WASHINGTON (De nuestra corresponsal).- «No se ilusionen. La caída en el precio de las commodities es bastante permanente. Eso no va a cambiar.» Sobre ese pronóstico es que el Banco Mundial (BM) aconsejó a las economías de la región que busquen qué otra cosa vender al exterior, porque el dinero fácil derivado de los buenos tiempos con precios altos para sus bienes básicos se ha terminado y no hay indicio de que vaya a volver.
En el caso de la Argentina, por ejemplo, recomendó, entre otras cosas, hacer más «películas para Hollywood». Porque ésa es -dijo- «una actividad en la que se destacan y el comienzo de una industria que puede crecer».
La propuesta vino de parte del economista jefe de la entidad, Augusto de la Torre. Con una sonrisa, en medio de gráficos y cuadros estadísticos, puede que el tecnócrata se haya sorprendido de su propia sugerencia: «Por qué no, ¡claro que puede crecer!», añadió, fascinado por el talento argentino en esas lides.
Convencido de la necesidad de una reconversión productiva, De la Torre desalentó incluso a quienes se entusiasman con un retorno a los precios altos de las materias primas. «Ese es el típico pensamiento de los políticos, que prefieren que el mundo los ayude antes que poner ellos en marcha los ajustes que sean necesarios», ironizó.
Para el experto regional del organismo, no hay vuelta atrás. El precio del petróleo seguirá bajo -para perjuicio de Ecuador y de Venezuela, sobre todo- y también los de los bienes básicos en general, ya sea minerales o alimenticios, para el resto de la región, incluida la Argentina, que durante los años del kirchnerismo se benefició por los astronómicos precios de la soja. Un fenómeno que, según la visión del BM, ya quedó atrás.
La sugerencia es reconvertirse y producir bienes y servicios que puedan ser transables fronteras afuera. «Los empresarios tendrán que rebuscárselas», dijo De la Torre. En ese sentido, tuvo palabras de aliento para la Argentina, a la que ve con «una potencia extraordinaria para regenerar una capacidad exportadora que estaba latente».
Desde su perspectiva, en el país existe «una interesante interacción entre capital humano mejor educado y tecnología». Una interacción que redundó, por ejemplo, en la «producción de audiovisuales para Hollywood». Ya se ha convertido en un sitio conocido para esa industria que «bien puede crecer», señaló. También aplaudió la tecnología aplicada a la producción de soja.
En el caso de la Argentina, por ejemplo, recomendó, entre otras cosas, hacer más «películas para Hollywood». Porque ésa es -dijo- «una actividad en la que se destacan y el comienzo de una industria que puede crecer».
La propuesta vino de parte del economista jefe de la entidad, Augusto de la Torre. Con una sonrisa, en medio de gráficos y cuadros estadísticos, puede que el tecnócrata se haya sorprendido de su propia sugerencia: «Por qué no, ¡claro que puede crecer!», añadió, fascinado por el talento argentino en esas lides.
Convencido de la necesidad de una reconversión productiva, De la Torre desalentó incluso a quienes se entusiasman con un retorno a los precios altos de las materias primas. «Ese es el típico pensamiento de los políticos, que prefieren que el mundo los ayude antes que poner ellos en marcha los ajustes que sean necesarios», ironizó.
Para el experto regional del organismo, no hay vuelta atrás. El precio del petróleo seguirá bajo -para perjuicio de Ecuador y de Venezuela, sobre todo- y también los de los bienes básicos en general, ya sea minerales o alimenticios, para el resto de la región, incluida la Argentina, que durante los años del kirchnerismo se benefició por los astronómicos precios de la soja. Un fenómeno que, según la visión del BM, ya quedó atrás.
La sugerencia es reconvertirse y producir bienes y servicios que puedan ser transables fronteras afuera. «Los empresarios tendrán que rebuscárselas», dijo De la Torre. En ese sentido, tuvo palabras de aliento para la Argentina, a la que ve con «una potencia extraordinaria para regenerar una capacidad exportadora que estaba latente».
Desde su perspectiva, en el país existe «una interesante interacción entre capital humano mejor educado y tecnología». Una interacción que redundó, por ejemplo, en la «producción de audiovisuales para Hollywood». Ya se ha convertido en un sitio conocido para esa industria que «bien puede crecer», señaló. También aplaudió la tecnología aplicada a la producción de soja.