Federico Sturzenegger subió las tasas de interés hace dos semanas, para achicar la cantidad de dinero, enfriar la economía y frenar la inflación. Pero no alcanza: por eso, el Gobierno redobla la presión sobre las empresas y suma competencia externa en sectores claves.
Luego del acuerdo anunciado el jueves con Aluar, la única empresa proveedora de aluminio, que se comprometió a bajar 14% el precio de su producto que usa desde la construcción hasta la industria automotriz, en el Ministerio de Producción ya convocaron para la semana que viene a las dos empresas protagonistas del mercado del acero, para encarar un acuerdo similar. Acindar, de la india Arcelor Mittal y la familia Acevedo, produce barras para hormigón, en tanto que Siderar, del grupo Techint, que encabeza Paolo Rocca, elabora chapas planas para todas las ramas.
Tal como adelantó PERFIL hace dos semanas, en la Casa Rosada están obsesionados con “forzar a las grandes empresas a competir”, y por eso también avanzan con dictámenes de la Comisión de Defensa de la Competencia en estos sectores. “Pese a los acuerdos las investigaciones siguen, se está consultando a todos los sectores”, indican en el área que encabeza Esteban Greco. Pero la CNDC no es la única arma.
Casas chinas. Para hacer frente al déficit habitacional sin poner presión extra sobre las cuentas públicas, y para evitar abusos en los precios, el Gobierno negocia en tanto financiamiento de China por unos US$ 500 millones para el segmento de viviendas sociales. Son casas que puedan fabricarse con “sistemas de construcción industrializados”, donde China tiene interés de colocar su producción.
“La idea es no incrementar el déficit fiscal”, explicó el subsecretario de Coordinación de Obra Pública, Ricardo Delgado. El Gobierno licitará la construcción a fin de año –la primera licitación internacional para vivienda– y quienes ganen podrán contar con ese financiamiento. Con ese fondeo se podrían cubrir 7 mil casas, sobre un total de 15 mil que pueden fabricarse en las tierras cedidas por la Agencia de Bienes del Estado al programa Procrear. “China financia exportaciones y está claro que su objetivo es colocar su producción. Pero no vamos a permitir que haya un ingreso irrestricto o que no tenga en cuenta la producción local”, agregó Delgado. Entre las condiciones que se negocian incluyen que el 50% de los insumos sean nacionales y que el empleo sea mano de obra argentina.
Paneles. “No son casas modulares, que es lo que generalmente se entiende por prefabricado. Son sistemas donde se montan paneles de hormigón o de madera”, explicó el subsecretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, Iván Kerr, sobre un modelo de construcción que es muy popular en los Estados Unidos. Ya hay empresas chinas, como Sany, interesadas en la licitación, que prevén instalar las fábricas para los módulos en el país. “Con nuestras líneas de hipotecarios también financiaremos la compra de prefabricadas”, había dicho a PERFIL el presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, “para que no haya vivos con los precios”.
Cemento. Uno de los principales insumos para el hormigón es el cemento, que bajo el sistema de construcción actual representa el 10% del costo de una vivienda, por lo que el Gobierno también negocia para bajar el precio con las cuatro empresas que lideran el mercado: Loma Negra, Holcim, PCR y Cemento Avellaneda.
Kerr también negocia un esquema similar con España. Las empresas que ganan la licitación deberán tener contraparte local, formar una Unión Transitoria de Empresas (UTE) con constructoras locales. Pero ante la llegada de las “prefabricadas chinas”, el titular de la Unión Obrera Ladrillera, Luis Cáceres, consideró que “las viviendas chinas afectarán seriamente a la construcción.
“El año arrancó un poco peor de lo esperado”
El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, admitió ayer que el primer trimestre “arrancó un poco peor” de lo que el Gobierno esperaba, pero aseguró que terminó “en línea con la recuperación” económica que auguraban.
Frigerio sostuvo que hay sectores de la economía “que arrancaron el año pasado, otros que están arrancando ahora y otros a los que les falta arrancar”, no obstante aseguró que “lo peor, en términos de la recesión, ya pasó”. El funcionario analizó que “empezamos, lentamente y con mucha dificultad, de manera persistente a salir de esta situación” de falta de crecimiento del Producto Bruto Interno per cápita” y a empezar una senda de crecimiento, de generación de empleo y de reducción de la inflación”, enfatizó. “Este trimestre arrancó un poco peor de lo que pensábamos, pero termina en línea con la recuperación que esperábamos”, aseveró el funcionario.
Luego del acuerdo anunciado el jueves con Aluar, la única empresa proveedora de aluminio, que se comprometió a bajar 14% el precio de su producto que usa desde la construcción hasta la industria automotriz, en el Ministerio de Producción ya convocaron para la semana que viene a las dos empresas protagonistas del mercado del acero, para encarar un acuerdo similar. Acindar, de la india Arcelor Mittal y la familia Acevedo, produce barras para hormigón, en tanto que Siderar, del grupo Techint, que encabeza Paolo Rocca, elabora chapas planas para todas las ramas.
Tal como adelantó PERFIL hace dos semanas, en la Casa Rosada están obsesionados con “forzar a las grandes empresas a competir”, y por eso también avanzan con dictámenes de la Comisión de Defensa de la Competencia en estos sectores. “Pese a los acuerdos las investigaciones siguen, se está consultando a todos los sectores”, indican en el área que encabeza Esteban Greco. Pero la CNDC no es la única arma.
Casas chinas. Para hacer frente al déficit habitacional sin poner presión extra sobre las cuentas públicas, y para evitar abusos en los precios, el Gobierno negocia en tanto financiamiento de China por unos US$ 500 millones para el segmento de viviendas sociales. Son casas que puedan fabricarse con “sistemas de construcción industrializados”, donde China tiene interés de colocar su producción.
“La idea es no incrementar el déficit fiscal”, explicó el subsecretario de Coordinación de Obra Pública, Ricardo Delgado. El Gobierno licitará la construcción a fin de año –la primera licitación internacional para vivienda– y quienes ganen podrán contar con ese financiamiento. Con ese fondeo se podrían cubrir 7 mil casas, sobre un total de 15 mil que pueden fabricarse en las tierras cedidas por la Agencia de Bienes del Estado al programa Procrear. “China financia exportaciones y está claro que su objetivo es colocar su producción. Pero no vamos a permitir que haya un ingreso irrestricto o que no tenga en cuenta la producción local”, agregó Delgado. Entre las condiciones que se negocian incluyen que el 50% de los insumos sean nacionales y que el empleo sea mano de obra argentina.
Paneles. “No son casas modulares, que es lo que generalmente se entiende por prefabricado. Son sistemas donde se montan paneles de hormigón o de madera”, explicó el subsecretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, Iván Kerr, sobre un modelo de construcción que es muy popular en los Estados Unidos. Ya hay empresas chinas, como Sany, interesadas en la licitación, que prevén instalar las fábricas para los módulos en el país. “Con nuestras líneas de hipotecarios también financiaremos la compra de prefabricadas”, había dicho a PERFIL el presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, “para que no haya vivos con los precios”.
Cemento. Uno de los principales insumos para el hormigón es el cemento, que bajo el sistema de construcción actual representa el 10% del costo de una vivienda, por lo que el Gobierno también negocia para bajar el precio con las cuatro empresas que lideran el mercado: Loma Negra, Holcim, PCR y Cemento Avellaneda.
Kerr también negocia un esquema similar con España. Las empresas que ganan la licitación deberán tener contraparte local, formar una Unión Transitoria de Empresas (UTE) con constructoras locales. Pero ante la llegada de las “prefabricadas chinas”, el titular de la Unión Obrera Ladrillera, Luis Cáceres, consideró que “las viviendas chinas afectarán seriamente a la construcción.
“El año arrancó un poco peor de lo esperado”
El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, admitió ayer que el primer trimestre “arrancó un poco peor” de lo que el Gobierno esperaba, pero aseguró que terminó “en línea con la recuperación” económica que auguraban.
Frigerio sostuvo que hay sectores de la economía “que arrancaron el año pasado, otros que están arrancando ahora y otros a los que les falta arrancar”, no obstante aseguró que “lo peor, en términos de la recesión, ya pasó”. El funcionario analizó que “empezamos, lentamente y con mucha dificultad, de manera persistente a salir de esta situación” de falta de crecimiento del Producto Bruto Interno per cápita” y a empezar una senda de crecimiento, de generación de empleo y de reducción de la inflación”, enfatizó. “Este trimestre arrancó un poco peor de lo que pensábamos, pero termina en línea con la recuperación que esperábamos”, aseveró el funcionario.