El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay. Foto: Archivo
Jugado a tratar de asegurar una reactivación en el momento adecuado para aspirar a que sea capitalizable en las elecciones de 2017, el Gobierno tomó deuda del mercado una vez cada seis días en los últimos dos meses y se alzó por esta vía con el equivalente a $ 261.160 millones (unos $ 6,2 millones por día).
La cifra, equivalente a cinco meses de la recaudación por el IVA, contempla las seis emisiones realizadas desde comienzos de septiembre a la fecha en pesos, por un total de $ 178.163 millones, considerando los $ 11.565 millones que atrajo ayer el Boncer 2020, y las dos realizadas hace dos semanas por 5000 millones de euros (convertidos a pesos), en lo que marcó el regreso del país al mercado europeo tras 15 años de abstinencia.
Los datos muestran que la administración Macri profundizó su estrategia de apelar al endeudamiento para cubrir las crecientes necesidades del Tesoro, imposibilitado de cubrir los también crecientes compromisos de gasto que asumió para tratar de mantener la paz social. Cada vez que el Gobierno intentó corregir algún desequilibrio heredado, debió poner en marcha medidas compensatorias para minimizar los efectos sobre los sectores más postergados.
También intenta así tender un puente hasta que cristalicen y comiencen a madurar los anuncios de inversión privada por US$ 35.000 millones, que publicita el Ministerio de Hacienda en su página web para los próximos 3 años.
Las circunstancias que llevaron al Gobierno a ser más gradualista que lo previsto en el ataque al déficit fiscal derivaron en un nuevo festival de deuda. Según datos de la consultora ACM, el Gobierno ya recurrió 19 veces al financiamiento voluntario del mercado luego de haber logrado resolver el conflicto con los holdouts.
El lado bueno y el lado malo
Lo positivo es que, hasta ahora, lo hizo consiguiendo al mismo tiempo alargar plazos y pactar menos intereses. Incluso hasta logró recrear una curva de tasas en pesos a 10 años, algo que, según los analistas, debería ayudar a que se alargue y abarate a su vez la oferta de crédito local a privados de ahora en más.
Las dudas surgen por los costos que pudiera tener esta estrategia, toda vez que el país arrastra un trauma con la deuda pública y por los llamados de atención que eso comienza a provocar en los mercados.
«Lo bueno [de Brasil] es que está tomando medidas concretas en lugar de tapar sus problemas con una orgía de bonos, como los hace su vecino», lanzó anteayer, en obvia referencia a la Argentina, Walter Molano, un analista de BCP Securities con ascendiente sobre Wall Street.
La dinámica que alcanzó el endeudamiento ya genera incluso debate entre los economistas locales. Para Daniel Artana, el Gobierno supo detectar y hacer uso del «espacio que encontró para endeudarse». «Su estrategia de inacción fiscal es entendible desde sus necesidades políticas, pero no es inagotable. Si no aparecen señales de austeridad fiscal en el mediano plazo, aunque es dinero que se consiguió más barato que antes sigue siendo caro a nivel regional. Y tal vez lo peor es que esta combinación de política fiscal laxa con política monetaria dura es que nos va a condenar al atraso cambiario», advierte el economista de FIEL.
Fausto Spotorno, del estudio Ferreres & Asociados, no está inquieto por el nivel de endeudamiento, pero sí por la aceleración que está tomando. «El déficit fiscal tarde o temprano se convierte en un problema financiero. Por ahora, estamos lejos de eso, pero cuanto más gradual sean las correcciones macro, más le costará a la economía recuperar sus potencialidades», dice. Por eso recomienda a las autoridades «no abusar de los atajos, por más benévolos que parezcan circunstancialmente».
El total de nueva deuda emitida en el año ya supera los US$ 40.000 millones, cifra que representa 6,5% del producto bruto interno (PBI). Esto representa un aumento del 55% en la deuda «de mercado» respecto del nivel con que asumió el Gobierno, y aunque ayudó a abarrotar de reservas al BCRA (superaron ayer los US$ 40.600 millones), no hay que perder de vista que se trata de facturas que habrá que pagar en el futuro.
Córdoba colocó bonos por US$ 150 millones
La provincia de Córdoba concretó ayer una emisión de títulos de deuda por US$ 150 millones, cuyo objetivo es financiar la construcción de la red de gasoductos provincial. «Se recibieron ofertas por más de US$ 270 millones, lo que continúa demostrando un gran interés por parte de los inversores en este tipo de instrumentos financieros a largo plazo, que le permitirán a la provincia cumplir con las obras de infraestructura pautadas», dijo Marcos Wentzel, director de Sector Público de Puente, la entidad que actuó como colocadora del bono. Los títulos se pagarán en dólares en un plazo de 10 años, con una tasa fija del 7,125%.
Jugado a tratar de asegurar una reactivación en el momento adecuado para aspirar a que sea capitalizable en las elecciones de 2017, el Gobierno tomó deuda del mercado una vez cada seis días en los últimos dos meses y se alzó por esta vía con el equivalente a $ 261.160 millones (unos $ 6,2 millones por día).
La cifra, equivalente a cinco meses de la recaudación por el IVA, contempla las seis emisiones realizadas desde comienzos de septiembre a la fecha en pesos, por un total de $ 178.163 millones, considerando los $ 11.565 millones que atrajo ayer el Boncer 2020, y las dos realizadas hace dos semanas por 5000 millones de euros (convertidos a pesos), en lo que marcó el regreso del país al mercado europeo tras 15 años de abstinencia.
Los datos muestran que la administración Macri profundizó su estrategia de apelar al endeudamiento para cubrir las crecientes necesidades del Tesoro, imposibilitado de cubrir los también crecientes compromisos de gasto que asumió para tratar de mantener la paz social. Cada vez que el Gobierno intentó corregir algún desequilibrio heredado, debió poner en marcha medidas compensatorias para minimizar los efectos sobre los sectores más postergados.
También intenta así tender un puente hasta que cristalicen y comiencen a madurar los anuncios de inversión privada por US$ 35.000 millones, que publicita el Ministerio de Hacienda en su página web para los próximos 3 años.
Las circunstancias que llevaron al Gobierno a ser más gradualista que lo previsto en el ataque al déficit fiscal derivaron en un nuevo festival de deuda. Según datos de la consultora ACM, el Gobierno ya recurrió 19 veces al financiamiento voluntario del mercado luego de haber logrado resolver el conflicto con los holdouts.
El lado bueno y el lado malo
Lo positivo es que, hasta ahora, lo hizo consiguiendo al mismo tiempo alargar plazos y pactar menos intereses. Incluso hasta logró recrear una curva de tasas en pesos a 10 años, algo que, según los analistas, debería ayudar a que se alargue y abarate a su vez la oferta de crédito local a privados de ahora en más.
Las dudas surgen por los costos que pudiera tener esta estrategia, toda vez que el país arrastra un trauma con la deuda pública y por los llamados de atención que eso comienza a provocar en los mercados.
«Lo bueno [de Brasil] es que está tomando medidas concretas en lugar de tapar sus problemas con una orgía de bonos, como los hace su vecino», lanzó anteayer, en obvia referencia a la Argentina, Walter Molano, un analista de BCP Securities con ascendiente sobre Wall Street.
La dinámica que alcanzó el endeudamiento ya genera incluso debate entre los economistas locales. Para Daniel Artana, el Gobierno supo detectar y hacer uso del «espacio que encontró para endeudarse». «Su estrategia de inacción fiscal es entendible desde sus necesidades políticas, pero no es inagotable. Si no aparecen señales de austeridad fiscal en el mediano plazo, aunque es dinero que se consiguió más barato que antes sigue siendo caro a nivel regional. Y tal vez lo peor es que esta combinación de política fiscal laxa con política monetaria dura es que nos va a condenar al atraso cambiario», advierte el economista de FIEL.
Fausto Spotorno, del estudio Ferreres & Asociados, no está inquieto por el nivel de endeudamiento, pero sí por la aceleración que está tomando. «El déficit fiscal tarde o temprano se convierte en un problema financiero. Por ahora, estamos lejos de eso, pero cuanto más gradual sean las correcciones macro, más le costará a la economía recuperar sus potencialidades», dice. Por eso recomienda a las autoridades «no abusar de los atajos, por más benévolos que parezcan circunstancialmente».
El total de nueva deuda emitida en el año ya supera los US$ 40.000 millones, cifra que representa 6,5% del producto bruto interno (PBI). Esto representa un aumento del 55% en la deuda «de mercado» respecto del nivel con que asumió el Gobierno, y aunque ayudó a abarrotar de reservas al BCRA (superaron ayer los US$ 40.600 millones), no hay que perder de vista que se trata de facturas que habrá que pagar en el futuro.
Córdoba colocó bonos por US$ 150 millones
La provincia de Córdoba concretó ayer una emisión de títulos de deuda por US$ 150 millones, cuyo objetivo es financiar la construcción de la red de gasoductos provincial. «Se recibieron ofertas por más de US$ 270 millones, lo que continúa demostrando un gran interés por parte de los inversores en este tipo de instrumentos financieros a largo plazo, que le permitirán a la provincia cumplir con las obras de infraestructura pautadas», dijo Marcos Wentzel, director de Sector Público de Puente, la entidad que actuó como colocadora del bono. Los títulos se pagarán en dólares en un plazo de 10 años, con una tasa fija del 7,125%.