Confieso que desconozco la profundidad del tema.
Pero me gusta polemizar con ideas que desde su concepción se instalan como verdaderas, sin justificativo racional.
Venía escuchando el programa radial de Juan Pablo Varsky. En el que se hablaba, por supuesto, del recientemente descubierto «problema habitacional» en el AMBA. Todos sabemos que todo el mundo vivía en cómodas viviendas hasta que por arte de magia, este diciembre en el que siempre pasan cosas, a un 15% de la población de esta región se le ocurrió ir a hacerlo a villas y asentamientos. Todos los comentaristas de la realidad tomamos nota de que esto está ocurriendo. Y nadie hace nada.
Una de las aristas elegidas para tratar el asunto es la relación que guarda el déficit habitacional con el Plan Federal de Viviendas. Plan que financia el Gobierno Nacional y que ejecutan las provincias.
Suele decirse que la asignación de recursos de este plan a los distritos se hace de manera discrecional. Si te llevás bien con el gobierno nacional te mandan guita, si no, no.
Esto, por supuesto, es motivo suficiente para achacarle al gobierno nacional la responsabilidad. Se ejemplifica con el caso de San Luis. Que recibió 0 (cero) pesos este año, simplemente por promocionarse como «otro país». Pero que necesita fondos de «este país». A pesar de ser «otro».
Ahora, ¿está la CABA en condiciones de alegar argumentos parecidos? La lógica de un plan federal es, justamente, el manejo discrecional. Que debe compensar parcialmente las diferencias presupuestarias entre los distritos, evaluando cuantitativamente el nivel de necesidades en relación con la capacidad financiera del estado distrital para atenderlas.
La CABA cuenta con el presupuesto más alto en relación a la cantidad de habitantes sobre la que tiene jurisdicción, del país. El más alto, incluso comparado con el presupuesto nacional. ¿Necesita asistencia del Plan Federal de Viviendas para darle solución parcial a su problema habitacional? ¿Cuál es la deficiencia presupuestaria de la CABA en relación a las necesidades existentes que mediante el Plan federal el gobierno nacional debería ir a compensar parcialmente? ¿No es hasta lógico que el Gobierno nacional exija a un distrito presupuestariamente privilegiado una vocación de trabajo explícita antes de liberarle fondos que se necesitan, también, en el resto del país? ¿Tiene, el estado nacional, que convalidar las diferencias económicas regionales, aportándole más fondos a los distritos más ricos? ¿No está el estado nacional justamente para intentar subsanar esa desigualdad de oportunidades estructural que la Argentina tiene desde su existencia misma? Qué curioso que quienes hace tan poquito tiempo aplicaban esta lógica unitaria en nombre del federalismo (para casos como Santa Fé o Córdoba) hoy, por tratarse de la CABA, omitan abiertamente el uso de estos términos, siendo que la distribución de recursos de un Plan Federal es asunto que atañe primordialmente al otrora abusado federalismo.
Finalmente, no hay elementos para determinar que debe ser prioritaria (para el Gobierno Nacional y su plan federal) la resolución de problemas habitacionales en la CABA, respecto de los de otras provincias, como por ejemplo, Santiago del Estero. Porque también allí existen esos problemas, aunque no generen el mismo estupor que las cosas que pasan «a 15 minutos del obelisco».
Párrafo aparte: que prejuicio instalado en el sentido común impactantemente lamentable, ese que consiste en darle énfasis a un problema con modalizaciones tales como: «a 15 minutos del obelisco», «en plena capital», etc. Como si la pobreza fuera un drama mayor en tanto se presenta en la cercanía del centro neurálgico, a la vista de la «gente común». Si es en Salta, vaya y pase, pero «acá nomás»…. Se repite este prejuicio con una impunidad que asusta realmente.
Bueno, Ud sabe, Dios está en todas partes. Pero atiende en buenos Aires.
lea a NATANSON hoy en Pagina sobre villas y asentamientos…