Elisa Carrió dijo que necesitaba ir a tomar aire y abandonó el escenario de Costa Salguero por unos minutos. Bajó con un cigarrillo en la mano y lo encendió en una sala vip donde estaban colaboradores y custodios. Lo apagó por la mitad, como suele hacer, y, antes de regresar a la fiesta, dijo: “A Macri no lo invité”.
Juliana Awada ocupaba la mesa central junto la gobernadora a María Eugenia Vidal ─que se fue sin probar bocado─, el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el diputado radical Mario Negri y su esposa; y el periodista Joaquín Morales Solá.
En el resto de las mesas estaba buena parte del Gabinete macrista (Mario Quintana, José Torello, Fernando de Andreis y Carolina Stanley, que fue con su marido, el jefe de ministros de Vidal, Federico Salvai), diputados y senadores de Cambiemos, Horacio Rodríguez Larreta y su esposa, Bárbara Diez; y cerca de 1.500 invitados que habían pagado una entrada de 3.000 pesos para poder asistir.
La mesa principal de Carrió con Marcos Peña, Awada, Vidal, Morales Solá y Negri.
El Presidente no estaba. La diputada le contó a Clarín que hace 15 días, cuando visitó la residencia de Olivos por última vez, Macri estaba mirando Argentina-Nigeria y que lo interrumpió para contarle que estaba organizando la fiesta de fin de año del Instituto Hannah Arendt: “Pero no te invito a vos, la invito a Juliana”.
Cuando Carrió aún permanecía en el la zona del VIP, detrás de bambalinas, el que apareció fue Peña. “Me voy, te vengo a saludar”, le dijo al oído. Se dieron un abrazo. Pero la diputada le acarició la cara, dejó su mano apoyada sobre su cuello, como midiéndole el pulso, y lo retuvo: “Quedate, ahora vamos a entregar los premios”. El jefe de Gabinete la consintió y volvió a su mesa.
No fue el único en ceder ante sus deseos. La noche transitó a pedir de Carrió. “Hola, hola, hola. Soy Lilita. Me he bañado, me he maquillado y me voy a sacar fotos con todos. Si se pone aburrido, corto y ya, ¿está?”, saludó la fundadora de la Coalición Cívica desde el escenario pasadas las 21.
Vestía de rosa. Luego, bajó a saludar mesa por mesa. Y cerca de la medianoche se sentó para las fotos prometidas. Se formó una larga cola. “Esto también pasaba cuando saqué el 1,8. La gente siempre me quiso”, se reía.
Elisa Carrió fue maestra de ceremonias otra vez.
La fiesta había arrancado con un show en vivo de del ministro de Cultura porteño, Ángel Malher. La orquesta sinfónica interpretó “El fantasma de la ópera”, “Indiana Jones” y “El sueño imposible”. El tramo más emocionante fue cuando Malher marcó una pausa para anunciar que iban a dedicarle “Mago de oz” a los 44 tripulantes del Ara San Juan.
Hubo aplausos y algún silencio incómodo.
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Ángel Mahler tocó con su orquesta. (@diegoschurman)
La noche mágica de Carrió se dio en un contexto desfavorable para la Casa Rosada por la desaparición del submarino ARA San Juan y la muerte de un mapuche en Bariloche, presuntamente a manos de las fuerzas de seguridad.
El menú fue: copa de cebiche, burrata con rúcula, lomo con hongos, abundante vino y helado con brownie de postre.
El momento del discurso, cuando promediaba la noche, provocó ratos de zozobras para algunos macristas. La lengua ácida de Carrió no se detiene ni en las celebraciones.
La diputada pasó del tono político a las bromas y de coquetear con su propia muerte (“capaz a que me muero este año, pero el velorio va a ser un éxito”) a anunciar quizás dejaba escrito un testamento con secretos que podrían hacer temblar a muchos.
Antes y después del discurso hubo escenas “fellinescas”, como las definió ─mientras oía a Carrió─ un alto funcionario de la Casa Rosada. Estas son apenas algunas:
El rey de la noche
“¿Cómo se llama? Me olvide el nombre”, dijo Carrió. El lapsus le impedía recordar a Santilli, hasta que alguien gritó: “Diego”. Y entonces ella soltó: “Es el rey de la noche. El viejo rey de la noche, pero hoy está recuperado”. Santilli, como muchos, la oían de pie.
El vicejefe se tomaba la cara, casi como no pudiendo creer lo que oía. “Al rey de la noche lo recuperó esa mujer que tiene. Es como Juliana”. Y entonces la que se puso de pie para aplaudir fue Analía Maiorana.
Más postales de la noche de Carrió (@diegoschurman)
Morales Solá y Negri, premiados
El periodista Joaquín Morales Solá y el jefe del interbloque de Diputados de Cambiemos, Mario Negri, fueron los dos premiados de la noche.
El conductor de TN y columnista de La Nación habló de un “exilio personal” que tuvo que vivir durante el kirchnerismo y reveló detalles de una reunión que él y un grupo de periodistas tuvo con la CIDH. “Nos trataron bien, pero no tanto como ahora a otros argentinos”, ironizó sobre el caso Milagro Sala.
Negri, que subió al escenario con su esposa María Angélica «Queca» Biasutti, dijo que él pensaba que iba a ser más difícil liderar a los 85 legisladores del interbloque. “Lilita fue el contrapoder en una República que iba desapareciendo”, la elogió. Y ella se entusiasmó con que algún día haya una calle con su apellido.
Mario Negri besa a Lilita (@diegoschurman)
Suárez Lastra baila solo
Facundo Suárez Lastra, flamante diputado electo por Vamos Juntos, fue uno de los referentes de la UCR que llegó hasta Costa Salguero para festejar con Lilita. Al exintendente porteño se lo vio más locuaz que a la mayoría de sus correligionarios, disfrutando del pedido de selfies y palpitando su ingreso al Congreso de la Nación.
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“En campaña la mitad lo conocía como panelista de Intratables, la otra mitad le decía Facundito”, comentó por lo bajo uno de sus compañeros de lista. Anoche estuvo exultante, más allá de las internas en el radicalismo porteño, en las que lleva a Luis “Beto” Brandoni como delegado. Hasta se animó a bailar solo cuando la orquesta de Ángel Mahler comenzó a tocar.
El lilito en la mesa «Rosada»
Fernando Sánchez deja el Congreso el 10 de diciembre para sumarse al equipo de Marcos Peña en la Jefatura de Gabinete y en la cena de anoche se lo vio más que mimetizado con su nuevo rol. Estuvo sentado en una mesa 100% del PRO con Peña, Mario Quintana, vicejefe de Gabinete; Fernando De Andreis, secretario general de la Presidencia; José Torello (jefe de asesores de Macri) y su hermano Pablo, diputado nacional.
Fernando Sanchez en la mesa del Gabinete.
Fernandito casi no se le despegó en toda la noche a Quintana, al que reportará cuando ingrese a la Casa Rosada en los próximos días.
No pudo lograr que se quede hasta la subasta final, donde muchos depositaban esperanzas en que el funcionario (uno de los más ricos del gabinete) levantase la mano para ofertar por alguno de los premios.
Al que también se vio compenetrado en su nuevo papel tras la renovación del Congreso fue a Juan Manuel López, abogado de Lilita, que ya piensa en su primer proyecto para la Cámara Baja: sería una iniciativa para regular el lobby en Argentina, un tema siempre espinoso.
Radicales con Carrió (sin Sanz)
Los radicales, con los que Carrió siempre tiene un relación tirante, también dijeron presente en la noche de Lilita. El gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo; los diputados Luis Petri, Eduardo Costa, Gabriela Burgo, Karina Banfi, Miguel Bazze, Luis Pastori, y el electo Suárez Lastra, acompañaron a José Corral, intendente de Santa Fe y presidente partidario, y al vicegobernador bonaerense Daniel Salvador. También estuvo el intendente de Ensenada, Jorge Nedela y el homenajeado Negri.
Daniel Salvador con radicales en su mesa.
“Yo soy radical paladar negro, siempre lo dije, aunque hacía enfurecer a muchos”, contó Lilita. “El que se enojaba mucho era Leopoldo Moreau”, agregó, despertando risas, al mencionar al electo diputado K.
Una ausencia de peso fue la de Ernesto Sanz, que fue figura estelar de la fiesta del 2015, cuando Cambiemos ganó la presidencia. Sus desencuentros con Carrió hicieron que no fuera invitado. Es más, ella le dedicó, una frase punzante cuando tuvo la oportunidad.
Elogiaba los dotes de asador de Mario Negri y lanzó: “La ley de Defensa a la Competencia nació el día que me quisieron cobrar $6000 un chivo. Ahí tuve una pelea con Macri y Sanz. por suerte Sanz ya no está más…”.
Las 10 frases de Carrió
Elisa Carrió dejó un tendal de frases.
-“Esta es la primera cena organizada que tenemos, eso porque no la organicé yo, he sido excluida”.
-“Me voy a sacar fotos con todos, tranquilos. Y si esto se pone aburrido, interrumpo y corto”.
-“Elijo a las mujeres por su dignidad, no por sus amantes”.
-“El poder no sirve si no lleva a la libertad”.
-“Estoy espléndida. Se me va el aire cada tanto, pero ya está”.
-“Yo soy la loca y la menos loca, la más lúcida y la menos lúcida. La más gorda… se dice de mí”.
-“Prohibiría las internas y les pondría pena de muerte”.
-“En la política hay malos-malos. Néstor Kirchner, Aníbal. Aníbal, ya está llegando, es el único que me queda”.
-“Siempre después de una derrota resucito. El éxito me aburre, a mi me gusta perder para seguir luchando”.
-“En cualquier momento me hago periodista y tumbo a un Gobierno. Fernandito, avisale a Quintana”.
La suerte del Tata Yofre
Hubo sorteos, como en cada festejo que hace la diputada de la Coalición Cívica. Además de algunas canastas con cosas dulces, un catering para 10 personas, tratamientos estéticos del spa de Pilar donde Lilita lanzó la campaña con un atípico timbreo, se rifó la medalla de diputada de su mandato 2009-2013. Y se la ganó Juan Bautista Tata Yofre, ex jefe de la SIDE de Menem.
El Tata Yofre se llevo la rifa (@diegoschurman)
El escritor, que llegó tarde y anduvo a los abrazos con Gabriel Levinas, subió al escenario a recibirla y comenzó una suerte de discurso que, como en los Oscars, fue cortado por la música. “Apoyé a Lilita cuando nadie lo hacía. Felicitaciones por el triunfo del 22 de octubre, que en parte también es mío”, dijo ante la mirada incrédula de algunos militantes de la CC-ARI.
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Duhalde, el extraterrestre
Uno de los momentos más desopilantes de la noche fue cuando Carrió hizo subir al escenario, en medio de una guitarreada, a Marta Grassi, a la que definió como su ministra de relaciones extraterrestres.
Su amiga (ella y su familia formaron parte de la mesa principal) cree en la vida en otros planetas, dice haber tenido contacto con aliens y que son petisos y cabezones, contó Lilita. “Martita dice que si ven a alguien parecido a Duhalde tengan cuidado porque está fuera de la confederación”.
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Subasta récord
La diputada electa Marcela Campagnoli fue una martillera de lujo en la subasta del Instituto Hannah Arendt, que tuvo una compulsa récord cuando se subastó la medalla de diputada de Carrió de 1995, cuando fue electa por primera vez.
Con un precio base de $1.000, la disputa se dio entre un empresario belga fanático de la líder de Cambiemos (que nunca se pierde sus festejos) y Maximiliano Ferraro, legislador de la ciudad y jefe de campaña de Lilita.
Hubo filas de cientos de personas para sacarse fotos con Lilita. Juan Calandri, asesor parlamentario, hizo de fotógrafo.
El hombre de negocios, que estaba de smoking y moño azul, estaba al borde de ganar la medalla, sin embargo Ferraro ofertó $5.000 cuando se dio cuenta de que esa presea era, en resumen, la piedra fundacional de la Coalición Cívica.
Se dio vuelta, le pidió “prestado” a Hernán Reyes, con quien compartirá bloque en los próximos días, y la compulsa su tomando calor y color: $10.000 de un lado, $15.000 del otro, y así sucesivamente.
─Esa medalla es la razón por la que todos estamos acá, la tenemos que comprar para que quede en el partido ─arengó a la militancia para que colaboren.
Cuando el empresario Belga parecía quedarse con la medalla por $40.000, Ferraro, Reyes y compañía redoblaron la apuesta: “¡$50.000!”.
Marcela Campagnoli, dándose cuenta de que esa pieza de historia debía quedarse en la casa de su partido, apuró el trámite. “$50 a la una… $50 a las dos… y tres! Vendido a Ferraro y Reyes”, festejó.
Tras la fiesta, se pasó lista entre dirigentes y la juventud carrioista para colaborar con la «vaquita» que les permitió (a todos y todas) obtener un nuevo triunfo, esta vez en una subasta.
Influencer PRO
Es una de las tuiteras por excelencia del PRO. Sus mensajes de amor hacia Marcos Peña y Mario Quintana, entre otros funcionarios, la convirtieron en un fenómeno viral en redes y le dieron un lugar en la campaña legislativa donde Cambiemos se impuso al kirchnerismo. Camila Blanco (joven diseñadora gráfica de Lomas de Zamora), mejor conocida como @Brancowitz, de ella hablamos, no podía faltar en el festejo Lilito.
Subió fotos con Marcos Peña, Carrió, Alfonso Prat Gay Julio Bárbaro y José Corral, entre otros. Un detalle: le pidieron más selfies que a varios de los diputados presentes.
Juliana Awada ocupaba la mesa central junto la gobernadora a María Eugenia Vidal ─que se fue sin probar bocado─, el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el diputado radical Mario Negri y su esposa; y el periodista Joaquín Morales Solá.
En el resto de las mesas estaba buena parte del Gabinete macrista (Mario Quintana, José Torello, Fernando de Andreis y Carolina Stanley, que fue con su marido, el jefe de ministros de Vidal, Federico Salvai), diputados y senadores de Cambiemos, Horacio Rodríguez Larreta y su esposa, Bárbara Diez; y cerca de 1.500 invitados que habían pagado una entrada de 3.000 pesos para poder asistir.
La mesa principal de Carrió con Marcos Peña, Awada, Vidal, Morales Solá y Negri.
El Presidente no estaba. La diputada le contó a Clarín que hace 15 días, cuando visitó la residencia de Olivos por última vez, Macri estaba mirando Argentina-Nigeria y que lo interrumpió para contarle que estaba organizando la fiesta de fin de año del Instituto Hannah Arendt: “Pero no te invito a vos, la invito a Juliana”.
Cuando Carrió aún permanecía en el la zona del VIP, detrás de bambalinas, el que apareció fue Peña. “Me voy, te vengo a saludar”, le dijo al oído. Se dieron un abrazo. Pero la diputada le acarició la cara, dejó su mano apoyada sobre su cuello, como midiéndole el pulso, y lo retuvo: “Quedate, ahora vamos a entregar los premios”. El jefe de Gabinete la consintió y volvió a su mesa.
No fue el único en ceder ante sus deseos. La noche transitó a pedir de Carrió. “Hola, hola, hola. Soy Lilita. Me he bañado, me he maquillado y me voy a sacar fotos con todos. Si se pone aburrido, corto y ya, ¿está?”, saludó la fundadora de la Coalición Cívica desde el escenario pasadas las 21.
Vestía de rosa. Luego, bajó a saludar mesa por mesa. Y cerca de la medianoche se sentó para las fotos prometidas. Se formó una larga cola. “Esto también pasaba cuando saqué el 1,8. La gente siempre me quiso”, se reía.
Elisa Carrió fue maestra de ceremonias otra vez.
La fiesta había arrancado con un show en vivo de del ministro de Cultura porteño, Ángel Malher. La orquesta sinfónica interpretó “El fantasma de la ópera”, “Indiana Jones” y “El sueño imposible”. El tramo más emocionante fue cuando Malher marcó una pausa para anunciar que iban a dedicarle “Mago de oz” a los 44 tripulantes del Ara San Juan.
Hubo aplausos y algún silencio incómodo.
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Ángel Mahler tocó con su orquesta. (@diegoschurman)
La noche mágica de Carrió se dio en un contexto desfavorable para la Casa Rosada por la desaparición del submarino ARA San Juan y la muerte de un mapuche en Bariloche, presuntamente a manos de las fuerzas de seguridad.
El menú fue: copa de cebiche, burrata con rúcula, lomo con hongos, abundante vino y helado con brownie de postre.
El momento del discurso, cuando promediaba la noche, provocó ratos de zozobras para algunos macristas. La lengua ácida de Carrió no se detiene ni en las celebraciones.
La diputada pasó del tono político a las bromas y de coquetear con su propia muerte (“capaz a que me muero este año, pero el velorio va a ser un éxito”) a anunciar quizás dejaba escrito un testamento con secretos que podrían hacer temblar a muchos.
Antes y después del discurso hubo escenas “fellinescas”, como las definió ─mientras oía a Carrió─ un alto funcionario de la Casa Rosada. Estas son apenas algunas:
El rey de la noche
“¿Cómo se llama? Me olvide el nombre”, dijo Carrió. El lapsus le impedía recordar a Santilli, hasta que alguien gritó: “Diego”. Y entonces ella soltó: “Es el rey de la noche. El viejo rey de la noche, pero hoy está recuperado”. Santilli, como muchos, la oían de pie.
El vicejefe se tomaba la cara, casi como no pudiendo creer lo que oía. “Al rey de la noche lo recuperó esa mujer que tiene. Es como Juliana”. Y entonces la que se puso de pie para aplaudir fue Analía Maiorana.
Más postales de la noche de Carrió (@diegoschurman)
Morales Solá y Negri, premiados
El periodista Joaquín Morales Solá y el jefe del interbloque de Diputados de Cambiemos, Mario Negri, fueron los dos premiados de la noche.
El conductor de TN y columnista de La Nación habló de un “exilio personal” que tuvo que vivir durante el kirchnerismo y reveló detalles de una reunión que él y un grupo de periodistas tuvo con la CIDH. “Nos trataron bien, pero no tanto como ahora a otros argentinos”, ironizó sobre el caso Milagro Sala.
Negri, que subió al escenario con su esposa María Angélica «Queca» Biasutti, dijo que él pensaba que iba a ser más difícil liderar a los 85 legisladores del interbloque. “Lilita fue el contrapoder en una República que iba desapareciendo”, la elogió. Y ella se entusiasmó con que algún día haya una calle con su apellido.
Mario Negri besa a Lilita (@diegoschurman)
Suárez Lastra baila solo
Facundo Suárez Lastra, flamante diputado electo por Vamos Juntos, fue uno de los referentes de la UCR que llegó hasta Costa Salguero para festejar con Lilita. Al exintendente porteño se lo vio más locuaz que a la mayoría de sus correligionarios, disfrutando del pedido de selfies y palpitando su ingreso al Congreso de la Nación.
Mirá también
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El lilito en la mesa «Rosada»
Fernando Sánchez deja el Congreso el 10 de diciembre para sumarse al equipo de Marcos Peña en la Jefatura de Gabinete y en la cena de anoche se lo vio más que mimetizado con su nuevo rol. Estuvo sentado en una mesa 100% del PRO con Peña, Mario Quintana, vicejefe de Gabinete; Fernando De Andreis, secretario general de la Presidencia; José Torello (jefe de asesores de Macri) y su hermano Pablo, diputado nacional.
Fernando Sanchez en la mesa del Gabinete.
Fernandito casi no se le despegó en toda la noche a Quintana, al que reportará cuando ingrese a la Casa Rosada en los próximos días.
No pudo lograr que se quede hasta la subasta final, donde muchos depositaban esperanzas en que el funcionario (uno de los más ricos del gabinete) levantase la mano para ofertar por alguno de los premios.
Al que también se vio compenetrado en su nuevo papel tras la renovación del Congreso fue a Juan Manuel López, abogado de Lilita, que ya piensa en su primer proyecto para la Cámara Baja: sería una iniciativa para regular el lobby en Argentina, un tema siempre espinoso.
Radicales con Carrió (sin Sanz)
Los radicales, con los que Carrió siempre tiene un relación tirante, también dijeron presente en la noche de Lilita. El gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo; los diputados Luis Petri, Eduardo Costa, Gabriela Burgo, Karina Banfi, Miguel Bazze, Luis Pastori, y el electo Suárez Lastra, acompañaron a José Corral, intendente de Santa Fe y presidente partidario, y al vicegobernador bonaerense Daniel Salvador. También estuvo el intendente de Ensenada, Jorge Nedela y el homenajeado Negri.
Daniel Salvador con radicales en su mesa.
“Yo soy radical paladar negro, siempre lo dije, aunque hacía enfurecer a muchos”, contó Lilita. “El que se enojaba mucho era Leopoldo Moreau”, agregó, despertando risas, al mencionar al electo diputado K.
Una ausencia de peso fue la de Ernesto Sanz, que fue figura estelar de la fiesta del 2015, cuando Cambiemos ganó la presidencia. Sus desencuentros con Carrió hicieron que no fuera invitado. Es más, ella le dedicó, una frase punzante cuando tuvo la oportunidad.
Elogiaba los dotes de asador de Mario Negri y lanzó: “La ley de Defensa a la Competencia nació el día que me quisieron cobrar $6000 un chivo. Ahí tuve una pelea con Macri y Sanz. por suerte Sanz ya no está más…”.
Las 10 frases de Carrió
Elisa Carrió dejó un tendal de frases.
-“Esta es la primera cena organizada que tenemos, eso porque no la organicé yo, he sido excluida”.
-“Me voy a sacar fotos con todos, tranquilos. Y si esto se pone aburrido, interrumpo y corto”.
-“Elijo a las mujeres por su dignidad, no por sus amantes”.
-“El poder no sirve si no lleva a la libertad”.
-“Estoy espléndida. Se me va el aire cada tanto, pero ya está”.
-“Yo soy la loca y la menos loca, la más lúcida y la menos lúcida. La más gorda… se dice de mí”.
-“Prohibiría las internas y les pondría pena de muerte”.
-“En la política hay malos-malos. Néstor Kirchner, Aníbal. Aníbal, ya está llegando, es el único que me queda”.
-“Siempre después de una derrota resucito. El éxito me aburre, a mi me gusta perder para seguir luchando”.
-“En cualquier momento me hago periodista y tumbo a un Gobierno. Fernandito, avisale a Quintana”.
La suerte del Tata Yofre
Hubo sorteos, como en cada festejo que hace la diputada de la Coalición Cívica. Además de algunas canastas con cosas dulces, un catering para 10 personas, tratamientos estéticos del spa de Pilar donde Lilita lanzó la campaña con un atípico timbreo, se rifó la medalla de diputada de su mandato 2009-2013. Y se la ganó Juan Bautista Tata Yofre, ex jefe de la SIDE de Menem.
El Tata Yofre se llevo la rifa (@diegoschurman)
El escritor, que llegó tarde y anduvo a los abrazos con Gabriel Levinas, subió al escenario a recibirla y comenzó una suerte de discurso que, como en los Oscars, fue cortado por la música. “Apoyé a Lilita cuando nadie lo hacía. Felicitaciones por el triunfo del 22 de octubre, que en parte también es mío”, dijo ante la mirada incrédula de algunos militantes de la CC-ARI.
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Su amiga (ella y su familia formaron parte de la mesa principal) cree en la vida en otros planetas, dice haber tenido contacto con aliens y que son petisos y cabezones, contó Lilita. “Martita dice que si ven a alguien parecido a Duhalde tengan cuidado porque está fuera de la confederación”.
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Con un precio base de $1.000, la disputa se dio entre un empresario belga fanático de la líder de Cambiemos (que nunca se pierde sus festejos) y Maximiliano Ferraro, legislador de la ciudad y jefe de campaña de Lilita.
Hubo filas de cientos de personas para sacarse fotos con Lilita. Juan Calandri, asesor parlamentario, hizo de fotógrafo.
El hombre de negocios, que estaba de smoking y moño azul, estaba al borde de ganar la medalla, sin embargo Ferraro ofertó $5.000 cuando se dio cuenta de que esa presea era, en resumen, la piedra fundacional de la Coalición Cívica.
Se dio vuelta, le pidió “prestado” a Hernán Reyes, con quien compartirá bloque en los próximos días, y la compulsa su tomando calor y color: $10.000 de un lado, $15.000 del otro, y así sucesivamente.
─Esa medalla es la razón por la que todos estamos acá, la tenemos que comprar para que quede en el partido ─arengó a la militancia para que colaboren.
Cuando el empresario Belga parecía quedarse con la medalla por $40.000, Ferraro, Reyes y compañía redoblaron la apuesta: “¡$50.000!”.
Marcela Campagnoli, dándose cuenta de que esa pieza de historia debía quedarse en la casa de su partido, apuró el trámite. “$50 a la una… $50 a las dos… y tres! Vendido a Ferraro y Reyes”, festejó.
Tras la fiesta, se pasó lista entre dirigentes y la juventud carrioista para colaborar con la «vaquita» que les permitió (a todos y todas) obtener un nuevo triunfo, esta vez en una subasta.
Influencer PRO
Es una de las tuiteras por excelencia del PRO. Sus mensajes de amor hacia Marcos Peña y Mario Quintana, entre otros funcionarios, la convirtieron en un fenómeno viral en redes y le dieron un lugar en la campaña legislativa donde Cambiemos se impuso al kirchnerismo. Camila Blanco (joven diseñadora gráfica de Lomas de Zamora), mejor conocida como @Brancowitz, de ella hablamos, no podía faltar en el festejo Lilito.
Subió fotos con Marcos Peña, Carrió, Alfonso Prat Gay Julio Bárbaro y José Corral, entre otros. Un detalle: le pidieron más selfies que a varios de los diputados presentes.