“Tengo una mala noticia”, arrancó el histriónico Ian Bremmer. Considerado uno de los analistas del momento, este cientista político educado en Stanford no soslayó un contexto internacional donde los países se cierran, la precarización es la regla y ya casi no se crean empleos. Así, ametralló con multitud de ejemplos sobre la incertidumbre global a un auditorio que ayer por la mañana se preguntaba por dónde se va a recuperar la Argentina.
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Curiosamente, fue Federico Trucco, presidente de Bioceres, una compañía líder en biotecnología, el que pareció encontrar una respuesta. Trucco, que habló de “la virtud del desequilibrio”, considera que las commodities por definición son productos cuyo precio final es igual al costo de producción. Invitó a incorporar conocimiento y a generar valor. Dio una pista: sumar en el cártamo, a través de la transgénesis, enzimas industriales. Y no dudó al considerar al sector de biotecnología como un vector de crecimiento en un país como Argentina que tiene tres premios Nobel y 2.000 científicos en el Conicet que trabajan en el tema. “No somos un mero espectador, somos protagonistas”, alentó.
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Para otros, como Gastón Gorali, uno de los creadores de la película Metegol con Juan José Campanella, hay muchas chances en el mundo de la animación donde corremos con ventaja. Un dato: Cris Morena diseña desde la Argentina los espectáculos del Cirque de Soleil en un negocio que mueve en el mundo US$ 300.000 millones.
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En la misma línea, Clarisa Lifsic, hoy en el ministerio de Comunicaciones, contaba el interés internacional en ese sector. Lo calificó clave para la recuperación. A punto de iniciar un road show en Estados Unidos, anticipó a este diario que viajan con una nutrida delegación de empresas que incluye a grandes y chicas como Nubenomics con su corazón en Jujuy y que con big data analiza la información de usuarios clave para estrategias de comercialización.
Claro que no todas son rosas en ese prometedor sector. Uno de los comentarios aquí es que en la promocionada Tierra del Fuego hay tres millones de celulares en stock.
Pero para otros ejecutivos, la economía del conocimiento no llega a ser una locomotora. “Nada es tan urgente como volver a crecer en un país con 32% de pobreza”, señalaba Ignacio Stegmann, presidente de IDEA. La obra pública, el consumo, el campo y las energías alternativas son los sectores que pueden dar una repuesta a esa urgencia, se coincidió.
En el lobby del Sheraton, donde se desarrolla el Coloquio de IDEA, Alberto Abad, jefe de la AFIP, interpeló a varios empresarios pymes. “Les dimos una ley con un elevado costo fiscal, ¿están invirtiendo?”. Uno de ellos, que pidió reserva del nombre, le dijo que esperaban que se despertara el consumo para animarse. Mala noticia.
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Hay segmentos, sin embargo, que lo empezaron a notar. Javier Goñi, presidente de Alpargatas, aseguró a Clarín que en septiembre no solo se dejó de caer sino que se revirtió la curva, aunque lentamente. Alpargatas suspendió parte de su plantel de 5.000 personas y adelantó vacaciones, pero evitó los despidos. Los ejecutivos de Molinos también manifestaron haber ingresado en una zona más confortable con las ventas, algo que les permite disparar inversiones para renovar marcas. Distinta es la situación de Acindar que trabaja al 70% de capacidad. Su gerente de Legales, Carlos Velasco, afirmó que está ingresando acero chino a precio de dumping.
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Curiosamente, fue Federico Trucco, presidente de Bioceres, una compañía líder en biotecnología, el que pareció encontrar una respuesta. Trucco, que habló de “la virtud del desequilibrio”, considera que las commodities por definición son productos cuyo precio final es igual al costo de producción. Invitó a incorporar conocimiento y a generar valor. Dio una pista: sumar en el cártamo, a través de la transgénesis, enzimas industriales. Y no dudó al considerar al sector de biotecnología como un vector de crecimiento en un país como Argentina que tiene tres premios Nobel y 2.000 científicos en el Conicet que trabajan en el tema. “No somos un mero espectador, somos protagonistas”, alentó.
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Claro que no todas son rosas en ese prometedor sector. Uno de los comentarios aquí es que en la promocionada Tierra del Fuego hay tres millones de celulares en stock.
Pero para otros ejecutivos, la economía del conocimiento no llega a ser una locomotora. “Nada es tan urgente como volver a crecer en un país con 32% de pobreza”, señalaba Ignacio Stegmann, presidente de IDEA. La obra pública, el consumo, el campo y las energías alternativas son los sectores que pueden dar una repuesta a esa urgencia, se coincidió.
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