? Averiguá cuántas veces vino Angelici desde que asumió”, chicanea. “No me asusta el poder, lo combato. Soy el antisistema, siempre lo he sido”, saca pecho una vez más.
Ubicado a pasos de Tribunales, el Colegio es la institución que les permite (o no) trabajar a los abogados. Lo de “permite” hay que interpretarlo de forma literal, o si no que lo diga Eugenio Zaffaroni que, después de 11 años ejerciendo el más alto cargo jurídico al que puede aspirar cualquier abogado, no puede trabajar como abogado en la Ciudad. El Colegio le suspendió la matrícula por volver a la actividad privada antes de lo debido. “¿Viste que piden la justicia independiente pero nadie la quiere? Acá tratamos de practicarla: yo no tuve nada que ver. El Tribunal de Disciplina es un órgano independiente del Colegio que lo sancionó sin consultarme”, jura Rizzo a quien quiera creerle. Es más, asegura que a Zaffaroni lo considera “un tipo exquisito”.
No consume café, como tampoco otro tipo de bebidas.“Hace 30 años que no tomo alcohol. El sábado pasado se me ocurrió tomar una copa de vino ‘per codere’ y se me cayó arriba de la notebook. Tengo que cambiar el teclado”, suspira Rizzo mientras sostiene uno de los 60 Benson&Hedges que fuma en cualquier momento y lugar en una jornada promedio.
De pequeño Jorge Rizzo quería ser periodista y abogado, pero terminó siendo abogado y periodista. “En 1980 ya estaba haciendo alguna cosita en radio. Y al año siguiente agarré el micrófono. Primero fútbol de ascenso con Miguel de Renzis y después con Ricardo Podestá y Oscar Blanco que irresponsablemente me dejaron hacer micrófono”, relata. La pasión por el Rojo nació en Villa Ortúzar, el barrio de su niñez. “Me hice de Independiente con la barra del barrio. Todos los años ganábamos la Copa, era imposible no ser hincha de Independiente”, recuerda sobre los años más gloriosos del equipo de Avellaneda. A pesar de ello sus primeras transmisiones radiales estuvieron centradas en las campañas de Lanús y Excursionistas en las categorías menores del fútbol argentino.
–¿Cuál fue el jugador de Racing que más puteó?
Yo no tengo problemas con Racing, en eso soy casi de River. Yo detesto a Boca, los detesto. Racing siempre fue un equipo simpático, imagínate que en los 50 años que tengo viendo fútbol Independiente le ganó siempre a Racing. Si me ofrecés perder los dos partidos con Racing y ganarle los dos a Boca te pregunto a dónde hay que firmar.
–¿Es mejor periodista o abogado?
–Todos dicen que soy mejor abogado, aunque a mí me gustaría que me dijeran que soy mejor periodista. Si me calificara yo, creo que soy mejor periodista, porque hago periodismo desde la abogacía. Si leés un comunicado mío, son periodísticos. Lo que pasa es que las circunstancias me han puesto entre los mejores cinco abogados de la Argentina, o eso creé la gente al menos. Porque creen que los que salimos en la tele somos los buenos. Ojo que no soy mediático, soy amigo de muchos de ellos igual.
–Llega a un pueblo perdido y lo acusan penalmente. El único abogado disponible es Zaffaroni, ¿lo contrata?
–No tengo ninguna duda, Zaffaroni es uno de los número 1 de la Argentina, de hecho tengo una excelentísima relación con él. No tuve nada que ver con la suspensión de su matrícula: el Tribunal de Disciplina es un órgano independiente del Colegio que lo sancionó sin consultarme. Yo fui una de las personas que más lo defendió a Zaffaroni, pero yo no puedo cuestionar la sentencia porque no es mi problema. Yo manejo otro órgano del Colegio. Mantengo mi opinión sobre Zaffaroni, es un tipo exquisito y me encanta sentarme a tomar café con él. ¿Viste que piden la justicia independiente pero nadie la quiere? Acá tratamos de practicarla. Fue hasta gracioso porque me llamó un periodista para preguntarme y le respondí que era una pelotudez, que no lo habíamos sancionado. Yo estaba más en bolas que Adán en el paraíso.
«Yo fui una de las personas que más lo defendió a Zaffaroni, pero yo no puedo cuestionar la sentencia porque no es mi problema»
–¿Independiente campeón del mundo u Oyarbide preso?
–Independiente campeón del mundo, sin dudas. Además hay muchas más chances de que Independiente gane la Copa que posibilidades de que Oyarbide vaya en cana. Además yo no sé si cometió un delito, ser un pésimo juez no es un delito. Pero si es por mí no tiene que sentarse nunca más en la judicatura. Oyarbide no era K, sino que como la mayoría de los jueces federales, es oficialista. Fue lacayo de Menem , de De la Rúa , de Duhalde , de Kirchner y de Cristina. Y si lo hubieran dejado, andaría pintado de amarillo. Entiendo que los jueces sean así, pero lo aborrezco. Hace poco los magistrados sacaron un comunicado porque dije que Justicia Legítima y la Asociación de Magistrados eran dos bandas en vez de dos bandos. Julio Blanck dijo lo mismo un día después, pero no le mandaron ninguna carta porque es de Clarín.
–¿Hay acomodo en la Justicia?
–Sí, claro. En todos lados hay acomodo, hasta para jugar al fútbol en los clubes. Es algo intrínseco a la naturaleza humana. Pero el tema de la Justicia debería ser de otra forma, hace falta una reforma de la Constitución.
–¿Cómo cuáles?
–Que alguien para ser juez tenga que tener 20 años de experiencia como abogado. Y no que por un acomodo político a los 30 años puedas ser juez porque sos “amigo de” o “amante de”.
–¿Conoce muchos jueces federales que no sean millonarios?
–No, poquitos. Tampoco me consta que sean millonarios, pero a algunos les ha ido muy bien ejerciendo la profesión de adoradores del dios tarasca. Algo raro pasó, yo no sé cómo hacen. Yo mi última propiedad la compré en 2006, me dieron la escritura una semana antes de asumir mi primera presidencia en el Colegio. Después no pude comprarme más ninguna, lo único que cambié fue el auto.
«A algunos jueces les ha ido muy bien ejerciendo la profesión de adoradores del dios tarasca»
–¿Está de acuerdo con que jueces y fiscales no paguen ganancias?
–Los fiscales no tienen por qué no pagar. Los jueces tienen una norma que dice que ninguna retribución que perciban puede estar sujeta a retenciones. Una vez hicimos una conferencia de la que participó una jueza del Tribunal Superior de la Ciudad. Ella explicó que los jueces tenían que pagar ganancias que pum, que pam. Cuando llegó mi turno dije que si los jueces pasan por la AFIP y depositan lo que les corresponde por el impuesto a las ganancias, nadie se los va a devolver ni se va a ofender. No pagan porque no quieren. Constitucionalmente no corresponde que paguen, pero si quisieran ser solidarios podrían ir y depositar. Lo que hay una gran hipocresía y un doble mensaje, porque los mismos que te sancionan por no pagar impuestos, tampoco los pagan. Igual que el Estado con el empleo no registrado: el principal generador del empleo en negro es el Estado.
–¿Se puede hacer un ranking de los mejores jueces?
–Cuando digo que los jueces son horribles me refiero mayormente a los jueces federales. Nadie mea agua bendita, pero hay dos que son algo muy parecido a lo que uno espera: uno es Luis Herrero , de la Cámara de Seguridad Social, perseguido mucho tiempo po r fallar contra el Estado y a favor de los jubilados con justa razón. Otra con la que hay que sacarse el sombrero es Servini de Cubría, a pesar de tantos año s en la Justicia sigue siendo la número 1.
–Tiene varios muertos en el placard…
–Cuarenta años de jueza y un par de muertos. Acá hay gente como Daniel Rafecas que está hace un par de años y ya tiene como 60 muertos. Nombro uno que ya no está, pero que es el mejor de todos y es Carlos Fayt.
–¿Estaba en condiciones de seguir en la Corte?
–Mientras estuviera Oyarbide podía seguir Fayt perfectamente. ¿Al lado de Casanello sabés lo que es Fayt? Un fórmula 1.
–¿Por qué lo cuestionaban entonces?
–Porque tenía una posición crítica al gobierno. No molestaba la edad de Fayt, sino la silla de Fayt. Fue como en boxeo, me sacaron el banquito y me dejaron sólo en la defensa de Fayt. Después todos decían que eran los salvadores de Fayt, escuché por lo menos a cuatro políticos diciendo eso. Yo nunca dije “Yo salvé a Fayt”, simplemente lo representé y dije lo que tenía que decir. La gente sabe quién se la jugó y quién no.
–¿Por qué lo eligió Fayt como su abogado?
–Porque sabe que cuando yo juego, juego hasta el final. Y no me asusta el poder, lo combato. Soy el antisistema, siempre lo he sido.
«Cuando yo juego, juego hasta el final. Y no me asusta el poder, lo combato. Soy el antisistema, siempre lo he sido»
–Hace unos años cerró un acuerdo con el kirchnerismo para el Consejo de la Magistratura, ¿por qué rompió con el FPV?
–En un momento se habían puesto todos en contra nuestro. Radicales, PRO, Clarín y La Nación, todos en contra. Por eso hicimos un acuerdo para esa elección.
–¿Por qué se peleó entonces?
–No me peleé. Si observás la lista de Gente de Derecho para la última elección, Ricardo Nissen que fue abogado del Estado en la causa Papel Prensa, es parte del Consejo de Disciplina por mi lista. Narciso Puentes, un militante del kirchnerismo también está en el Colegio. Gente de Derecho es un movimiento amplio y hay de todo. Está Marcelo Parrilli y está también Angelici. Es la biblia y el calefón. Me preguntaba el periodista Néstor Espósito si esto era un movimiento amplio o la Armada Brancaleone. Yo no le sé a esta altura, pero soy la garantía de que acá hay pluralismo.
–¿El Colegio lo maneja usted o lo maneja Angelici?
–Lo maneja Angelici, yo soy un empleado de él. Googleame a ver si alguien puede manejarme. Averiguá cuántas veces vino Angelici desde que asumió.
«Googleame a ver si alguien puede manejarme. Averiguá cuántas veces vino Angelici desde que asumió»
–¿Cuál era entonces el interés de Angelici en participar de las elecciones?
–No lo sé. Yo tengo un acuerdo macro con el PRO y ellos decidieron que su representante fuera Angelici. La elección anterior fue Daniel Lipovetsky y si el acuerdo continúa tal vez el representante sea Pablo Clusellas, eso escapa de mis posibilidades. Pero en el Colegio mando yo, hasta cuando no soy presidente.
–¿En qué estado se encontraba el Colegio cuando asumió?
–Estaba casi en quiebra, perdiendo un millón de dólares por año. Hoy el Colegio debe tener U$S 2,5 millones guardados en cuentas y otro tanto en plata contante y sonante porque el gasto es alto, casi $200 millones por año. El Colegio tiene 400 empleados, es mucho.
–¿Cómo es su relación con el Colegio de Abogados de la Ciudad?
–El único colegio que hay en la Capital Federal es este. El otro es una asociación civil que se llama colegio, pero si querés te inscribís y si no querés no te inscribís. Si querés inscribirte antes te pasan por un control de calidad a ver si te aceptan. A mi no me aceptarían porque mi apellido tiene dos zetas.
«En el Colegio mando yo, hasta cuando no soy presidente»
–¿Son los “chetos”?
–Es la gente más acomodada. La contra de ellos siempre fue la Asociación de Abogados, en donde Fayt fue presidente dos veces, ahí uno pude anotarse sin ningún tipo de limitación. Yo soy socio desde 1989. Me he peleado varias veces con ellos pero seguimos ahí. El Colegio de Abogados nunca me ofreció ser socio, jamás. Se ve que no les guste que use un pin que diga “Gente de derecho”, o que diga guarradas por la radio.
–¿Lorenzetti hizo bien en apurar su reelección?
–No sé si hizo bien o si hizo mal. En todo caso no hizo ni más ni menos de lo que hace mucha gente en la Argentina. El que esté a favor de Lorenzetti te va a decir que es un maestro que hizo lo que tenía que hacer y el que esté en contra que Lorenzetti es un sinvergüenza porque adelantó. ¿Era legal? Sí, era legal. Lo que pasa es que a veces lo legal no está moralmente bien visto. Es un dato menor. A mi no me importa quién preside la Corte. Acá hay algunos problemas porque existe gente que es adoradora de los cargos, los sillones y las chapitas. Cuando armé Gente de Derecho, planteé que nosotros nos cagamos en los cargos. No necesito ser presidente del Colegio para dar mi opinión sobre qué hay que hacer sobre un determinado tema.
–Pero el presidente maneja el presupuesto.
–No, necesita la firma de los demás. Tenés otras potestades, como nombrar gente, sos quién lleva las reuniones, a quién más invitan a los medios.
–¿Qué piensa del nombramiento por decreto de HoracioRosatti y Carlos Rosenkrantz?
–Nosotros pedimos que se cumpliera con la Constitución. Dije que era inconstitucional y me dejaron solo otra vez. El único que me hizo la gamba fue Andrés Gil Domínguez. Lo que pasa es que había pasado menos de una semana de la asunción de Macri, parecía que yo era un loco. Pero me escucharon y pusieron en marcha los procedimientos que marca el decreto 222/03. Es un decreto de Kirchner sobre el que nadie está en contra, salvo algún gorila recalcitrante que me dijo que había que derogarlo. Tuve muchas conversaciones con el Gobierno y con gente de la Corte.
–Sin embargo los candidatos aceptaron asumir por decreto.
–Esas son cuestiones políticas. A mi lo que me importaba era el procedimiento, si no era una caja de Pandora. Porque si el presidente puede nombrar dos jueces por decreto, puede nombrar a todo el poder judicial por decreto. Nunca sabremos si Macri quería nombrarlos en serio o instalar estos dos nombres. Si fue lo segundo estamos frente a una maniobra política muy inteligente.
«Si el presidente puede nombrar dos jueces por decreto, puede nombrar a todo el poder judicial por decreto»
–¿No les quita legitimidad la forma en que aceptaron ser nombrados?
–Hoy asumieron con total legitimidad. Si en el FPV no estuvieran de acuerdo no lo habrían votado. De todas formas si Macri no hubiera tenido un guiño de la Corte, no los hubiera nombrado. Lo que no se imaginaron era que iba a salir yo con los tapones de punta. ¿Me iban a acusar de kirchnerista? Si yo paré la reforma judicial.
–¿Aspira a ser juez de la Corte?
–Ni muerto. Yo soy abogado, nunca voy a ser juez.
–¿Estaría de acuerdo con una elección directa de los magistrados?
–Se podría probar, pero amerita una reforma constitucional. Que a ningún afiebrado se le ocurra seguir los pasos del gobierno anterior con la democratización de la Justicia, porque el Congreso no tiene potestades para resolver esto. Lo que yo haría es una prueba. Mandaría a los fiscales a elecciones, porque el fiscal es más representativo del gobierno que el juez. En Estados Unidos el fiscal se vota, incluso algunos jueces en algunos estados. A mi no me desagrada la idea de que los jueces sean elegidos por la votación de la gente, pero primero tendrían que darse algunas condiciones como el juicio oral para que la gente vea cómo actúan los jueces.
–¿A quién no defendería?
–A un montón de gente, por eso no soy penalista. Filosóficamente: no defendería a los genocidas, no defendería a los violadores. Por ninguna plata del mundo lo haría. No soy como Stinfale. Una vez le preguntaron si defendería a un violador de niños y respondió que no lo haría por ninguna plata del mundo. “¿Y por un millón de dólares?”, le preguntó Majul. “No preguntes estupideces”, contestó Stinfale. Yo por un palo verde tampoco lo haría. No defendería al Padre Julio Grassi, tampoco a Videla o a Galtieri ni a Camps. Tampoco cuestiono a quienes lo defienden, porque es trabajo. Después está el que tiene estómago y el que no. Siempre recuerdo que al doctor Tabárez le tocó defender a Videla. Como era el defensor oficial no pudo excusarse. Yo no sé si lo quería a Videla o si le daba bronca o asco. Pero lo tuvo que hacer, porque alguien tiene que hacerlo. Yo no y menos ahora que no lo necesito, tal vez hace 20 años si no tenía ninguna moneda en el bolsillo lo hubiera hecho, no lo sé. Periodísticamente te digo que le hago una nota a cualquiera. Me conseguís a Hitler, sentalo y le hacemos una nota, ahí sí que no le hago asco a nada. Porque para mi el periodismo es otra cosa, más todavía porque no lucro con el periodismo. Mi lema, aunque ahora me lo haya choreado la TV Pública es “Todas las voces”. Ya Macri me había choreado “Hacer posible lo imposible”.
–¿Qué es un operador?
–Son las personas que le van a decir al ejecutivo qué quieren los jueces.
–¿Angelici es un operador?
–No me consta, dicen que sí. Pero en caso de que no lo fuera, habría otros.
–¿Está bien que existan?
–No debieran existir, pero tampoco los jueces federales deberían pedirle cosas al Ejecutivo
«Los operadores judiciales no debieran existir, pero tampoco los jueces federales deberían pedirle cosas al Ejecutivo»
–¿Qué le piden?
–Más presupuesto, más personal. El Ejecutivo tampoco debería pedirle cosas a los jueces. ¿Qué cosas? Qué no le procese a este, qué no le cajoneé alguna causa… Alguien se los tiene que decir, porque te imaginás que por teléfono esas cosas no se pueden hablar.
–¿Son buenos los abogados mediáticos?
–Ni buenos ni malos, son un fenómeno que la gente consume. Miguel Pierri es un muy buen abogado, Fernando Burlando también. Después hay mucha chantada, gente que paga para ir a un programa de televisión. Y la gente confunde estar en televisión con ser un buen profesional. Yo lo cargaba mucho a Pierri con lo de Mangeri. “¿Cuántas horas de televisión hiciste, pedazo de cornudo?”, lo jodía, es amigo Miguel. Pero cuando estoy en la tele me explota el Twitter. Y hay gente que paga por estar. A nosotros nos ofrecieron para estar en algún programa.
–¿Y qué hizo?
–Yo para almorzar solamente pago en un restaurante (risas).
–¿Qué le recomendaría a José López si lo contrata? ¿Qué le diría?
–Qué se joda por boludo, no se me ocurre otra cosa. ¿Cómo va a dejar la guita ahí? Se tiene que declarar culpable, ir a un abreviado y tratar de zafar por la menor cantidad de tiempo. ¿Qué va decir? ¿No fui? Además eso es una parte de lo que tiene. No va a tener sólo $50 mil. Hay mucha más plata ahí. Y que De Vido no se haga más el boludo, no puede ser que López tuviera toda esa plata y De Vido no saber nada. Con Schiavi no sabía, con Jaime no sabía, ahora dice que co n López no sabía. Si algo me queda claro es que De Vido no es ningún boludo.
«A José López le diría que se joda por boludo»
–Si pudiera elegir dos candidatos para la Corte, ¿quiénes serían?
–Pablo Hirschman, mano derecha del doctor Fayt en la vocalía durante los últimos 10 años. Y Aída Kemelmajer de Carlucci o en su defecto Liliana Negre de Alonso.
–Es un poco conservadora la señora…
–Sí, pero del otro lado no encuentro nadie que esté preparado para la Corte. Yo era muy amigo de Carmen Argibay y tengo buena relación con Eugenio Zaffaroni. Siempre ponderé el equilibrio que había en la Corte, de un lado ellos que provenían de la izquierda. Por el otro Maqueda que es de un peronismo más de derecha y por el medio Fayt y Lorenzetti que eran los que equilibraban. Hoy es muy difícil, porque la izquierda no está aportando pensadores, lo digo yo que los he votado muchas veces. No encuentro recambio generacional, siguen siendo los mismos, Marcelo Parrilli, Szmukler, Luis Zamora, son personas que pasaron los 60 años o los 80. No hubo renovación. Desde que se enfermó Patricio Etchegaray no veo tan brillante en el PC como era él. Se está dando una transmutación de la sociedad en donde no existe más la vieja izquierda. Es casi folklórica y te da risa. Tengo una muy buena relación con Jorge Altamira, me parece un tipo intelectualmente superior, pero Jorge debe tener más de 70. Me asusta, parece que vamos a la derecha o derecha. Y los K no eran de izquierda, aplicaban alguna receta de izquierda, pero no eran de izquierda.
–¿Eran peronistas?
–No soy peronista, así que no sé. Eran K. Lo que no hay dudas es que arruinaron una buena posibilidad en cuanto a la idea de tener una Argentina produciendo, soberana, libre, con empresas estatales, con ferrocarriles. Cosas por las que uno bregó tantos años para que vuelvan. Yo jugué fuerte a pedido del entonces jefe de gabinete, Sergio Massa, pero a pedido de la presidente Cristina Kirchner, para que la jubilación estatal volviera a ser monopólica en Argentina, por eso decían que era K. Hoy sigo pensando lo mismo. Lamento profundamente que hoy todo eso sea mala palabra porque la gente ha visto lo que no tenía que ver, por ejemplo con López. Le da la razón a los que decían que eran todos ladrones. Yo me cansé de decir que era un idiota el que decía que Cristina había hecho todo bien, y era igual de idiota el que decía que estaba todo mal. Lo mismo pasa con el que dice que Macri hace todo bien o hace todo mal. Todos han hecho algo bien, incluso Menem
–¿Qué hizo bien?
–No sé, algo bien seguro que hizo. De la Rúa hizo algo bien… subirse al helicóptero. Yo no creo que cuando alguien es presidente quiera hacer las cosas mal. Te pueden salir las cosas bien o te pueden salir las cosas mal, podés tener más o menos huevos. Esta gente arruinó la idea de muchos que creemos en la producción, que creemos en la soberanía, en que Argentina tiene otros tipos de salida. Ya son demasiados los hechos de corrupción.
«De la Rúa hizo algo bien… subirse al helicóptero»
–¿Creé que el mundo sería más feliz sin abogados?
–Seguramente sí, pero los abogados son imprescindibles. Antes de que aparezca el primer abogado Caín mató a Abel y alguien tenía que defenderlo. No lo podés evitar, somos más viejos los abogados que los médicos, porque lo mató, no se enfermó (risas).
–¿Cuántas ilegalidades comete un ser humano por día?
–Un ser humano no sé, pero yo un montón. Me gusta fumar en dónde no puedo, si hay un semáforo de noche pasarlo en rojo. Me gusta tirar papeles por la ventanilla del auto, decir boludeces en el programa de radio y pensar si van a venir los del AFSCA a romperme el culo. Tenemos la cultura de que no pasa nada, eso demuestra quiénes somos nosotros. No hay temor a la ley, ¿sabés por qué? Porque la ley está hecha por hombres. Y los que la aplican están más preocupados en mantener privilegios que en hacer Justicia.
«Me gusta fumar en dónde no puedo, si hay un semáforo de noche pasarlo en rojo. Me gusta tirar papeles por la ventanilla del auto, decir boludeces en el programa de radio y pensar si van a venir los del AFSCA a romperme el culo.»