Darío Lizzano: la historia del financista argentino que ya trajo al país US$3600 millones en la era Macri

En su primera entrevista, el managing partner de PointState Capital, un fondo que ya se quedó con el 100% del Sheratony el Park Tower y participa en Genneia, TGLT y Caputo, cuenta su estrategia y por qué apostó por el país cuando nadie lo hacía
La historia de Darío Lizzano es aún poco conocida en la Argentina. Pero no por mucho tiempo, ya que entre fines de 2014 y abril de 2018 lleva desembolsados US$3600 millones en el país a través del fondo PointState Capital. Compró al grupo Marriott el Sheraton Buenos Aires y el Park Tower en US$100 millones, adquirió el 43,6% de la energética Genneia y el 13,6% de la desarrolladora TGLT, que a su vez hace unos meses se quedó con la constructora Caputo. PointState además tiene acciones de Macro, Pampa Energía, YPF, TGS y Supervielle, entre otras compañías locales. Pero no se trata de sus últimos movimientos, sino de los primeros de Lizzano, tras una larga ausencia del país en su GPS inversor.
Dice su CV que Lizzano estudió en la escuela pública (en el Otto Krause) y avanzó en la carrera de Ingeniería hasta que supo que lo suyo iba por la Administración. «No me gustó. En un punto, estaba en una clase de estabilidad, que básicamente te explican cuántos puntos necesitás para sostener un techo, y me dije ‘¿qué estoy haciendo acá?’. En ese punto yo ya miraba el mundo de los negocios, seguía lo que pasaba en la Bolsa. Eso era en 1987, justo antes de la convertibilidad», recuerda.
Mientras cursaba sus últimas materias comenzó a trabajar con un agente de bolsa cordobés, Horacio Parga, el primero en darle trabajo. «Y desde entonces nunca más tiré un currículum. Todo el resto de los demás trabajos me vinieron a buscar y me ‘robaban’ headhunters», rememora.
Su primer trabajo fue en el área de research. «Hacía análisis de compañías, trataba de entender por qué una acción valía más o menos y siempre, de muy chico, tuve claro que lo que quería hacer era invertir», asegura el hombre que está apostando más fuerte por el mercado argentino.
-¿Cómo fue el camino hacia Estados Unidos?
Empecé como analista, trabajé un tiempo en el Banco General de Negocios, que entonces existía, y luego pasé al Santander. En cinco o seis años me hicieron jefe del equipo de análisis de la Argentina; al poco tiempo, dos o tres años, me transfirieron a Estados Unidos en 2001, y me hicieron jefe de análisis de toda la región Latinoamérica (con siete países a cargo), y después me hicieron jefe del producto Equities (jefe de los productos de bolsa de la región), y a partir de allí me vino a buscar Morgan Stanley, y bueno, para hacer lo mismo: jefe regional de toda Latinoamérica.
-De allí a coleccionista global de millas…
[Se ríe] Sí. Yo abrí la casa de Bolsa en México de Morgan Stanley, por ejemplo. Me fue muy bien en la carrera, y mi último trabajo en Morgan Stanley era jefe de mercados emergentes, con lo cual no solo tenía mi gente a cargo en la región Latinoamérica, sino que también manejaba más mercados. La acumulación de millas… se iba reproduciendo… en Asia, en Europa oriental, en Latinoamérica. Yo me fui del país en 2001, y me vuelvo a reconectar en 2014. Tenía un puesto de managing director en Morgan y estaba muy contento.
-¿Qué análisis hizo en ese momento?
Me quedó claro que las aspiraciones de reelección de Cristina no iban a ocurrir y que en la Argentina se venía, al menos, un ciclo de años positivos y, quizás, un punto de inflexión. Sí o sí para mejor. Eso fue a mediados de 2014, sin tener la menor idea de quién iba a ganar de los tres (Scioli, Macri o Massa), pero nos quedaba claro que los tres iban a tener un punto de inflexión, a cambiar el rumbo. Entonces la historia se convertiría en un ciclo de cuatro años o un ciclo de varias décadas. En aquel momento, tenía sentido apostar por un ciclo más largo. En 2014 la valuación de las compañías argentinas era ridículamente baja; todo el mundo se había olvidado del país. Incluso se había sacado a la Argentina de varios de los índices fundamentales, con lo cual ningún inversor extranjero tenía en la mira el país.
-¿Ahí comenzó a apostar?
Claramente fue tomar una actitud absolutamente contraria. Un año y medio antes de tener elecciones, hago un viaje a la Argentina y empiezo a convencer a los mayores fondos de inversión del mundo ( hedge funds) de que inviertan en la Argentina. En ese momento mi responsabilidad eran los mercados emergentes. Nuestros ingresos estaban en Brasil, pero yo seguía leyendo los diarios argentinos. Me parecía que se venía, de mínima, un momento en los mercados bursátiles, como pasó en 1991 con la convertibilidad y en 2002 tras la crisis.
-¿En qué momento decide salir de Morgan?
-Entonces, los inversores empiezan a invertir sobre todo en bonos, y en uno de esos viajes tuve una reunión con Zach Schreiber, fundador del fondo PointState Capital, en 2010. En ese momento, le cuento que aprovechar únicamente la oportunidad que ofrecían los bonos era quedarse en la superficie, que si rascábamos íbamos a encontrar valor. Y que si la Argentina mejoraba su macro, tendría sectores que obviamente tendrían que mejorar o quedarse en la escasez absoluta, como sucedió con el sector energético. Ahí decidí dar el salto.
-El umbral de cambio estaba muy cerca…
Sí. Ese cambio político tendría que traer necesariamente reglas de juego nuevas para que existiera la inversión, y se terminó dando. Creíamos que cualquiera de los tres candidatos iba a provocar un cambio significativo en el país.
-¿A qué sectores apuestan especialmente?
Hay sectores que se achicaron mucho por la «salida» del mundo. El turismo va a tener un crecimiento muy fuerte hacia adelante, porque la Argentina se va a volver a reconectar con el mundo, y va a traer aparejado un crecimiento violento del turismo. El año pasado, ingresaron 2,3 millones turistas a través de Ezeiza y Aeroparque. En 2011, ese número era 2,7 millones. Mientras en la Argentina cayó 20%, en el resto de los países de la región creció 30%. Esa desconexión se va a tener que cerrar y ya estamos viendo que el turismo va a crecer necesariamente.
-¿Por eso compraron el Sheraton y el Park Tower?
Compramos el 100% del hotel más grande de Sudamérica porque el turismo va a crecer. Ese hotel tiene 920 habitaciones y está ubicado en dos hectáreas y medias inmejorables. El edificio tiene capacidad para construir otro hotel, oficinas o retail. Es un activo con mucho potencial en un sector que creemos que va a despegar.
-¿Tienen previsto invertir en oficinas?
En los próximos tres meses vamos a estar analizando el proyecto, pero no sabemos concretamente qué. Tenemos la propiedad, aunque el manejo lo seguirá haciendo Marriott. Básicamente, estamos hablando con Marriott, pensando qué vamos a hacer.
-De mínimo, una puesta en valor del edificio…
Nuestro compromiso es hacer una inversión importante de entre US$30 y US$40 millones, lo que es una cifra enorme para el rubro hoteles.
-¿Será un cambio de estética, mejora de habitaciones, todo lo que es el hotel propiamente dicho?
Exactamente.
-En qué otros rubros van a aumentar su apuesta…
Energía. La Argentina tuvo durante el último gobierno una época en la que no entraba capital, y las reglas de juego no eran las óptimas para conseguir inversiones. En el resto del mundo, las energías renovables habían despegado de una manera fenomenal. Cuando compramos el 43% de Genneia, la empresa era la más grande del sector con menos del 1% de la capacidad instalada. O sea, nada. Para nosotros era muy obvio que no solamente se tendrían que cambiar las condiciones, sino además poner un foco muy importante en la diversificación de la matriz, ya que el 65% de la energía que se consume en el país depende del gas. La energía renovable no estaba directamente, mientras en España o Alemania representa el 40 por ciento.
Ciclo largo
-¿También compraron participaciones en TGLT, que a su vez adquirió Caputo?
En la compañía en la que tenemos un control absoluto es el Sheraton. En el resto somos socios minoritarios o no tenemos participación en el directorio. Básicamente, TGLT compra Caputo para la integración hacia atrás. La construcción está explotando y va a crecer violentamente. Si uno es un desarrollador, lo mejor es avanzar en una integración hacia atrás con una constructora. TGLT tiene tierras para desarrollar, y si va a la compañía constructora Juan Pérez, dentro de poco esa compañía le va a decir que empiezan la construcción en febrero de 2020, cuando lo necesitás ahora. Por eso, el racional de la compañía constructora -y la que estaba en venta era Caputo- es asegurarse el recurso más escaso, que son las obras. Obviamente, la familia Caputo quería vender, porque no iban a poder participar en los PPP y es un activo estratégico para TGLT. La compañía, aparte, venía con tierras, con un banco importante a desarrollar. ¿Por qué TGLT compra Caputo? La razón es esa. Después la gente podrá especular con lo que quiera.
-¿Qué relación existe con el Presidente o con la familia del Presidente?
PointState es un fondo que cuenta con un prestigio y una trayectoria en los Estados Unidos de muchísimos años. El fondo de la Argentina se creó en 2014 y no existió ni existe ningún tipo de relación con la familia presidencial ni con nadie de su entorno. En lo personal hace 20 años que estoy radicado en Estados Unidos e hice toda mi carrera en Wall Street.
-¿Cómo ve al gobierno de Macri?
En general, bien. Heredaron una situación muy compleja. Se lograron progresos significativos en varios frentes y hay otras tareas importantes. La reestructuración de deuda, el acceso a los mercados de capitales, la reinserción comercial de la Argentina al mundo, la reducción de subsidios y la mejora de la institucionalidad son todos pasos correctos. Dentro de las tareas pendientes queda una reducción más agresiva de la inflación, del gasto público y de los impuestos. Es importante que la política monetaria y sobre todo la cambiaria tiendan a reducir la incertidumbre y generen una reducción de la volatilidad del tipo de cambio.
-¿La idea es seguir creciendo en la Argentina?
Nosotros creemos que este es un ciclo largo, que estamos recién al comienzo, y una de las cosas muy interesantes sobre qué pasa con los inversores es que, al ver los deals, tenemos muy poca competencia todavía. Ya van dos años de estabilidad y racionalidad económica y todavía los grandes fondos de inversión no están llegando. No los quiero nombrar, pero los obvios del private equity mundial no están acá, no tienen a la Argentina en el radar, y los que están con fondos en la región perdieron en Brasil y Colombia. Ninguno está levantando un fondo dedicado a la Argentina. Por eso, tenemos muy poca competencia de fondos de private equity . Y después los estratégicos, que van a tardar en invertir porque vienen de una época anterior en la que tenías que volver a la casa matriz y explicar por qué no podías girar los dividendos. De alguna manera, para nosotros es como pescar en una pecera. Hay un montón de compañías que buscan capital y por ahora hay pocos inversores. Nosotros fuimos los primeros en llegar, en 2014 -en un momento en el que no venía nadie-, y ahora hay algunos que miran, pero todavía es algo tímido. Hemos ido a competir en deals donde había uno o dos competidores. Con lo cual crecimos de manera rápida, pero no va a ser indefinido. Las compañías europeas van a entrar fuerte.
-¿La inflación no es uno de los factores que ahuyentan?
Me pasan dos cosas, y tengo dos miradas: como argentino y también con la visión de alguien de afuera. Hay dos cosas extremadamente notorias: me llama mucho la atención que todos los días se desmenuza en la Argentina el dato de inflación que sale, se discute, se arman unos debates.
-Es que el país es uno de los líderes globales del ranking…
No importa. En el mediano plazo, si la inflación fue 2,4% en vez de 2,3%, no importa. La Argentina va a bajar la inflación a cinco puntos por año. Difícilmente pueda hacerlo más rápido, y eso está muy bien. Ningún inversor va a dejar de invertir por una décima de inflación más o menos. Lo importante es que la inflación el año pasado fue 25%, este año será 20%, y el que viene, 15 por ciento. Para mí, como inversor, es irrelevante si fue 0,1% arriba o abajo en el mes. Lo relevante es un programa que genere desinflación a futuro. Y eso está, y es importante. Siempre hay una obsesión con el número; ahora es la inflación; hace unos meses, el dólar. Mientras haya un camino a un punto convergente de inflación, de déficit, está bien. Vamos en esa trayectoria. El árbol no te puede tapar el bosque. Vos después me podrás decir si es una cuestión de los medios de comunicación o si, verdaderamente, la gente se la pasa hablando de esto.
-Hoy los precios, luego el dólar… es que la historia económica local es muy pendular…
La segunda cosa que llama la atención es que el Indec ya no miente y hay datos concretos que te muestran que la economía está creciendo bastante, no un trimestre, sino siete. Hay sectores ganadores, hay sectores perdedores. Pero lo que me llama la atención es discutir lo fáctico. Los argentinos son mucho más negativos con la situación económica de lo que alguien ve desde afuera, con los números en la mesa. Por eso, al gobierno de Macri lo veo bien. Veo que es un gobierno con muchísima sensibilidad social, a diferencia de lo que dice la oposición, porque tiene bien medida la temperatura de la calle, recibe ese feedback y actúa en consecuencia. Me parece que lo que pasa es que la Argentina ha crecido poco, va a crecer este año poco, y ahí tenés una cuestión de temperatura versus sensación térmica. No se crece vía consumo, y la gente ya no siente que tiene un montón de plata en los bolsillos. A nivel gobierno hay áreas que se manejan bien, como es el financiamiento, que está siendo muy bien administrado. El financiamiento es la sangre que este cuerpo necesita para hacer el ajuste gradual. Me parece que el proyecto de PPP está bien, es ambicioso y atractivo. Y también considero que la política en materia de energía se hizo bien.
-¿Están mirando nuevas oportunidades en otros sectores?
Sí, estamos mirando rubros, y más en sectores en los que ya estamos, como el financiero.
-¿Banca o fintech ?
Las dos. Hay varios beneficios de haber manejado mercados emergentes, como me pasó a mi. Además, PointState ha visto muchas veces lo que sucede. Lo que está pasando hoy en el sector financiero es muy similar a lo que sucedió entre 2003 y 2007 en Brasil, con tasas reales de préstamos creciendo a las mismas tasas. Lo que está pasando con inflación, si uno hace un índice de países emergentes, como Israel, de cómo bajaron inflación de 40 a 5%, se encuentra que ninguno la bajó de la noche a la mañana, y la Argentina lo está haciendo por la misma vía. Por eso el árbol no nos tapa el bosque y miramos la perspectiva a futuro. Además, tecnológicamente, sabemos qué está pasando. Hoy en la Argentina, si uno va a un banco, se puede preguntar cuántas sucursales van a abrir. Yo, cuando voy a las reuniones, les pregunto cuántas sucursales van a cerrar, y cuál es su estrategia de fintech. Nosotros estamos varios pasos adelante porque ya estamos presentes en mercados desarrollados. Entonces estamos mirando sectores como finanzas, energía, alimentos o consumo masivo.
-¿Supermercados no?
No. Consumo masivo.
-¿Farmacity?
No. Pueden ser más hoteles. Estamos viendo proyectos superinteresantes en el rubro, y yo te diría que también financiero en diferentes formas: puede ser una consumer finance, fintech o banca tradicional. Eso es lo que tenemos más inmediato.
Minibio
Origen
Darío Lizzano nació hace 51 años en la ciudad de Buenos Aires
Formación
El secundario lo hizo en la Escuela Técnica Otto Krause y después estudió Administración de Empresas en la Universidad Católica Argentina
Carrera
En 1991 ingresó a la sociedad de Bolsa Parga y Cía. y después trabajó en el Banco General de Negocios y el Santander Río
Expatriado
Con el grupo Santander se fue a vivir a Estados Unidos. En ese país trabajó en Morgan Stanley y en 2014 se sumó al fondo de inversión PointState Capital
Actualidad
Desde 2002 vive en Nueva York junto con su esposa y sus hijos.
Billetera poderosa
Los primeros pasos de PointState en el mercado local
2011
Inicio
Es el inicio de operaciones del fondo que tiene base en Nueva York y que está liderado por el norteamericano Zachary Jared Schreiber
160
Empresas
Es el total de compañías (de rubros como energía, finanzas, minería y consumo masivo) en las que participa PointState.
100
Última compra
Son los millones de dólares que pagó a principios de año PointState para la compra de los hoteles porteños Sheraton Retiro y Park Tower
13,6%
Real Estate
Es la participación que tiene PointState en la desarrolladora local TGLT, que a su vez hace unos meses concretó la compra de Caputo SA
43%
De acciones
Es la porción del paquete accionario que adquirió PointState en Genneia en 2015, en lo que constituyó su primera compra en la Argentina.
Por: José Del Rio

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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