afirman que cayeron las ventas y se desinflo el consumo
Ambos sectores vienen de un año malo. Ahora aguardan que inicie la reactivación
La actividad de la industria y el comercio no presenta buenas perspectivas para este año en la provincia de Buenos Aires, pese a que los especialistas aguardan que vuelva a crecer la economía tras un lustro de estancamiento, al 3,5% anual. La duda de estos sectores es si la recuperación macroeconómica tendrá un impacto efectivo, que sería clave porque ambas actividades acumulan el 40% del Producto Bruto Geográfico bonaerense.
Según pudo saber EL DIA, los números que manejan las cámaras empresarias del comercio y la industria son coincidentes al reflejar la situación económica bonaerense: la retracción de la actividad perjudica a las ventas y desinfla el consumo, lo que agudiza la depresión del mercado. Los efectos negativos se verifican especialmente en el Conurbano. Pero tampoco pasan inadvertidos en otras regiones de la Provincia.
Así lo advirtió Fabián Tarrío, quien se desempeña como secretario de Hacienda de la CAME y estuvo a cargo del estudio sobre las ventas minoristas que la entidad desplegó en enero pasado en distintos puntos del país. El trabajo estimó que la actividad del comercio cayó –mayorista y minorista- 2,5% comparada con el mismo mes de 2016. El especialista precisó que los porcentajes negativos son más elevados en los municipios del Gran Buenos Aires.
“La actividad no es la deseada, más allá de que en las Fiestas de fin del año pasado levantó un poco. Con las cuotas, la gente se volcó hacia algunos bienes durables. Mientras que en el Conurbano creció mucho la venta de productos de segunda línea y el trabajo de los almacenes de barrio, debido a una combinación de falta de trabajo e ingresos inestables”, describió Tarrío en diálogo con este diario.
De acuerdo a un estudio de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA), el salario promedio de los empleados registrados alcanzó los $16.949 el año pasado en el Conurbano, pero el nivel de ingresos cayó abruptamente entre los trabajadores de la economía informal, que alcanzan al 40% de la población económicamente activa. Ese cuadro de situación, que se mantiene, no favorece la actividad de los comercios.
Por caso en La Matanza, un distrito cuya población cuenta mayoritariamente con ingresos bajos, un relevamiento municipal determinó que a diciembre de 2016, la caída anualizada de las ventas fue ostensible en los rubros del calzado (-47,22%), mueblería (-44,55%), verdulería (-43,48%), carnicería (-37,37%), almacén (-35,51%), panadería (-30,95%), gastronomía (-21,55%) y electrodomésticos (-20%).
En la rama industrial, las “perspectivas de corto plazo no son alentadoras”, aseguró la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA) en su último informe. “Se advierten menores niveles de consumo que desincentivan la producción industrial”, sostuvo la entidad y agregó: “El incremento de las importaciones es una señal de preocupación para la actividad manufacturera”.
Según datos proporcionados por la UIPBA, la industria bonaerense cayó 3,9% en 2016. Los sectores que más sufrieron la situación fueron los que producen minerales no metálicos (actividades vinculadas a la construcción), tabaco, papel y cartón, metales comunes (acero) y alimentos. Sólo la refinación de petróleo y los productos químicos mejoraron su rentabilidad el año pasado, dijo la organización.
El peso de la industria bonaerense es determinante a nivel nacional: el 45% de las empresas del sector están radicadas en la Provincia. Entre ellas, el 5,6% son grande (1.485), el 12,3% medianas (3.259), el 34,5% pequeñas (9.109) y el 46,7% (12.568) son microempresas. De estas estadísticas surge la necesidad de incentivar el desarrollo de las Pymes, coincidieron los especialistas.
En este sector, la merma interanual de la industria textil (-22%) –reconocida por las autoridades gubernamentales y reprochada por los partidos de oposición- se debe al “ingreso de productos importados y la persistente caída de las ventas en el mercado local”, sostuvo la FEBA en su informe anual. En este contexto, la industria y el comercio bonaerense necesitan que la reactivación llegue lo antes posible.
Ambos sectores vienen de un año malo. Ahora aguardan que inicie la reactivación
La actividad de la industria y el comercio no presenta buenas perspectivas para este año en la provincia de Buenos Aires, pese a que los especialistas aguardan que vuelva a crecer la economía tras un lustro de estancamiento, al 3,5% anual. La duda de estos sectores es si la recuperación macroeconómica tendrá un impacto efectivo, que sería clave porque ambas actividades acumulan el 40% del Producto Bruto Geográfico bonaerense.
Según pudo saber EL DIA, los números que manejan las cámaras empresarias del comercio y la industria son coincidentes al reflejar la situación económica bonaerense: la retracción de la actividad perjudica a las ventas y desinfla el consumo, lo que agudiza la depresión del mercado. Los efectos negativos se verifican especialmente en el Conurbano. Pero tampoco pasan inadvertidos en otras regiones de la Provincia.
Así lo advirtió Fabián Tarrío, quien se desempeña como secretario de Hacienda de la CAME y estuvo a cargo del estudio sobre las ventas minoristas que la entidad desplegó en enero pasado en distintos puntos del país. El trabajo estimó que la actividad del comercio cayó –mayorista y minorista- 2,5% comparada con el mismo mes de 2016. El especialista precisó que los porcentajes negativos son más elevados en los municipios del Gran Buenos Aires.
“La actividad no es la deseada, más allá de que en las Fiestas de fin del año pasado levantó un poco. Con las cuotas, la gente se volcó hacia algunos bienes durables. Mientras que en el Conurbano creció mucho la venta de productos de segunda línea y el trabajo de los almacenes de barrio, debido a una combinación de falta de trabajo e ingresos inestables”, describió Tarrío en diálogo con este diario.
De acuerdo a un estudio de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA), el salario promedio de los empleados registrados alcanzó los $16.949 el año pasado en el Conurbano, pero el nivel de ingresos cayó abruptamente entre los trabajadores de la economía informal, que alcanzan al 40% de la población económicamente activa. Ese cuadro de situación, que se mantiene, no favorece la actividad de los comercios.
Por caso en La Matanza, un distrito cuya población cuenta mayoritariamente con ingresos bajos, un relevamiento municipal determinó que a diciembre de 2016, la caída anualizada de las ventas fue ostensible en los rubros del calzado (-47,22%), mueblería (-44,55%), verdulería (-43,48%), carnicería (-37,37%), almacén (-35,51%), panadería (-30,95%), gastronomía (-21,55%) y electrodomésticos (-20%).
En la rama industrial, las “perspectivas de corto plazo no son alentadoras”, aseguró la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA) en su último informe. “Se advierten menores niveles de consumo que desincentivan la producción industrial”, sostuvo la entidad y agregó: “El incremento de las importaciones es una señal de preocupación para la actividad manufacturera”.
Según datos proporcionados por la UIPBA, la industria bonaerense cayó 3,9% en 2016. Los sectores que más sufrieron la situación fueron los que producen minerales no metálicos (actividades vinculadas a la construcción), tabaco, papel y cartón, metales comunes (acero) y alimentos. Sólo la refinación de petróleo y los productos químicos mejoraron su rentabilidad el año pasado, dijo la organización.
El peso de la industria bonaerense es determinante a nivel nacional: el 45% de las empresas del sector están radicadas en la Provincia. Entre ellas, el 5,6% son grande (1.485), el 12,3% medianas (3.259), el 34,5% pequeñas (9.109) y el 46,7% (12.568) son microempresas. De estas estadísticas surge la necesidad de incentivar el desarrollo de las Pymes, coincidieron los especialistas.
En este sector, la merma interanual de la industria textil (-22%) –reconocida por las autoridades gubernamentales y reprochada por los partidos de oposición- se debe al “ingreso de productos importados y la persistente caída de las ventas en el mercado local”, sostuvo la FEBA en su informe anual. En este contexto, la industria y el comercio bonaerense necesitan que la reactivación llegue lo antes posible.