Fuentes internas a la Anses lo confirman: la modificación de la edad jubilatoria es un tema que está en la agenda del Gobierno, que estudia opciones para lanzar la propuesta una vez liberado de la presión de las elecciones de medio término. Se baraja la posibilidad de incluir un pilar “voluntario” que se sume al pilar básico de la seguridad social y al contributivo.
“Claramente el tema está sobre la mesa. Se está tratando en la reunión de todos los jueves, que hace una especie de consejo de seguridad social donde va gente del Ministerio de Hacienda, de Trabajo, de la Anses”, señaló una fuente interna al organismo previsional. Una posibilidad es elevar unos años las edades de jubilación (actualmente de 60 para las mujeres y 65 para los hombres) y otra “flexibilizarla” para que las personas que quieran continuar trabajando lo puedan hacer.
La motivación del Gobierno es, como la mayoría de las veces, el déficit fiscal. “Entienden que el gasto en general de seguridad social es muy alto y que hay un tema demográfico a afrontar. Si bien Argentina está en un bono de oportunidad demográfica, la tendencia es a envejecer”, aseguran desde el organismo que conduce Emilio Basavilbaso. Según un estudio del Banco Mundial en el período 2010/2100 la tasa de crecimiento en Argentina será nula (0,0%) para los menores de 20 años, 0,3% para las edades de 20 a 65 y 1,4% para los mayores de 65 años.
En una entrevista reciente, Basavilbaso recordó que la ley de Reparación Histórica creó un Consejo de Sustentabilidad Previsional en el ámbito del Ministerio de Trabajo que tiene un plazo de tres años para elaborar un proyecto de ley que contenga un nuevo sistema previsional. “En mi opinión –añadió– hay trabajadores que pueden seguir trabajando. De hecho yo tengo el caso cercano de mi padre, que tiene 70 años y sigue trabajando. Para mí lo ideal sería que sea voluntario. Es decir, que el Estado ponga los incentivos para que aquellas personas que están bien físicamente y les gusta trabajar y quieren seguir trabajando puedan hacerlo y que esto signifique un mejor retiro más adelante”.
Lo que discute el Gobierno de Mauricio Macri es elevar la edad jubilatoria y también agregar algún tipo de pilar voluntario, es decir, que las personas puedan ahorrar para su jubilación si así lo desean. Hoy en el país los mecanismo de ahorro voluntario son muy marginales: el mercado de seguros de retiro es muy chico y las empresas que se ocupan son muy pocas porque no hay alicientes impositivos.
Con el ahorro voluntario podrían volver a entrar a escena las empresas privadas, aunque también es una posibilidad de que sea el propio Estado el que habilite el ahorro voluntario. De todos modos, aun en los países desarrollados el ahorro voluntario cubre a una porción pequeña de las personas que aportan. Por ejemplo, en países de la Unión Europea es raro que supere el 20% de los aportantes y en Chile alcanza a menos del 10%. Es decir, sería una cosa minoritaria y para los sectores de mayores ingresos y mayor capacidad de ahorro.
Además de cualquier reforma, la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que fue creada el año pasado por la ley de Reparación Histórica se mantendría. Dicha pensión representa el 80% del haber mínimo y está destinado a personas de 65 años o más que no cuentan con ninguna prestación otorgada por cualquier régimen de previsión, ni tampoco un seguro por desempleo.
La cabeza detrás de la iniciativa es Juan Carlos Paulucci Malvi, secretario de Seguridad Social, un funcionario muy cercano al recientemente fallecido Gerónimo “Momo” Venegas. En el pasado Paulucci fue subsecretario Técnico y de Coordinación del Ministerio de Salud durante la última dictadura militar y también jefe de Gabinete de Planeamiento de la Obra Social del Personal Rural y Estibadores, correspondiente al sindicato que conducía Venegas. Paulucci fue quien craneó la “readecuación” de la fórmula aritmética que calcula el ajuste semestral de las jubilaciones según la ley de movilidad jubilatoria, que determinó la baja del aumento de 12,96% a 12,65%. La medida fue anunciada a mediados de febrero y debió ser revertida luego por la reacción de la oposición.
Con estos antecedentes queda a las claras que por más intención que tenga el Gobierno de avanzar con las modificaciones será necesario que al momento de hacerlo cuente con la espalda necesaria. En este sentido, una victoria en octubre sería clave.
“Claramente el tema está sobre la mesa. Se está tratando en la reunión de todos los jueves, que hace una especie de consejo de seguridad social donde va gente del Ministerio de Hacienda, de Trabajo, de la Anses”, señaló una fuente interna al organismo previsional. Una posibilidad es elevar unos años las edades de jubilación (actualmente de 60 para las mujeres y 65 para los hombres) y otra “flexibilizarla” para que las personas que quieran continuar trabajando lo puedan hacer.
La motivación del Gobierno es, como la mayoría de las veces, el déficit fiscal. “Entienden que el gasto en general de seguridad social es muy alto y que hay un tema demográfico a afrontar. Si bien Argentina está en un bono de oportunidad demográfica, la tendencia es a envejecer”, aseguran desde el organismo que conduce Emilio Basavilbaso. Según un estudio del Banco Mundial en el período 2010/2100 la tasa de crecimiento en Argentina será nula (0,0%) para los menores de 20 años, 0,3% para las edades de 20 a 65 y 1,4% para los mayores de 65 años.
En una entrevista reciente, Basavilbaso recordó que la ley de Reparación Histórica creó un Consejo de Sustentabilidad Previsional en el ámbito del Ministerio de Trabajo que tiene un plazo de tres años para elaborar un proyecto de ley que contenga un nuevo sistema previsional. “En mi opinión –añadió– hay trabajadores que pueden seguir trabajando. De hecho yo tengo el caso cercano de mi padre, que tiene 70 años y sigue trabajando. Para mí lo ideal sería que sea voluntario. Es decir, que el Estado ponga los incentivos para que aquellas personas que están bien físicamente y les gusta trabajar y quieren seguir trabajando puedan hacerlo y que esto signifique un mejor retiro más adelante”.
Lo que discute el Gobierno de Mauricio Macri es elevar la edad jubilatoria y también agregar algún tipo de pilar voluntario, es decir, que las personas puedan ahorrar para su jubilación si así lo desean. Hoy en el país los mecanismo de ahorro voluntario son muy marginales: el mercado de seguros de retiro es muy chico y las empresas que se ocupan son muy pocas porque no hay alicientes impositivos.
Con el ahorro voluntario podrían volver a entrar a escena las empresas privadas, aunque también es una posibilidad de que sea el propio Estado el que habilite el ahorro voluntario. De todos modos, aun en los países desarrollados el ahorro voluntario cubre a una porción pequeña de las personas que aportan. Por ejemplo, en países de la Unión Europea es raro que supere el 20% de los aportantes y en Chile alcanza a menos del 10%. Es decir, sería una cosa minoritaria y para los sectores de mayores ingresos y mayor capacidad de ahorro.
Además de cualquier reforma, la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que fue creada el año pasado por la ley de Reparación Histórica se mantendría. Dicha pensión representa el 80% del haber mínimo y está destinado a personas de 65 años o más que no cuentan con ninguna prestación otorgada por cualquier régimen de previsión, ni tampoco un seguro por desempleo.
La cabeza detrás de la iniciativa es Juan Carlos Paulucci Malvi, secretario de Seguridad Social, un funcionario muy cercano al recientemente fallecido Gerónimo “Momo” Venegas. En el pasado Paulucci fue subsecretario Técnico y de Coordinación del Ministerio de Salud durante la última dictadura militar y también jefe de Gabinete de Planeamiento de la Obra Social del Personal Rural y Estibadores, correspondiente al sindicato que conducía Venegas. Paulucci fue quien craneó la “readecuación” de la fórmula aritmética que calcula el ajuste semestral de las jubilaciones según la ley de movilidad jubilatoria, que determinó la baja del aumento de 12,96% a 12,65%. La medida fue anunciada a mediados de febrero y debió ser revertida luego por la reacción de la oposición.
Con estos antecedentes queda a las claras que por más intención que tenga el Gobierno de avanzar con las modificaciones será necesario que al momento de hacerlo cuente con la espalda necesaria. En este sentido, una victoria en octubre sería clave.