En lo que va del año, las ventas de frutas y verduras en el Mercado Central (MC) cayeron entre 35 y 40% respecto del mismo período del año pasado. Es la estimación Fabian Zeta, presidente de COMAFRU, la entidad que nuclea a mayoristas frutihortícolas de ese mercado bonaerense.
«Las ventas están estancadas y no vemos perspectivas de un repunte. Estamos más que alarmados, porque esta situación se da a pesar de que los precios mayoristas siguen bajos, a niveles de dos o tres años atrás», dice. El dirigente explica que las verdulerías (que se abastecen del MC) y los supermercados (que compran en Centros de Expedición) tienen la posibilidad de remarcar la mercadería y de mantener los precios más actualizados «pero en el mercado mayorista no es así y eso retrasa nuestra recuperación», dice. En volúmenes hay menos ventas, acotan.
«Por ejemplo, si en nuestros puestos se venden 25 kilos de papas a $4 el kilo, los comercios lo venden a 12 o $15». «Los márgenes de comercialización son abusivos, los puesteros se quejan y se ven afectados por la gran recesión que hay», dice Zeta. Un ingrediente adicional son las importaciones de papa, cebolla y manzanas, por citar algunos casos. «No nos explicamos cómo pueden entrar cuando hay capacidad amplia de abastecimiento», según Zeta.
Los porcentajes de caídas en las ventas de frutas y verduras son estimaciones de los comerciantes, dado que se trata de mercadería que no es medida por las consultoras que monitorean el consumo masivo.
De todas maneras, datos de la Unión Frutihortícola Argentina (UFHA) también apuntan a una baja del 30% promedio en las ventas en relación con el 2016, lo que reconocen como uno de los índices más bajos de los últimos 7 años.
A los factores que inciden en la crisis del sector, se agregan, también, las pérdidas en la producción por cuestiones climáticas. Actualmente los productos más perjudicados por lo que se conoce como «las quemadas del invierno» fueron los tomates, zapallitos, choclos y berenjenas.
La problemática de los productores frutihortícolas, llegó hasta las puertas de la casa Rosada. Fue en abril, cuando la Unión de Trabajadores de la Tierra (UIT) protestó en la playa de Mayo con la metodología del «verdurazo». Es decir, entregando unos 20.000 kilos de verdura a los transeúntes en reclamo de medidas que protejan al sector. Después, unas cinco mil personas marcharon hacia el Congreso.
Entre los pedidos ante el Gobierno se destaca el avance del proyecto de ley presentado en septiembre del año pasado para el acceso a la tierra por parte de pequeños productores agrícolas.
«Las ventas están estancadas y no vemos perspectivas de un repunte. Estamos más que alarmados, porque esta situación se da a pesar de que los precios mayoristas siguen bajos, a niveles de dos o tres años atrás», dice. El dirigente explica que las verdulerías (que se abastecen del MC) y los supermercados (que compran en Centros de Expedición) tienen la posibilidad de remarcar la mercadería y de mantener los precios más actualizados «pero en el mercado mayorista no es así y eso retrasa nuestra recuperación», dice. En volúmenes hay menos ventas, acotan.
«Por ejemplo, si en nuestros puestos se venden 25 kilos de papas a $4 el kilo, los comercios lo venden a 12 o $15». «Los márgenes de comercialización son abusivos, los puesteros se quejan y se ven afectados por la gran recesión que hay», dice Zeta. Un ingrediente adicional son las importaciones de papa, cebolla y manzanas, por citar algunos casos. «No nos explicamos cómo pueden entrar cuando hay capacidad amplia de abastecimiento», según Zeta.
Los porcentajes de caídas en las ventas de frutas y verduras son estimaciones de los comerciantes, dado que se trata de mercadería que no es medida por las consultoras que monitorean el consumo masivo.
De todas maneras, datos de la Unión Frutihortícola Argentina (UFHA) también apuntan a una baja del 30% promedio en las ventas en relación con el 2016, lo que reconocen como uno de los índices más bajos de los últimos 7 años.
A los factores que inciden en la crisis del sector, se agregan, también, las pérdidas en la producción por cuestiones climáticas. Actualmente los productos más perjudicados por lo que se conoce como «las quemadas del invierno» fueron los tomates, zapallitos, choclos y berenjenas.
La problemática de los productores frutihortícolas, llegó hasta las puertas de la casa Rosada. Fue en abril, cuando la Unión de Trabajadores de la Tierra (UIT) protestó en la playa de Mayo con la metodología del «verdurazo». Es decir, entregando unos 20.000 kilos de verdura a los transeúntes en reclamo de medidas que protejan al sector. Después, unas cinco mil personas marcharon hacia el Congreso.
Entre los pedidos ante el Gobierno se destaca el avance del proyecto de ley presentado en septiembre del año pasado para el acceso a la tierra por parte de pequeños productores agrícolas.