ALGO DULCE. Macri la semana pasada en una fábrica de alfajores en Quilmes. Espera que el blanqueo también lo gratifique. | Presidencia de la Nación
Por Virginia Porcella (*)
A tres semanas de iniciado el segundo semestre, las expectativas sobre la economía argentina empeoran en vez de mejorar: lejos del entusiasmo por una inminente reactivación, el consenso de pronósticos de consultoras y bancos de inversión indican una fuerte caída de la actividad no sólo para el trimestre pasado sino también para el actual. Tal vez el dato más preocupante es que tampoco se prevé crecimiento para la última parte del año, con lo cual no habría rebote hasta enero próximo.
En la misma línea aunque bastante más pesimistas que los cálculos del propio Banco Central, donde se estima que entre abril y junio la economía se contrajo 0,9%, para los privados el PBI habría registrado una caída de 2,7% en ese trimestre y lo volverá a hacer otro 2% en los próximos meses, en el peor trimestre desde 2014.
En otras palabras, la recuperación económica no sólo no se insinuaría entre julio y septiembre, sino que ni siquiera se encontraría un freno a la recesión.
Esa es la proyección promedio de unas treinta entidades locales e internacionales que surge del último reporte de LatinConsensus Forecast –uno de los indicadores de referencia que suelen seguir de cerca los funcionarios del equipo económico. Hace apenas tres meses, ese mismo informe reflejaba una expectativa mucho más optimista, según la cual la recesión terminaba en junio y hacia octubre se retomaba una senda de crecimiento con un repunte de 2,2% en el último trimestre del año. Pero ahora nadie cree que esas estimaciones pueden cumplirse y su revisión indica que finalmente no será a lo largo del segundo semestre cuando se registre el punto de inflexión a partir del cual se recuperaría la actividad. Para ese período se prevé ahora crecimiento nulo. Recién en el primer trimestre de 2017 se registraría un ligera reacción con un avance de 0,7%.
Así, en términos anuales, la caída esperada para este año es de 1%, dato que comparten otros organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial, además del propio Ministerio de Hacienda y Finanzas. En este contexto, dos variables clave según LatinConsensus serán: mantendrán su performance negativa en términos interanuales el consumo y la producción industrial. En el caso del consumo, la contracción prevista es de 1,8% mientras que la industria retrocederá 1,2%. En contrapartida, el alivio empezaría a llegar por el aumento de las exportaciones, que ya registraron un incremento en mayo de 2,7% gracias al agro y para las que se espera una suba anual de 3,5% en 2016 para motorizar la reactivación en 2017 con un salto de 8,4%.
Efecto blanqueo. En el estudio también se señalan otros factores que contribuirían a mejorar las perspectivas de cara al año próximo como “la apuesta de Macri a estimular la demanda interna” con el tope al aumento de tarifas y las mejoras en las jubilaciones. Más aún –dice la economista Diana Mancellari, autora del reporte– “a pesar de contar con una minoría en el Congreso, se logró aprobar una amnistía impositiva con el objetivo de incrementar los recursos fiscales”. En este sentido, tanto la expectativa oficial como del mercado es que el blanqueo duplique el piso de los US$ 20 mil millones pronosticado por el Presidente.
De cumplirse este objetivo, podría producirse un “efecto derrame” en determinados sectores de la economía, como el inmobiliario y también el automotriz. “Una vez que blanquearon, muchos que no gastaban la plata para que no hiciera ruido con su declaración, ahora pueden decidirse a comprar autos o departamentos” dice el abogado Marcelo Etchebarne.
Inminente reglamentación
La expectativa en el mercado financiero y los bancos está puesta en la próxima semana para que tanto la Administración Federal de Ingresos Públicos, la Unidad de Información Financiera y el BCRA publiquen las normas necesarias para la implementación del blanqueo, cuya ley fue promulgada el viernes. La forma en que se definan esas cuestiones (en especial las garantías de invulnerabilidad de los datos de los adherentes, y lo referido a la responsabilidad de los bancos sobre el origen de los fondos) pueden definir en buena medida el éxito del plan de exteriorización, el arma de recaudación y estímulo a las inversiones con la que el Gobierno de Cambiemos espera impulsar una mejora de la economía sobre el cierre de este año. La promulgación de la norma sí dejó una fecha importante para los estudios contables: estableció el momento de la “foto” de bienes que la AFIP tomará en cuenta a la hora de aceptar o no a los que intenten entrar al blanqueo.
(*) Publicado en la edición impresa del Diario PERFIL.
Por Virginia Porcella (*)
A tres semanas de iniciado el segundo semestre, las expectativas sobre la economía argentina empeoran en vez de mejorar: lejos del entusiasmo por una inminente reactivación, el consenso de pronósticos de consultoras y bancos de inversión indican una fuerte caída de la actividad no sólo para el trimestre pasado sino también para el actual. Tal vez el dato más preocupante es que tampoco se prevé crecimiento para la última parte del año, con lo cual no habría rebote hasta enero próximo.
En la misma línea aunque bastante más pesimistas que los cálculos del propio Banco Central, donde se estima que entre abril y junio la economía se contrajo 0,9%, para los privados el PBI habría registrado una caída de 2,7% en ese trimestre y lo volverá a hacer otro 2% en los próximos meses, en el peor trimestre desde 2014.
En otras palabras, la recuperación económica no sólo no se insinuaría entre julio y septiembre, sino que ni siquiera se encontraría un freno a la recesión.
Esa es la proyección promedio de unas treinta entidades locales e internacionales que surge del último reporte de LatinConsensus Forecast –uno de los indicadores de referencia que suelen seguir de cerca los funcionarios del equipo económico. Hace apenas tres meses, ese mismo informe reflejaba una expectativa mucho más optimista, según la cual la recesión terminaba en junio y hacia octubre se retomaba una senda de crecimiento con un repunte de 2,2% en el último trimestre del año. Pero ahora nadie cree que esas estimaciones pueden cumplirse y su revisión indica que finalmente no será a lo largo del segundo semestre cuando se registre el punto de inflexión a partir del cual se recuperaría la actividad. Para ese período se prevé ahora crecimiento nulo. Recién en el primer trimestre de 2017 se registraría un ligera reacción con un avance de 0,7%.
Así, en términos anuales, la caída esperada para este año es de 1%, dato que comparten otros organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial, además del propio Ministerio de Hacienda y Finanzas. En este contexto, dos variables clave según LatinConsensus serán: mantendrán su performance negativa en términos interanuales el consumo y la producción industrial. En el caso del consumo, la contracción prevista es de 1,8% mientras que la industria retrocederá 1,2%. En contrapartida, el alivio empezaría a llegar por el aumento de las exportaciones, que ya registraron un incremento en mayo de 2,7% gracias al agro y para las que se espera una suba anual de 3,5% en 2016 para motorizar la reactivación en 2017 con un salto de 8,4%.
Efecto blanqueo. En el estudio también se señalan otros factores que contribuirían a mejorar las perspectivas de cara al año próximo como “la apuesta de Macri a estimular la demanda interna” con el tope al aumento de tarifas y las mejoras en las jubilaciones. Más aún –dice la economista Diana Mancellari, autora del reporte– “a pesar de contar con una minoría en el Congreso, se logró aprobar una amnistía impositiva con el objetivo de incrementar los recursos fiscales”. En este sentido, tanto la expectativa oficial como del mercado es que el blanqueo duplique el piso de los US$ 20 mil millones pronosticado por el Presidente.
De cumplirse este objetivo, podría producirse un “efecto derrame” en determinados sectores de la economía, como el inmobiliario y también el automotriz. “Una vez que blanquearon, muchos que no gastaban la plata para que no hiciera ruido con su declaración, ahora pueden decidirse a comprar autos o departamentos” dice el abogado Marcelo Etchebarne.
Inminente reglamentación
La expectativa en el mercado financiero y los bancos está puesta en la próxima semana para que tanto la Administración Federal de Ingresos Públicos, la Unidad de Información Financiera y el BCRA publiquen las normas necesarias para la implementación del blanqueo, cuya ley fue promulgada el viernes. La forma en que se definan esas cuestiones (en especial las garantías de invulnerabilidad de los datos de los adherentes, y lo referido a la responsabilidad de los bancos sobre el origen de los fondos) pueden definir en buena medida el éxito del plan de exteriorización, el arma de recaudación y estímulo a las inversiones con la que el Gobierno de Cambiemos espera impulsar una mejora de la economía sobre el cierre de este año. La promulgación de la norma sí dejó una fecha importante para los estudios contables: estableció el momento de la “foto” de bienes que la AFIP tomará en cuenta a la hora de aceptar o no a los que intenten entrar al blanqueo.
(*) Publicado en la edición impresa del Diario PERFIL.