No había más que leer las señales políticas que salían de la Rosada para saber que Cristina Fernández de Kirchner se presentaría en las elecciones de octubre para buscar su reelección. La aceitada máquina de gobierno que funcionaba como un reloj, la apuesta fuerte en Catamarca, la pelea contra el fraude en Chubut, la potencia decisoria en el armado de candidaturas y de listas en Buenos Aires, y una serie de anuncios y medidas a futuro que, excepto que hubiera mala intención por parte de quien los leyera, servían como marcas para interpretar cuál iba a ser finalmente la decisión de la presidenta, que, como ella misma dijo, ya estaba tomada desde el 27 de octubre de 2010, el día que falleció su compañero Néstor Kirchner.
La decisión de Cristina Leer más