OMIX: Que el espacio “nacional y popular”, que ahora está hegemonizado por el kirchnerismo, corre el riesgo de perder la próxima, luego de perder esta. ¿Por qué no cambiar? Hay que salir a sumar. Los que están en el centro de la cosa y de las decisiones ¿suman? Si no suman ¿qué hacemos?
Yo lo planteé por el lado generacional. A mí me parece que el kirchnerismo representa la primera vez que la gente formada en la política de los 70 llega a la cima del poder. Y eso fue bueno. Buenísimo, por cosas que ya hemos discutido mil veces.
Pero ¿y si no sigue sirviendo esa impronta y esa agenda, esa forma de hacer política? ¿Qué hacemos? Si querés plantealo en forma de ese tipo de preguntas al post.
Yo planteé una respuesta posible. Escucho otras.
Nicolás, me parece en términos concretos das por concluida la experiencia kirchnerista y proponés a las esquirlas de la explosión que se sumen sin más a lo nuevo. Me gusta hablar de estructuras concretas y de personas. El Kirchnerismo no, pero si los kirchneristas (interesante división parecida a Nüremberg) ¿deben sumarse al pujante sabatelismo?.
Me parece que no es eso lo que querés decir.
Si proponés que muchos abran el campo visual y presten atención al horizonte y esten atentos a lo que se está construyendo fuera de las viejas y contaminadas estructuras del declinante pejotismo etc, etc, zaraza más, zaraza menos.
Pero me parece que dentro de la centroizquierda hay otras voces que aún no dan por terminado nada. Voces que se levantan para decir que falta mucho aún y que los muertos que vos mataís…
Fuera de contexto o no, las recopilo aqui y humildemente te salgo al cruce por que me parece que este es un intercambio que enriquece:
Aqui, el quebecquense Pierre Ostiguy contestaba hace unos meses una pregunta sobre los dias que seguirían al infortunado 28 de junio
-En líneas generales ¿Cuáles cree serán los principales desafíos de esta administración luego de las elecciones legislativas?
El principal desafío de esta administración luego de las elecciones legislativas será de administrar la crisis económica mundial en su versión argentina. Convendría inspirarse de Obama: pasar medidas que se ubican a la izquierda en el escenario nacional propio, pero dando una impresión sincera de no confrontar, de hacer “lo que dicta el sentido común”, de des-dramatizar, y de explicar en vez de confrontar. Uno gana mucho más dando la impresión de no estar ganando, siempre, a expensa de los demás. La política, como sabemos (y lo enseñó Perón), es el arte de sumar. En ese sentido, conviene dar la impresión que es el otro quien es ideológico, no uno mismo. Finalmente, y aquí dicho de un modo leve, convendría que esta administración, o matrimonio, desarrolle algún sentido del humor que funcione políticamente, como lo tenía Perón. Pero ahí, no creo que sea factible. Hasta Chávez tiene un gran poder de seducción afectiva con la gente.
Pero para progresar en esos desafíos políticos, esta administración necesita no perder drásticamente el 28 de junio.
El teórico de la bidimensionalidad del sistema políco argentino lanza un «kirchneristas a las cosas», parafraseando a Ortega y Gasset. Válida esta respuesta pues de hecho «como en la guerra» no se perdió, lo que pasa que el existismo hace de una derrota una tragedia griega, como de un 6% una victoria indiscutible.
Martin Rodriguez (blog Revolución Tinta Limón) algo de esto escribía en el diario pagina12
El kirchnerismo fue mejor cuando la política iba detrás de la gestión, no al revés. Cuando el carro andaba y los melones se acomodaban. Y la gestión, a su vez, iba detrás de los consensos más o menos visibles de la sociedad. Recuperar esa vertebración podría colocar nuevamente al Estado en un lugar esperado y no de “vanguardia” (o patrulla perdida) sin contacto con el presente. “Qué quiere la sociedad” es lo que hay que volver a preguntarse. Y sobre esas respuestas hacer la política de los próximos largos dos años y medio en que nada está dicho.
Mariano en el blog cartonero y en Artepolitica señala algo que el pèronismo deberá poner en blanco sobre negro por que es evidente que está «programado» para contener pero que en los últimos años salióse convirtió en una red atrapa todo que conspira contra la armonía y equilibrio del que hablaba su fundador.
Tal vez sea la hora de que el peronismo empiece a poner en claro desde su propio sentido qué es lo que significa ser peronista.
Creo que esto no implicaría la ruptura con la lógica movimentista. De hecho, el partido podría seguir teniendo un ala derecha y un ala izquierda, y satélites extrapartidarios alrededor de cada una de estas alas.
Mario Wainfeld concluye hoy de esta manera un artículo que es casi un ensayo y me parece que aclara nastante el panorama de alas y satelites.
El escenario actual carga sobre la Presidenta el reto de mejorar las perspectivas del oficialismo: suyas son las competencias, suyo el mandato popular, suyas deberían ser la iniciativas más relevantes. Será la acción de gobierno (o no será) la herramienta para recobrar legitimidad y perspectivas. Las construcciones políticas de las que se habla en estos días, una supuesta fuerza de centroizquierda descolgada del peronismo y sin contactos con los poderes territoriales, contradice el ADN del kirchnerismo y sobreestima el peso de la retórica. Tras años de gobernabilidad fundada en la relación con el PJ y la CGT, un cambio de discurso es insuficiente para convencer a los aliados que se perdieron o para reclutar nuevas adhesiones. Y nada aporta para apuntalar la colosal misión de gobernar coherentemente el país.
La clave, la difícil clave, que necesitan los ciudadanos (en especial los que el kirchnerismo aspira a representar y en parte aún representa) es cumplir el mandato republicano y popular.
¿Que hará la centrosinistra argenta?, regresará al costado de Nestor los próximos meses, se quedarán los que aún no han salido, le hará un monumento a los Libres del Sur por su anticipación, reflexionaran los que nunca estuvieron y se animaran a sumarse a la fuerza que parece Nestor va a formar en el ecosistema peronista. Dirá «chán-chán» y se despedirán de estos socios que los alentaron, protegieron y oxigenaron durante el último lustro, hasta que el péndulo ostiguyano vuelva a marcar el inicio de una nueva época y Mirta -que todavia va a estar viva y puteandola a Moria- pregunte otra vez «¿se viene el zurdaje?».
¿Que de preguntas sin respuestas, no?, todo indica que pese a que los resultados no acompañaron solo se van los que pusieron la victoria como condición, sin embargo hay otros que insisten en aguantar los trapos.
Escriba me parece que hay vida en el camposanto kirchnerista. No hay que ser ni apresurados, ni retardatarios.
Omix:
hagamos justicia con una cosa. Los alineamientos dependen de la correlación de fuerzas. Uno puede pensar que en PBA un proyecto “nacional y popular” no puede prescindir de un encolumnamiento táctico en el que se incluya a Otacehe o Ishii o Mussi o Espinoza, y que ese encolumnamiento sea hegemonizado por la estructura del PJ. También es legítimo que los “satélites” intenten construir con la intención de modificar esa correlación de fuerzas (de qué modo construir es otra historia, cada uno tendrá su propia visión).
Mirá por ejemplo en CABA. Una parte del PJ que no suma votos ni para ganar una elección de comisión directiva del club Claypole boicoteó la candidatura de Heller porque “no es peronista”. Ahí también hay que empezar a romper prejuicios, que los méritos de conducción no se transfieren cantando la marcha. Quiero decir, por más PJ que seas, en CABA sos satélite de otro. Mirá los peronistas PRO. Me explico?
Si me preguntás a mí, “esperar un nuevo turno en el poder” no es tener una actitud pasiva. Y bien lo ha demostrado el ala derecha del PJ en estos años en los que pasaron cosas que no le gustaban, y también intentaron tibios bloqueos de cosas que les gustaban menos. Ojo, no estoy haciendo valoraciones, es lo que es y punto. Es legítimo. Y el arte está en saber conducir esos procesos en los cuales no todas las fuerzas empujan para el mismo lado directamente. A Kirchner se le escapó definitivamente en el 2008, y aunque lo ayudaron a recomponerlo (porque solo no podía), no alcanzó.
Muerto no está, porque, a diferencia del 87, 97 y 2001, no hay una fuerza que hegemonice el voto opositor. Todos tienen que armar. Todos están en el mismo 25%. La cosa está abierta.
Un abrazo.
Buena manera de plantear el asuntico.
Preguntas
* Los «satélites» están en la competencia no se discute, pero deben hacerlo necesariamente dentro de ese 25% de la construcción de Nestor, es decir a) deben crecer a expensas de lo que se le vaya a Nestor o b) deben plantear un crecimiento por fuera, que contribuya al fortalecimiento del sector.
** Si lo hacen por fuera o por dentro deben tener como enemigos a quienes más aportan en términos concretos? -hace falta que aclare quienes son-. O deberían pactar ciertas reglas que ayuden a la convivencia armónica, por que una construcción en el futuro no puede conspirar con el presente, salvo que el verdadero objetivo sea minar para despúes juntar esquirlas.
Para mi está claro que es lícito que la centroizquierda trate de crecer, independizándose del kirchnerismo. El problema que veo difícil de resolver es el que vos decís OMIX, ¿crecer a expensas de quién?
Si trata de sumar y no restar, es decir, intenta sumar no-kirchneristas, no está claro que contribuya mucho a la causa, porque para hacerlo deberá volverse prácticamente antikirhcnerista, Pino ya ocupa ese lugar.
Sabbatella en cambio pareciera querer nutrirse de kirchneristas desencantados, las críticas son entonces menos virulentas, lo cual es mejor, pero a la vez desgasta el proyecto al provocar pérdidas de adhesiones.
De todas maneras esa tensión respecto de los votantes «comunes» con el sabbatelismo, me parece más saludable que la crítica agria de Pino («Kirchner es igual que Menem», etc). Creo que el ACyS debe tener un ala izquierda antiperonista, que jamás votaría el proyecto kirchnerista (ni nada que parezca peronista), pero que podría pasarse a Sabbatella, eso sería lo único que veo positivo mirado desde el peronismo de izquierda. Visto en el espacio bidimensional de Ostiguy, imaginándolo como un círculo, es preferible que se corran un poco más a la izquierda con Sabbatella que haci un antiperonismo de centro con Carrió.
Sergio que me preocupen los votantes es secundario, el asunto es masa crítica, es militancia, lo demas puede venir o no, pero el aguantar los trapos y ocupar el lugar que ocupó la centroderecha peronista este último lustro y alcanzar esos objetivos mímos que describe Mariano me parece que es mucho más importante que ser parte del inmenso rebaño de los que quieren dejar en claro que no pertenecen a un rebaño.
Algo voy a dejar en claro, jamás compartí la idea de que MS no le sacaba votos a NK, los que defendieron e impusieron eso como sentido común lo hicieron fundamentando la posición de la misma forma que hice yo (sin ningún fundamento).
Pero el caso no es MS, el asunto es NK y su mentada ala centroizquierda y sus satélites, sin que esta expresión (satelite) sea peyorativa para las organizaciones que ocupen ese espacio, la adopto a falta de otra mejor.
Lo de Sabbatella es un caso, nada más.
En el blog de Morón ( http://omixmoron.blogspot.com/2009/07/la-centroizquierda-por-fuera-del.html ) respecto a ese caso escribí lo siguiente:
Si yo fuera un lider de la centroisinistra argenta y en estas elecciones hubiera recibido del quiebre de la principal centroizquierda del pais un alud (aludito) de votos que me significó un respingo en términos electorales, tendría el termometro puesto en las axilas de los sectores medios, por que del comportamiento de estos sectores va a venir mi estancamiento o crecimiento.
Mediría sus humores constantemente y tendría sus preferencias como máximas para mi accionar cotidiano.
Uno de esos axiomas producto de una lectura estratificada de esta elección podría resumirse en la frase: «lo más lejos de Nestor Kirchner posible».
Ps. Pero si Martín y Wainfeld están en la línea de lo que yo planteo. Ni hablar Ostiguy, que es amigo de la casa. Los que no estaban eran los que yo nombré en el primer post. A los que les pareció bien el discurso de Kirchner del 28 j a la noche, la primera conferencia de prensa de la Presidencia y lo que pasó el otro día en Carta Abierta (fijate que ninguno de los tres momentos está en línea con los citados de tu parte).
Distinto fue lo del llamado al diálogo y vamos a ver qué pasa ahora. Lo que me pone un poco nervioso a veces son los fines de semana perdidos. Estos en los que nosotros discutimos mientras esperamos que baje la directiva desde cierta ciudad patagónica sobre lo que se hará. Lo he expresado en algún post. La parte buena de eso es que los factores de poder también están en pelotas como nosotros hasta que se decide qué hacer. La parte mala ya la comenté.
Y sobre el centroizquierda, OMIX querido, no te desveles. No sumamos tanto, por ahora. Y si sumamos más, difícilmente sea en desmedro de la base de poder del peronismo (por ahora, por lo menos). Tal como ocurrió en estas elecciones. ¿O me vas a decir que el PJ perdió porque Ud. no laburó lo suficiente juntando votos para NK en tu distrito? (es chicana eso, no dé bola).
Lo que le quiero decir es que si el centroizquierda suma más, será mejor para todos. Al igual que si NK mantiene cierta cuota de poder en lugar de que maneje todo el PJ Reutemann. O que si Moyano todavía tiene algún margen de maniobra contra los Gordos-de-verdad. Y en ese contexto, alguna iniciativa como fue la de las AFJP podemos meter entre todos. No rompemos en ese caso todavía la lógica económica de los 90 (el piso social que nos planteó la crisis de 2001) -lo cual debe ser eje central del reclamo del centroizquierda, si me permite decirlo-, pero seguimos jugando al menos.
Después veremos.
Un abrazo y gracias por tomarte el tiempo.