“Yo soy un intelectual que viene de rock y la marihuana. Y él es un ingeniero ligado a la empresa y al deporte”, dice Alejandro Rozitchner. Profesión: filósofo. Ocupación: asesor del Presidente, con despacho en la propia Casa Rosada, a la que ingresó por primera vez en su vida el 10 de diciembre, cuando asumió la actual gestión. Rozitchner es un filósofo positivista, al que -admite- muchos sectores de la intelectualidad buscan dejar “como un boludo” por sus talleres de optimismo. Desde hace años, colabora en los discursos de Mauricio Macri y desafía: “Es un rasgo valioso que digan que el discurso presidencial es vacío”. Define a Macri como un “transgresor” y asegura que los cambios que están en marcha son tan grandes que necesitará ir por la reelección en 2019.
¿Cuál es su función?
-Mi cargo es ser asesor del presidente. Formo parte del equipo de discurso. Soy una especie de interlocutor del pensamiento, de temas de fondo. Los filósofos tenemos problemas para el trato directo con la realidad, pero uno puede curarse. Y si te curás todo eso que estudiaste te enriquece. Pero también podés terminar mal, como yo creo que terminan muchos intelectuales acá: aislados, creyendo que el mundo es una chanchada.
-Hablando de intelectuales, ¿No cree que la gente de Carta Abierta pensaría todo lo contrario a lo que usted dice?
-Creo que queda claro que ellos se mantuvieron apartados de la realidad, ¿no? Por el tono de sus discursos y por la distancia que tenían con los problemas reales del país.
-A propósito, ¿Macri necesita un grupo como Carta Abierta?
-No, para nada. No creo que un gobierno tenga que tener un grupo de intelectuales que defienda sus posiciones.
-Una intelectual notoria, Beatriz Sarlo, criticó duramente a Macri y su forma de gobernar y de hacer política. ¿Qué opina?
-Sarlo es un buen ejemplo de una intelectualidad muy lejana a la realidad, muy ignorante respecto de qué es la producción, la política. Habla desde muy lejos de toda la realidad. La verdad, me da lástima que una persona que se supone tiene una trayectoria académica no pueda darse cuenta de que está diciendo cosas que prueban una gran ignorancia.
-¿Macri tiene un relato? ¿Lo necesita? ¿Lo va a tener?
-Creo que eso proviene del hecho de que el llamado progresismo, que en realidad es un movimiento conservador y reaccionario, se cree que las cosas suceden en el nivel de las palabras. Si vos decís cosas correctas dentro de ese ambiente después podés hacer barbaridades.
-¿Es su descripción de los 12 años de kirchnerismo?
Sí, del kirchnerismo y de los intelectuales que sostienen ese discurso. Que es lo contrario a lo que busca este Gobierno. Nosotros creemos que las cosas suceden en la realidad. No se trata de algo que vos decís: se trata de algo que vos hacés. No hay que armar una ficción ni un relato. Este es un gobierno muy respetuoso que hace las cosas que cree que hay que hacer. Hace un montón de cosas a velocidad de un rayo, parece Batman, pero no pretende que le rindan pleitesías, no quiere tener a la gente vivándola.
-¿Cada cuánto lo ve al Presidente?
-Cada 15 días. Hablamos de lo que salga en el momento. Yo soy un intelectual ligado al rock, a la marihuana. El es un ingeniero ligado a la empresa y al deporte. Somos mundos distintos pero nos llevamos muy bien. Macri tiene una cualidad que es la sencillez y es capaz de trabajar, entender los temas, ser activo, delegar, armar buenos equipos.
-En el tema equipos, habrá escuchado las críticas a que fue un error no armar un gabinete con un ministro de economía fuerte.
-Lo charlamos. Me parece que esa idea del superministro de economía es de un país que queremos superar. El círculo rojo cree que el país funciona si hay un caudillo y que la economía se maneja con un rebenque. Acá el único líder económico es el Presidente.
-¿Forma parte de un Gobierno conservador, o neoliberal que gobierna para los ricos?
-Me causa mucha gracia porque es exactamente lo contrario. No somos conservadores sino transgresores, en el sentido de que se respeta al ciudadano, a la persona, que no sea todo una masa. Nosotros vemos gente con una vida, hombres, mujeres, jóvenes, mayores, ancianos, nenes, nenas, que tiene problemas, que quieren vivir, hacer su vida. Y la misión del Gobierno es trabajar para solucionarles los problemas. Es un proceso largo. Me da la impresión que la profundidad del cambio es tan contundente que va a dar para ocho años. Nos acusan los que hablaban de pobres y no hicieron nada para resolver la pobreza. Este es un gobierno que, para sorpresa de muchos, pero no para mí, gobierna para los pobres, para que dejen de ser pobres.
-¿Qué balance hace de lo que se hizo hasta hoy?
-Veo que desde afuera da la impresión de que el Gobierno está muy apretado, pasándola mal, padeciendo la situación, pero desde adentro se ve un gran entusiasmo. Yo veo en Mauricio a una persona que está disfrutando, como que por fin logró lo que quería. Disfruta de lo que hace.
-¿Usted dice que Macri la está pasando bien?
-Hay plena conciencia de las dificultades, de que hay mucha gente que la está pasando mal y de que eso no tiene que ver con lo que pasó en estos ocho meses. Es cierto que se tomaron medidas duras, pero el Gobierno tiene la mirada puesta en los que más lo necesitan. Somos un gobierno bienintencionado.
-El tema del desempleo lo retomó Papa Francisco.
-Yo creo que el Papa no es tan relevante políticamente. Uno podría preguntarse ¿Por qué el Papa no lo decía antes cuando había un gobierno muy ineficaz y corrupto? Bueno, él sabrá por qué.
-Esta semana le preguntaron a Macri sobre el aborto y dijo estar a favor de la vida. Se anuló cualquier posibilidad de debate parlamentario?
-La línea del Gobierno es que se estimula o se permite que cada legislador vote en línea con su propia conciencia. Supongo que el debate va a llegar al Congreso, de hecho ya está vibrando en el aire el tema. Mi posición personal es que el aborto no es un derecho de la mujer, es una desgracia, pero que tiene que ser legalizado.
-¿No tiene la impresión de que una parte importante de la sociedad, y de las empresas, le tienen miedo al mercado, a la competencia?
-No generalizaría. Hay cierto nivel de la sociedad que es crítica al capitalismo, a mi gusto en un modo un poco ignorante. Las solemos pensar estas cosas como si el país fuera el circulo rojo. Yo no sé si la mayoría de los argentinos tiene esos problemas. Hay otra Argentina con gente de esta época que tiene otros valores, visiones, ganas … y yo estoy convencido de que la Argentina clásica del fracaso se debilita día a día.
-En ese contexto hay que mirar al Macri que baila en público?
El sabe que hace el ridículo, le gusta jugar con eso, no le importa nada. Me parece bien que un líder haga eso, no corre ese riesgo. Es auténticamente así. Si un presidente como Macri baila, no me molesta. Si un psicópata corrupto lo hace sí me preocuparía, porque parece que me toma el pelo.
-¿Habla de alguien en especial?
-No. ¡Se me ocurrió al pasar!
¿Cuál es su función?
-Mi cargo es ser asesor del presidente. Formo parte del equipo de discurso. Soy una especie de interlocutor del pensamiento, de temas de fondo. Los filósofos tenemos problemas para el trato directo con la realidad, pero uno puede curarse. Y si te curás todo eso que estudiaste te enriquece. Pero también podés terminar mal, como yo creo que terminan muchos intelectuales acá: aislados, creyendo que el mundo es una chanchada.
-Hablando de intelectuales, ¿No cree que la gente de Carta Abierta pensaría todo lo contrario a lo que usted dice?
-Creo que queda claro que ellos se mantuvieron apartados de la realidad, ¿no? Por el tono de sus discursos y por la distancia que tenían con los problemas reales del país.
-A propósito, ¿Macri necesita un grupo como Carta Abierta?
-No, para nada. No creo que un gobierno tenga que tener un grupo de intelectuales que defienda sus posiciones.
-Una intelectual notoria, Beatriz Sarlo, criticó duramente a Macri y su forma de gobernar y de hacer política. ¿Qué opina?
-Sarlo es un buen ejemplo de una intelectualidad muy lejana a la realidad, muy ignorante respecto de qué es la producción, la política. Habla desde muy lejos de toda la realidad. La verdad, me da lástima que una persona que se supone tiene una trayectoria académica no pueda darse cuenta de que está diciendo cosas que prueban una gran ignorancia.
-¿Macri tiene un relato? ¿Lo necesita? ¿Lo va a tener?
-Creo que eso proviene del hecho de que el llamado progresismo, que en realidad es un movimiento conservador y reaccionario, se cree que las cosas suceden en el nivel de las palabras. Si vos decís cosas correctas dentro de ese ambiente después podés hacer barbaridades.
-¿Es su descripción de los 12 años de kirchnerismo?
Sí, del kirchnerismo y de los intelectuales que sostienen ese discurso. Que es lo contrario a lo que busca este Gobierno. Nosotros creemos que las cosas suceden en la realidad. No se trata de algo que vos decís: se trata de algo que vos hacés. No hay que armar una ficción ni un relato. Este es un gobierno muy respetuoso que hace las cosas que cree que hay que hacer. Hace un montón de cosas a velocidad de un rayo, parece Batman, pero no pretende que le rindan pleitesías, no quiere tener a la gente vivándola.
-¿Cada cuánto lo ve al Presidente?
-Cada 15 días. Hablamos de lo que salga en el momento. Yo soy un intelectual ligado al rock, a la marihuana. El es un ingeniero ligado a la empresa y al deporte. Somos mundos distintos pero nos llevamos muy bien. Macri tiene una cualidad que es la sencillez y es capaz de trabajar, entender los temas, ser activo, delegar, armar buenos equipos.
-En el tema equipos, habrá escuchado las críticas a que fue un error no armar un gabinete con un ministro de economía fuerte.
-Lo charlamos. Me parece que esa idea del superministro de economía es de un país que queremos superar. El círculo rojo cree que el país funciona si hay un caudillo y que la economía se maneja con un rebenque. Acá el único líder económico es el Presidente.
-¿Forma parte de un Gobierno conservador, o neoliberal que gobierna para los ricos?
-Me causa mucha gracia porque es exactamente lo contrario. No somos conservadores sino transgresores, en el sentido de que se respeta al ciudadano, a la persona, que no sea todo una masa. Nosotros vemos gente con una vida, hombres, mujeres, jóvenes, mayores, ancianos, nenes, nenas, que tiene problemas, que quieren vivir, hacer su vida. Y la misión del Gobierno es trabajar para solucionarles los problemas. Es un proceso largo. Me da la impresión que la profundidad del cambio es tan contundente que va a dar para ocho años. Nos acusan los que hablaban de pobres y no hicieron nada para resolver la pobreza. Este es un gobierno que, para sorpresa de muchos, pero no para mí, gobierna para los pobres, para que dejen de ser pobres.
-¿Qué balance hace de lo que se hizo hasta hoy?
-Veo que desde afuera da la impresión de que el Gobierno está muy apretado, pasándola mal, padeciendo la situación, pero desde adentro se ve un gran entusiasmo. Yo veo en Mauricio a una persona que está disfrutando, como que por fin logró lo que quería. Disfruta de lo que hace.
-¿Usted dice que Macri la está pasando bien?
-Hay plena conciencia de las dificultades, de que hay mucha gente que la está pasando mal y de que eso no tiene que ver con lo que pasó en estos ocho meses. Es cierto que se tomaron medidas duras, pero el Gobierno tiene la mirada puesta en los que más lo necesitan. Somos un gobierno bienintencionado.
-El tema del desempleo lo retomó Papa Francisco.
-Yo creo que el Papa no es tan relevante políticamente. Uno podría preguntarse ¿Por qué el Papa no lo decía antes cuando había un gobierno muy ineficaz y corrupto? Bueno, él sabrá por qué.
-Esta semana le preguntaron a Macri sobre el aborto y dijo estar a favor de la vida. Se anuló cualquier posibilidad de debate parlamentario?
-La línea del Gobierno es que se estimula o se permite que cada legislador vote en línea con su propia conciencia. Supongo que el debate va a llegar al Congreso, de hecho ya está vibrando en el aire el tema. Mi posición personal es que el aborto no es un derecho de la mujer, es una desgracia, pero que tiene que ser legalizado.
-¿No tiene la impresión de que una parte importante de la sociedad, y de las empresas, le tienen miedo al mercado, a la competencia?
-No generalizaría. Hay cierto nivel de la sociedad que es crítica al capitalismo, a mi gusto en un modo un poco ignorante. Las solemos pensar estas cosas como si el país fuera el circulo rojo. Yo no sé si la mayoría de los argentinos tiene esos problemas. Hay otra Argentina con gente de esta época que tiene otros valores, visiones, ganas … y yo estoy convencido de que la Argentina clásica del fracaso se debilita día a día.
-En ese contexto hay que mirar al Macri que baila en público?
El sabe que hace el ridículo, le gusta jugar con eso, no le importa nada. Me parece bien que un líder haga eso, no corre ese riesgo. Es auténticamente así. Si un presidente como Macri baila, no me molesta. Si un psicópata corrupto lo hace sí me preocuparía, porque parece que me toma el pelo.
-¿Habla de alguien en especial?
-No. ¡Se me ocurrió al pasar!