“La Constitución de los argentinos”, libro publicado a poco de sancionarse la Constitución Nacional de 1994 lanza su séptima edición y contiene el análisis y comentarios de esas modificaciones.
José Miguel Onaindia, coautor de la obra junto al constitucionalista Daniel Sabsay, explicó en Lo importante es otra cosa que a 15 años de esa reforma, ” podemos hacer un balance. Tanto Sabsay como yo no fuimos adherentes a esa reforma. Nos parecía que respondía a un pacto político de cúpula, del justicialismo gobernante encabezado por Carlos Menem y la cúpula radical cuyo líder era Raúl Alfonsín. Era un pacto hecho a espaldas de la ciudadanía y respondía a los intereses de esos partidos políticos”, manifestó.
Aún así, continuó “consideramos que la reforma merecía una carta de bienvenida y anhelar que fuera un buen instrumento para la mejora de la calidad institucional del país”.
Sin embargo, dijo Onaindia “a 15 años, todo lo malo o negativo que avizoramos está comprobado en los hechos. La reforma no sirvió para atenuar las facultades del presidente como decía en su declaración de objetivos, todo los contrario, se transformó en un sistema hiperpresidencialista. Tampoco hubo gobiernos más sólidos, hubo tres períodos presidenciales que no lograron concluir sus mandatos, como De la Rua, Rodríguez Saa y Eduardo Duhalde”, ejemplificó.
El problema no radicará en la inestabilidad emocional de la ciudadanía y en extrapoderes constitucionales desatados?, y no tanto en la letra de la constitución y en el sistema político.
Es decir habrá hiperpresidencialismo de un estado que es mas que pequeño y por lo tanto ineficaz, mientras los extrapoderes publicitan los desatinos y muestran como yerros los aciertos de los gobiernos constitucionales a la vez que pregonan una antipolítica que en definitiva es una forma de alejar aún más a la ciudadanía de los gobiernitos de esos estaditos.
Sabsay y su defensa de la institucionalidad republicana y de la morigeración de los escasos resortes que manejan los poderes gubernamentales es mas que funcional a los poderes facticos.