Lo que le faltaba a Mauricio Macri: Sergio Massa será candidato

Sergio Massa y Mauricio Macri juntos, durante una audiencia en la Casa Rosada (Presidencia)
Mauricio Macri llegó a China en su mejor momento; el de China -anfitrión del G20-, claro está… Los Presidentes siempre relatan que cada contacto con el mundo exterior es gratificante y repleto de buenas noticias, todo lo contrario a lo que sucede en su propio país. Y Macri no es la excepción.
El Gobierno ha pasado una de las peores -sino la peor- semana de su gestión. La multitudinaria Marcha Federal, cuya asistencia sorprendió a todo el mundo, ha sido el epílogo de un proceso nuevo y diferente en el escenario político, que rompe el eje Macri-Cristina Kirchner de los últimos meses: apareció la oposición no K, con sus consecuencias concretas. Complementando el acuerdo con Margarita Stolbizer, Sergio Massa le confirmó ayer sábado a Infobae que analiza presentarse a las elecciones legislativas del año que viene con su Frente Renovador para «derrotar al macrismo y al kirchnerismo al mismo tiempo» en la provincia de Buenos Aires.
¿Casualidad o causalidad? ¿Cuál fue el detonante para que esa franja del medio que no es macrista ni kirchnerista haya decidido salir del letargo y comenzar a presentarse formalmente como oposición? Muchos son los motivos y las señales: el fallo de la Corte sobre el gas; la inacción del Gobierno en diversos temas; la pelea del equipo económico; las malas noticias que sigue dando la economía, etc.. Pero lo que causó un fuerte impacto en el ánimo de los protagonistas de la política local son las encuestas -todas- que están marcando una caída sostenida de la imagen del Presidente y su Gobierno.
Imagen aérea de la Marcha Federal que movilizó a miles de personas a Plaza de Mayo (DyN)
Para entender la gravedad del cuadro hay más: según un trabajo de Managment and Fit, Juan José Aranguren tiene peor diferencial de imagen negativa que Cristina Kirchner. Bingo. Como si fuera un guión no escrito por nadie, la semana fue prolífica en situaciones poco gratificantes para la Casa Rosada.
–La fue mucho más importante de lo que se pensaba. Nadie imaginaba la convocatoria que tuvo: 200.000 personas. Es verdad que muchos de los que fueron pertenecen a organizaciones políticas y sociales, pero no menos cierto es que hubo espontáneos. Y que hace una semana, el kirchnerismo no pudo ni reunir ni al 1% de la gente que fue el viernes en la misma plaza. La movilización de la CTA pertenece más a un «pankirchnerismo» que a otra cosa. Y en la interna del poder gremial la imagen no pudo haber sido peor para el triunvirato de la CGT que tomaba café a la misma ahora en la Casa Rosada. El único que se habría dado cuenta del papelón fue Pablo Moyano, quien -dicen- prefirió estar en la plaza en lugar de quedarse «tomando café adentro, hablando de fútbol». La marcha es negativa para el Gobierno en dos aspectos: 1) fue una movilización masiva con consignas duras contra las políticas oficiales; 2) la multitud que asistió no responde necesariamente a Cristina Kirchner ni a la CGT colaboracionista del Gobierno. La calle fue tomada por opositores no K (por más que hubo asistentes kirchneristas).
–La foto Stolbizer-Massa fue un golpe de nocaut para los responsables de la política en PRO. Sobre todo, la frase que utilizó la dirigente de Morón para explicar su flamante acuerdo: «Esto no es un pase casual. Vengo convencida de que este es el lugar donde tengo que estar hoy». Un día antes el Presidente la había recibido en Olivos… Ha habido todo tipo de especulaciones al respecto de ese encuentro: que a la diputada se le ofrecería sumarse al gobierno; que María Eugenia Vidal había sido la arquitecta del acercamiento; que habría un nuevo lugar en la Corte para una mujer, etc. Nada de eso. La verdad a veces es tan simple, que asusta: Macri recibió a Stolbizer a pedido de un periodista amigo de ambos, para difundir el libro contra la corrupción K.
El abrazo de Sergio Massa y Margarita Stolbizer en la convención de FR-UNA (Adrián Escandar)
–La jugada de Stolbizer le cayó del cielo a Massa. Su estrategia de no volver al peronismo para hacerle la revolución a Cristina desde adentro está funcionando. Massa está convencido de que al peronismo no hay que buscarlo, sino que vendrá solo, conducido por la realidad. Que para enfrentar seriamente al macrismo no alcanza con el peronismo tradicional y que hay que presentar una oferta electoral mucho más amplia. Stolbizer es la figura ideal para lograr ese objetivo.
–Con Stolbizer en la formación titular, Massa decidió en las últimas horas redoblar la apuesta. Al revés de todo lo que se creía, ha resuelto presentarse en las elecciones del año que viene, si la ex Presidente se presenta. ¿A senador o a diputado? «A lo que se presente Cristina: si va de Senadora, a Senador. Si va de diputada, a diputado», le explicaba el propio Massa a este periodista ayer sábado. Si la ex jefa de Estado no forma parte de las elecciones 2017, consecuencia de la complicación de su frente judicial dado el amontonamiento de causas elevadas a juicio oral para el otoño que viene, Massa dejará la posta en manos de Stolbizer y su mujer, Malena Galmarini (de Massa), irá a Diputados.
–¿Qué pasó para que Massa, que hasta hace una semana tenía decidido no presentarse, ahora piensa lo contrario? La conclusión es que hay disputarle al macrismo el título de verdugo del kirchnerismo. «Ya le ganamos una vez», por el 2013 dice Massa, y «frenamos la reelección cuando muchos se escondieron y nos dejaron solos». La preocupación del Frente Renovador es cómo romper el eje Macri vs Cristina. La jugada es ocupar los dos roles de esa dialéctica, buscando derrotar a ambos al mismo tiempo en territorio bonaerense.
Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados y hombre clave para el gobierno de Cambiemos
–Las consecuencias del despertar de la oposición son inciertas en lo inmediato. Se verá en el Congreso: los dos motivos de negociaciones de la Casa Rosada con el massismo y el peronismo light son por el Presupuesto 2017 y el paquete laboral. En el primer caso, Massa y Miguel Ángel Pichetto le pusieron precio al apoyo parlamentario: el Gobierno deberá agregar en el presupuesto una cláusula que les permita a las provincias endeudarse sin necesidad de contar con autorización del Ministerio de Economía nacional. La solicitud no es inocente ni menor. Además de significar música para los oídos de todos los gobernadores, para el gobierno representa la pérdida de una de las herramientas para disciplinar caciques locales díscolos. Desde el punto de vista económico generará un descontrol de emisión de deuda pública provincial en un año electoral. Dicen que a Federico Sturzenegger no lo se lo han contado todavía para no ponerlo más nervioso. El paquete laboral, sobre todo el proyecto de Primer Empleo, ha generado un fuerte enojo del poderoso Mario Quintana. El vicejefe de Gabinete no quiere el proyecto aprobado sea el de Massa, sino el del oficialismo y con agregados renovadores. Esto lo discutieron macristas y massistas hace una semana, en un encuentro en Tigre. Todavía no hay definición.
—Macri ha gobernado hasta ahora con mayoría parlamentaria prestada. Y como todo tiene que ver con todo, la alerta del viernes de Emilio Monzó -«Si seguimos así, en vez de timbreo vamos a hacer ring raje», dijo- no fue casual. El tercer nombre en la línea de sucesión está formalmente distanciado del Jefe de Gabinete (Marcos Peña) y del Secretario General de la Presidencia (Fernando De Andreis). O sea, del Presidente. Síntesis de una tormenta perfecta: los bloques que colaboraron con quórum y votos, e incluso el operador político de esa estrategia, Monzó, están avisando que la primavera viene con cambios. En el Frente Renovador disfrutan de la situación, agregando que ya le ofrecieron a Monzó abandonar PRO. Un oído de Macri está zumbando en China.
Sergio Massa, Miguel Pichetto y Oscar Romero, tres referentes parlamentario opositores con los que el macrismo debe negociar
–Mientras tanto, en Cambiemos las internas son la moneda corriente por estas horas. La de Prat-Gay vs. Sturzenegger es una de tantas. Y esa lógica de disputa permanente interna -tan habitualmente peronista- está comenzando a complicar la gestión. No por nada las encuestas que maneja la oposición -y también el macrismo en la máxima reserva- muestran una caída de la imagen del Presidente. Fuera del debate superfluo sobre si la gestión de gobierno está por debajo o por encima del 50%, hasta los encuestadores preferidos de la Casa Rosada reconocen la merma y confirman que entre los tres principales líderes políticos del país -Vidal, Massa y Stolbizer-, dos pertenecen a la oposición.
–El miércoles en la Casa del Chaco tuvo lugar la primera reunión importante del peronismo K. Gobernadores, senadores, intendentes y diputados unidos en común para decir que no quieren ser los «socios del ajuste» del gobierno y que no aguantan más a Cristina Kirchner. Importante la presencia de Pichetto, a esta altura un filomassista. Hasta ahora las posiciones parlamentarias del peronismo anti K en el Senado y en Diputados fueron fruto del desorden interno y de no aparecer como un palo en la rueda de la Casa Rosada. Pero la famosa luna de miel parlamentaria comenzaría a resquebrajarse: Pichetto ya les prometió a los sindicalistas que ningún tema vinculado mundo gremial será tratado sin una previa consulta a la CGT. El peronismo no K, como puede, va buscando su lugar en el mundo. Tiene algo claro: ni Macri ni Cristina.
Los «trapos» de PRO los sostienen en este momento Vidal y Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad (del jefe de Gobierno se habla menos, pero sus niveles de aceptación personal y de gestión local se mantienen altos).
La gran pregunta que no se hace la Casa Rosada es ahora más pertinente que nunca: ¿Por qué si Vidal y Larreta mantienen prácticamente el mismo apoyo popular con el que ganaron, el Presidente y su gabinete están en una dinámica contraria? La gobernación platense y el flamante edificio de la Ciudad en Parque Patricios no quedan tan lejos como para no poder preguntarles. ¿De esto habrán conversado hace una semana Vidal, Larreta y Peña en un restaurante de San Telmo?

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