por NOELIA BARRAL GRIGERA
Macri se reunió con gobernadores, pero no logró destrabar el proyecto
Las esperanzas del oficialismo de poder convertir en ley el proyecto de reforma electoral se van apagando. La iniciativa, que busca implementar tecnología electrónica en las elecciones de medio término de 2017, está aún en discusión en comisiones en el Senado y las pocas sesiones que quedan hasta fin de año ya hacen pensar a los armadores parlamentarios de Cambiemos que el texto no será sancionado.
Así lo admitió ayer una de las principales espadas legislativas del oficialismo, que definió a la iniciativa como «hundida». El Gobierno, de todas formas, la incluirá en el temario de la convocatoria a sesiones extraordinarias en diciembre, como el último intento de empujarla.
El panorama se terminó de ensombrecer el miércoles, cuando el bloque del PJ-Frente para la Victoria en el Senado anunció que consultará a los gobernadores peronistas sobre el tema el próximo jueves. Con esa reunión, la posibilidad de darle dictamen al texto quedó para los últimos días de noviembre y el tratamiento en el recinto, para diciembre. Como además se espera que la Cámara alta modifique varios de los artículos, el proyecto debería volver a Diputados, para ser tratado en comisiones y en el recinto, en las últimas semanas del año.
En ambos casos, el Gobierno depende del peronismo. Y sus acuerdos con los sectores más dialoguistas de esa fuerza comenzaron a flaquear en las últimas semanas. No en vano, la intención del bloque de senadores al recibir a los gobernadores va más allá de la reforma electoral: la propuesta de Miguel Pichetto es analizar junto a los mandatarios provinciales cuál será la postura general del peronismo en el Congreso durante 2017. Si se mantendrán dialoguistas o si endurecerán su posición.
El panorama en Diputados no es más alentador. Para intentar sostener el vínculo con el Frente Renovador de Sergio Massa, el oficialismo incluirá en el llamado a extraordinarias algunos de los proyectos del tigrense y de la líder del GEN, Margarita Stolbizer, sobre seguridad y temas alimentarios. Sin embargo, en el macrismo saben que el diputado será el gran rival a vencer en la provincia de Buenos Aires en 2017 y que por ello los acuerdos podrían no durar mucho tiempo más.
Ese contexto general hace presumir al oficialismo que la reforma terminará naufragando. Ayer, además, la mayoría de los especialistas que expuso ante el plenario de comisiones del Senado por el tema volvió a cuestionar el proyecto. «¿Cuál es la premura de llevar adelante una reforma política que incorpora el aspecto más discutible de todos?», reclamó el académico Marcelo Escolar.
Si el proyecto finalmente se cae, lo hará junto al artículo que establecía la paridad de género para la conformación de las listas legislativas. Para evitar ese escenario, el Senado había dado sanción a una iniciativa independiente de la reforma, proponiendo llevar la participación de mujeres al 50% de la oferta electoral, pero ese texto nunca se movió en Diputados.
Las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia, y Familia no convocaron a discutirlo y ya no tienen tiempo de hacerlo. El domingo vence el plazo reglamentario para firmar dictámenes de comisión.
Macri se reunió con gobernadores, pero no logró destrabar el proyecto
Las esperanzas del oficialismo de poder convertir en ley el proyecto de reforma electoral se van apagando. La iniciativa, que busca implementar tecnología electrónica en las elecciones de medio término de 2017, está aún en discusión en comisiones en el Senado y las pocas sesiones que quedan hasta fin de año ya hacen pensar a los armadores parlamentarios de Cambiemos que el texto no será sancionado.
Así lo admitió ayer una de las principales espadas legislativas del oficialismo, que definió a la iniciativa como «hundida». El Gobierno, de todas formas, la incluirá en el temario de la convocatoria a sesiones extraordinarias en diciembre, como el último intento de empujarla.
El panorama se terminó de ensombrecer el miércoles, cuando el bloque del PJ-Frente para la Victoria en el Senado anunció que consultará a los gobernadores peronistas sobre el tema el próximo jueves. Con esa reunión, la posibilidad de darle dictamen al texto quedó para los últimos días de noviembre y el tratamiento en el recinto, para diciembre. Como además se espera que la Cámara alta modifique varios de los artículos, el proyecto debería volver a Diputados, para ser tratado en comisiones y en el recinto, en las últimas semanas del año.
En ambos casos, el Gobierno depende del peronismo. Y sus acuerdos con los sectores más dialoguistas de esa fuerza comenzaron a flaquear en las últimas semanas. No en vano, la intención del bloque de senadores al recibir a los gobernadores va más allá de la reforma electoral: la propuesta de Miguel Pichetto es analizar junto a los mandatarios provinciales cuál será la postura general del peronismo en el Congreso durante 2017. Si se mantendrán dialoguistas o si endurecerán su posición.
El panorama en Diputados no es más alentador. Para intentar sostener el vínculo con el Frente Renovador de Sergio Massa, el oficialismo incluirá en el llamado a extraordinarias algunos de los proyectos del tigrense y de la líder del GEN, Margarita Stolbizer, sobre seguridad y temas alimentarios. Sin embargo, en el macrismo saben que el diputado será el gran rival a vencer en la provincia de Buenos Aires en 2017 y que por ello los acuerdos podrían no durar mucho tiempo más.
Ese contexto general hace presumir al oficialismo que la reforma terminará naufragando. Ayer, además, la mayoría de los especialistas que expuso ante el plenario de comisiones del Senado por el tema volvió a cuestionar el proyecto. «¿Cuál es la premura de llevar adelante una reforma política que incorpora el aspecto más discutible de todos?», reclamó el académico Marcelo Escolar.
Si el proyecto finalmente se cae, lo hará junto al artículo que establecía la paridad de género para la conformación de las listas legislativas. Para evitar ese escenario, el Senado había dado sanción a una iniciativa independiente de la reforma, proponiendo llevar la participación de mujeres al 50% de la oferta electoral, pero ese texto nunca se movió en Diputados.
Las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia, y Familia no convocaron a discutirlo y ya no tienen tiempo de hacerlo. El domingo vence el plazo reglamentario para firmar dictámenes de comisión.